𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎| Espera por mí
Espera por mí...
Otra vez.
Como una tonta, Minju había caído y, por si fuera poco, tenía a Jeon metido no solo en su cabeza, sino también entre las piernas.
De nuevo, el sudor resbalaba por sus cuerpos tornándose uno solo, impiendo descubrir de quien era cual. Las uñas largas de Minju se enterraban en la carne de la espalda masculina mientras el chico estaba con el rostro metido entre su cuello jodiéndola con fuerza. La estaba follando como un animal, pero eso a ella le gustaba. Le gustaba la manera en que Jungkook se adueñaba de su cuerpo, de cómo la hacía suya de esa forma tan exquisita y posesiva.
Se suponía que ella había ido a su piso a hacer el bendito trabajo que tenían pendiente porque en su edificio no estaba permitida la entrada a hombres —ni siquiera a los repartidores—, pero no, ella tuvo que ser débil y caer. Aunque no podía negarlo, ese jueguito de seducción que Jeon había iniciado se le hizo irresistible, consiguiendo tenerla en la palma de su mano con vía libre para hacer de ella todo cuanto se le antojase.
—¿Te gusta? —preguntó con el rostro aún en su cuello—. ¿Te gusta cómo te lo hago? ¿Te gusta como te estoy follando?
Minju no podía hablar, tan solo asentir y responder con gemidos que arrojaban palabras inentendibles. En ese espacio, que se sintió reducido por la magnitud de la tensión sexual entre ambos cuerpos, Jungkook estaba haciendo de las suyas al poseer el cuerpo de la joven. Llevaba días sin poder follar, y no que no quisiera, sino que simplemente su cuerpo parecía no encajar con nadie. Con nadie que no sea Oh Minju, pensó en el acto.
Se acomodó en una nueva posición y terminó por arrancar la blusa de la chica, rasgando la tela en el proceso. Estaba siendo brusco, salvaje; era tosco y todo un bruto, pero eso a ella le gustaba y no pensaba detenerlo. Su cuerpo había generado estrés los últimos días y estar así era mejor que ingerir quilos y quilos de helado y puras golosinas que al final terminarían haciéndole subir de peso.
—Espera, espera —le detuvo cuando él estuvo por colocarla de una manera más bestial.
—¿Qué sucede? —preguntó Jeon entre jadeos, el sudor cayendole a borbotones de la frente y sien y perdiéndose en el abdomen femenino.
Maldijo entre dientes al sentir el pálpito del miembro masculino, aún invadiendo su femineidad.
—Dame un respiro. Un par de segundos serán suficientes —aclaró al ver el gesto descompuesto de Jeon.
—¿Ya? —la impaciencia era evidente en su tono de voz, lo cual le pareció tierno a Minju en ese instante, pero también desubicado por pensar de esa manera.
—Sí, ya.
No hizo falta que dijera más. Jungkook aceptó gustoso la respuesta y volvió a jugar con su interior. Inició con penetraciones suaves, tan lentas que resultaban tortuosas, para seguidamente volver al ritmo habitual: rápido y duro.
Jungkook se sintió como si sus dedos tocasen el cielo, pero solo era Minju enterrando sus uñas en la carne de su espalda debido al placer. Eso, para él, era la gloria.
***
—Entonces, ¿ahora sí podemos empezar con el trabajo?
Jungkook rió ante la pregunta de su compañera y asintió. Ella, un tanto disgustada, procedió a sujetarse el cabello con una liga que instantes atrás sacó de su bolso y se colocó los lentes de lectura para empezar a leer las investigaciones que Jeon había preparado con suma atención. A él la imagen le resultaba sexy, y empezaba a ponerse duro de nuevo. Minju no vestía nada más que la ropa interior, que era negra y de encaje —como si hubiera ido preparada para algo más que hacer la tarea—, portando esas gafas de pasta negra y utilizando el cabello en una cola de caballo... era la clara imagen de portada para una película porno.
Pero solo yo la he podido ver así, se dijo a sí mismo con arrogancia y hasta cierto punto sonando prepotente.
—¿Quieres jugo? O algo más para beber, si te place —ofreció, ella solo asintió sin devolverle la mirada.
Él no se sorprendió. De hecho, hacía tiempo que se acostumbró a no recibir una mirada de la chica después de hacerle una pregunta y ella estar así, tan concentrada en sus tareas. Y no le molestaba en absoluto, más bien se sentía complacido de que así fuera. Le gustaba la Minju activa y desinhibida a la hora del sexo —lo volvía loco, más bien—, pero le encantaba aún más la Minju aplicada y dedicada a su carrera. Era contradictorio todo lo que Jungkook sentía, y aunque por fuera se mostrase como un patán de lo peor —incluso con la misma Minju—, lo cierto es que por dentro su interior explotaba cada vez que la tenía cerca.
Joder, no le gustaba nada el sentimiento, pero tenía muy claro que ya era demasiado tarde como para detenerlo.
—Gracias —sonrió y a Jeon casi se le detiene el corazón al verla.
Asintió, carraspeó con un poco de fuerza, y se acomodó a su lado. Estaban en el suelo, Minju ya había hecho de las suyas y se había apoderado de la mesa de centro que tenía en su departamento al desperdigar todos sus libros y cuadernos sobre esta, la laptop de Jeon era utilizada por ella y ahí revisaba incluso las diapositivas que él preparó con anterioridad.
