N/A: Solo diré que está largo. Pero muy bomnito :'3

A medida que la hora final se acercaba cientos de autos lujosos fueron entrando al palacio. Poco a poco todos los invitados iban bajando de sus autos en dirección a la recién extendida sala del trono, tomando lugar en sus asientos de preferencia.

Sobra decir que el lugar estaba fuertemente custodiado por el ejército, por la policía capital y la guardia nacional, el servicio secreto de su majestad T/n y por supuesto, cada uno de los guardaespaldas de cada monarca, ministro, presidente o famoso.

En la entrada, un poco alejada de toda la acción estaba Soojin tachando los nombres de los monarcas invitados que fueron llegando, y que, gracias a su trabajo como secretaria personal de T/n los conocía a todos; los reyes de Dinamarca, Suecia, Noruega Bélgica y de Países Bajos fueron de los primeros en llegar respectivamente junto a sus familias, Soojin saludó a cada uno de ellos, también a los príncipes Willian y Harry, quienes amablemente saludaron a la pelirroja y se acomodaron una línea atrás de su malhumorado padre.

Cuando faltaban diez minutos para que la primera ministra y las prometidas llegarán para iniciar el evento el emperador Akira junto a su esposa y sus tres hijas llegó hasta la sala del trono, este visualizo a Soojin y se acercó a ella.

—Majestad Akira, que gusto verlo otra vez -saludó Soojin con una reverencia correspondida por Akira.

—El gusto es mío Soojin -respondió él, acomodando el corbatín de su traje- ¿Dónde está T/n?

—Afuera en lo jardines con el principe Jinyoung, está esperando a que los últimos invitados tomen asiento para ir hacia el altar -musitó Soojin, está miró su vista hacia el extenso salón, viendo como ya en su mayoría todos los invitados estaban en sus respectivos lugares- Creo que ya es hora, ¿Podría ir hacia el altar majestad?

Akira asintió, y tomando su respectivo lugar como el padrino de boda de su sobrina se hizo en el lado izquierdo del altar, en dónde Jihyo -que estaba usando su toga de jueza principal del tribunal supremo de las provincias- esperaba para presidir y oficiar el compromiso, su sonrisa enorme irradiaba toda la habitación.

Luego de unos minutos más de espera, la melodía del piano resonó por todo el lugar, y los invitados, ya sabiendo a que se debía se pusieron de pie para ver hacia la entrada.

• • • Afuera de la sala del trono • • •

T/n suspiró profundamente cuando las enormes puertas fueron abiertas. Las dos semanas de espera habían pasado demasiado rápido para ella, tanto así que en la mañana, cuando se despertó aún no podía creer que el día tan esperado había llegado.
Gracias a la ayuda de su madre, de Soojin, de Shuhua y de su suegra los preparativos habían sido terminados la noche anterior, y como ella no pudo hacer mucho solo le quedó esperar pacientemente hasta que llegara la hora.

Una estilista bastante habilidosa había hecho un excelente trabajo en ella, su maquillaje poco cargado combinaba enormemente con su vestido y su peinado. El cual había sido escogido minuciosamente para que cuando se le pusiera su nueva corona en la cabeza no quedará arruinado.

Su tío Jinyoung la miró con una sonrisa de oreja a oreja. Aquel hombre que había sido cómo un padre para ella se notaba demasiado orgulloso.

—Debo decir que, en este momento luces mucho más hermosa de lo que has sido T/n -dijo el mayor, haciendo que T/n se sonrojara- Te pareces mucho a tu madre en el día de su boda con tu padre...

La azabache sonrió, ella no estuvo presente ese día de manera física, pero gracias a unas fotografías que había visto estaba segura de lo hermosa que Sakura estaba ese día.

—Me gustaría mucho que papá estuviera aquí conmigo... -expresó T/n con una sonrisa triste, Jinyoung asintió de igual manera- Pero agradezco mucho que seas tú quien me lleve al altar Tío.

