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17. underground your sins

CONTEXTO; pueda que todo sea confuso desde el último capítulo, ya que se había dado el último párrafo con "Mariana" ( la rayistas osea ustedes) que sus poderes se habían liberado y que levitaba hacia la ciudad.

PSDT: Antes que sigan leyendo, esta es una historia de countryhumans que tal vez no sea para su gusto, le quita todo lo típico que siempre hay en las historias de los countryhumans (se miro un poco en capítulos anteriores) para volverse en cada capitulo mas y mas oscuro, dado así un ambiente tétrico y diferente a lo que se les da a los countryhumans.

SI NO ES DE TU AGRADO, NO LO LEAS, SI TE INCOMODA, VETE, ERES PRIMERO TU, POR QUE SE TOCARAN TEMAS DEMASIADO PROFUNDOS.

TW: Dead Dove; do not eat – significa que lees bajo tu propio riesgo. Tendrá escenas de comportamientos extraños, casi homicidio hacia un menor, mención de canibalismo, Genocidio, temas muy delicados. Tu edad en este capitulo es de 24 años (seis años han pasado desde tus 18 años) FUTURE YOU

PSDT 2: Gracias por los 2.9k de leídas!!!!

Siempre había sido una niña rara.

No en el sentido de raro el bueno, un raro tétrico.

Mamá siempre decía que me gustaban los animales, siempre íbamos al zoológico o veíamos documentales que hablan sobre la vida salvaje.

Una vez me dijo, siempre te agachas y miras al alacrán e araña luchando por su vida, predador vs predador ante la inmensa mirada de un omnipotente, nunca supe porque me lo había dicho, una niña que era lo bastante callada e asocial, mirando a los demás jugar con sus amigos a las atrapadas o columpios.

Eres rara, ¡Aléjate de mí!

Y comencé aislarme de todos los demás, las peleas familiares se volvieron más intensas, mi mentalidad depende de un hilo.

Hasta sexto grado donde todo se detonó.

Mis recuerdos son vagos pero lo recuerdo como una mañana soleada, sentada enfrente del salón escuchando a mis compañeros hablar sobre quién era mejor si cristiano ronaldo o messi, no era algo de mi interes, jamas habia visto un partido de fútbol o entendió los principios de este, de cierta forma, dibujaba detrás de mi cuaderno cualquier cosa en mi mente imaginando increíbles escenarios de héroes y villanos.

¿que dibujas?─ una suave e irritante voz sonó por mis oídos, quería girarme y responder qué le importa pero me aguante las ganas ignorandola con indiferencia.

algo que, particularmente no le agrado.

sabes, eres maleducada al no responder, tus padres no te educan?─ me quito el cuaderno de un tirón, mirando entre risas mi rostro molesto e irritado apretando con fuerza el lápiz.

tampoco es como si dibujaras bonito, es feo, yo dibujo mejor, la anatomía la conozco como la palma de mi mano, podría mejorar tu dibujo en segundos.─ alardeo con egotismo, yo por otro lado, rodee los ojos indiferente mirando a otro lado que no fuera ella.

Ella siempre me molestaba, actuando de una manera "amigable" a mi alrededor para estos niños nuevos que desconocemos, venimos de una misma escuela, ella era la callada, rara y bipolar pero de un dia para otro vio la oportunidad de rehacer su vida, sus amistades con estas personas que la desconocían.

Yo por otro lado, era demasiado abrumador el hecho que ya no este con mis amigos los cuales me crié y nos tratábamos como hermanos, caras desconocidas que podría decir la falsedad en ellos, maestras que no me agradaban el cómo trataban los estudiantes, un asco y ansiedad sofocante al estar rodeada de personas que me desconocían.

es como si yo fuera la presa y ellos los depredadores.

deberías de dejarla de molestar, vicky. ─una de sus amigas se acercó, no sabía si era amiga mia tambien por que aveces solemos entablar conversaciones de cualquier tipo, siempre me agobio estar rodeada de sus amigas que me sacan platica, al menos había una que me entendía y trataba lo mejor posible de mantener cuerda mis pensamientos.

no la estoy molestando, génesis, solo intento que hable con todos!, es tan rara siendo asi... callada y solitaria.─ juraba por dios que ella tenía una sonrisa detrás de esa máscara llena de falsa preocupación, sus ojos siempre delataron lo que pensaba y el sentimiento satisfactorio que le traía.