—Me sorprende —dijo al cabo de unos minutos, Jungkook dejó de jugar con las puntas de su cabello y le prestó atención—. Has conseguido un buen material —alagó—. Estoy segura de que obtendremos una nota alta con esto. Bien hecho.
—Ya me conoces, soy bueno en todo lo que hago.
—Lo sé —Minju entendió el doble sentido con que hablaba Jeon, pero prefirió ignorarlo—. En ese caso, solo tendría que transcribir y hacerle unos pocos retoques.
—¿En serio?
—Sí. Terminaré pronto.
—Por mí, puedes tomarte todo el tiempo que desees —el entrecejo de la chica se arrugó, lo que a Jungkook le resultó lindo y tierno a la vez—. ¿Qué?
Los ojos de Minju se entrecerraron en su dirección, como si estuviese buscando algo en específico; incluso se acercó un poco más de lo esperado, tomando por sorpresa a Jeon, aunque él permaneció firme en su sitio.
—¿Estás bien? Te notas... diferente —Su única respuesta fue encoger los hombros, no le daría una respuesta más clara ni precisa, mucho menos cuando eso terminaría por exponerlo—. Como sea, si puedes, pide algo para comer, por favor. Muero de hambre.
Como para hacerlo más creíble, el estómago de Minju rugió en el momento que terminó de hablar.
—Puedo notarlo.
Jeon rió y se puso de pie rápidamente para alcanzar su teléfono y pedir comida a domicilio; aunque lo hizo más para evitar que su corazón latiese más de lo que ya lo hacía. Ver a Minju con el rostro sonrojado no era bueno para él porque sus pensamientos no dudaban a la hora de desviarse. Y aunque él pudiera, no estaba seguro de si ella podría soportar una follada más.
La comida llegó casi cincuenta minutos después, y entre reclamos y quejidos por parte de la chica, Jungkook procedió a apartar los libros y todo el material con sumo cuidado para poder comer cómodos.
—Dios, justo ahora decides ponerte exquisito con la comida —le reprochó, llevandose el primer bocado a la boca—. ¿No podías simplemente pedir algo más sencillo?
—Calla y come de una vez —ordenó, pero el tono de su voz era suave en comparación a otras veces.
Se mantuvieron en silencio mientras comían, el único sonido que se escuchaba era el que hacían al masticar la comida; y la música de fondo que Minju colocó en algún momento. Al finalizar, Minju continuó con la tarea y no se detuvo hasta poner el punto final.
—Muy bien, he terminado aquí —se puso de pie, cerrando la portátil, y fue por su ropa, la cual se colocó a una velocidad desmedida.
Jungkook frunció el ceño, mas no dijo nada.
—Esto es tuyo —le dijo, intentando entregarle un listón rojo que rodeaba uno de los muslos de la chica, pero negó.
—Quédatelo, es para ti.
—¿Qué?
Decir que estaba confundido no bastaba.
—Acéptalo como un regalo de despedida.
—¿De qué diablos hablas?
Minju suspiró. Estaba cansada de esa relación infructuosa. Si bien recibía todo el placer que esperaba y más, no era suficiente. Tenía veinte años, muy pronto veintiuno, pero ansiaba vivir ese momento en el que puedes experimentar tener un noviazgo por primera vez. Y sabía, mejor que nadie, que con él nunca lo tendría. Había descartado también a Taehyung, por supuesto. Sobretodo porque hacía un par de días atrás, mientras hablaban, él dejó muy claro que jamás dañaría una amistad con tal de experimentar una relación con dicha persona. Así que no. El lugar de Minju no eran ni Kim Taehyung, ni Jeon Jungkook.
—Hablo de que esta es la ultima vez que tú y yo tenemos sexo —aclaró con simpleza, encogiendo los hombros dispuesta a marcharse.
—Minju...
—Lo pensé mucho, ¿sabes? Pero no creo que tu y yo vayamos a funcionar, tú eres más del libertinaje y la vida vohemia, y yo no pertenezco allí —habló con tanta sinceridad que Jeon no tuvo más opción que dejar ir su brazo.
—¿Entonces se terminó?
—No puedes darle fin a algo que nunca inició —señaló la chica—. Pero sí, digamos que se terminó y quedemos en buenos términos, ¿te parece?
Su "buenos términos" no hablaba de mantener una amistad, tampoco de mantener contacto; era algo más como "si nos vemos en la calle, nos saludamos", pero solo hasta ahí.
—Como quieras.
—Gracias por todo, Jungkook. Me encargaré de hacerle llegar al maestro Baek nuestro trabajo —se inclinó sobre sus pies y depositó un casto beso en la mejilla masculina—. Algún día llegará la persona indicada para nosotros. Hasta ese día, se feliz.
Le sonrió una última vez y se marchó, dejando a Jeon con un amargo sentimiento palpitando en su interior.
Sí, tal vez estar separados el uno del otro era mejor. Y aunque Jungkook no esperaba nada de amor, confiaba en que tal vez, algún día, las palabras dichas por Minju se cumplirían y cada uno estaría con su persona correcta.
Holaaaaa. Gracias por leer hasta aquí. La verdad es que es la primera vez que escribo una historia así, al principio pensaba darle otro final (no el cliché donde quedan juntos), pero me gustó como quedó aquí, así que eso es todo.
Ojalá les haya gustado leer así como a mí escribir este mini fic. Fueron casi tres semanas en donde me planteé una y otra vez si debería o no escribirlo y darle fin, pero amé mucho el proceso y también el significado que Minju tiene para mí.
Gracias a todxs. ♡
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