Capitulo 1
CAPITULO UNO: Una historia que comienza por el nudo.
Quien ofende a Dios sus crímenes pagará y en un ser inmortal se convertirá, solo hasta que pague su deuda el ser inmortal verá los años pasar mientras se ve obligado a obedecer la voluntad de Dios, sólo cuando su propósito sea un cumplido, este se convertirá en nada y descansará en paz hasta comenzar su siguiente vida.
O por lo menos eso decía la leyenda que había sido olvidada hace mucho tiempo.
El proceso de vida de un ser, ya sea humano o no, es simple.
Naces y mueres. A veces creces, a veces te reproduces.
La trascendencia entre lo que vino después y lo que vino antes es algo que en la actualidad ya no suele quitarle el sueño a nadie.
La tecnología fue lo que empezó todo.
Veintitrés años atrás— Año 2345 — se creó "la cura para la muerte."
Es fantástico el creer que algo que aparentemente no tenía cura ahora sí la tenga, sin embargo, no todo es tan maravilloso como cualquiera se imaginaría.
¿Cómo puedes encontrar la cura de algo inevitable?
Un grupo de ingenieros y científicos comenzaron a hacer pruebas a partir del año 2029, aunque fue un proceso bastante tardado y difícil de concretar.
¿Cómo evitas morir?
Es relativamente sencillo. Solo tienes que tener en tu poder ciertas cosas.
Lo primero es la aplicación creada por las personas que jugaron a ser Dios, la cual fue expuesta al público "accidentalmente", sin embargo el hecho de que nunca fue bloqueada ya nos muestra la realidad de las acciones tomadas por estas personas.
No conformes con sus ratas de laboratorio, decidieron jugar con las vidas del mundo para descubrir si esta misma funcionaba.
Lo segundo que necesitas es una persona a punto de morir o la suficiente desesperación como para cometer asesinato.
Creo que con esto ya pueden imaginar la situación social presentada mundialmente en la actualidad ¿no?
La ola de crímenes se disparó justo en el momento en el que la efectividad de la aplicación se comprobó. Incluso años después, en la actualidad, hay que ser cuidadosos.
Antes de explicar como funciona esto debo preguntar; ¿creen en Dios?, o siendo más concretos ¿creen en los ángeles de la muerte?
Los ángeles de la muerte son seres neutrales cuyo trabajo es mantener el equilibrio cósmico reclamando las almas de los muertos
Suena extraño, ¿no? Pensar qué hay un grupo de personas, —Si es que se les puede llamar así—, encargadas de recibir las almas de los muertos y llevarlas para ser juzgadas, va más allá del concepto de lo "normal."
Pero, ¿Qué es normal en estos tiempos?.
Para poder evitar la muerte, ya sea tuya o de otra persona, debes ofrecer a la persona que está a punto de morir. Básicamente está persona se convierte en un sacrificio al ángel de la muerte, quien vendrá a finalizar con el ciclo de vida natural de esta persona, luego allí es donde entra la aplicación, —Cura Mortal— mientras el ángel toma el alarma del "sacrificio" son lo suficientemente vulnerables para que pueda arrebatarles su soporte de vida por medio de la aplicación, es como en la película de Ghost Busters, solo que no es una súper máquina si no un teléfono. Lo cual es mucho más peligroso dado a que está al alcance de todos.
Básicamente para vivir debes matar a la muerte.
Cabe mencionar que, además de las personas que están a punto de morir, solo personas que tuvieron un acercamiento a la muerte pueden ver a los ángeles. Es por ello es difícil atraparlos.
Hace unos años mi hermana menor fue diagnosticada con una enfermedad terminal que la mataría lentamente, gracias a los avances tecnológicos actuales los médicos pudieron calcular con exactitud cuanto tiempo de vida le restaba, es por ello intenté realizar este proceso de extensión de vida antes de que mi hermana fuera arrebatada de mis brazos. No podía ver como lo único bueno que me quedaba se esfumaba, y se que suena egoísta, pero no me importa. Después de todo, es parte de la naturaleza humana serlo. Le pedí ayuda a mi vecino, el cual tenía los días contados, al igual que mi hermana, y puse mi plan en marcha.
Todos los días iba a visitar al señor Galagan, tomábamos el té por las tardes y durante el día Amelia, —mi hermana—, le contaba lo que sucedió durante su día de escuela. Esa fue nuestra rutina hasta que el día llegó y, como la mayoría del tiempo, yo estaba ahí junto a él.