—Y yo lo agradezco mucho más -justo cuando él terminó de hablar la música comenzó a sonar, rápidamente este tomó el brazo de T/n con el suyo para entrelazarlos- ¿Estás lista?

T/n respiró, y tras cerrar sus ojos asintió. —Estoy lista.

En su mente estaba el deseo de poder ver a Tzuyu, con su vestido blanco, caminando hacia ella para jurarsen amor eterno ante todo el mundo.

Por supuesto que estaba lista.

Luego de algunos minutos en los cuales T/n caminó en medio de los invitados, está se quedó de pie en el altar junto a su tío Akira. El emperador había limpiado una lágrima de su rostro al ver a su sobrina, está lucía tan hermosa que Akira solo se pudo sentir orgulloso de estar allí presente, ocupando con mucho honor el lugar de su hermano.

Finalmente después de un rato la presencia de Tzuyu se hizo saber en todo el salón, nuevamente la música había tomado un ritmo suave, casi angelical. Desde su lugar en la distancia, T/n sintió como su corazón se detuvo al ver a Tzuyu.

La morena estaba usando un vestido blanco que le acentuaba perfectamente su delineada y perfecta figura, dejando sus hombros descubiertos los cuales recibían algunos mechones sueltos de su cabello. Tzuyu aún estaba usando la corona que había traído desde China, la cual, por obvias razones sería reemplazada por una más grande, una que en su momento usaron los emperadores consortes del pasado.

Lentamente Tzuyu se acercó con su madre hasta el altar, lugar en donde T/n las esperaba, la azabache tenía una sonrisa tan enorme que está apenas cabía en su rostro. Yen-Ling rió al ver las sonrisas de estúpidas enamoradas que las dos chicas tenían, y tras negar miró a T/n.

—Escucha muy bien lo que te diré T/n, no lo diré dos veces -dijo Yen-Ling, la azabache asintió temerosa- Estoy a punto de entregarte a mi hija, a mi niña... -su voz se quebró, al mismo tiempo sus ojos se ponían vidriosos- Quiero que la cuides como si tu vida dependiera de ello, que la ames como a nadie en el mundo, que la protejas tanto como puedas... -esta miró a Tzuyu, la cual contenía sus lágrimas para no arruinar su maquillaje- Espero que seas feliz mi niña, recuerda que tu padre y yo estamos muy orgullosos de tí.

Tzuyu no aguantó más y abrazo a su madre, Yen-Ling devolvió el abrazo con la misma efusividad que le era dado, y tras haber abrazado a T/n también fue a tomar su asiento junto a Sakura.

—Te ves... M-muy hermosa Tzu -expresó T/n, su voz sonaba un poco temblorosa- Demasiado diría yo...

Está sonrió. —Tú igual te ves muy hermosa T/n.

Su pequeña conversación fué interrumpida en el momento en que Jihyo, con toda la maldad del mundo disfrazada en una sonrisa encendió el micrófono para apagarlo poco después, está carraspeó suavemente.

—¿Puedo empezar? -esta preguntó suavemente, T/n y Tzuyu asintieron apenadas- Perfecto.

Jihyo sonrió antes volverlo a encender.

—En la hermosa tarde del día de hoy estamos aquí reunidos para unir en matrimonio a la Emperatriz de América, Su Majestad T/n ll Miyawaki Park de Myoui y a la Emperatriz de China, Su Majestad Zhou Tzuyu Yeh. En primer lugar, yo, Park Jihyo, Primera ministra del Imperio de las Provincias Unidas Américanas voy a dar lectura al acta matrimonial: Siendo las 18:00 horas del día 22 de Septiembre del año 2023, comparecen quienes acreditan ser pareja en todo ámbito legal al objeto de contraer matrimonio civil en virtud de autorización de la ley imperial 198 de la unión dinastica establecida por la emperatriz Miyeon ll en el año de 1909 -la voz de Jihyo sonaba fuerte y cada a través de los parlantes ubicados estratégicamente por todo el salón, está se detuvo un momento para poder continuar- Antes de proseguir con la firma del acta de matrimonio, el padrino de Su Majestad T/n, el emperador Akira de Japón dará unas breves palabras. Majestad...

