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⚊ chapter two: mixed feelings

[ capítulo dos: sentimientos encontrados ]

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—Necesitamos hablar. —mencionó Nancy.

Los cuatro tomaron asiento en una mesa, todos los miraban y se preguntaban ¿Qué hacía el rey Steve, la reina Devora, la chica popular Nancy con el ratito de Jonathan Byers? ellos siempre habían sabido que las chicas eran amigas del muchacho pero no Steve, ellos dos no se llevaban nada bien.

—¿Qué quieres saber Nance? —preguntó con una sonrisa.

—¿Cuando llegaste? ¿Cómo? —se le adelantó Jonathan.

—Bueno estaba harta de California, así que le dije a papá que me dejara regresar, el no quería pero le dije que si no me dejaba me iría sola, vino conmigo pero obviamente no lo deje entrar a casa y se fue a un hotel, el Camaro que vieron me lo regaló él.

—¿Estás aquí para quedarte? —pregunto Steve esperanzado.

—Si, definitivamente. —contesto sonriendo.

Steve extrañaba tanto eso de Devora, su hermosa sonrisa. La Henderson era de las personas que podías tener un mal día y cruzabas una mirada con ella, te sonreía y te hacía sentir mejor el resto de la semana. Siempre emanaba tan buena energía, que era imposible no contagiarla.

—Nance, Dus me contó lo de Barb, no lo puedo creer. —una mueca apareció en el rostro de los presentes.

—Lo se, fue algo muy difícil. —dijo mirando a Steve.

—¿Le creíste todo a Dustin? —cuestionó Jonathan. —Ya sabes, sobre ¿todo lo que pasó? —interrogó.

—¿Porque no lo haría? —contesto llevándose un asentimiento de cabeza por parte del chico. Y en ese momento, miró el reloj en su mano. —Chicos tengo que irme, mamá llegará del trabajo y tengo que llevar a Dustin. —dijo despidiéndose dándole un beso en la mejilla y un abrazo a cada uno.

—¡Adiós! —gritaron los tres.

—Es increíble que Devy haya regresado. —comento Jonathan contento.

—Lo se, la extrañe mucho. —Nancy sonrió pues tenía tiempo de no ver a su amiga.

—Igual yo... —contesto Steve sin despegar sus ojos de la despampanante rubia que corría hacia la salida.

⊱⋅ ─── ⋅⊰

Nancy y Steve se dirigían a la casa de los padres de su ya fallecida amiga Barb.

—¿Lista? —pregunto Steve.

Para ser sinceros ambos estaban nerviosos, pero lo negarían si les preguntarán. Steve pensó en invitar a Devora, ya que siempre ha sido una chica que se lleva bien con los padres de sus amigos, la adoraban. Sin embargo, se sentía muy nervioso estando cerca de ella y Nancy podía llegar a notar eso.

—Si. —dijo para después tocar el timbre.

Los padres de Barb los invitaron a entrar y tan pronto entraron los dirigieron a la mesa, para cenar.

—Lamento no haber podido cocinar, pero me distraje, cuando me di cuenta ya eran los cinco. —mencionó la señora Holland comiendo del pollo KFC que habían comprado para la visita de ambos adolescentes.

—Esta bien. —contesto Nancy fingiendo una sonrisa.

Ahora que lo pensaba bien, hace días que fingía su sonrisa, excepto con Devora. Su amiga en realidad era su único escape de toda la mierda que vivía.

—Si, me encanta el pollo frito. —Steve estaba apunto de babear, por la comida. Se estaba muriendo de hambre.

—Vi el cartel de casa en venta, ¿Era del vecino o... —inquirió la chica.

Ambos señores se miraron.

—¿Quieres decirle tú? —dijo la señora.

—Adelante. —le contesto su esposo.

—Contratamos a un tal Murray Bauman, ¿lo conocen?

—No. —contestaron los chicos confundidos.

—Es periodista de investigación del Chicago Sun-Times. —prosiguió.

—Es muy famoso. —dijo el señor Holland extendiéndole una tarjeta al chico.

—En fin, ahora trabaja por su cuenta y accedió a investigar el caso. —mencionó la señora con alegría.

—Eso es estupendo. —comento Steve con la boca llena de comida.

Que asco.

—Eso ¿Que significa exactamente?—pregunto la chica. Nancy ignoró lo asqueroso que se veía como Steve hablaba con la boca abierta y centro toda su atención a los adultos frente a ella.

—Que hará lo que ese hijo de puta Jim Hopper no pudo hacer. —respondió el señor Holland molesto.

La señora Holland lo tomó del brazo para que se tranquilizara.

—Lo siento, lo que la policía de Hawkins no pudo hacer.—se disculpó más tranquilo.

—¡Significa que encontraremos a nuestra Barb! —habló la mujer dirigiendo una mirada esperanzadora a Nancy, que enseguida la hizo sentir incómoda.

—Ya tiene pistas, vale cada centavo que cobra. —dijo el señor.

—¿Por eso están vendiendo la casa? —pregunto la chica entendiendo todo.

—No te preocupes cariño, estamos bien, por primera vez en mucho tiempo tenemos esperanza. 

—Permiso, vuelvo enseguida. —Nancy se levantó de la mesa dejando a Steve solo con los señores Holland, no aguantaba estar ni un segundo más escuchando a los padres de Barb sobre esperanza.

Esperanza que no deberían tener.

Nancy comenzó a llorar en el baño, se sentía tan mal por lo que le había ocurrido a su amiga, pero se sentía aún peor al no poder decirle a sus padres que la chica ya estaba muerta.

⊱⋅ ─── ⋅⊰

Jonathan entro por la puerta a la habitación de su hermano Will.

—¿Qué dibujas? ¿Niño zombie? ¿Quién es el niño zombie? —le pregunto a su hermano sentándose junto a él.

—Yo. —contesto Will con la cabeza agachada.

—¿Alguien te llamo así? puedes contarme lo que sea ¿lo sabes cierto? lo que sea que haya pasado, Will cuéntame.

—Deja de molestarme. —pidió el niño.

—¿Cómo? —preguntó el adolescente confundido.

—Como todos los demás, como si yo tuviera algo.

—¿De que estás hablando? —volvió a preguntar ya que no entendía.

—Mamá, Dustin, Lucas, todos, me tratan como si me fuera a quebrar, como si fuera un bebé, como si no pudiera hacer nada solo, no ayudan, me siento cada vez más raro. —expresó.

—No eres raro.

—Si, lo soy.

—¿Sabes que? Tienes razón, eres raro.

—¿Qué? —Will levantó su cabeza, pues no esperaba esa respuesta por parte de su hermano.

—No, enserio eres raro y ¿qué? ¿Quieres ser normal? ¿Quieres ser como todos los demás? Ser raro es lo mejor, yo soy raro. —sonrió tratando de reconfortarlo.

—¿Por eso no tienes amigos? —preguntó

Auch, golpe bajo.

—Claro que tú hermano tiene amigos Willy —se escuchó una voz de mujer.

Ambos voltearon hacia la puerta donde se encontraba Devora con su sonrisa radiante de siempre, esto dejo sorprendido a Jonathan.

—Lo siento, Joyce me dejó pasar. —dijo para después sentarse en la cama, haciendo un lado a Jonathan para quedar frente a Will.

—¡Devy, estás aquí! —grito el niño de alegría y la abrazo fuerte.

—Si, perdón por escuchar la plática pero Jon tiene razón, corazón. —le dijo cuando se separaron.

—¿Enserio crees eso? —dijo agachando la cabeza.

—Nadie normal ha logrado algo significativo en este mundo. —Devora levantó la cabeza del niño con su mano para que la mirará.

Jonathan solo los veía, Devora era tan linda con todos, especialmente con los niños, Will la amaba, su hermano la amaba y sus amigos también, era una chica maravillosa.

—¡Will estamos preparando la película! —gritó Joyce desde la sala.

—Voy mamá. —contesto. —¿Te quedas? —le preguntó a Devora. —Por favoooor. —pidió en una especie de puchero, arrastrando la o.

—Claro, bajamos en un momento. — contesto sonriendo.

Will salió corriendo de la habitación y Devora se giró hacia Jonathan.

—¿Qué ocurre con Will? —le pregunto una vez que estuvo segura de que el niño ya no los escuchaba.

—Se siente raro, ya no se que hacer. —comentó frustrado.

—Jon. —Devora lo abrazó.

—Gracias por venir, enserio. —dijo mientras se recostaba en el pecho de su amiga.

—No hay de que, Joyce se enteró que regresé y le habló a mamá para que viniera, Dustin quería venir pero no había acabado la tarea y se quedó dormido. —ambos rieron.

Por la posición en la que estaban abrazados la risa de Jonathan retumbó en su cuerpo, se sintió extraño. Pero no le disgustó del todo.

—Enserio te extrañe. —el chico se sincero.

—Y yo a ti, Nance me contó todo lo de Barb y sus padres, de hecho me contó que irían a una cena con ellos hoy.

—Si, no se la han pasado muy bien que digamos.

—¿Quieren que mañana los recoga para ir a la escuela?—preguntó.

Él solo río.

—Oh vamos, ambos sabemos que quieres subirte a mi Camaro. —eso hizo reír a Jonathan, la chica siempre trataba de sacar una sonrisa en un mal momento.

—Hay que bajar, si no mamá nos matará.

Ambos bajaron riéndose y Joyce solo reprimió una sonrisa.

Estaban tranquilamente viendo películas, hasta que tiempo después Devora tuvo que irse.

—Adiós Joyce. —se despidió de beso de la mujer.

—Mañana nos vemos Will, te llevaré a la escuela. —dijo dándole un beso en la frente.

—¿En tu Camaro? ¡Increíble! —soltó emocionado.

Joyce le hizo una seña a Jonathan para que la acompañara afuera y este entendió.

—Gracias por venir. —dijo el chico.

—No hay de que, paso por ustedes mañana temprano, no te quedes hasta tarde pensando en mí. —la chica río y le dio un beso rápido en la mejilla para subir corriendo a su coche y arrancar.

Jonathan solo sobo su mejilla y cuando entro por la puerta vio a su madre pegada a la ventana.

—¡Mamá no me espies! —gritó antes de encerrarse en su habitación.

Jonathan estaba seguro de que estaba enamorado de Nancy pero la llegada de la rubia, le removía sentimientos del pasado.

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