La muerte se encontraba frente al señor Galagan, era alto, llevaba una gabardina negra y un traje del mismo color. Él era realmente elegante y atractivo, un atisbo de dolor cruzó mi pecho al verlo y reconocerlo, la tristeza y el dolor me inundó.
El ángel sacó un par de hermosas alas que, al igual que su ropa, eran negras y brillantes. Rápidamente comenzó a sacar el alma del cuerpo del señor Galagan, cosa que hizo que un extraño sentimiento se posara en mi pecho.
Estaba triste, era doloroso verlo partir, pero, por la expresión de su rostro, parecía que estaba en paz.
Me apresuré a tomar y mi teléfono, abriendo la aplicación. Mis manos temblaron y mi corazón vaciló.
Lo apunté con mi teléfono e intenté quitar el soporte de vida que tenía. Si es por mi hermana, estoy dispuesta a arder en el infierno con tal de que permanezca a mi lado y viva la vida larga y próspera que se merece.
Pero él se dio cuenta de lo que hacía.
Con una de sus alas me apartó, haciendo que mi celular volará al otro lado de la sala de estar, con su otra ala me hizo a un lado. Al sacar el alma del cuerpo del señor Galagan hizo un ademán con sus manos y está desapareció.
Sentí cierta tristeza al pensar que no volveremos a ver en vida, era muy buena persona, e incluso aceptó abiertamente a dar su alma si esto le daba un futuro a mi hermana.
Pero en cambio, había fallado, los había defraudado.
—¿Por qué? —él tenía una voz grave y hermosa, pero podía sentir cierta tristeza en esta—, ¿Por qué los humanos creen que pueden ser Dios?
—No me considero Dios, simplemente estoy lo suficientemente desesperada como para enfrentar a la muerte con tal de curar a mi hermana —me acerqué lentamente al ángel, el cual se sentó cabizbajo en uno de los sillones impidiéndole ver su rostro.
—No se puede evitar la muerte, debe ocurrir de manera natural, no pueden seguir manipulándola a su antojo — guardó sus alas y me miró a los ojos.
Su piel era pálida, sus ojos preciosas joyas de diferentes colores, —podría llegar a perderme mientras miraba los hermosos ojos café y azulados—. Su cabello era igual que sus ojos, de diferentes colores, mitad albino mitad pelirrojo. Él era simplemente hermoso.
No importaba si era el portador de la muerte, él era un ángel en toda la extensión de la palabra.
—¿Cómo te conviertes en ángel de la muerte? —pregunté, sentándome a su lado.
El me miró curioso:—Sucede cuando cometes algún pecado, ofendes a Dios o actuaste de mal manera en tu vida pasada, no recuerdas lo que viviste ya que al morir decidimos olvidar. Esa es la única piedad que nos concede Dios al darnos nuestro castigo —contestó con sinceridad.
—¿Cómo el suicidio? —él se tensó—, si te soy sincera me quedan pocas razones para vivir.
El me miró por unos momentos, por lo cual, seguí hablando:—No quiero estar sola, sin mi hermana no tengo a nadie más y, cuando ella muera...
—No cometas una idiotez —él me observó, su mirada me hacía sentir extraña, provocaba que me sonrojara—, no quiero tenerte de compañera como en la guarnición de ángeles, no lo tomes a mal. Simplemente espero que vivas una buena vida humana
Supongo que ese fue un vago intento de hacerme sonreír, lo cual hice.
El ángel se levantó por lo cual tuve que alzar el rostro Para poder verlo cara a cara:—Creo que es obra del destino habernos vuelto a encontrar, Aiko — él tomó mi mano y dejó un pequeño beso en el rostro de esta, haciéndome sonrojar un poco gracias a la vergüenza.
Esta no era la situación correcta para hacer aquel tipo de cosas.
Por Dios, hay una persona muerta frente a nosotros, a pesar de eso no pude evitar sonreír y responder cordialmente.
—Lo mismo digo ¿Loyd? Pienso que es un buen nombre, teniendo en cuenta que no recuerdas el tuyo —sonreí — ¿Crees que pronto sea mi hora de morir?.
Me daba cierta ilusión que me diera un "si" como respuesta, no quiero estar sola en este mundo de mierda rodeada de personas las cuales la gran mayoría son imbéciles. Sé que es muy egoísta de mi parte, pero al menos de esa manera no tendría que ver morir a Kaede.
—No, por ahora, asegúrate de mirar a los dos lados al cruzar la calle —sonreí y él de repente abrió sus alas—. No creo que Loyd haya sido mi nombre durante mi vida pasada, pero me agrada.