Akira, con su nerviosismo a tope asintió torpemente antes de tomar el micrófono que uno de los ayudantes organizadores le extendió. Akira miró a su sobrina, la cual asintió. Luego este miró al público.

—Recuerdo que hace muchos años atrás, cuando tenía poco tiempo de haber sucedido a mi padre estaba sentado en una de las bancas que había en el jardín del palacio. Recuerdo bien que ese día soleado mi hermano menor, Haruto, me había llamado totalmente emocionado diciendo que, después de muchos meses de espera por fin sería padre -este dijo, riendo al ver cómo aquella hoja de papel que tenía su discurso temblaba ligeramente- La emoción que Haruto sentía cuando su pequeña niña nació fue tanta que... -sollozó- Sin haberla visto yo ya sentía que amaba a esa niña con toda mi alma... -dijo- El día que T/n nació fue uno de los mejores de mi vida, siendo acompañado por el día de mi matrimonio con mi esposa y el día que mis tres hijas nacieron. Puedo decir que, con mucho orgullo, me alegro de poder haberte visto crecer como persona, de ver cómo te convertias en una excelente mujer y en una gran líder... Mis recuerdos de aquella niña revoltosa que adoraba estar jugando todo el tiempo en lugar de cumplir con sus deberes serán atesorados en mi corazón hasta el día que mi tiempo en esta tierra finalmente acabe, siendo uno más de mi mayor tesoro -para ese momento, el emperador y casi todo el mundo habían comenzado a llorar en silencio, este había guardado la hoja en el bolsillo de su traje- Como tu tío, siento el inmenso honor de poder estar aquí, en el lugar de tu padre, sé qué Haruto estaría muy orgulloso de verte ahora mismo, al igual que yo... Con todo mi corazón deseo que la felicidad abunde en tu vida de ahora en adelante T/n, que puedas ser feliz junto a esa hermosa señorita que el día de hoy será tu esposa. Para que puedas guiarla a ella y a todo el mundo a una era de prosperidad. Ya para terminar, quiero darte las gracias por permitirme ser tu padrino, quiero que cuentes conmigo para lo que sea que necesites.

Finalizado el discurso, Akira abrazo a T/n y a Tzuyu, deseándoles de manera más privada todo lo que había dicho anteriormente, luego retomó su lugar como padrino y testigo. Jihyo limpió sus lágrimas con un pañuelo para poder seguir.

—Muchas gracias majestad por sus hermosas palabras -musitó Jihyo sonriendo levemente- A continuación, siguiendo con la ceremonia, yo, Park Jihyo, primera ministra de América, confirmo y autorizo el matrimonio civil entre su majestad T/n y su majestad Tzuyu el día 22 de Septiembre del año en curso, estableciendo además la unión dinastica entre T/n Miyawaki de Park y Myoui, Emperatriz de América, nacida el día ___ del mes ___ del año de 1997 y Tzuyu Zhou, Emperatriz de China, nacida el día 14 de junio del año de 1999, llevando a cabo esta ceremonia en la ciudad capital de Washington D.C, declarando así, la unión de la casa real de Miyawaki y la casa real de Zhou en la dinastía Sino-Americana renombrada como "La casa imperial de Miyawaki Zhou de Park y Myoui", otorgándole todo el poder imperial como  sus iguales en todos los ámbitos a sus majestades. A continuación, se hace hincapié en el carácter laico que le otorga el Código Civil Imperial a la institución del matrimonio, declarando que “Las esposas se comprometen a desarrollar un proyecto de vida en común basado en la cooperación, la convivencia y el deber moral de fidelidad a su cónyuge, prestandose asistencia mutua hasta que así lo dicte el destino" -inmediatamente cuando Jihyo terminó de leer el protocolo, esta alzó su mirada  hacia T/n y Tzuyu, pronto, la hermana menor de T/n se acercó hasta ellas con una almohadilla en sus manos dónde reposaban dos sortijas de oro y diamantes- Así qué... ¿Usted, Miyawaki T/n, acepta a Zhou Tzuyu como su legítima esposa, a la cual deberás de amar, cuidar, apoyar, respetar como tú igual en todo sentido y consolar en la salud, en la pobreza y en la enfermedad hasta que la muerte las separe?

