«Capítulo 7»
Podría decirse que el tiempo se pasó en un abrir y cerrar de ojos porque cuando me di cuenta ya había llegado agosto y solo quedaba un día para que fueran en nuestra búsqueda.
Igual, el señor Christian ya había hablado con mis padres al respecto y, aunque les costó un poco, cuando vieron mis ganas de asistir fue cuando finalmente flaquearon en aceptar el cambio de escuela.
Yo estaba más que feliz con todo esto que me había olvidado por completo de algunas cosas de mi ahora antigua escuela. Cosas que realmente prefería evitar.
──¡Jonah! ──gritó Sarah.
Quize ignorarla pero fue bastante difícil cuando ella se me acercó de forma rápida y sin que yo supiera de donde venía.
──Sarah ──llamé, dándome la media vuelta para verla──. ¿Qué sucede?
──¿Es cierto...? ──preguntó con voz entrecortada──. ¿Es cierto que vas a transferirte a otra escuela?
No sabía que responderle. Por un lado quería decirle la verdad de forma rápida para poder irme pero por otro estaba pensando en como decírselo sin lastimarla. Durante mi estancia en la escuela ella siempre se portó muy bien conmigo aunque en algunas ocasiones era bastante empalagosa.
──Bueno, sí ──respondí, pensando en que más decir a parte de eso. Siendo honesto era más difícil de lo que pensaba──. Lo que pasa es que me ofrecieron la oportunidad de ir a una escuela diferente donde puedo aprender cosas nuevas.
Me sentía un poco mal por la expresión triste que adoptó su rostro. Comencé a contarle más mientras escogiamos un lugar donde sentarnos en medio de todo el centro comercial.
Al principio parecía bastante golpeada por mi decisión pero conforme seguimos hablando pareció aceptarlo un poco más.
──Es un poco difícil de aceptar después de todo lo que hemos pasado a lo largo de todo el año y estos meses... ──dijo con nostalgia mientras recorría un poco de su cabello detrás de su oreja──. Pero si es algo que te hace feliz está bien, solo espero que nos veamos en vacaciones.
Asentí mientras sonreía, por alguna razón me sentía mejor después de haber hablado con alguien, en especial Sarah. Siempre fue buena conmigo y aunque no hablará abiertamente tan seguido siempre había encontrado una forma de entenderme.
──Por cierto, Jonah...
Cuando la miré me di cuenta de que estaba un poco roja, como si algo le estuviera dando vergüenza, aun así seguí escuchando.
──Quería decirte que desde hace un tiempo yo quería... ──suspiró, jugando con sus dedos de forma nerviosa──. Es un poco difícil pero de verdad... ¡En verdad me gustas! Y me preguntaba si podríamos llegar a tener una relación...
Pese a que todo estaba lleno de personas repentinamente se quedó en un enorme silencio. Ninguno de los dos decía ni pronunciaba nada.
Nos quedamos así porque ninguno de los dos sabía que decir al respecto; yo porque no sabía cómo reaccionar al respecto o que decirle. Ella también estaba callada, quizá no sabía que más decirme, o si ponerse a reír diciéndome que era una broma o algo, pero parecía bastante nerviosa y seria como para que fuera eso.
Espero que nunca te encuentres en una situación como esta porque es realmente incómodo. Quería decir algo pero todas las palabras se me quedaban atoradas en la garganta y solo abría la boca por unos segundos antes de volver a cerrarla, queriendo pensar en otra cosa por decir.
──Y-yo... ──intenté iniciar. Incluso tuve que llevarme la mano a la nuca para hacer el intento de quitarme los nervios de encima──, en realidad no sé qué decir... estoy atónito y bastante halagado...
El silencio nuevamente regresó, dejándonos a ambos sin palabras.
──J-Jonah..., esto..., quería decírtelo desde hacía mucho tiempo ──su rostro estaba totalmente rojo, ahora comprendía más que esto era algo difícil de decir para ella──. Honestamente no sabía cómo hacerlo pero es verdad; desde hace algunos meses que me empezaste a gustar pero no sabía cómo decírtelo ──agregó, intentando mirarme fijamente con una sonrisa medianamente forzada.