—¿Nos volveremos a ver? —me acerqué a él, intentando acariciar sus alas, cosa en la que fallé ya que esquivó mi tacto de inmediato.
—La verdad, espero que no. Aún es muy pronto para ti —reí y me acerqué de a poco al rostro de el chico que acabo de nombrar como Loyd.
—¿Tú irías por mi hermana? —pregunte, susurrando en su oído.
Mis pies tambalearon gracias a que me tuve que sostener sobre las puntas de mis dedos para poder cortar la diferencia de altura, él me tomó de la cintura acercándome más a él y evitando que me cayera, mirándome a los ojos y haciendo que yo me perdiera en los suyos.
—Los niños no están en mi jurisdicción —sonrió—, pero no te preocupes por ello, sé que un buen ángel irá por ella.
Nos observamos a los ojos durante un largo tiempo, se sentía como si el tiempo se detuviera y solo fuéramos él y yo, fue como retroceder el tiempo hasta el día en el que lo conocí. Él fue el ángel que se intentó llevar mi alma cuando estuve a punto de morir. Evidentemente no lo logró.
—Quiero cruzar la calle y hacer que "accidentalmente" me atropelle otro taxi —mi chiste pareció no hacerle gracia, pocas veces él entendía mis chistes—. Los meses que pasamos juntos mientras esperabas a que muriera fue lo mejor.
Okey, eso sonó muy mal.
—Entonces, nunca te dejare sola, siempre estaré contigo —él me abrazó, sosteniéndome entre sus brazos y haciendo que, después de tanto tiempo, me sintiera realmente amada por alguien que no fuera mi hermana—. Hay muchas cosas que nunca logré decirte, nunca pude disculparme apropiadamente por mentir, tenemos muchas cosas por hablar. Estaré cerca.
—¿Cuándo pasaste de ser un ángel de la muerte a un ángel de la guarda? —dije para luego reír.
—Mataste el momento —dijo él, separándose de mí.
—Dijo la muerte — Sonreí inocente, y él solo me miró con cara de: ¿en serio?
Es realmente divertido molestarlo dado a que rara vez entendía el humor.
—Siento que aprendí más de ti en una hora que en todos esos meses —intenté cambiar de tema. Evitando un posible regaño.
—No intentes cambiar de tema — su expresión era de diversión, a pesar de que su voz sonaba con severidad, él es como un niño. De un momento a otro, una pequeña carta apareció frente a él con un nombre escrito en ella—. El deber llama.
—Me debes un teléfono — dije, sosteniendo su mano y extendiendo la otra, esperando dinero. Quería tenerlo conmigo más tiempo.
Además, no tengo mucho que hacer sin mi teléfono cuando mi hermana no está en casa.
—Me debes cinco años de una vida inmortal —levantó una ceja y yo reí nerviosa, soltando su mano y entrelazando mis manos detrás de mi espalda, intentando simular inocencia—. Adiós.
—Ten cuidado —dije, mientras sonreía.
—Me sé defender —me guiñó el ojo, de la manera especial en la que sabía hacerlo, y yo fruncí el ceño.
—me consta —apunté a mi teléfono, haciéndolo soltar una pequeña risa, de esas que eran inusuales en él.
El hombre se dio la vuelta, pero no se fue sin antes decir:—y si vuelves a intentar quitarle la vida a un ángel, te convertirás en un ángel de la muerte, Aiko —dijo, con seriedad.
La orden era clara: no lo hagas de nuevo.
Y así como apareció, desapareció.
Vivimos en un mundo dañado, en donde el ser humano evita lo que debía ser inevitable, inventa artefactos para dañar a su propia raza, enfermedades, guerras genéticas.
Lo que es meramente bueno o diferente es considerado extraño y arrojado al exilio por una sociedad ignorante de pensamientos huecos y banales.
Nadie cree en Dios y ni en el castigo que este lanzará sobre el mundo, para justificarnos usamos el pretexto: Es porque somos humanos, nos equivocamos, no somos perfectos.
Incluso yo lo hago.
Pero no son más que eso, pretextos usados para justificar un error, para intentar demostrar que no somos culpables, pero la verdad todos la sabemos.
La humanidad se condenó a sí misma.
Hola hola.
Ya se, ya se. Es un inicio confuso.
Pero, como el título del capítulo lo decía. Es una historia que comienza por el nudo. El próximo capítulo empezará por el principio.
Espero les haya gustado este primer capítulo. No olviden votar y comentar.
GRACIAS POR LEER.
y disculpen por los inconvenientes
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