T/n trago duro, y tras tomar aquella sortija para ponerla en el dedo de Tzuyu asintió. —Si, acepto -musitó nerviosa, sonriendo enormemente.

Jihyo sonrió de igual manera y se giró para mirar a Tzuyu. —¿Y usted, Zhou Tzuyu, acepta a Miyawaki T/n como su legítima esposa, a la cual deberás de amar, cuidar, apoyar, respetar como tú igual en todo sentido y consolar en la salud, en la pobreza y en la enfermedad hasta que la muerte las separe?

Tzuyu, igual de nerviosa asintió sin dudarlo. —Acepto.

Tras decir sus votos y de haber puesto sus sortijas en ambas manos, Tzuyu y T/n procedieron a firmar el acta que las unia en matrimonio.

—Y por el poder que Su Majestad T/n ll me confirió como primera ministra de América yo las declaró esposa y esposa, ya pueden besarse las novias.

En medio de la euforia con tal acontecimiento, T/n rió y miro fijamente a Tzuyu a los ojos. La morena estaba hermosa, tan bella como T/n siempre la había recordado. Lentamente la azabache se acercó hasta Tzuyu, con sus rostros tan cerca de si podían sentir sus respiraciones aceleradas. Poco a poco sus labios se fueron acercando hasta que, finalmente, estuvieron juntos. Aquel beso lento -que era el segundo desde que se habían reencontrado- fue celebrado por casi las mil personas que estuvieron presentes allí. Luego de unos segundos estás se separaron en medio de risas y lágrimas para abrazarcen casi de inmediato, culminando de una manera especial su primer beso como esposas. Gritos, silbidos y aplausos en medio de los flashes de la cámara era lo único que se podía escuchar en aquel salón.

Pero para T/n lo único que importaba era la mujer de pie a su lado.

En ese momento T/n recordó todo lo que había sucedido antes de ese día, el como una indefensa y desesperada Tzuyu había dejado de lado su orgullo para buscarla en busca de ayuda. Si a la azabache le hubieran dicho hace ocho años atrás que está terminaría casada con aquella mujer que había roto su corazón esta habría creído que era una vil mentira, algo casi imposible. Pero ahora no era una fantasia, era una realidad.

Con esto realizado, la primera parte de su plan estaba completa. Pronto T/n podría regresar a China siendo la monarca de todo el país, y junto a su ahora esposa llegaría a reorganizar a todo el país desde cero. Y por supuesto, aniquilar a aquellos escoria que osó molestar a Tzuyu.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Tzuyu tomó su mano con fuerza. Está le estaba sonriendo, pidiéndole indirectamente que dejará de pensar en aquello y se concentrará en su presente.

—Gracias por estar ahí para mí... Por hacer todo esto -musitó Tzuyu- No sabes cuánto te amo T/n...

Y T/n sintió como su corazón latía con fuerza en su pecho tras escuchar esas palabras provenientes de Tzuyu.

—No tanto como te amo yo, Tzuyu.

Y, tras otro corto y amoroso beso ambas mujeres salieron de allí, dispuestas a enfrentar su destino, solo que ahora lo harían juntas.

N/A 2: tuve que hacer una investigación de casi dos horas sobre como se hace un matrimonio civil, lo que diría un sacerdote en una boda y por lo menos investigar cómo es un matrimonio entre los monarcas de un país. Fue demasiado largo alv, delen mucho amor a mi esfuerzo xfi :3