──No quiero ser grosero, Sarah, pero la verdad es que tú no me gustas... ──vi como su sonrisa decaía, cambiando a una de desilusión al mismo tiempo que me evitaba mirar──. Perdona que no te pueda corresponder pero es la verdad. ¡No es que me guste nadie más! ──aclaré por si pensaba que ese era el caso──. Es solo que, en estos momentos no busco una relación ni nada. Espero que no lo tomes a mal, realmente aprecio mucho tu compañía y todo con lo que me ayudaste durante todo el tiempo que estuvimos juntos.
Ella me dedicó una sonrisa un poco triste. Sabía que quería hacerme pensar que estaba bien y que aceptaba mi respuesta hacia su declaración pero, en el fondo, sabía que no era así, que estaba adolorida por mi rechazo.
Quería decir algo más pero antes de hacerlo la voz de Eric, su hermano, resonó por casi todo el centro comercial. Ella le respondió diciéndole que en un momento iría.
──Jonah, espero que, aun después de esto, podamos seguir siendo amigos ──me dijo, esbozando una sonrisa más sincera.
Asentí, viéndola irse con su hermano. Eric es un poco más intimidante, tiene el cabello medianamente rizado y del mismo color que Sarah; anaranjado aunque con la única diferencia de que sus ojos eran de un tono turquesa oscuro mientras que los de ella eran de color avellana.
Me quedé enbobado por unos segundos hasta que sentí la mano de alguien en mi hombro que me hizo salir de mi ensoñación.
──¿Estás bien? ──me preguntó Helen──. ¿Qué pasó?
──Nada, solo estaba hablando con Sarah...
──¿Le contaste sobre la academia? ──me preguntó mientras se sentaba a mi lado. Yo solo asentí sin dar más detalles──. No te preocupes por ella, podrás verla en vacaciones si así lo deseas.
Respondí de forma afirmativa mientras nos levantabamos. Habíamos decidido dar la vuelta por el centro comercial de la ciudad para buscar cosas que podría sernos útil durante el viaje de ida a Kahane.
Ese día era bastante tranquilo. Incluso el clima parecía adaptarse perfectamente a lo que esperábamos que fuera el último día de verano.
Ah, y por si alguien se lo pregunta ya he dejado de usar el inhalador aunque finjo usarlo ocasionalmente delante de mis padres o simplemente evitó actividades físicas delante de ellos.
Una vez Helen y yo terminamos de hacer nuestras compras ya estábamos listos para que cada uno regresará a su casa.
Pero antes de seguir déjenme contarles algo más que pasó en este verano; mis hermanos, Sally y Caleb, vinieron a visitarnos unos días durante las vacaciones, lo cual es muy usual teniendo en cuenta que ellos dos ya tienen casi su vida hecha; mi hermana actualmente tiene veinticuatro años y estudia la universidad en otro Estado aunque ya está a punto de terminarla según por lo que nos dijo, mientras que mi hermano ya tiene veintiocho años y trabaja con nuestro abuelo en la agencia que se encarga de investigar las desapariciones.
Ambos son geniales para mí y, aunque no pueda verlos tan seguido, siempre es agradable cuando vienen de visita a casa, en especial ahora que saben que me iré de interno a una academia donde solo podré ver a mis padres durante las vacaciones.
Realmente espero que Caleb cumpla su palabra de pasarse de vez en cuando con mis padres, no quiero ni imaginar lo solos que podrían llegar a sentirse ahora que ya no habrá nadie más en casa.
[ . . . ]
Cuando llegué a casa me encontré con mamá y papá sentados en el sofá. Al principio pensé que estaban trabajando pero, para mi grata sorpresa, estaban tomándose un descanso.
──Creí que estarían trabajando hasta tarde ──mi comentario llamó su atención, haciendo que sus miradas se dirigieran hacia mí.
──Teníamos pensado pasar el último día de verano contigo ──respondió mi papá──. Hace tiempo que no hacíamos nada juntos por nuestro trabajo así que, ¿qué te parece tener una pequeña tarde de películas?
Les sonreí. Hacía mucho tiempo que no teníamos una tarde como esa así que me sonaba agradable. Puede que para algunos fuera una tarde normal pero yo no solía hablar mucho con mis padres por su trabajo y pasar tardes u noches como éstas era muy agradable para mí.
Vimos varias películas con muchos snacks mientras reíamos por los momentos divertidos en las películas. Sin duda la mejor forma de pasar el último día de vacaciones.
[ . . . ]
Cuando se dieron las seis de la mañana mi alarma sonó así que me levanté cuan rápido pude. Tenía que terminar de hacer las maletas antes de que se dieran las siete y media (que era la hora en la que llegaría el autobús por mí).
Justo cuando dieron las siete ya estaba desayunando. Había decidido hacerme unos sándwiches y tomar un poco de jugo para mantenerme lleno hasta que llegáramos a alguna tienda durante el camino.
Tal vez no noté que todo el ruido que había hecho despertó a mi madre, quien bajó en camisón hasta el comedor.
──Buenos días ──saludó en medio de un bostezo mientras iba hasta la mesa──. ¿Ya estás preparándote?
──Sí. Estoy muy emocionado por ir que casi no pude dormir.
Y no mentía. Había pasado casi toda la noche pensando en que es lo que haría apenas llegando a la academia Kahane, incluso, sabiendo que tendría una nueva habitación, ya estaba comenzando a pensar como podría decorarla. Quizá le vendrían bien algunos tonos azules por algunas partes.
¿Ya había mencionado que soy una especie de amante de lo azul?
──¿Estás seguro de esto? ──me preguntó con un ligero tono de tristeza──. Quiero decir, estarás lejos de casa y quizá... quizá podrías llegar a extrañarnos.
Mastiqué de forma más lenta el bocado que había tomado. Estaba al tanto de como podían llegar a sentirse ahora que estuviera fuera pero jamás pensé que me causaría tanto dolor ver a mi madre así.
──Regresaré durante vacaciones... ──dije, tomando un poco de jugo──. Además, te prometo que llamaré de vez en cuando para hacerles saber que estoy bien.
Ella sonrió, mirándome de esa forma que me hacía sentir mejor no sólo conmigo mismo sino que también con mis decisiones.
──Le hablaré a papá para que baje a desayunar antes de que te vayas.
Moví la cabeza mientras seguía desayunando, después de todo, solo me quedaban unos cuantos minutos antes de que el autobús de la academia viniera por mí.
[ . . . ]
Cuando al fin llegó la hora de irme, mis padres me ayudaron a llevar mis cosas al patio delantero para esperar al autobús.
Mientras esperábamos yo pensaba en lo que podría pasar, incluso llegué a pensar en la posibilidad de flaquear y quedarme con mis padres pero esa idea desapareció en cuanto vi un autobús blanco acercándose a casa. Al principio no lo reconocí pero en cuanto vi las palabras «Academia Kahane» escrita en cursiva sobre la carrocería exterior del autobús.
En cuanto se detuvo me giré para mirar a mis padres. Ambos me miraron con una sonrisa, se notaban bastante felices al ver que estaba a punto de hacer algo que yo quería y deseaba pero también se notaban tristes de verme partir lejos de la ciudad.
──Bueno, ya tengo que irme...
──Ve con mucho cuidado ──me dijo mi madre, acercándose a mi para sujetarme de las mejillas y darme un beso en la frente──. Asegúrate de llamar una vez que llegues, ¿sí, cielo?
Les dije que se mantuvieran tranquilos, que los llamaría cada que pudiera y me cuidaría, además, estaría con Helen, podía pedirle consejos a él en caso de que no sepa que hacer para manejar mi Elemento.
Después de haberme despedido tomé mis maletas para irme pero antes de hacerlo la voz de mi madre me llamó de nuevo.
En cuanto me di la vuelta para saber de qué se trataba ella me dió otro abrazo que me tomó unos segundos responder. Al principio me dió un poco de vergüenza por todos los que me estaban mirando desde el autobús pero después de un rato dejé de hacerlo.
En cuanto nos separamos ella me miró como solía hacerlo cuando era niño y tenía un mal día; incluso acarició mi cabello entre sus dedos.
──Te deseo lo mejor ──dijo antes de sacar algo del bolsillo de su falda; una pequeña caja parecida a la de sus pendientes──. Recuerda que siempre tienes un lugar con nosotros aunque no seas nuestro de forma biológica. Nos vemos en vacaciones de invierno.
No entendía muy bien lo que ella me quería decir pero aún así le respondí de forma positiva y, aun sin saber que había dentro de la cajita, tomé mi maleta y subí al autobús, encontrándome con varios chicos y chicas de mi edad mirando a diferentes direcciones.
──Buenos días... ──saludé un tanto dudoso de lo que debía hacer.
──Asegúrate de llenar el lugar vacío en la lista de llegados ──dijo el chofer en cuanto me vió a punto de irme.