Me siento cansada, cansada de todo esto, mi alrededor llenos de caras vacías y ojos acosadores, mis manos mantecosas cada vez que paso hablar sobre mis exposiciones, el estómago girando sin fin en una ruleta de atracciones.

Voces retumbando en mi cabeza, sonidos agobiantes en alto volumen jurando que me rompieron los tímpanos.

Las situaciones siempre salen de mis manos cuando me hundo en el sin fin de pensamientos, vaciló cuando veo de una manera indiferente la chica que me molestaba tirada agarrándose la cabeza con fuerza mientras que unos varones bloquearon mi visión, aparentemente hice algo que no me di cuenta, era aburrido explicar mi situación.

¿¡Que hicistes!?¡Pudiste matarla!...¡Alejate de ella!¡Ya llame a los encargados!...

¡Eres un monstruo!

las veces que he actuado de una manera civilizada esperanzada de que mis actos oportunos hicieran efecto en su cabeza hueca, ignorando sus palabras afiladas detrás de mis espaldas, a veces siento que la amabilidad nunca es algo que pueda usarse contra las personas ignorantes.

Había dejado caer las dos patas de la silla rota con sangre, escuchaba a los maestros gritar y manos tomarme de los brazos para alejarme hacia el abismo, manos que tapaban mi rostros jalandome aún más hacia el abismo, lejos de la luz reconfortante.

Siempre contradicen a las personas que intentan arduamente en cambiar a alguien cuando después de severos intentos exhaustos se dan cuenta de la realidad de las cosas, que nunca podrán cambiar a alguien con sus acciones o palabras rebosantes de miel, asquerosamente desagradable.

Parpadeo.

Ahora estoy en la calle, los altos edificios en mi alrededor se alzaba intimidantemente; el sol reflejaba por los pedazos de vidrio roto y el viento soplaba débilmente moviendo cables sueltos que chapoteaban de energía, el ruido incesante de gritos lejanos por todo el alrededor además de los sonidos de sirenas de ambulancias, policías, bomberos o quizás alertas de sismo.

Mi anatomía se movió a la izquierda, unos cuantos pasos bastaron para sentir algo viscoso, bajando la vista observando sangre.

Tal vez estaba seca pero miraba como lo rojo subía de mis pies hasta la mitad de lo que parecía una bata de hospital, mirando mis manos por instinto apreciando que también había sangre y mis uñas que ahora eran algo largas y afiladas tenían pedazos de carne fresca o seca, tal vez ambos pero me causaban nauseas de saber que tipo de carne sería.

De pronto, como si mi olfato se hubiera encendido de repente, el olor nauseabundo y metálico que se sentía fuertemente en las calles pintadas de rojo, me asquee soltando arqueadas y trague duro ahogando mis tremendas ganas de vomitar lo que fuera que comi.

Espera...

¿Por qué siento de la nada un sabor sanguinolento y metálico?

Murmullos incoherentes y patéticos, dándose la vuelta inquieta mirando con sus ojos abiertos como platos y horrorizados un cuerpo inerte en el suelo.

La mitad de su cráneo sobresalía notándose arterias y carne fresca asomarse además de verse completamente la esclerótica de los ojos, uno de ellos colgaba de su nervio óptico fuera de la cuenca, pedazos de cabellos arrancados y su tráquea con venas sobresalientes y sus pulmones moverse débilmente, asimismo más partes de sus órganos internos de por fuera cayendo fuera de su abierto estomago, no tenia piernas, más bien estaban destrozadas como si las hubieran rostizado y luego... devorado.

Por favor...

Por instinto se agacho acercando su oído a la mandíbula destrozada solo con la la parte superior dándose a notar su dientes del cráneo.

Por favor, sigue comiendo de mi carne...

Estática, sus ojos estaban más que abiertos llenos de horror y pánico, alzando bruscamente y mirando hacia adelante donde jamás había visto.

Y grito, como si no hubiera fin.

(----)

No entiendo el por qué estaba aquí sentada con una camisa de fuerza con muchas cadenas rojizas que privan de cualquier movimiento, además de un bozal que me hizo ciertamente bufar de risa recibiendo una mala mirada de los soldados que me apuntaban ferozmente con sus armas mejoradas de colores negros junto líneas rojas y amarillas.

Podía ver su profundo hostilidad hacia mí, sus pupilas dilatadas de sentimientos negativos o rencor también tiene sensaciones extrañas en mi anterior que rasgaban las paredes de mis entrañas con fuerza sentía como me podría destruir internamente como si quisiera salir por las grietas que se forzaban en mi cuerpo, ahogó un quejido de dolor encorvando un poco pero ocasiona que un choque eléctrico estremeciera todo mi cuerpo y soltaron un grito adolorido vomitando de nuevo como la última vez.

Podía sentir los restos del vómito en el estupido bozal y como sentía lo caliente de mi vómito caer en mis piernas, observando lo que se distinguen de pedazos de carne derretida, jadeando en busca de aire mientras que mis ojos se movían hacia arriba.

Observando un monitor pequeño que era sostenida por un tubo que mostraba los signos extraños que indican lo que podría suponer un número.

Siempre trataba de luchar con mis fuerzas por un collar que apretaba mi cuello; pequeño, color negro a su alrededo y rojo enmedio ademas de una sigla algo extraña, que básicamente estaban nulas aunque les divertida a los hombres que me rodeaban mirándome con burla y superioridad, algo que me irrito, sentimientos llenos de ira y rabia brotaban de mi pecho hizo que mis uñas se enterraron con fuerza en mi palma.

Hemos llegado.─ se me erizaron los vellos de la nuca mirando por el rabillo de mi ojo como una temblorosa chica de un uniforme de enfermera trataba de componerse apegado a su pecho una tablet.

Varios hombres salieron y otros se arrinconaron mientras que la enfermera tomaban las manijas de la silla de ruedas para empujar y salir de esa pequeña caja, escuchaba la sinfonía de la planta de los zapatos militares y tacón, mirando de reojo mi alrededor como las personas miraban con atención mi peligrosa presencia y como se erizaban otras muy lejano con la pesada aura de la gran sala.

Me seguían arrastrando por una silla de ruedas especialmente hecha para mi hasta llegar a lo que parecía la central de operaciones, se escuchaban las personas corriendo de aquí para allá y escritorios llenos de trabajadores de medio tiempo o veinticuatro siete con sus grandes bolsas negras caían de sus ojos cansados e irritados por estar tanto tiempo en la computadora pero se detuvieron al mismo tiempo que la silla de ruedas, todos miraban llenos de malevolencia a mi dirección.

Señor, Aqui esta la reclusa 292110.─ el hombre se puso en posición firme militar mientras que los otros armados colocaban sus armas en el pecho saludando a superior y volverá a su posición actual.

No reconocía quien era, apenas podía ver mi entorno y tratar de reconocerlo, como el médico de antes; que me era medio familiar por imágenes de periódicos, recortes vagos sobre comentaristas mediocres que hablan sobre la anarquía de los countryhumans.

Llevenla a la sala de contención B325,─volvió su atención enfrente, el cuello de tortuga tapaba la mitad de su cara y su sombrero militar daba un pequeña sombra que delataba sus pupilas brillantes ─Las organizaciones superiores y otros más vendrán a interrogar al sujeto.

Diría que todo lo dijo fríamente, me incline un poco hacia atrás que hizo que todos se alarmaron y quitaron el seguro de sus armas... de nuevo, dios, solo trataba que la mitad de mi cuerpo preso no se adormeciera por todas estas "precauciones", bufé algo molesta aunque no le hizo alguna gracia a la organización irreconocible, nada más se volteó para volver a lo suyo.

Sintiendo que volvía a empujar la silla de ruedas, mire todo con indiferencia y curiosidad, todos los presentes se apartaban rápidamente sin antes lanzarme una mirada llena de miedo y repugnancia, aunque no sabia por que sus miradas afiladas puedo tener varias suposiciones.

Que hice algo realmente malo o... extremadamente malo.

Tras salir de la sala de control los fríos pasillos de mármol oscuro y cristales negros ademas de la variedad de conductos de ventilación y puertas automáticas, el frio ambiente tampoco ayuda a mi malestar en el cuello por el estúpido bozal y algunas partes adormecidas, aunque unos pequeños tubos que conectaban a un tanque de químicos que se cierta forma deba la sensación de calma profunda, un relajamiento extenso y deseado, quitando los sensores de peligro que explotarían en mi cabeza y la tensión de mis músculos se relajo era como si estuvieran en la nube mas suave durmiendo cálidamente.

Volví a mi misma cuando escuche un rugido desgarrador y algo chocar con la puerta de metal, mis ojos se movieron perezosamente hacia la puerta que estábamos pasando y siguieron para volver mi vista hacia adelante y observa mis pies descalzos, aunque de una manera extraña los miraba diferentes pensando que tal vez era alguna tontería mia por al falta de sueño o por la sangre acumulada en algunas partes de mi cuerpo que comenzaba afectar a mi cabeza.

Dos vueltas y recto hasta llegar a una gran compuerta que se abrió por tres hombres con identificaciones y uno que se me hacia conocido, aunque me quede por el dolor de cabeza que volvía y venía, luego de eso se adentro empujando la silla llevándola en el centro del lugar donde había un cuarto más pequeño de un metro y medio o menos, uno de los guardias se acercó para abrir la compuerta de hierro blindado para que la enfermera que llevaba la silla se adentrará conmigo para colocarse de frente lo que parecía una silla de hierro puro con otras piedras duras además de cadenas celeste que brillaban.

Click, click, click.

Me sobresalte al escuchar esos pequeños sonidos de libertad mirando como las cadenas caen creando un sonido metálico duro y la camisa de fuerza romperse no por algún movimiento mio, se rompio a si misma y de repente, las mismas cadenas celestes que se encontraban en el asiento de la silla de hierro vivo se elevaron y estiraron hacia mí para atarme con fuerza brusca hacia ese sitio chocando con fuerza soltando un chillido de dolor e sorpresa, de alguna manera, logré acomodarme bien quedando enfrente mirando la ventana blindada y dirigir mi vista hacia la enfermera que acomodaba el tanque de tranquilizante junto los tubos que de alguna manera no se dañaron.

Señor, el procedimiento de la reclusa 292110 se ha finalizado.─ mencionó el guardia que acompañaba a la enfermera llevando las cosas para que la puerta se deslizara hacia abajo con rapidez.

Mis pensamientos estaban nublados al igual que mi juicio, solo podía ver mi alrededor como nefelibata y las voces eran ecos musicales en mis oídos.

Una bofetada y escupir la sangre aun lado mirando al contrario que parecía enfurecido de mi nula atención a su persona.

Parece que me habían quitado el bozal para que por lo menos hablara pero no hacia eso, no sabía en qué mundo estaba pero eso por lo menos me hizo estar más consciente de mi alrededor.

Volví mi atención hacia la persona, sentí el sabor de mi previo vómito reseco y la sangre que bajaba por mi nariz.

Te estoy hablando maldita sea, ¿Porque después de todos estos años te dejas atrapar?No lo sé. Mis labios se movieron pero las palabras jamas salieron estaban lo bastante resecos por la falta de hidratación, aunque no entendía su pregunta, no entiendo nada de mi alrededor.

Responde mariana!¡Solo responde!, ¿Qué planeas?¿Otra masacre?¿Atentados a los gobiernos?¿Más secuestros o tráficos de personas para tus ejércitos?¿Tu imperio?─ sus manos venosas tomaron los bordes del cuello de la camisa de paciente alzando un poco hacia él pero mi cabeza cayó al lado de mi hombro, no podía moverme completamente, no estaba en mis sentido al cien por ciento.

Voces, era todo lo que escuchaba, la distorsión de la realidad y la falsedad, voces que me murmuraban incontrables cosas, insensatas e odiosas que me cantaban en coro blasfemias llenas de odio, culpabilidad, aberración, miedo, dolor y gritos de ayuda.

Mi mente se traslada a épocas diferentes, antigua, media, moderna y contemporánea, todas en una sinfonía corrupta y desafinada que su única misión era arrabarta la poca cordura que me quedaba.

Pero, ¿Que había hecho?¿Por que era que estaba aquí?¿Por qué?¿Por qué me golpeaba?¿Abofeteaban?¿Experimentaban?¿Drogaban?

¿Por qué? ¿Por qué?¿Por qué? ¿Por qué? 
¿Por qué? ¿Por qué?¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué? ¿Por qué?¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué? ¿Por qué?¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué? ¿Por qué?¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué? ¿Por qué?¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué? ¿Por qué?¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué? ¿Por qué?¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué? ¿Por qué?¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué? ¿Por qué?¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué? ¿Por qué?¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué? ¿Por qué?¿Por qué? ¿Por qué?

¿Qué había hecho?

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