«Capítulo 10»
Había estado corriendo durante unos minutos pero dejé de hacerlo apenas sentí que mis pulmones comenzaban a arderme. Justo como cuando tenía asma.
«Maldita sea, ¿por qué tiene que pasarme esto ahora?», pensé, sosteniéndome sobre mis rodillas.
No sabía que estaba pasando pero de nuevo comenzaba a sentir que me faltaba el aire. Eso ya era preocupante.
──¡Por favor, que alguien me ayude!
──¡¿Dónde estás?! ──grité, intentando saber a qué dirección ir.
Un silencio aterrador lleno el bosque-selva. Parecía que toda la vida que había se hubiera esfumado de la nada.
Seguí guardando silencio a espera de un nuevo llamado. Estuve así por lo que me pareció un minuto entero hasta que la escuché de nuevo:
──¡Por aquí!
Su voz parecía provenir de la izquierda. No perdí tiempo y de inmediato fui hacia ella.
No sabía que podía encontrarme o que esperar pero si algo tenía claro es que iba a ayudarla, cueste lo que me cueste.
Apenas tardé unos minutos en llegar hasta donde parecía ser la zona exacta. Era un pequeño claro sin muchos árboles. Incluso la luz de la luna hacía que todo fuera mucho más claro y agradable.
Estaba tan absorto mirando lo hermoso que se veía todo bajo la luz que me sorprendió un gemido de dolor. Bajé la vista solo para encontrarme con quien parecía ser la dueña de aquellos lamentos que había escuchado.
Aparentaba ser un poco mayor por el tono de su voz pero también se veía bastante herida. No alcanzaba a ver mucho pero estaba seguro de que no tenía ninguna prenda superior.
──¡Ey! ¿Te encuentras bien? ──dije acercándome tan rápido como pude.
Me quite la sudadera de cremallera que tenía encima de la sudadera normal para ponérsela encima. Tenía la espalda cubierta de tierra y también varios cortes que parecían tener algo de tiempo y algunos que estaban recién hechos.
──Mu-muchas gracias por venir a ayudarme...
Estaba más malherida de lo que pensé, ni siquiera creía que fuera capaz de ponerse de pie porque pese a que había llegado para ayudarla seguía tirada en el suelo. El cabello negro y desaliñado le cubría mayor parte de la cara que apenas y podía ver su boca.
Por un momento creí ver que tenía colmillos pero seguramente estaba viendo mal por la poca iluminación que había.
──¿Te encuentras bien? ──le pregunté, sujetándola del brazo──. ¿Puedes levantarte?
──No lo sé ──respondió, usando su mano libre para intentar levantarse──. Estaba caminando con mis amigos cuando algo nos atacó. No pude ver nada y antes de que me diera cuenta ellos me abandonaron y me dejaron a mi suerte.
Tenía ganas de consolarla. Ya había tenido una experiencia mala con otros elementales y podía entender (hasta cierto punto) lo decepcionada y abatida que podría estar.
Poco a poco comenzó a levantarse sin dejar de aferrarse a mi brazo, incluso su agarre estaba comenzando a dolerme.
──Te agradezco por haberme ayudado ──volvió decir mientras seguía levantándose.
Aparté la mirada porque, como había mencionado, no tenía ninguna prenda superior y no quería parecer un pervertido.
──Tendremos que buscar una forma más eficaz de llegar a la academia ──dije, mirando las diferentes direcciones que teníamos frente──. Intenté llegar al centro con otras personas pero fue imposible ──continué hablando sin mirarla. Ya no sentía tanto peso en la mano por lo que seguramente ya estaba de pie──, la mejor opción será seguir otra dirección o regresar al centro y buscar un nuevo camino, ¿qué dices?
──Eres bastante bueno para estar con ellos ──comenzó a decir, aunque su voz sonaba rara, parecía sobre pronunciar la S de una forma rara──. ¿Por qué no buscamos una forma de salir de aquí...?
──Después de todo lo que pasó es lo que quiero ──le respondí, comenzando a darme la vuelta──. Pero mis padres me matarían si supieran que ya no quiero ir a Kah... ane...
