«Capítulo 6»
El sonido del disparo aun me retumbaba en los oídos al mismo tiempo que sentía un ardor latente en mi hombro izquierdo. Levanté un poco la vista solo para encontrarme con una Jeanine asombrada e incluso podría ser que asustada por el temblor de sus manos.
──M-mierda... ──le oí murmurar.
Aún sentía mi brazo adormecido pero eso no fue lo que me llamó la atención.
──¿Pero qué? ──apenas levanté la vista me encontré con un montón de rayos de un tono azul similar al celeste o al eléctrico chirriando mientras aparecían y desaparecían en cuestión de segundos.
Estaba igual de asombrado que ellos tres, no sabía cómo reaccionar ante esto. Digo, estaba en una situación difícil, no sabía si sentirme emocionado o asustado por haber revelado que realmente era un elemental.
También pude notar las manos temblorosas de Jeanine sosteniendo el arma, bajándola un poco al ver lo que estaba pasando conmigo.
──¡Lo sabía! ──gritó, volviendo a levantar el arma firmemente, apuntando hacia mí.
No sé cómo lo hice pero mis sentidos reaccionaron antes de que yo lo hubiera previsto y cuando entre en cuenta el arma de Jeanine cayó al suelo, soltando un disparo en el proceso mientras que ella salía disparada contra una pared, golpeándose la cabeza contra la pared.
Ni siquiera me dio tiempo de pensar en el otro tipo, Hank, quien salió corriendo del piso apenas vió lo que pasó.
──Será mejor que te vayas ──escuché decir a Miles a mis espaldas, sonando adolorido por la bala que aún tenía incrustada en su pierna──. Quizá llamen a alguien más para que venga por ti.
Estaba por hacerle caso pero antes de eso me detuve en la entrada de las escaleras, él me había encubrido aún sabiendo que podían matarlo, si yo me iba y lo dejaba ahí quienquiera que llegará lo mataría por haberme dejado escapar.
──¿Crees que puedas moverte?
[ . . . ]
Miles apenas era capaz de dar un paso firme, incluso tuve que hacerle un torniquete lo mejor que pude para evitar que la sangre siguiera saliendo (muchas gracias por las clases de Ayuda Médica y Primeros Auxilios señora Williams).
Ya estábamos por el cuarto piso y, ¡santo cielo! ¿Acaso Jeanine no tenía un lugar más bajo para secuestrarme? Encima tenía que estar cargando casi todo el peso de Miles y tampoco es que su pierna herida y el suelo resbaloso ayudarán, en serio tenía que usar casi toda mi fuerza para evitar que ambos cayeramos escaleras abajo.
──Oye, escucha, será mejor que salgas tú de aquí cuanto antes ──la voz de Miles sonaba cansada, y con toda razón, habíamos bajado cinco pisos seguidos sin descanso y las escaleras tampoco eran tan cortas──. Es seguro que quien sea que venga vendrá buscando de piso en piso o te esperará abajo, puede que seas alguien diferente a nosotros pero eso no te hace inmune a las armas.
Y no se equivocaba. Incluso llegué a pensar que nosotros, al ser una especie diferente a los humanos, tendríamos un mejor sistema curativo o algo. Ya saben; igual que los videojuegos.
No quería dejarlo ahí pero apenas había conseguido activar mi Elemento y pese al subidón de adrenalina que había experimentado todavía no sabía controlarlo como lo podría hacer el señor Christian o Helen, para eso necesitaría mucho más tiempo y ni siquiera sería capaz de defenderme a mí mismo.
──Me aseguraré de buscar ayuda pero para eso necesito mi celular.
──La camioneta que usamos para traerte aquí está estacionada a unas calles de aquí, en un viejo parque abandonado ──me indicó, señalando hacia el sur──. Apenas llegues ahí has todo lo necesario para abrirla y llamá a quien necesites.
Asentí para después salir corriendo por las escaleras para bajar cuán rápido podía. Ni siquiera sabía que tipo de camioneta era pero sabia que sí la encontraría en buen estado, a menos que ese tipo Hank se la haya llevado con mi celular dentro, en ese caso tendría que ir corriendo hasta la casa de Helen o buscar a algún policía cerca que me ayudará.
Hice todo lo que todo lo que Miles me había dicho y enseguida llegué a un parque bastante alejado del edificio en el que había estado preso que, para recalcar, parecía ser el tercer o cuarto edificio más grande de esa zona abandonada.
Llegué y para mi suerte ahí estaba la camioneta, obviamente cerrada.
Pensé en buscar una forma de abrir la puerta, después de todo había visto cientos de formas de hacerlo pero después recordé que Miles me había dicho que podía romperla en caso de que fuera necesario y... bueno, no pueden juzgarme, ellos me habían secuestrado, quitado mi inhalador (que probablemente ahora no necesitaba) y seguro le habían hecho algo a mi celular. De alguna forma tenía que cobrarme los daños.
Me agaché y tomé la piedra más grande que encontré antes de golpearla con todas mis fuerzas contra el cristal de la ventanilla.
El primer intentó fue un fracaso pero conseguí agrietarlo. No fue hasta el segundo intento que pude destrozarlo por completo, dándome el paso libre para tomar mi celular.
«¡Qué suerte tengo!», pensé al encenderlo y darme cuenta de que aún tenía el 17% de batería.
No esperé ningún momento más antes de buscar el número que podría serme de ayuda:
──¿Bueno? ¿Helen? ──hablé apenas contestó la llamada──. ¿Estás ahí?
"¿Jonah? ──su voz sonaba preocupada apenas reconoció mi voz──. ¿Dónde estás? Desde que salí te estuve buscando por todo el parque pero no has aparecido."
──Escucha Helen, necesito que vengas a mi ubicación ──pedí, ya no me sentía tan desesperado como antes pero sin duda necesitaba que llegará en el menor tiempo posible──. Sé que sonará raro pero hace unas horas me había ido con Jeanine y parece que era una trampa.
Me tomé unos cuantos minutos para explicarle todo lo que había pasado (hasta donde sabía y dejando de lado mi Elemento. No me juzgen, quería darle la sorpresa) para finalmente explicarle toda mi situación y el peligro que posiblemente podría correr, obviamente tampoco me olvide de decirle que trajera al señor Christian con él.
"Está bien, quédate donde estás. Le llamaré inmediatamente para hacerle saber donde estás y que vaya enseguida, yo también iré adelantándome para asegurarme de que todo esté bien."
En cuanto la llamada se cortó me aseguré de mantenerme lo más oculto posible. No sabía en que momento podría llegar la persona que Miles mencionó o incluso personas.
No sabía cuanto debía de esperar pero de alguna forma estaba seguro de que no sería mucho...
[ . . . ]
Todo fue tal y como lo había predicho; no pasaron más de unos quince minutos hasta que Helen y el señor Christian llegaron, no sólo eso, ¡también estaban acompañados del señor Liam! Lo cual era sorprendente después de haber dicho que era una pérdida de tiempo tratar conmigo.
Ni siquiera pensé en lo que debería de hacer y simplemente salí de mi escondite para ir hasta donde ellos estaban. Y bueno, no sólo fuí bien recibido sino que incluso el señor Christian se había asegurado de entrar en busca de Miles. Aun seguía herido pero también de había quedado inconsciente, seguramente por todo el dolor que había soportado desde que le dispararon.
──¡Helen, señor Christian! ──grité mientras iba hasta donde estaban ellos, no quería agitarme mucho por el dolor punzante en mi brazo así que tarde un poco más de lo previsto en llegar.
──¡Jonah! ──él también corrió hasta donde yo estaba, examinándome de un lado a otro──. Tienes una herida, ¿qué fue lo que te pasó?
Me apresure a contarle todo lo que Jeanine me había dicho, incluyendo la extraña cacería qué querían hacer con nosotros.
──¿Cacería? ──preguntó el señor Liam mientras se centraba en sacar la bala que estaba incrustada en la pierna de Miles──. Eso significa que...
──Tenemos que tomarnos más tiempo y pedir ayuda al Consejo ──completó el señor Christian, parecía que eso era algo serio──. Si ya terminaste con ese ve y ayuda al chico, no quiero que se nos desangre antes de siquiera entrar a Kahane.
──Ah, por cierto ──ahora era el momento adecuado para darles mi sorpresa──. Cuando Jeanine le disparó no sé cómo sucedió pero sentí una especie de electricidad dentro de mí y después aparecí justo delante de Miles y recibí la bala.
Pude verlos, estaba sonriendo para mí mismo mientras ellos se mostraban sorprendidos después de que les contará todo. Honestamente yo tampoco me lo podía creer pero lo sentí, era una extraña sensación difícil de describir pero tal y como les había dicho a ellos: era como tener una corriente eléctrica recorriendo tu cuerpo sin hacerte ningún daño, como cuando tus piernas o brazos te hormiguean sin causarte molestia.
──Eso es increíble ──comentó Helen, mirándome a mí antes de girarse hacia el señor Christian y el señor Liam──. ¿Lo ve? Solo era necesario un pequeño empujón para que consiguera hacerlo.
──Lo haremos pero tendrá que esperar ──contestó el señor Liam mientras se acercaba a mí con las mismas herramientas que había usado para quitarle la bala a Miles──. Primero tendremos que tratar esa herida.
[ . . . ]
Bueno, no voy a decir que el que me sacaran una bala fuera lo más agradable que me haya pasado en la vida. Literalmente metieron unas pequeñas pinzas en mi hombro para sacar todos los restos y, aunque el hueso saliera ileso aun seguía teniendo una herida que podría causarme problemas.
Afortunadamente el señor Christian y el señor Liam me llevaron a un hospital donde se hicieron pasar por mis familiares (espero que eso no traiga problemas a futuro) y los médicos inmediatamente me pusieron unos dos puntos para cerrar la herida. Me dieron un pequeño tratamiento y gasas para tapar la herida, al final terminamos llegando al parque donde conocí al señor Christian y Liam. Ahí nos tomamos un pequeño descanso.
──Después de esto tendremos que atrasar un poco más el entrenamiento pero no hay de que preocuparse, tenemos tiempo de sobra para iniciar.
El señor Christian parecía más positivo que el señor Liam después de lo que pasó, incluso puedo decir que estaba un poco enfadado por la situación.
──Oh vamos ──dijo el señor Christian con una sonrisa──, solo será una semana de reposo, dos si tarda un poco más en sanar.
Quizá el señor Christian no lo sabía pero creo que el señor Liam estaba pensando seriamente en matarlo.
──Entonces... ──comencé a hablar para llamar la atención de Helen──, ¿de verdad crees que me tomará tanto tiempo reponerme de esto?
──No tienes que preocuparte por eso ──respondió con una sonrisa──. Solo serán unos días hasta que estés mejor por completo.
Tuve que asentir, era una pena que tuviera que pasar por esto justo cuando había comenzado a usar mi Elemento tenía que esperar varios días hasta poder usarlo libremente. O bueno, no tanto.
[ . . . ]
Después de unos cuantos minutos al fin llegué a casa dando las siete de la tarde así que decidí tomarme un descanso. Mis padres aún no habían llegado por lo que tenía unos minutos para decidir donde esconder todos los medicamentos y gasas que me habían dado.
No voy a negar que me tomé unos cuantos minutos para descansar mientras pensaba en todo lo que había pasado, preguntándome a que se refería Jeanine con eso de la Cacería. No lo admitía pero me imaginaba lo peor. ¿Y si ellos tenían una forma de identificarnos? ¿Y si había alguien más o algo que nos estaba persiguiendo para matarnos? No quería vivir así y estaba comenzando a ponerme nervioso cuando recordé que el señor Christian había dicho algo sobre un Consejo. Quizá, detrás de todo lo que conocía, los elementales también tenían sus propias formas de vida (era obvio pero ese no es el tema).
Me quedé pensando en eso, imaginando que también tendrían sus policías, militares, reglas y cientos de cosas más que sin darme cuenta me quedé dormido.
[ . . . ]
──¿Jonah?
La voz de mi mamá me despertó de mi sueño. Supuse que ya pasaban más de las ocho porque el sol ya estaba oculto y había unas cuantas estrellas visibles por la ventana.
──¿Qué estás haciendo aquí? ──me preguntó de una forma suave como para no despertarme──. ¿No deberías de estar en tu habitación?
──S-sí, pero pensé en esperarlos para cenar.
No era una mentira del todo, estaba un poco más hambriento de lo que pensaba así que le vendría bien aunque fuera un pequeño sándwich o un poco de café.
Tuve que darme unos cuantos minutos para quitarme todo lo adormilado mientras mis padres se encargaban de alistarse para la cena. El olor a café que provenía de la cafetera me estaba pareciendo bastante agradable.
──¿Cómo estuvo tu día? ──preguntó mi padre mientras se acercaba a mí──. La señora Bonham nos envió un mensaje de que todos salieron temprano pero en ningún momento nos avisaste que ya habías llegado.
Sabía que de alguna forma u otra tenía que decirle todo lo que había pasado así que a eso me dediqué en todo el tiempo de la cena. Cada pregunta que ellos hacían la respondía al instante gracias a que el señor Christian y Helen me habían ayudado a hacer una coartada casi perfecta.
──Tienes suerte de que tu amigo nos haya avisado ──repusó mi mamá, casi queriendome reprender por mi “celular sin batería”──. Te juro que estábamos a punto de salir del trabajo mucho antes para irte a buscar.
También les expliqué acerca del chico que habían atropellado cuando venía de camino. De eso ya estaban al tanto pero jamás pensaron que yo lo vería directamente y en primera fila, por así decirlo.
El resto del tiempo de la cena fue muy tranquilo, con algunas preguntas sobre la escuela y lo que había pasado. Mis papás habían dejado de hablar acerca de todo lo que había ocurrido y se habían dedicado a charlar sobre cosas más normales, por así decirlo.
En cuanto terminamos con la cena cada uno se fue a su recámara. Cuando llegué cerré la puerta para comenzar a tratar mi herida, haciendo todo lo posible para no llorar por el desinfectante que estaba usando para desinfectar.
«Todo es para que esté mejor ──pensé, suspirando para liberar el aire que había contenido──. Mientras más rápido sane más rápido podré volver a usar mi Elemento.»
Esa noche, cuando me acosté, sentía como si no lo hubiera hecho en varios días. Relajarme en mi colchón y taparme en mis mantas era reconfortante y me tranquilizaba. Quizá la idea de tener unos días para descansar no era tan malo y nuevamente sin pensarlo mucho me quedé dormido.
[ . . . ]
Los días pasaron con tranquilidad hasta que finalmente se cumplió la semana de reposo que me habían recetado los doctores que me atendieron. Durante el martes fui con el señor Christian junto a Helen a que retirarán los puntos de mi hombro, dejándome una pequeña cicatriz. Era raro, pero de alguna forma me gustaba tenerla, más que nada por la forma en la que me la había ganado.
──Bueno, justo a tiempo ──comentó Helen mientras caminabamos──. Así podremos usar el resto de las vacaciones para entrenar y descansar de forma adecuada.
──¿Cómo sientes el hombro?
──A-ah, mucho mejor ──respondí, un tanto avergonzado por la pregunta del señor Christian──. Estoy seguro de que puedo moverme mucho mejor que antes ──enseguida levante mi brazo como prueba.
Él solamente asintió mientras seguía caminando por delante de nosotros. Seguimos así por un buen rato hasta que rompió el silencio.
──Bueno, yo tengo que irme. Aun tengo algunas cosas que arreglar con el director de Kahane para el final del verano ──dijo, girando su mirada hacia Helen──. Te lo encargó hasta que termine el verano, ¿de acuerdo?
Helen asintió con una sonrisa.
──Entrenaremos lo más que podamos hasta el inicio de clases.
Yo también asentí. Suena raro pero estaba emocionado por iniciar con las clases en una academia especializada en personas como yo.
Estaba seguro que sería una enorme aventura llena de emociones como el día anterior...
¿Quién diría que me iría tan mal con tan solo poner un pie en ese lugar?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro