—Provocaste un gran escándalo hace un momento.

T/n sonrió ante las palabras de su tío, el emperador Akira caminó hasta donde la azabache y Tzuyu estaban sentadas, con el fin de la reunión los demás monarcas salieron del salón para ir hacia los palcos del palacio y ver los últimos desfiles del día -que concluirá con un último desfile militar en honor a los héroes caídos durante la revolución y las guerras mundiales- para el día siguiente ir hacia el estadio de fútbol de Washington y dar inicio a la tan esperada copa del mundo que se llevaría acabo en el continente Americano.

Volviendo a lo otro, el emperador Akira se sentó frente a ambas mujeres, dejando un pequeño espacio entre ellas y él. Este miró a Tzuyu.

—Hace mucho tiempo no te veía pequeña -este sonrió, la morena también lo hizo- ¿Sabes? Jamás pensé que mi sobrina terminaría casándose con la hija de mi mejor amigo -luego se dirigió a T/n- Esto... ¿Tiene que ver con el favor que me ibas a pedir?

La azabache asintió. —Ya te había hablado un poco de eso tío -respondió T/n- Sé que no te gusta insmiscuirte en los problemas ajenos, pero en esta ocasión es muy necesario -agregó, Akira asintió levemente- Pero también sabes que no te pediría esto a menos que sea total y exclusivamente necesario.

—Comprendo -musitó el mayor, posando su mano en su barbilla- Cómo sabes, antes de que nuestra familia tomara el control de Japón el antiguo emperador Hirohito firmó ese tratado con tu abuela en el cual le prohibía tener un ejército de manera permanente, así que si buscas mi ayuda puedo dártela en lo que sea, menos con eso.

—Por supuesto que sé eso tío, pero tiene que ver con algo más -dijo T/n- Básicamente en estos momentos Tzuyu está exiliada aquí en América, si quieres más detalles sobre eso te los daré después -Akira abrió sus ojos sorprendido- El favor que te pediré es más o menos como...

—¿Cómo...? -continuó el mayor.

T/n suspiró, Tzuyu le ofreció su mano como apoyo.

—Requiero de tu autorización para mover una flota hacía el mar del este -dijo la azabache, apretando la mano de la morena, todo bajo la atenta mirada de su tío- Esto es solo de manera preventiva, el concejal Wong ha estado haciendo de las suyas en China, y yo sé que una invasión no es la solución para detener esto, pero si las cosas no funcionan de la manera diplomática se tiene que usar la fuerza -agregó- al Tzuyu haber aceptado ser mi esposa tengo el derecho de intervenir militarmente en China, pero movilizar un ejército entero por el Pacífico es muy tardío, además de costoso.

Akira desvío su mirada.

—¿Entonces el favor que me pides es que yo te permita estacionar un ejército entero en mi nación, alertando a todos los países del sudeste asiático por si las conversaciones salen mal con este concejal Wong? -este intuyó, T/n y Tzuyu asintieron- Eso es... Algo... Bastante complejo... Por mi decir imposible.

T/n asintió, dándole la razón. —Podemos utilizar esta operación como una excusa de ejercicios militares conjuntos entre América y Japón, puedo decir que los estamos preparando para que los japoneses se puedan defender por si algo llega a ocurrir -musitó- Al momento en el que haga público mi compromiso con Tzuyu muchas personas importantes se disgustaran, entre ellos este concejal, y antes de que eso suceda quiero tener un As bajo la manga, una precaución por si las cosas se ponen feas.

—Entiendo -respondió el mayor- Si es para proteger a Tzuyu estaré dispuesto a ayudar -dijo,  Tzuyu respiró aliviada- Entonces, ¿De que tanto estamos hablando?

Después de aceptar vendría lo más difícil.

—Cuatro portaviones saldrán de Pearl Harbor mañana en dirección a las islas de Shikoku y Kyushu, estarán estacionados allí entrenando a tus tropas y a la espera de movilización, en Corea ya tenemos siete destructores y tres Portaviones nucleares atracados en Incheon y en la isla Jeju, y en las Filipinas hay cuatro submarinos de propulsión nuclear -respondió T/n, sorprendiendo tanto a Tzuyu cómo a su tío- He utilizado mis influencias y cobrado algunos favores para hacer esto, desde el primer momento en el que Tzuyu me pidió ayuda he estado moviendo mis fichas en total secreto, pero como te dije, necesito un poco más de ayuda para tener por lo menos todo el Pacífico sur cubierto para actuar en el peor de los casos. En total para el día Sábado tendría al rededor de cinco millones de soldados y de efectivos en el Pacífico.

—No había visto tanta presencia militar en Asia desde lo ocurrido durante la segunda guerra mundial -agregó Tzuyu incrédula- Al menos se puede sacar la excusa de los ejercicios militares y la lucha contra la piratería... ¿Pero y si las cosas no salen como queremos?

—Habrá que recurrir a otros métodos -respondió T/n- Mi prioridad ahora mismo es tenerte a salvó, y si para eso debo de entrar en guerra con todo el mundo entonces lo haré -agregó, viendo a Tzuyu directamente a los ojos- Todo saldrá bien.

Akira sonrió ante la imagen frente a él.

—Cuenta conmigo -dijo él- Haremos esto posible.

—Tío, ¿Puedo pedirte otro favor? -preguntó T/n, Akira asintió- Puedes... ¿Ser mi padrino de boda?

El mayor se limitó a sonreír y asentir otra vez.

—Estaré encantado.

Finalmente, los tres salieron de la sala de reuniones para reunirse con sus homólogos en los balcones del palacio.

Mientras Tzuyu veía a las personas pasar y festejar está no pudo evitar sonreír. T/n estaba haciendo hasta lo imposible para que ella estuviera feliz, había movilizado a gran parte de su ejército en total secreto, todo por ella.
La azabache estaba cumpliendo la promesa que le había hecho años atrás sobre mantenerla a salvó.

Entonces, ¿Ella realmente merecía eso?

Realmente no, ella le había hecho cosas que no merecían tener perdón, pero T/n había hecho a un lado eso y estaba haciendo tales cosas por ella.

Sin pensar más la morena llegó a la conclusión de que definitivamente no merecía eso que estaba sucediendo, pero ella quería ser egoísta, si T/n quería hacerla feliz a toda costa... Entonces Tzuyu también haría lo mismo.

Lo primero que haría sería dejar todo por T/n. Iniciando desde ahora.