Miré el tablero en el que estaban distintos nombres así que tome el bolígrafo que estaba atado a la tabla para escribirlo. En cuanto terminé comencé a buscar un lugar donde sentarme hasta que alcancé a ver a alguien que claramente conocía.
──Helen ──llamé, acercándome a él.
Él me miró sonriéndome.
Cuando me acerqué él se hizo a un lado, dejándome el asiento izquierdo por lo que antes de tomarlo dejé mis cosas sobre el maletero y me senté a su lado.
──Tardaste un poco.
──Puede que mis padres aún no estuvieran cien por ciento de acuerdo con la idea de que me fuera y fue un poco difícil despedirme de ellos.
Helen lo entendió y simplemente asintió, relajándose en su asiento. Yo le seguí, recostándome contra el respaldar de mi asiento mientras el autobús comenzaba a moverse.
«Quizá deba dormir un poco ──pensé, manteniendo los ojos cerrados──. Así el viaje será más corto.»
Aun con los ojos cerrados comencé a buscar mis audífonos entre los bolsillos de mi sudadera y cuando los encontré también toqué la cajita que mi madre me había dado. Ya hasta había olvidado que la tenía conmigo.
Pensaba en abrirla cuando llegáramos al aeropuerto pero al final no pude resistir más y la abrí solo para encontrarme con el collar que me había mostrado el día que le pregunté sobre mis verdaderos padres.
Lo examiné por unos segundos. Ya sabía que es lo que quería decir mi mamá con esto aunque no hubiera dejado ninguna nota: «Aunque seas diferente siempre serás nuestro hijo.»
Quizá dudé un poco antes de ponerme el collar, mirando el diamante/ruby azul turquesa que lo adornaba. Era un poco pequeño y tenía la forma de un rombo perfecto.
No sabría como decirlo pero en cuanto me lo puse sentí una especie de calidez. Casi como cuando alguien te da un abrazo y sientes sus brazos alrededor de ti, presionando su cuerpo contra el tuyo.
Pero en fin, una sensación difícil de explicar para alguien que aún le cuesta expresarse correctamente. Supongo que son cosas de adolescentes (?).
[ . . . ]
Estuvimos algunas horas viajando hasta que el autobús paro en una tienda donde también se encontraban otros cinco autobuses que iban directo a Kahane que, según por lo que me dijo Helen, cada autobús llevaba a chicos de diferentes Estados. Por ejemplo, en el autobús ibamos solamente chicos y chicas que éramos habitantes de Azmar.
──Haremos una pequeña parada para que puedan ir a comprar algo de comida.
Tan pronto como el chófer dió el anuncio todos comenzaron a bajar hablando con algunos de sus amigos para decidir que iban a comprar.
──Helen... ──procuré mantener mi tono un poco bajo para despertarlo sin asustar──, iré a la tienda, ¿no quieres que te traiga algo o también irás?
Helen tardó unos segundos en despertar. Le tuve que volver a repetir mi pregunta.
──Ah, claro ──respondió, levantándose para acompañarme.
En cuanto bajamos del autobús nos encontramos con chicos y chicas que no habíamos visto dentro de nuestro autobús, obviamente de otros Estados.
──Iré a comprar algo de beber ──me dijo Helen──. En caso de que tarde más puedes regresar al autobús.
Le dije que estaba bien y yo seguí con mi camino. Tenía pensado comprar unas cuantas frituras para pasar el resto del camino.
Mientras Helen iba a los refrigeradores yo fui a buscar lo que quería.
Estaba tan absorto en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta de cuando choque con alguien más. El golpe no fue tan fuerte pero me dejó unos segundos aturdido como para caer en cuenta de lo que había pasado.
──Disculpa ──me apresuré a hablar, sujetando mi cabeza por el pequeño dolor que sentía──. No me di cuenta de que...
Mi boca se quedó muda apenas levanté la mirada y me encontré con una chica, también sujetándose la cabeza por el golpe que nos habíamos dado. La miré durante unos instantes, era linda; su cabello era de un color carmín oscuro pero lo que de verdad llamó mi atención fueron sus ojos. No eran de un color común como el café, verde o azul, sino que de un hermoso color violeta.
──Deberías fijarte por donde vas.
Su voz me saco de mis pensamientos, dándome cuenta de que su mirada detonaba molestia.
Quería decir algo pero ella simplemente tomó unas frituras y se alejó.
Por un momento decidí seguir con mis cosas como si aquello no hubiera tenido importancia pero ella me había resultado extrañamente conocida. Como cuando ves de nuevo a alguien que conociste hace muchos años y no veías desde entonces.
Quise ir tras ella pero cuando lo hice sentí que algo me detuvo y me jaló de la capucha de mi sudadera hacia atrás. Casi perdí el equilibrio pero antes de que pudiera decir algo me encontré con otra chica rubia y de ojos negros.
──¡¿Es que acaso no sabes lo que estás haciendo?! ──me preguntó con un susurro pero parecía un poco preocupada.
Estaba confundido, digo, ¿cómo piensas reaccionar cuando una chica desconocida te jala y encima te hace una pregunta extraña?
──¿De qué estás hablando? ──pregunté, intentando mirar de un lado a otro para no mirarla directamente a los ojos.
Ella me miró con confusión, como si fuera una obviedad lo que estaba diciendo.
──¿Es que acaso no sabes quién es ella?
──¿Tengo que conocerla? ──creo que mi pregunta le pareció estúpida.
Nos quedamos en silencio por unos segundos hasta que esa chica volvió a hablar, murmurando algo para ella misma que ni siquiera alcancé a escuchar.
──Olvida lo que dije, solo ten cuidado con ella, ¿está bien?
¿Solamente eso? Me quedé más confundido cuando ella comenzaba a apartarse pero antes de que lo hiciera la pude interceptar para impedirlo.
──Oye, ¿por qué se supone que debo tener cuidado con ella? ¿Quién eres tú?
──Ah, cierto, había olvidado presentarme ──se tomó casi medio segundo en aclarar su voz──. Me llamó Samantha Azod, un gusto conocerte...
──Jonah Harvey ──me presenté, ofreciéndole mi mano a lo que ella también me ofreció la suya para estrecharlas──. Ahora que nos conocemos podrías decirme por qué se supone que debo tener cuidado de esa chica.
Samantha me miró por unos segundos, parecía que estaba eligiendo las palabras que iba a recitarme.
──No es que sea algo personal pero deberías de tener cuidado de todos los elementales de fuego ──dijo, frunciéndo un poco el ceño──. Muchos de ellos pueden llegar a ser un peligro para los demás elementales.
──¿Por qué? ──pregunté confundido.
Su expresión indicaba que debía de ser algo obvio pero aún así no dijo nada y solo esforzó por esbozar una sonrisa.
──¿Tú también vas hacia Kahane?
──Eh..., sí ──respondí, un poco extrañado por su cambio de tema──. Soy de Azmar.
──Ah, ¿en serio? ──su pregunta iba con un extraño tono de sorpresa──. Yo soy de Angeh.
Seguimos conversando un poco más mientras ibamos a la caja registradora para pagar nuestras cosas. Estaba tan absorto en nuestra charla que ni siquiera recordaba el porqué habíamos comenzado a hablar en primer lugar.
──Bueno, tengo que irme. Mi autobús me debe estar esperando ──me dijo apenas salimos de la tienda──. Por cierto, un gusto conocerte Jonah, espero que nos veamos más adelante en la academia.
Le dije que estaba de acuerdo y que también ansiaba verla allá. Después seguí con mi camino para subir al autobús, justo cuando el chofer estaba repasando los últimos nombres de la lista.
──Hansel Grace... ──un chico que estaba casi hasta el fondo dió respuesta a su nombre──. Jane Weisz... Connor Khane... Y Jonah Harvey...
Di un rápido «¡Estoy aquí!» al mismo tiempo que caminaba hacia mi asiento.
──¿Por qué tardaste tanto? ──me preguntó Helen apenas me vió tomar asiento.
Tuve que contarle todo lo que había pasado. Incluso se mostró sorprendido cuando le pregunté quien podría ser esa chica de cabello carmín.
──¿Sabes quién ella, verdad? ──le pregunté con más entusiasmo del que debía.
──Bueno, es algo que no tiene tanta relevancia ──dijo, nervioso──. Solo es una chica de Elemento Fuego.
Esa respuesta me dejó descolocado. ¿Qué tanto problema tenían los demás elementales con los que poseían fuego? Entiendo que su Elemento sea el emblema de la destrucción y el caos pero tampoco creo que sea una especie de estereotipo..., ¿o sí?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro