Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

3. Chocolates por un beso

-¿Entonces estás castigada?.-Me preguntó Yuna como por décima vez en la mañana.

Lo que más odiaba es tener la mañana libre y no emplear mi tiempo en nada útil. Al parecer las dos primeras clases habían sido canceladas y no es como que eso me hiciera feliz del todo.

-Sí, por todo un mes y sin celular.-Le aclaré una vez más jugueteando con los mechones sueltos de mi cabello que caían sobre mi hombro.-Solo un milagro disolvería ese estúpido castigo.-Aquello último lo murmure más para mí que para Yuna.

Mis padres fueron demasiado radicales conmigo, solo es un tonto chupetón que ni siquiera lo tengo por gusto propio, todo fue culpa de ese chico. Como es posible que un desconocido que conozco desde hace una semana y dos días haya sido capás de hacerme bajar la guardia así y para colmo dejarme una marca morada en el cuello, es un lunático. Sí, eso era Nishimura Riki.

-Vaya, nunca me hubiera imaginado que una chica como tú pudiera ser castigada.-Murmuro Yuna con sorpresa. No la entendía, ¿Qué acaso era un ser de otro planeta o algo así para no ser castigada? Todos los chicos de mi edad son castigados, ni siquiera entendía a que se refería con eso de "Una chica como yo".

-Una chica como yo.-Reí levemente sin gracia. Porque siempre tienen que decir cosas así de mí, no los entiendo.-¿Qué quieres decir con eso?.-Le pregunte frunciendo mi entrecejo, algo tensa.

Yuna abrió sus ojos de golpe y movió sus manos frente a mí en un gesto por remediar lo que dijo.

-No me lo tomes a mal.-Soltó una leve risa nerviosa mientras rascaba su cuello algo avergonzada.-Solo quiero decir que te ves como alguien que nunca se metería en líos, ya sabes una buena chica.-Se explicó mordiendo su labio inferior con nervios.

La miré unos segundos, algo desconcertada por su argumento. A veces me pregunto por qué las personas creen eso de mí, soy un ser humano como todos, no soy una santa y mucho menos alguien correcta que no cometa errores. En sí es gracioso, pero a la vez sofocante. ¿Esos dos chicos también pensarán eso de mí?

Saqué aquellos pensamientos de mi cabeza y decidí cambiar de tema antes de que dijera algo hiriente o que no suene muy bien ante los oídos de Yuna.

-Bueno.-Me aclaré la garganta llamando su atención.-¿Dónde está Danielle?, es raro no verla por aquí.-Reí algo nerviosa y vi como Yuna se quedó viéndome fijamente para luego fruncir su ceño sonriéndome finalmente de forma ladina.

-Creo que está dando una clase de tutoría a los de primer año. Siempre suele hacer esta clase de cosas en su tiempo libre.-Me explicó algo pensativa recibiendo un sentimiento de cabeza de mi parte.-Creo que podrías hacer lo mismo tú también eres muy inteligente o eso me dijo Danielle, como es parte del concejo estudiantil ella tiene acceso a las notas, dirección y expediente de los estudiantes así que me dijo que tus notas eran increíbles.-Yuna me miro con un brillo singular en sus ojos, provocando una sonrisa nerviosa en mis labios.-¿Por qué no te postulas para el concejo estudiantil pienso que hay puestos libres?.-Me preguntó Yuna con ilusión, pero de mis labios solo salió una mueca de disgusto.

-No creo que eso sea para mí.-Me excuse algo nerviosa y no mentía, esa clase de cosas, no eran de mi agrado, mucho menos cuando estaba en un nuevo lugar. Simplemente, hablar en público y dar órdenes no era lo mío.

-Entiendo, sería genial tener dos amigas importantes.-La pelirroja me sonrió alegremente y yo solo pude reír era muy tierna aunque algo intensa para alguien que disfrutaba tanto del silencio como yo.-Por cierto.-Al escucharla hablar de nuevo mis ojos fueron hacia ella.-No tienes calor recién entramos en verano, ¿Por qué traes un abrigo?.-Me pregunto extrañada y sentí que el sudor frío bajaba por mi nuca.

Tan obvio era que me había puesto un abrigo en pleno verano solo para esconder mi cuello y que no se vea el feo moretón en este. Sí, al parecer yo era la persona más obvia del mundo o Yuna era demasiado observadora.

-Buenos días, muñeca.-Sentí un casto beso sobre mi mejilla que me hizo sobresaltar y sentir un escalofrío que me recorría por completo cuando el responsable de mis desgracias metió su cabeza por el hueco que había entre mi cuello y hombro.

No sabía si agradecerle por salvarme de la pregunta de Yuna quien nos veía con la mandíbula casi en el suelo o quizás matarlo por ser el causante de mi castigo. Debería pegarle ahora mismo por ser tan idiota.

-Quítate.-Le dije de mala gana usando mi mano para quitar su cabeza de encima de mí.

-Ah, espera eso duele Bethy.-Se quejó cuando lo empujé hacia atrás sacándolo de encima de mí.-¿Por qué me ves como si estuvieras planeando mi muerte en tu cabeza.-Me preguntó en un tono burlón haciendo que frunciera más mi ceño.

Rodé mis ojos y volví mi vista hacia la ventana a mi costado izquierdo, viendo cualquier cosa que no sea los ojos de Riki buscando mi mirada. Yuna me veía a mí y luego a Riki para después mirarme de nuevo, se veía desconcertada y a la vez emocionada, pero que tenía de emocionante esto.

Hubo un rato de silencio en el que solo se escuchaban las voces de nuestros compañeros hablando hasta que Riki decidió acabar con mi paciencia.

-¿Estás en tus días?.-Me pregunto de forma repentina, poniéndose serio, entrecerrando sus ojos felinos al verme.

Sentí el calor subir a mi rostro y lo miré mal como si quisiera aniquilarlo con solo la mirada.

-Eso no te importa.-Le dije entre dientes sintiendo mi cara arder.

Riki solo asintió y salió del salón como si nada sacando un largo suspiro de entre mis labios.

-Eso fue raro.-Murmuró Yuna mirando la puerta por donde había salido Riki.

-Él es raro.-Murmuré de igual modo con algo de disgusto en mis palabras.

Desde que había llegado a esta escuela esos chicos no dejaban de meterse conmigo. Pero, ¿Por qué lo hacían? Que tenía yo de especial, solo era una chica poco atractiva con una vida monótona.

-Mierda.-Escuché esa melodiosa vos maldiciendo frente a mí.

Jake se levantó un poco de la mesa donde estaba recostado llamando la atención de Yuna que lo veía extrañada al igual que yo. El rubio peinó su despeinado cabello hacia atrás y frotó sus ojos, viéndose tierno e inofensivo por un momento. Había olvidado que desde que llegó esta mañana lo único que hizo fue quedarse dormido sobre su pupitre. Supongo que tuvo una mala noche.

El chico se giró un poco y me sonrió al ver que lo estaba mirando, logrando sonrojarme al recordar esa escena como si fuera un flashback de película. Yo llorando llena de frustración, él limpiando mis lágrimas para luego robarme un beso sin descaro alguno. No puedo creer que haya olvidado eso, aunque apuesto lo que sea a que pensó que ese fue mi primer beso, seguramente eso es lo que cree y es algo gracioso. Él también cree que soy una chica buena, no tengo dudas de eso, seguramente se siente muy orgulloso de su supuesto logro.

-¿Qué pasa princesa?, te enamoraste de mí.-Bromeo mordiendo su labio inferior logrando que rodara mis ojos. Se me quitaban las ganas de mirarlo cuando decía cosas así.-No ruedes los ojos a menos que te esté dando motivos para hacerlo.-Su vos sonaba más ronca de lo habitual y su mirada me daba la certeza de que estaba haciendo uno de sus comentarios con doble sentido, para nada necesarios, como si él pudiera hacer eso conmigo.

Reí con sorna y su mirada cambio repentinamente a una confusa dejando ver esos ojos de cachorro que parecían tan inocente.

-Tienes el ego muy alto, ¿Verdad?.-Me burlé cruzando mis brazos sobre mi pecho. Le daría a probar un poco de su medicina.

Jake soltó una leve risa mirándome con sorpresa, sin esperar que respondiera de ese modo a su fallido coqueteo. Por otro lado, Yuna veía todo como si fuéramos su serie favorita, parecía muy emocionada de verme interactuar con este rubio oxigenado.

-Te gusta llevarme la contraria, ¿Verdad princesa?.-Jake sonrió con sorna atrapando su labio inferior entre sus dientes.-Sabes que solo me gustas más cuando eres así.-Confesó logrando que me pusiera nerviosa. Quizás solo estaba bromeando, pero había confesado que le gustaba y no pude evitar sentir una punzada de adrenalina al escucharlo.

Mis palabras fueron calladas por el resonar de varios dulces chocando contra la madera de mi pupitre. Mi mirada que estaba sobre Jake paso de los dulces hasta el chico que los había dejado ahí. Los ojos de Riki estaban sobre mí escaneándome con sus labios levemente fruncidos.

-Escuche que a las chicas les gusta comer chocolate cuando están en sus días, no me agradezcas.-Me explicó sonriendo de forma arrogante al decir sus últimas palabras, pero a la vez con un brillo de preocupación reflejado en sus ojos que parecían tan fríos y calculadores.

Debería estar enojada con él por los acontecimientos anteriores, pero aquel gesto tan repentino de su parte me hizo querer sonreír, no es como que fuera la primera persona que me toma en cuenta y se preocupa por mí, pero entonces, ¿Por qué mi corazón late así de fuerte? Quizás solo son los nervios, sí, solo es eso.

-¿Estás en tus días?.-Pregunto Jake enarcando una ceja mientras sonreía con diversión.

Y así fue como cualquier rastro de paz y amor que llegué a sentir en aquellos segundos se esfumó.

-Escuche que si pones una bolsa caliente en tu vientre, el dolor cesa.-Esta vez quien habló fue Yuna y sentí la sangre subir a mi rostro. Como podía decir cosas así tan tranquilamente es tan vergonzoso.

-Verdad que sí, deberías comer los dulces, así te relajas un poco y cuando llegues a casa deberías tomar algún analgésico.-Jake me sonrió haciéndome sentir aún más avergonzada. ¿Por qué se veía tan tranquilo hablando sobre eso?

-Traje chocolate negro y blanco, también hay con relleno y maní.-Me explicó Riki tomando mi mano para poner los dulces sobre mi palma y luego cerrarla en un gesto a mi parecer bastante tierno.-Cómelos sin problema esta vez no te voy a pedir nada a cambio o por lo menos no por ahora.-Y ahí estaba su sonrisa arrogante que me hizo rodar los ojos con fastidio.

-Por eso estaba tan lengua larga porque estaba en sus días.-Murmuró, Jake pensativo y yo solo pude apretar con mi mano libre el puente de mi nariz con frustración.

-¿Por qué seguimos hablando de mi periodo?.-Pregunte en un murmullo haciendo una mueca de disgusto.

-¿Quién está en su periodo?.-Levanté mi rostro viendo al amigo de Yuna y Danielle, Félix, frente a nosotros, cargando unos cuantos libros entre sus manos con una expresión curiosa en su rostro.

Me levanté de golpe de mi lugar sobresaltando a todos los presentes que me miraron confusos.

-Voy, voy al baño.-Me excuse mirando hacia el suelo, comenzando a salir del salón sin mirar atrás ni siquiera cuando escuche a Yuna hablarme.

-Tengo toallas sanitarias que me sobran, te puedo prestar si necesitas.-Me ofreció y sentí la sangre correr por mi rostro haciendo que caminara más rápido fuera del salón.

Dios, eso había sido vergonzoso.

Miraba mi celular mientras hacía una mueca de disgusto sentada en la pequeña acera que daba hacia el pequeño techo que había fuera de la escuela. Tenía mis codos apoyados sobre mis rodillas que estaban encogidas a la altura de mi pecho con una de mis manos apoyadas en mi mentón y la otra deslizando con mi dedo la pantalla de mi celular por mis redes sociales. Mi padre me había llamado liego de que las clases terminaron, exactamente hace una hora avisándome que no podría pasar por mí porque tenía que trabajar. Siempre era la misma excusa, simplemente podría decir que es más importante su nueva esposa que yo y lo entendería. Desearía poder desaparecer ahora mismo y que nada pudiera afectarme, pero eso era imposible, no soy una roca para no sentir nada.

Apague mi celular soltando un bufido. Eran exactamente las seis de la tarde y aún no me había dignado a irme por mi cuenta a casa. Tomé mi mochila apoyándola en mis piernas para guardar mi celular tocándome con los chocolates que me había dado Riki esta mañana, no los había comido, ni siquiera sabía por qué no lo había hecho cuando lo que más amaba era el chocolate, supongo que mi orgullo era demasiado grande.

Tomé uno de los chocolates viendo fijamente la envoltura de este, tenía relleno de dulce de leche, supongo que no estaría mal comerlo. Saqué el chocolate de la envoltura y lo metí a mi boca sintiendo como el sabor del chocolate y la leche se mezclaban en mi boca haciéndome sentir feliz, quizás no estaba mal comer algo dulce de vez en cuando.

-Pensé que no te los comerías.-Murmuró aquella vos ronca a mi lado haciendo que levantara mi rostro para ver a Riki con sus manos dentro del pantalón mirándome como siempre de forma depredadora y altanera.-¿Qué haces aquí?.-Me preguntó sentándose a mi lado en la acera.

Lo miré por unos segundos quedándome cautivada lo si perfil. Su cabello estaba algo húmedo y su uniforme estaba algo desarreglado, mientras que por encima de este traía la chaqueta del equipo de baloncesto de la escuela.

-Son chocolates, aunque me desagrades a veces no los iba a dejar que se desperdiciaran.-Murmuré desviando mis ojos hasta la calle frente a nosotros.-Además... No es como que sea de tu incumbencia porque estoy aquí.-Le dije a la defensiva logrando sacar una risa de entre sus labios.

-Bien, ya entendí te desagrado.-El pelinegro continuó riendo logrando que sus ojos se achicaran en dos lunas.-Pero no crees que es mucha coincidencia que siempre nos topemos a esta hora.-Riki sonrió ladino acercando su rostro al mío logrando que lo mirara quedando demasiado cerca para mi gusto.

-Suenas como una chica de secundaria.-Rodé mis ojos apartando su rostro del mío.-Además, ¿Tú que haces aquí?.-Entrecerré mis ojos viéndolo con desconfianza.

-Descuida, no te estoy siguiendo.-La sonrisa en sus labios se ensanchó al decir aquello.-Solo estaba en mi práctica de baloncesto.-Me explicó pasando una mano por sí cabello húmedo. Eso explicaba por qué estaba así, seguramente había tomado una ducha.

Aunque sí había salido de su práctica. ¿Dónde estaba su amigo?

-No te creo.-Murmure aún no muy confiada.-No se supone que Jake también juega baloncesto.-Me cruce de brazos al decir aquello intentando parecer intimidante, pero él solo sonreía.

-Tanto interés tienes por Jake.-Me miro con burla, pero algo en sus ojos no decía lo mismo que sus acciones.-El entrenador tenía algo que hablar con él, supongo que luego saldrá.-Riki hizo una mueca de desinterés para luego mirarme con una sonrisa.-Vamos, te acompaño a casa.-Me ofreció sonriendo ladino haciendo que lo mirara.

-No quiero.-Fruncí mis labios mirando hacia el frente nuevamente.

-Vamos, apuesto lo que sea a que no vendrán por ti deja que te acompañe, no intentaré nada raro, lo prometo.-Me sonrió levantando sí mano en un gesto de que hablaba en serio.

-¿Cómo puedo estar segura de que lo haces para saber donde vivo?.-Le pregunté a la defensiva, aún no muy convencida de sus argumentos.

-Tienes razón, pero ya te lo dije, no haré nada que no quieras, vamos, se está haciéndose tarde.-Insistió levantándose para extenderme su mano. ¿Acaso quería que la tomará?

Resignada me levanté alisando la parte trasera de mi falda sin tomar su mano mientras comenzaba a caminar, sintiendo sus pasos detrás de mí.

-Entonces me acompañarás a mí y dejarás a tu amigo solo.-Lo miré sonriendo divertida, logrando que una sonrisa altanera se formará en sus labios.

-Supongo que le escribiré un mensaje y listo.-El chico se encogió de hombros comenzando a y acelerar el paso para alcanzarme.

No que eran mejores amigos, me pregunto cuál será la razón de que Riki actúe así con Jake.

-Son unos raros.-Murmuré robado mis ojos obteniendo una mirada divertida de su parte.

Riki río por lo bajo y pasó su brazo por mis hombros, tensándome haciendo que lo morara mal.

-Voy a pegarte Nishimura.-Le dije de forma amenazante entrecerrando mis ojos.

-Está bien, ya entendí.-El chico levanto sus manos en forma de rendición metiéndolas dentro de los bolsillos de su pantalón.

Después de eso no volvimos a mencionar palabra solo nos quedamos en un silencio que para mí no era incómodo, simplemente caminábamos por las calles que comenzaban a ser menos transitadas mientras la noche caía, recibiendo la luz tenue de los focos que iluminaban nuestros rostros, solo éramos él y yo mientras de vez en cuando sentía su mirada sobre mí, logrando ver por el rabillo del ojo como su sonrisa crecía cada vez más en sus labios. No podía evitar pensar que, aquel chico tenía su lado bueno.

-Bien, aquí estás sana y salva.-Me sonrió revolviendo mi cabello cuando ya estábamos frente a mi hogar.

-Sí, como sea, gracias.-Rodé mis ojos riendo levemente mientras apartaba su mano de mí.

-Solo gracias, donde queda mi recompensa.-Sonrió divertido acercando su rostro al mío.-Creo que merezco un beso, ¿No crees?.-Lo vi morderse su labio inferior mientras se acercaba más a mí.

-¿Quieres un beso?.-Le pregunté frunciendo los labios viendo como asentía relamiéndose los labios.-Bien, porque no.-Me encogí de hombros viendo como sus ojos se iluminaban cuando comencé a acercarme a él. Pero lo que se suponía que para él sería un beso en los labios para mí solo fue un beso en la mejilla.-Gracia, Nishimura, nos vemos mañana.-Sonreí levemente comenzando a apartarme de él para entrar en mi casa viendo su cara de leve descontento, pero que finalmente volvió a sonreír tocando su mejilla donde deje el beso.

-Admítelo, no te desagrado tanto, ¿Verdad?.-Lo escuché decirme mientras aún no había abierto la puerta de mi hora sacándome una risa.

-Solo un poco.-Respondí antes de finalmente cerrar la puerta entrando a mi hogar con una boba sonrisa en mis labios.

No entendía por qué me sentía tan feliz, pero quería aprovechar al máximo aquel sentimiento de felicidad que se formaba en mi pecho.



Buenis, aquí les traigo un nuevo capítulo. >.<
¿Diganme que les parece la historia hasta ahora? <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro