
── Capítulo Dos.
002. Elektra y Tony
Tal vez no era buen momento para presentarse, pero nunca había sido muy prudente, luego de tantos años viviendo entre humanos aún no entendía por qué eran tan cuidadosos y mentirosos, en su mundo la gente decía las cosas como eran y nadie se ofendía.
—¿tú quién eres?—grito el hombre listo para atacarla cuando está salió de una de sus computadoras.
—No deberías de entrar a los archivos del gobierno, digo solo lo haces porque te lo permito— bostezo.
—Repito, ¿tú quién diablos eres?
—La solución a todos tus problemas, pero puedes llamarme Elektra—estiro su mano—digamos que tenemos una amiga en común quien me dijo que podía ser de ayuda.
El hombre negó con la cabeza, estaba estresado, su mejor amigo había sido atacado y su hija podía estar en peligro—no necesito ayuda.
—Que no creas que necesitas ayuda no significa que no la necesites— contraatacó— aparte estoy pagando un favor, si no te ayudo Keegan quemará mi culo, pero si tanto te niegas puedo hacer esto.
"No he podido entrar a los archivos, señor"—¿qué hiciste?
—Verás, parte de mi trabajo con S.H.I.E.L.D. es proteger todos los archivos del gobierno, nada se me escapa y si no quiero que tengas acceso no lo tendrás, así que, ¿quieres mi ayuda o no?
Stark la miro detenidamente, Elektra era hermosa, con un pelo castaño y unos ojos casi verdes preciosos y por lo que había hecho entendía que algún tipo de poder tenía, tal vez una ayuda no sería tan mala considerando que la vista era buena.
—Está bien—bufo, a los segundos tenía la reconstrucción virtual del escenario del crimen frente a él— veamos, ¿qué tenemos aquí?
—El mandarín es mucho teatro— explico la chica— la temperatura de la explosión supero los 3,000 grados centígrados, todo el que estaba a menos de 12 metros se vaporizó al instante—explico la chica moviéndose a través de los hologramas.
—¿y no hubo restos en un radio de 5 kilómetros del Teatro Chino?— a lo que la máquina respondió que no—háblame de Happy.
—Debió de haber muerto, ¿sabes?, o sea que esta bomba no es una bomba—se seguían el paso con rapidez como si estuvieran hablando un idioma que solo ellos entendían.
El hombre encontró algo en la escena, unas cadenas militares—¿hubo alguna víctima militar?
—Según el expediente público no, muéstrame los últimos sucesos termogénicos que tengan los mismos valores—pidió—ahora descarta donde haya atacado el mandarín.
Tony comenzó a descartar los que no llegaban a los 3,000 grados— alli esta, ¿no es un atentado del mandarín?
Explico que fue una bomba para un atentado de suicidio— es muy similar.
—¿Has ido a Tennessee?—pregunto el hombre a la chica.
—No es de mi gusto—sonrió.
—Jarvis prepara un vuelo a Tennessee.
—Suena el timbre Stark.
—He amenazado a un terrorista, pero es una chica, Maya Hansen.
—¿tú como sabes?
—Déjala pasar Jarvis—pidió la chica, Tony se negó, pero la chica estaba ya en la sala—Hola Maya.
—Elektra, qué sorpresa—se abrazaron.
—¿ustedes se conocen?
—Me ha ayudado en algunos proyectos—explico la chica—¿no me digas que a ti te ha follado también?
Stark se maldijo por la chica que parecía no tener pelos en la lengua—¿que haces aquí?—pregunto ahora a la mujer—no me digas que tienes un hijo mío, ya me es suficiente con una.
—Vengo porque necesito tu ayuda, leo la prensa y no creo que dure ni una semana.
—¿está en tanto peligro?
—Si Elektra.
—Pues nos vamos de la ciudad.
Ambas mujeres asintieron—una idea excelente, yo llevo las maletas.
—No me iré de mi casa— se quejó.
—Estás en peligro—explico Maya.
Elektra sintió una fuerza eléctrica cerca, su sentido de peligro estaba alerta en milisegundos, vio desde su mente en las cámaras un misil— ¡Abajo! —grito la chica, pero era muy tarde, todos fueron lanzados al aire por la explosión.
La chica junto sus brazos creando una barrera de electricidad que la protegió del impacto y se acercó a Tony para hacer lo mismo cuando el techo estuvo por caerle encima, Maya estaba muy lejos, no podía hacer todo al mismo tiempo— creo que necesitas mi ayuda más que nunca—le sonrió ligeramente.
—Sabía que debíamos irnos, vamos yo te sigo— pero todo seguia cayendo—sal, llevate a la chica.
—No puedo dejarte aquí—se negó.
—¡Hazlo!— se maldijo entre dientes corriendo hacia Maya mientras se protegía para salir con la chica.
—Sube al auto— le grito a la chica saliendo de alli.
(...)
—¿Estás bien?— pregunto preocupada Keegan del otro lado del teléfono.
—Mejor que otros, en definitiva—fue lo que dijo— lo mío normalmente no es esto—bufo.
—Ambas sabemos que prefieres eso a estar todo el tiempo sola con computadoras, ¿dónde estás?, no te escucho bien.
—Rastree, el traje de Stark hasta un lugar, no puedo decir mucho—explico—la señal no es muy buena, te dejo Keegs.
Camino por la nieve molesta, odiaba el frío, se crio en Grecia allí siempre hacía calor—Chaval—llamo a un niño—¿no has visto a un hombre?, debe de estar algo golpeado y lleva algo brilloso en el pecho.
—Sí, ¿es tu amigo?
—No—negó rápidamente—pero necesito encontrarlo, ¿dónde está?
El niño le indico que lo siguiera hasta una cabaña— creo que es un intruso y voy a golpearlo con mi arma—mostró su arma de juguete, por un momento pensó en decirle que no, pero se divertiría si le pegaba a Tony en la cabeza—quieto, no se mueva.
—Pillado, bonito, lanza patatas—respondió—¿Elektra?
—Que bueno que no estés muerto no hubiera podido con eso en mi conciencia— admitió— debías golpearlo en la cabeza— le dijo al niño.
—No quería lastimarlo—hizo un puchero, a Elektra se le ablandó un poco el corazón—¿qué lleva en el pecho?—le susurro a la mujer.
—Es un electroimán, deberías saberlo tienes una caja llena—respondió por ella el hombre.
—¿y qué hace funcionar?
Ahora la chica señaló el traje detrás del hombre—¡es Iron Man!
—Bueno, técnicamente yo soy Iron Man.
—Técnicamente, estás muerto—le entrego un periodo Elektra—antes de que digas que porque no lo desmentí, Keegan sabe que no estás muerto, pero es más fácil que no traten de matarme si piensas que ya sabes...—saco la lengua fingiendo estar muerta.
—¿ella piensa que estoy muerto?—se preocupó de inmediato.
—Pepper ha evitado decirle cualquier cosa, por lo que sé—lo calmo—debemos arreglar tu traje.
—Si yo hubiera fabricado a Iron Man y a Máquina de Guerra...
—Ahora es Iron Patriot
—Eso mola más—dijo el niño.
—No es cierto—respondieron los adultos al mismo tiempo.
—En fin, yo le hubiera puesto paneles retro...
—¿retrorreflectores?
—Para que tenga modo sigiloso—termino el pequeno.
—¿tú de donde has salido pequeño genio?—apretó sus mejillas las chicas—¿nos lo podemos quedar?
—No, Elektra, pero es una buena idea, niño, seguro lo fabriqué después.
Mientras hablaban con el pequeño sobre su vida, le contaba que su padre se había ido y tony le dio una larga lista de cosas que necesitaba—¿cómo te llamas?
—Harley, ¿y ustedes?
—Elektra y Tony—respondió la chica con una sonrisa—¿dónde está nuestro sandwich?
Los tres salieron de allí en busca de lo que necesitan—¿quién eres exactamente?, digo ya que al parecer estamos en esto juntos.
—Vengo de un planeta donde la tecnología es millones de veces más avanzada—explico—bueno era, mi mundo fue destruido por lo que mis padres y yo vinimos a este planeta.
—¿y tu gente tiene los mismos poderes que tú?
—No todos, antes sí, pero con el tiempo éramos muy pocos los que contábamos con habilidades como las mías, soy electricidad pura, Stark es todo lo que tienes que saber.
—Entonces eres una alienígena, qué guay— interrumpió Harley—¿podemos hablar más de eso?
—Te cuento más tarde—movió su pelo la chica—¿qué ocurrió aquí?—pregunto cuando llegaron a un lugar lleno de velas.
—Había un tío llamado Chad Davis, que vivía por aquí, gano un montón de medallas en el ejército, dicen que un día se volvió loco y fabrico una bomba justa aquí.
—¿Murieron 6 no?, ¿incluido Chad Davis?—pregunto el hombre mientras recorría el lugar.
—no tiene sentido, murieron 6 y solo hay 5 sombras.
—dicen que son las almas que han ido al cielo, menos el de la bomba, él ha ido al infierno, por eso no tiene sombra.
—¿y tú te lo crees?
—eso dice la gente, esto me acuerda al agujero gigante de nueva york.
—eres un manipulador.
Mientras Harley rellenaba a Stark de preguntas, Elektra solo reía ligeramente hasta que este se levantó y corrió—hey, hey— se acercó la chica—¿todo bien?
—me ha estresado el chico, ¿dónde está la señora Davis?
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