Quedé petrificado cuando, al darme la vuelta, no sólo pude confirmar que no tenía nada sino que también seguía levantándose, llevandome una buena cantidad de altura.
Estaba tan atónito que no preste tanta atención a que el resto de su cuerpo (cintura para abajo) era el de una serpiente enorme.
Comencé a levantar la mirada dándome cuenta de que en sus ojos no había nada más que cuencas vacías de las que salía una especie de líquido negro.
Estaba paralizado, no sabía que hacer en ese momento. Quería huir pero mis piernas no me respondían.
──No tienesss porque tener miedo ──dijo, mirando hacia abajo──. Hasss dicho que me ayudarasss, ¿cierto? Hace mucho tiempo que no como nada y estoy segura que me servirasss de alimento.
Apenas pude ser capaz de reaccionar cuando vi sus garras yendo directo hacia mí. Pude evitarlas dando un salto hacia atrás y, sin darme cuenta ya estaba rodeado de rayos azules.
──¡Se supone que teníasss que ayudarme!
Su grito parecía estar combinado con un llanto. Su boca se abrió de forma inhumana solo para mostrarme sus enormes colmillos.
Nuevamente se lanzó en mi contra así que tuve que esquivarla dando un salto hacia la derecha. Rodé unos cuantos metros antes de ponerme de pie.
Ella soltó un siseó junto con un gruñido de furia al no haberme atacado. Giró de forma violenta su cabeza hacia donde yo estaba.
Extrañamente solo me estaba mirando, no hacia nada más que mirarme fijamente como si me estuviera acechando. Igual, no sabía cómo lo hacía, solo estaba ahí, mirándome mientras el resto de su cuerpo de serpiente comenzaba a salir de los arbustos que lo cubrían.
Al fin pude verla, media unos dos o tres metros y, bajo la luz de la luna, con sus cuencas vacías y sus colmillos afilados, se veía aun peor.
──Será mejor que no huyasss si no quieresss que te vaya peor.
Apenas fui capaz de ver su siguiente ataque. Era rápida pero yo obtenía cierta ventaja gracias a mi Elemento.
La mujer-serpiente comenzó la lanzar varios zarpazos a diestra y siniestra por todos lados sin poder darme. Ya había comenzado a idear un plan para largarme de ahí pero antes de que pudiera hacerlo mi velocidad se redujo drásticamente por lo que, cuando ella me lanzó un zarpazo, apenas y tuve tiempo para agacharme.
«¡¿Qué carajos acaba de pasar?! ──tuve que moverme de lugar tan rápido como pude──. ¡¿Por qué mi maldito Elemento no funciona?!».
──¡¡Deja de correr!!
Poco a poco aquella cosa estaba comenzando a enfadarse aún más. No podía hacerle frente sin el rayo así que comencé a correr directo a los árboles.
En ese momento estábamos en zona abierta y ella obtenía una enorme ventaja pero, una vez estando dentro de los árboles y todo lo demás, ella tendría que buscar una forma de moverse.
Ya estaba por comenzar a correr cuando ella lanzó un golpe veloz con su cola que me hizo caer en el suelo y sin darme cuenta ya estaba a mi lado. Tenía mucho miedo que apenas y era capaz de voltear a verla pero, cuando lo hice pude notar algo que me sorprendió:
──¡Sal de donde estés escondido, mocoso idiota! ──gritó, girando la cabeza de un lado a otro──. ¿No habías dicho que me ayudarías? Hace muchos años que no como un elemental como tú, ¿por qué no ayudarme ahora que detestas ser uno de esos idiotas amantes de la naturaleza?
En ese momento no importaba lo que detestaba. Lo que me tenía sorprendido era que, apenas había dejado de usar mi Elemento y me había quedado quieto, ella no parecía saber dónde estaba.
Ahora que la miraba detenidamente me pude dar cuenta de que sus ojos habían sido arrancados. Hubiera sentido lástima por ella de no ser porque estaba buscándome para comerme.
«Está ciega y no puede atraparme si no hago ruido», pensé, mirando de un lado nada otro.
La mujer-serpiente pasó de largo por donde yo estaba, así que me dejó el paso libre para huir.
Me levanté con extrema cautela, mirando todo a mi alrededor para ver si había algo que podría delatarme.
Así como caminaba de forma cuidadosa también iba mirando hacia ella. Me causaba curiosidad saber cuánto tiempo llevaba ahí como para estar tan delgada.
Yo seguí con mi camino de forma cuidadosa mientras la miraba de reojo. Me tomó varios minutos hasta que finalmente estaba llegando a la salida de aquel claro.
Estaba a unos cuantos pasos de salir que me emocioné de más y, al dar un mal paso resbalé con una piedra. Intenté mantener el equilibrio sujetándome de una rama pero ésta se terminó rompiendo y haciendo más ruido del que necesitaba.
Apenas me di un rápido vistazo la vi deslizándose directo hasta donde yo estaba. No tenía de otra, tenía que correr.
No importaba si mi visión en ese momento era inútil por todos los árboles que se levantaban por encima de mí, tenía que seguir corriendo sin importar qué.
La mujer-serpiente iba a unos cuantos metros de donde yo iba, afortunadamente contaba con la ventaja de que era ciega y no podía guiarse adecuadamente, por lo que terminaba chocándose contra los árboles que se interponían en su camino. Eso me daba unos segundos más de ventaja.
Lo malo era que, para recompensar su falta de visión, tenía una buena capacidad auditiva que le permitía seguirme el paso.
Apenas y podía ver nada pero en cuanto tuve la oportunidad me lancé hacia la izquierda para esconderme detrás de un árbol. Incluso usé mis manos para taparme la boca y evitar jadear.
Por unos segundos pensé que iba a atraparme y me quedé totalmente quieto, no sabía si podía escuchar mi respiración ahogada pero eso me traía con mucho cuidado. Incluso casi me ahogo tapando mi propia boca.
El silencio se hizo aterrador antes de que la mujer-serpiente continuará “persiguiéndome” en medio del bosque con siseos que parecían los rechinidos de un cuchillo contra una roca.
Aproveché la oportunidad para respirar con tranquilidad. Ni siquiera me había dado cuenta de cuanto temblaba mi cuerpo hasta que me fijé en mi mano.
Me llevó unos segundos retomar el aliento y salir del shock en el que estaba. Tenía miedo de lo que pudiera pasarme y apenas era capaz de pensar con claridad.
«Tengo que buscar una forma de salir de aquí cuanto antes ──pensé, dejando caer mi espalda contra el tronco del árbol──. O aún mejor, buscar a Helen y Samantha antes de que esa cosa los encuentre...»
Apenas supe que se había alejado comencé a correr de regreso al claro para encontrar una forma de regresar por donde había llegado aunque eso sería difícil, ni siquiera sabía de que dirección había llegado.
«¿Por qué no le hice caso a Amber? ──me pregunté mientras seguía corriendo──. Bueno, igual esa cosa era capaz de engañar a cualquiera... o quizá solo a mí.»
Mientras pensaba en lo que iba a hacer seguía corriendo. De nuevo sentía mis pulmones ardiendo pero no podía detenerme, cada segundo era vital para mantenerme con vida, además, no quería encontrarme con más de esas cosas. Apenas y era capaz de enfrentarme a una como para tener que hacerlo contra dos.
Cuando estaba comenzando a llegar al claro fue donde la adrenalina que sentía comenzó a acabarse y el dolor de mis piernas comenzó a llegar.
Al menos ya estaba donde quería, ahora tenía que buscar una forma de ir a la misma dirección de donde había venido, lo cual no sería para nada fácil.
Miré a todas direcciones hasta que me encontré con mi chamarra, estaba sucia y con algunos rasguños por las ramas en las que había caído, además, olía mal por la humedad y la tierra que tenía adherida. Olía fatal, casi como a lanonina.
«Tengo que tener cuidado de ahora en adelante. Si esa cosa me llegará a atrapar...», suspiré, no tenía porque pensar en esas cosas, ahora mi prioridad era escapar.
Estaba tan absorto en mis pensamientos que apenas escuchaba lo que pasaba a mi alrededor y, cuando me di la vuelta, había sido demasiado tarde cuando ¡pam!, la mujer-serpiente apareció de la nada y me dió un fuerte golpe que me mando volando hasta el otro lado del claro, golpeándome contra un árbol y derribándolo en el proceso. Veía todo borroso y apenas era capaz de captar lo que sucedía. Pensé que en cualquier momento quedaría inconsciente.
Me palpitaba todo el cuerpo y sentía mis músculos endormecidos pero aún así me obligué a ponerme de pie. Sentía que mis piernas flaquearían en cualquier momento por el dolor pero, además de eso, comencé a sentir algo tibio bajando por mi abdomen. Al bajar la mirada me encontré con la desagradable imagen de una marca de garras en medio de mi abdomen, y lo tibio que sentía no era nada más que mi sangre.
La mujer-serpiente estaba a unos cuantos metros de donde yo estaba. Ella tenía una pequeña cantidad de mi sangre en sus garras que, hasta ahora que me daba cuenta, mayor parte de sus dedos eran de un color negro.
Esa cosa pareció tomarse unos segundos para oler mi sangre antes de lamerla para quitarla de sus dedos.
Aguarde en silencio, no podría encontrarme si no hacía ningún ruido así que, soportando el ardor de mi abdomen, sostuve la respiración.
Esperaba que la mujer-serpiente pasará de largo una vez que comenzará a deslizarse pero en lugar de eso sonrió antes de lanzarse directamente en mi contra.
Estaba atónito por lo que estaba pasando y antes de que pudiera darme cuenta había comenzado a correr de nuevo. No sabía cómo pero mi cuerpo había reaccionado por voluntad propia, incluso algunos chispazos aparecieron a mi alrededor.
Mi Elemento no estaba respondiendome como debía pero sin duda seguía teniéndolo dentro de mí o algo así.
Por más que esa mujer-serpiente intentará atraparme no lograba hacerlo. Yo era un poco más veloz que ella y conseguía escapar segundos antes o en el último segundo de su agarre.
──¡Deja de moverte, desgraciado! ──gritó, comenzando a ir más rápido hacia mí.
No sabía cómo es que conseguía saber dónde estaba pero ya no importaba, tenía que volver a huir para buscar ayuda o bien, perderla y reanudar mi búsqueda, pero había un problema: mientras estuviéramos en el claro ella tenía más ventaja que yo. Tenía que salir de ahí para perderla entre los árboles.
Comencé a correr y me escondí detrás de un pequeño tronco partido. Pensé que de esa forma se despistaría pero apenas llegó a mis espaldas destrozó lo que quedaba del árbol de un golpe certero, llevándome a mí de paso.
Estaba muy aturdido pero aún así fui capaz de darme cuenta de lo que estaba pasando. Aun con la vista borrosa la miré. Seguramente me había hecho una herida en el flanco derecho por el golpe porque otra vez tenía sangre en sus garras.
Se tomó unos segundos para olerla antes de volver a lamerla con su asquerosa lengua de serpiente. No podía darme cuenta de mucho pero entendí que la forma en la que me había encontrado fue porque ahora no dependía completamente del oído, sino que del olfato.
──Mocoso estúpido ──siseó, comenzando a acercarse de forma lenta, como si disfrutará del miedo y confusión que estaba sintiendo──. No eres tan veloz como aparentabas ser ──dijo, relamiéndose los labios──. Creo que con cada generación que pasa, Magnus escoge elementales más estúpidos que los anteriores.
No sabía quien era Magnus pero ya no importaba. Estaba seguro de que esa cosa iba a matarme y yo no podría hacer nada.
Cuando se lanzó sobre mí solo atiné a cubrir mi rostro con las manos para no ver nada de lo que estaba pasando.
¿Qué fue lo que pasó después? No podía sentir tanto por el ardor y dolor punzante en abdomen pero me llevé una enorme sorpresa al sentir algo líquido pero espeso cayendo sobre mis antebrazos.
Dudé por un momento pero al final comencé a abrir los ojos así como a retirar mis brazos solo para encontrarme con la mujer-serpiente paralizada delante de mí. ¿Lo extraño? Había una mano atravesando su abdomen que estaba rodeada de rayos dorados...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro