𝐄𝐌𝐏𝐈𝐑𝐄 - 16
—¡Señor Wong, señor Wong!
El viejo encanecido caminaba por los pasillos del palacio en total silencio, su secretario, un joven inexperto con ganas de tener poder se le acercó a toda prisa hasta llegar a él, el anciano lo miro confuso mientras esté recuperaba el aliento. Cuando terminó de hacerlo recompuso su postura y reverencio al anciano.
—Concejal Wong, debe de acompañarme -este dijo entrecortadamente, el anciano frunció el ceño- es la emperatriz Zhou... Tiene... Tiene que venir a-ahora mismo...
Al escuchar el nombre de la menor el enojo del anciano incrementó, rápidamente y sin hacer preguntas siguió al joven a través del palacio, en pocos segundos ambos llegaron hasta una de las salas de servicio del personal, los que estaban allí viendo la televisión reverenciaron al anciano y rápidamente salieron de la habitación, el concejal siguió derecho hasta quedar a una distancia prudente del televisor.
Su enojo incrementó más al ver a Tzuyu allí, sentada junto a una mujer de cabello negro azabache, las manos de ambas mujeres estaban juntas enseñando unos lindos anillos de diamante y según lo único que pudo entender de lo que estás decían en inglés -y con los subtítulos en coreano y japonés- se trataba de un compromiso marital recientemente anunciado.
—¿Quién es esa mujer y qué mierda están diciendo? -preguntó el anciano furioso, su lacayo se acercó para traducir la noticia de manera más eficiente.
—Ella es la emperatriz T/n ll, la monarca de América -respondió él, el anciano Wong suspiró derrotado- La emperatriz T/n está anunciando su compromiso con la señora Zhou.
—¿Y por qué demonios Tzuyu está en América y con esa mujer? -este preguntó, más el lacayo no pudo responder- Si de verdad esas dos lesbianas anunciaron su compromiso estamos jodidos. ¡Realmente jodidos! -gritó- ¿Por qué la dejaron salir del palacio?
—Por que es la emperatriz... -este dijo e inmediatamente agachó los hombros ante la mirada que le dió el mayor- L-lo siento mucho señor... Pero mi deber como su súbdito es aceptar y ejecutar la orden de mi señora... Sea cual sea y sin importar quién no esté de acuerdo...
El anciano asintió. El joven lacayo tenía toda la razón.
—No te envío a la horca solamente por qué me eres bastante útil -dijo- pero no quiero que esto se repita -el joven asintió temeroso- Lastimosamente, con alguien tan poderoso como la emperatriz T/n en el tablero de juego nuestros planes han cambiado, debemos de planear una nueva estrategia.
—¿Cuáles planes?
Luego de apagar el televisor, joven y maestro salieron de ahí en dirección a la oficina de la emperatriz. Wong caminaba con sus manos tras su espalda, con su ceño levemente fruncido.
—He estado planeando algo durante casi treinta años, he hecho muchas cosas malas que me asegurarían un juicio en la corte internacional de La Haya, y todo iba muy bien, pero con T/n metida en esto debo de cambiar todo -este dijo, el joven asintió- No dejaré que todo lo que he hecho se venga abajo.
—¿Tan poderosa es esa mujer? -preguntó el joven sorprendido.
—Por supuesto, estamos hablando de la mujer que gobierna sobre dos continentes enteros y que tiene el mayor y más poderoso ejército del mundo, que además podría comprar el puto planeta entero con todas sus riquezas -este explicó, dejando boquiabierto al otro- T/n es una mujer tranquila, serena, pero también es poderosa y puede llegar a ser jodidamente peligrosa si se lo propone -dijo- Sea lo que sea que tenga en mente hay que reaccionar antes, no dejarle más opciones.
—¿Y si mejor no hacemos nada?
El concejal se detuvo a escasos centímetros de abrir la puerta de la oficina de Tzuyu, y sin siquiera girarse respondió.
—Mira, idiota -pronunció, apretando con fuerza la manija de la puerta- Mi destino siempre fue gobernar sobre toda Asia, y yo no asesiné al primer emperador en vano. Así que, haré lo que sea necesario para terminar lo que ya inicié hace once años.
Sin más y sin esperar a que el otro respondiera el concejal se encerró en la oficina, dejando al pobre lacayo con la mano alzada y las palabras en la boca.
Tras terminar la rueda de prensa y de que el equipo de periodistas haya dejado el palacio, T/n y Tzuyu se habían retirado al jardín trasero del palacio en busca de un momento de paz.
El día había sido muy largo y muy ocupado. Habían soltado la mayor noticia de ese día, y posiblemente del año, así como si nada, decir que todo el continente enloqueció es poco.
La suave risa de Tzuyu había llenado de gozo al corazón de la azabache, quién enternecida admiraba al rostro feliz de la menor.
¿Quién hubiera creído que ese perfecto y tierno rostro había sufrido días antes?
T/n no podía terminar de entender eso.
Tzuyu merecia ser feliz. Ella la haria feliz.
Pronto su pequeño momento fue interrumpido por Soojin y Shuhua. Ambas chicas habían retomado su amistad -relación- pasada en ese tiempo, y ahora, con sus dos monarcas comprometidas se podría decir que ahora su trabajo estaría más que unido.
La pelirroja llegó hasta la mesa del jardín, y tras ofrecer una reverencia le entrego el iPad a T/n. Tzuyu veía todo con curiosidad.
—¿Qué es esto? -preguntó T/n. Tzuyu se hizo a su lado.
—El informe de tu "operación ZHOU" -explico Soojin haciendo señas con sus dedos- Las bases militares de las Filipinas, de Corea y de Japón están en posición. Por el momento hemos hecho pasar esta masiva movilización del ejército del Pacífico como ejercicios Navales y patrullaje marítimo, no hay noticias malas y por ahora, solo por ahora, todo está saliendo como debería.
—¿Tan rápido movieron a un ejército entero por todo el Pacífico sin levantar las alarmas de alguien? -preguntó Shuhua incrédula- ¿No? ¿De verdad?
—Por más irreal que parezca -explico Tzuyu riendo- Entonces... Sobre lo otro...
La bombilla de T/n se iluminó.
—¡Oh, por cierto! -dijo está emocionada- He estado pensado mucho desde ayer sobre el lugar donde haremos la ceremonia -dijo, Tzuyu se sonrojó- ¿Dónde quieres que se realice? -preguntó- Yo he pensado que... Cómo sabes, no tengo afinidad con ninguna religión en específico, entonces... Pensé en hacer una ceremonia pequeña aquí en el palacio, con amigos y familiares, podría decirse una especie de "matrimonio civil" aquí en América y ya en China hacer una ceremonia religiosa con tus creencias. Claramente solo seríamos nosotras, tu madre y mi familia. No sé. ¿Tú qué opinas Chewy?
—¿Una ceremonia budista en un templo? -preguntó, T/n asintió- ¿Harías eso por mi?
T/n asintió de inmediato.
—Estoy dispuesta a enfrentar a medio mundo solo para estar contigo, créeme que haría eso y más -esta explicó mientras juntaban sus manos- Si está en mis posibilidades lo haré.
Y justo cuando estaban a punto de besarse una tos bastante falsa y un estornudo las interrumpieron. Soojin se sonrojó y Shuhua sonrió inocente cuando las miradas de T/n y Tzuyu recayeron en ellas.
—Entonces... Comenzaré a planear la ceremonia, mandaré a imprimir las invitaciones y la comida, decoración y eso, la emperatriz Sakura y la princesa Chaeyeon me ayudarán en eso, solo las vamos a necesitar para las pruebas de vestidos y los votos nupciales -dijo Soojin, T/n suspiró derrotada al no tener otra opción.
—Y yo la acompañaré... Y también reservaré el templo donde se casaron el tío Yi Cheng y la tía... Si, adiós.
Tzuyu solo miró a T/n con una sonrisa, la cual simplemente reía al ver cómo sus dos amigas planearian su boda, sin contar con su opinión.
—Esto será interesante... -musitó Tzuyu suavemente, poniendo su cabeza en el hombro de la mayor.
Mi niña siempre tan perfecta uwu
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