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Capรญtulo 22
En medio de la penumbra de los pasillos del castillo Worwick, Valerio caminaba dejando el eco de sus pasos en el silencio, mientras observaba el lugar con cierta expectativa. Al doblar la esquina del pasillo que recorrรญa, vio cรณmo tres figuras giraban la esquina del pasillo contiguo y, de espaldas a รฉl, permanecรญan juntas caminando.
El prรญncipe de cabello rubio, que estaba del lado izquierdo, llevaba una capa roja sobre su hombro derecho, y la corona que adornaba su cabeza, รฉl la reconociรณ fรกcilmente ya que esta era igual a la corona de su padre. El segundo prรญncipe, de cabello blanco y largo, caminaba con una calma frรญa, portando una capa blanca en su hombro derecho, mientras que en su cabeza reposaba la corona del rey Aiseen el conquistador y al deslizar su vista hacia la derecha, Valerio vio una figura delicada portando un hermoso vestido rosa pastel y una melena rubia que brillaba como el oro, igual que la corona que descansaba sobre su cabeza. En una mano ella llevaba una lรกmpara y en la otra, una espada y al ver esto, Valerio susurrรณ:
โLas tres coronas.
Intrigado y confuso, Valerio apresurรณ el paso para seguir a aquellas tres figuras, tratando de mantenerles el ritmo, mientras estas se dirigรญan hacia el salรณn del trono sin mirar atrรกs, como si el destino de aquellas tres coronas estuviera sellado para permanecer juntas.
Al llegar al salรณn, las puertas se abrieron y Valerio los vio entrar con prisa, pero de inmediato, รฉl acelerรณ su paso temiendo quedar afuera, y aunque las puertas se cerraron, el rubio las empujรณ con fuerza y, al abrirlas, se encontrรณ con un panorama desolado en aquel lugar. La mirada de Valerio se fijรณ entonces en el trono, de donde emergiรณ una figura que รฉl conocรญa; ese hombre era el rey Aiseen el conquistador, quien portaba con honor su armadura de plata y una capa blanca que caรญa desde su hombro derecho, cubriendo su brazo hasta arrastrarse por el suelo.
Aquel hombre, de cabello blanco, que sostenรญa una copa en la mano, bajรณ los escalones del trono blanco fijando su mirada en Valerio, quien, al darse cuenta de quiรฉn lo estaba observando, suavizรณ sus facciones, dejando que sus ojos reflejaran cierto destello de maravilla ante la figura que yacรญa a pocos metros de รฉl. De repente, el rey alzรณ su mano, dejando ver una herida sangrante en su palma y con calma, acercรณ la copa a la herida, dejando que su sangre se derramara en ella.
El conquistador se acercรณ al prรญncipe rubio de capa roja, y con una calma perturbadora, este pasรณ su mano por su cuello herido, empapรกndola de su sangre, la cual tambiรฉn derramรณ dentro de la copa. La princesa, con una lรกmpara en una mano y una espada en la otra, se aproximรณ al trono y con solemnidad, ella entregรณ la espada al prรญncipe de cabello blanco que estaba a su lado, alzรณ la lรกmpara hasta la altura de torso y pasรณ su otra mano por su vientre, de donde brotaba su propia sangre, que tambiรฉn vertiรณ en la copa.
Valerio, atรณnito, observรณ cรณmo al prรญncipe de cabello blanco se le fue entregada la copa, y este la llevรณ a su boca, bebiendo de la sangre que habรญa en ella, y Valerio tomรณ la determinaciรณn en ese momento de avanzar hacia รฉl, pero antes de llegar, el hombre de cabello blanco se girรณ lentamente hacia el rubio, cruzรกndose asรญ sus miradas. El arquero sintiรณ un escalofrรญo recorrer su cuerpo, viendo como frente a รฉl estaba aquel hombre de mirada fruncida, con un solo ojo, mientras que en el lugar del otro brillaba una joya azul.
โPadre mรญo, tu sangre me darรก la vida โdijo el hombre reverenciรกndose ante Valerio mientras le extendรญa la copa.
Sorprendido, Valerio extendiรณ su mano hacia la copa y al rozar la sangre con la yema de sus dedos, una oleada de imรกgenes lo invadiรณ de golpe. รl vio la muerte de Molko, la muerte de Anya, la ascensiรณn de Valko al trono, la conquista de Northlandy, la conquista de Ateckdra, la conquista de Dunkelheit, y la muerte de muchos Worwick rubios y de casta blanca en el campo de batalla.
Con un estremecedor sobresalto, Valerio despertรณ, lanzando un grito desgarrador mientras caรญa al suelo, sobre su hombro herido, con el corazรณn golpeando frenรฉticamente en su pecho y su grito despertรณ a Luna, quien dormรญa plรกcidamente a su lado.
Luna bajรณ rรกpidamente de la cama al ver a Valerio quejรกndose en el suelo y lo ayudรณ a estabilizarse, dรกndose cuenta de que estaba sudando y temblando en medio de un sollozo. Mientras trataba de calmarlo, ella le preguntรณ quรฉ habรญa sucedido, pero Valerio, lleno de pรกnico, se levantรณ tan rรกpido como pudo, corriรณ hacia la ventana buscando aire fresco y al salir al balcรณn, se inclinรณ sobre el barandal de piedra y vomitรณ al tiempo que Luna lo siguiรณ preocupada, tratando de tranquilizarlo sin entender del todo quรฉ habรญa pasado.
โValerio, ยฟestรกs bien? โpreguntรณ ella a su lado tratando ver la herida de su hombro.
Agitado y aรบn bajo el impacto de la visiรณn, รฉl se apartรณ ligeramente del barandal de piedra como si el dolor fรญsico no fuera tan fuerte como las imรกgenes de sangre derramada que seguรญan en su mente.
โLo vi.
โยฟQuรฉ viste? โpreguntรณ ella con cautela.
Valerio mirรณ al horizonte volviendo a recostarse sobre el balcรณn.
โMi descendencia. Vi al conquistador de la visiรณn del rey Aiseen y me dijo โpadreโ. Ese hombre se arrodillรณ ante mรญ y me mostrรณ la muerte de todos ellos.
โยฟDe quiรฉnes, Valerio?
โLa descendencia de las tres coronas. De mรญ saldrรกn las tres coronas, y de ellos el imperio Worwick.
Aunque Luna no entendiรณ del todo las palabras de su esposo, ella se acercรณ a รฉl, secando su rostro y dรกndole consuelo; sabiendo que no debรญa ser fรกcil soรฑar con la muerte y masacre de tantas personas.
SOUTHLANDY
En medio de la privacidad que brindaba la amplia biblioteca del castillo, el crujir de un librero rompรญa la quietud con movimientos rรญtmicos hacia adelante y hacia atrรกs, haciendo temblar los libros sobre los estantes.
Kathrina se sujetaba ansiosamente de la madera, de espaldas a Verti, mientras este se hundรญa dentro de ella una y otra vez, aprisionando la boca de la princesa con su mano para que los gemidos no fueran audibles y cuando el clรญmax se logrรณ, todo se calmรณ. Verti soltรณ a Kathrina, quien, con una ligera sonrisa en medio de su respiraciรณn agitada, buscรณ el rostro de su esposo.
Ella se acercรณ a รฉl, quien ya le habรญa dado la espalda mientras abrochaba sus pantalones, y comenzรณ a acariciar la marcada mandรญbula de Verti, buscando conectar con su mirada; sin embargo, รฉl esquivรณ su gesto con delicadeza, inclinรกndose solo lo suficiente para dejar un beso sin gracia en su mejilla, y se dirigiรณ al centro de la sala.
Kathrina lo siguiรณ con la vista, dejando entrever la decepciรณn que aquello le causaba, ya que no era la primera vez que compartรญan intimidad, pero Verti siempre evitaba tener contacto visual con ella y sintiรฉndose molesta, creyรณ que era momento de exigir una explicaciรณn a su comportamiento. Ella se fue tras รฉl siguiรฉndole el paso, pero antes de que pudiera hablar, la puerta de la biblioteca se abriรณ, y la espada jurada del prรญncipe apareciรณ llamando la atenciรณn de Verti.
โMi prรญncipe โel hombre se reverenciรณโ. Ha llegado un comunicado especial โdijo, extendiรฉndole un pergamino.
Verti lo tomรณ sin pronunciar palabra, lo abriรณ y leyรณ su contenido con la habitual calma que le caracterizaba y tras unos instantes, sin levantar la mirada, le indicรณ al guardia que se retirara con un gesto escueto de su mano.
Kathrina, que observaba todo desde la distancia, intentรณ contener la curiosidad que le producรญa ese papel, pero el interรฉs por su contenido se mezclรณ con la incomodidad que todavรญa sentรญa por la frialdad de su esposo y decidida a que las cosas cambiaran, ella se acercรณ lentamente mientras รฉl enrollaba el pergamino y lo guardaba en el bolsillo de su pantalรณn.
โVerti, tenemos que hablar โdijo ella a modo de reclamo, rompiendo el silencio.
รl, por su parte, no respondiรณ de inmediato; en cambio, tomรณ un libro del escritorio y comenzรณ a ojearlo, como si sus palabras no fueran importantes.
โEsto no puede seguir asรญ โinsistiรณ Kathrina, acercรกndose mรกs a รฉl, buscando algรบn indicio de emociรณn en su rostro.
Verti, sereno como siempre, levantรณ la vista frรญa hacia ella y dijo:
โยฟQuรฉ es lo que no puede seguir?
โยฟPor quรฉ nunca me miras cuando estamos juntos?
โTe miro, Kathrina โrespondiรณ รฉl, con un tono carente de emociรณn, como si estuviera discutiendo algo trivial.
Ella negรณ con vehemencia, dando un paso hacia รฉl.
โNo, no lo haces. No me miras, no me dices nada, y evitas que te toque como siโฆ te molestara. ยฟAcaso no te gusto? โreclamรณ, alzando el tono de voz.
โNo es eso Kathrina.
Ella se acercรณ a รฉl, ya irritada para ese punto y gritรณ:
โยกยฟPodrรญas decir algo mรกs que esas simples palabras? ยฟAcaso hay algo o alguien mรกs que tiene de ti lo que yo no?!
Verti se girรณ de golpe, dรกndole una bofetada en el rostro a Kathrina, arrebatรกndole las palabras de su boca al instante y el silencio que siguiรณ fue aรบn mรกs ensordecedor.
Kathrina llevรณ una mano a su mejilla, sorprendida, por lo que pensรณ que aquel hombre sereno y tranquilo jamรกs le harรญa, mientras sus ย ojos buscaban los de Verti, pero lo que encontrรณ fue una mirada frรญa, casi vacรญa, salpicada apenas por un destello de irritaciรณn contenida.
โยฟPor quรฉ?
Verti dejรณ escapar un suspiro largo y pesado, se acercรณ a ella, tomรกndola por los hombros y colocรกndola de espaldas รฉl se inclinรณ hacia su oรญdo, y con una voz baja, sonando un tanto oscura, le susurrรณ:
โPorque soy tu esposo, Kathrina. Yo tengo la รบltima palabra y tรบ, como una buena esposa, solo debes obedecerme sin protestar. No quiero herirte, no estรก en mis planes hacer eso, pero no me colmes la paciencia, ahora ve a tus aposentos.
Con temor y dolor, Kathrina asintiรณ y saliรณ de la biblioteca sin mirar atrรกs, mientras Verti se quedรณ solo en aquella sala, sirviรฉndose una copa de vino, hundiรฉndose en sus amargos pensamientos al sentirse vilmente frustrado porque a raรญz de ese papel, ya รฉl sabรญa que su hermano seguรญa vivo.
TURBIOS โ PALACIO ESCANDINEVA
DIAS DESPUรS
La luz de la maรฑana iluminaba los pasillos que rodeaban el jardรญn del palacio, que se encontraba en completa calma, siendo recorridos de vez en cuando por guardias que hacรญan su ronda habitual.
La seรฑorita Helen paseaba con elegancia, sosteniendo entre sus manos un pequeรฑo cesto con flores que acababa de recoger para la habitaciรณn en la que ahora su niรฑa descansaba, pero al salir por el jardรญn y acercarse un poco al patio de armas del palacio, sus pasos se detuvieron al ver a lo lejos una carroza que entraba por la entrada principal. La madera oscura del vehรญculo brillaba, y un estandarte con la figura de una rosa oscura ondeaba al viento junto con una discreta caballerรญa, y de inmediato ella frunciรณ el ceรฑo, fijando su mirada en aquel estandarte que ella sabรญa a quรฉ casa pertenecรญa.
โยฟLos Blackroses? โmurmurรณ para sรญ misma, un tanto inquieta, porque por la forma en que comenzaron a reaccionar los guardias que custodiaban la entrada al palacio y la apresurada apariciรณn de lord Whitemount, ella entendiรณ que aquella visita no era esperada y quizรกs tampoco serรญa bien recibida.
Mientras tanto, en los aposentos de los futuros reyes, Luna estaba de pie frente a un gran espejo, portando un hermoso vestido azul claro con un bello encaje en su falda color marfil, pero la parte trasera de su corpiรฑo aรบn estaba sin ajustar y Valerio, de pie detrรกs de ella, estaba sujetando los hilos para amarrarlos, y su mirada se posรณ en la espalda descubierta de Luna, observando la tersura y la suavidad de piel que se le hacรญan tentadoras, y el deseo le ganรณ.
Sin previo aviso, รฉl la tomรณ por la cintura con firmeza y comenzรณ a besar la suave curva de su espalda, dejando un rastro hรบmedo que subรญa lentamente hacia su cuello, y Luna sonriรณ, cerrando los ojos, dejรกndose llevar por la sensaciรณn que esto le estaba provocando.
โAhora que el encargado me ha retirado las vendas del hombroโฆ โle susurrรณ รฉl al oรญdo, con un tono cargado de complicidad y deseoโ. Estoy completamente sano para ti, mi bella luz de Luna.
Ella se girรณ para mirarlo con ese mismo deseo, dejรกndole saber que ella tambiรฉn querรญa y que ya no era suficiente con besos y caricias. Ante su claro deseo de por fin estar con รฉl, ella no pudo evitar tomar su rostro entre sus manos y besarlo con ternura, siendo inexperta en lo que pasarรญa despuรฉs y Valerio empezรณ a tomar el control de aquel beso que pronto se tornรณ mรกs profundo y mรกs apasionado.
Sin darse cuenta, ambos comenzaron a retroceder lentamente hacia la cama, mientras ella buscaba las correas del camisรณn de su esposo para desatarlas, y รฉl por su lado trataba de desajustar los hilos que ya habรญa apretado con torpeza ante su afรกn, pero sin prestar atenciรณn hacia donde se ย dirigรญan, ellos terminaron tropezando con el burรณ de la cama, rompiendo el momento, donde ambos perdieron el equilibrio y, en un movimiento rรกpido, Valerio rodeรณ a Luna con sus brazos antes de que cayeran juntos al suelo, llevรกndose consigo parte de las cosas que habรญan en la pequeรฑa mesa.
El impacto fue suave para Luna, quien terminรณ cayendo sobre รฉl, y sus risas no se hicieron esperar, llenando la habitaciรณn de aquellas carcajadas discretas. Luna puso su mano sobre la boca de Valerio para que no se riera tan fuerte, pero รฉl seguรญa riรฉndose, y esto le provocรณ mรกs risa a Luna, quien se terminรณ echando en el suelo junto a รฉl como dos niรฑos traviesos.
โEl suelo estรก frรญo y muy duro โcomentรณ Luna entre risas, mientras Valerio se posaba sobre ella.
โEntre mรกs duro, mejor โdijo Valerio con una sonrisa traviesa, llevando sus manos al cierre de su pantalรณnโ. Dรฉjame mostrarte algo realmente duro.
Antes de que pudiera continuar, la puerta de la habitaciรณn se abriรณ de golpe, y la seรฑorita Helen, inocente de lo que ahรญ sucedรญa, apareciรณ tras la puerta, y su expresiรณn al ver a la pareja fue de sorpresa. Valerio se bajรณ rรกpidamente de Luna, cayendo a un lado, mientras ambos se seguรญan riendo y la seรฑorita Helen cerrรณ la puerta de golpe con pena en su rostro.
โยกDisculpen! โexclamรณ la mujer desde el otro lado de la puerta.
โยฟSucede algo, nana? โpreguntรณ Luna, tratando de reprimir otra risa.
โLord Jensen me enviรณ para informarle al prรญncipe que ha llegado visita de un reino vecino.
Luna y Valerio se miraron, todavรญa riendo con ligereza. รl se inclinรณ hacia ella con una sonrisa pรญcara y dijo, levantรกndose del suelo:
โParece que debo irme ya.
โSรญ โrespondiรณ Luna, aรบn riendo mientras รฉl la levantaba del sueloโ. Asegรบrate de no tardar.
Luna comenzรณ a acomodar el camisรณn del traje de su esposo, y รฉl la besรณ rรกpidamente en los labios antes de salir de la habitaciรณn, y al cerrar la puerta, Valerio se encontrรณ con la seรฑorita Helen, que, al verlo, hizo una reverencia respetuosa.
โMi prรญncipe โdijo Helen, con un tono formalโ. Si me lo permite, puedo pasar.
โClaro, adelante โrespondiรณ Valerio, indicรกndole que podรญa entrar.
Valerio le abriรณ la puerta a la seรฑorita Helen, y ella ingresรณ a la habitaciรณn, escuchando cรณmo la puerta se cerraba a sus espaldas, y al instante, vio a su niรฑa Luna recogiendo el desorden que Valerio y ella habรญan dejado.
โDรฉjalo, mi niรฑa, yo lo recojo.
โNo te preocupes, nana, ya lo recogรญ. Solo hay que acomodar todo, mejor ayรบdame con los hilos de mi vestido, ยฟsรญ?
Con una sonrisa, la seรฑorita Helen asintiรณ y comenzรณ a ajustar los hilos del vestido, pero por el reflejo del espejo, Luna se dio cuenta de la cara de preocupaciรณn que su nana tenรญa, lo cual le pareciรณ extraรฑo.
โยฟQuรฉ visita ha llegado, nana? โpreguntรณ Luna, curiosa.
Helen, al escuchar la pregunta, vacilรณ un momento antes de responder, pero tras terminar de amarrar los hilos y hacer el habitual nudo, suspirรณ y diciendo:
โEs de la casa Blackroses, mi niรฑa.
Al escuchar ese nombre, Luna se tensรณ de inmediato, volviendo sus ojos hacia su nana, y sin poder evitarlo, le preguntรณ tratando de disimular su preocupaciรณn.
โยฟY quรฉ miembro de esa casa ha llegado?
โNo pude ver quiรฉn era, mi niรฑa, porque Lord Jensen me pidiรณ que viniera por el prรญncipe, y de paso me pidiรณ que no mencionara nada delante de ti, que alguien de esa casa solicitaba hablar con el prรญncipe.
Al escuchar esas palabras, Luna se sintiรณ aรบn mรกs inquieta ante el misterio que esa visita desvelaba, y su mente comenzรณ a imaginar mil posibilidades, pero una en particular se le escapรณ de los labios.
โยฟY si es ella, nana? โpreguntรณ Luna, con la voz temblorosa y la mirada temerosa.
โMi niรฑa, tranquila. No sabemos en sรญ quiรฉn ha llegado de esa casa, asรญ que no te adelantes a los pensamientos.
A pesar de las palabras de consuelo de su nana, Luna no pudo evitar sentir cรณmo un miedo invadรญa su pecho. La idea de que Venus Blackroses pudiera estar en el palacio en busca de su esposo la hizo sentirse vulnerable e irritada ante el miedo de que, al verla, algo en Valerio pudiera cambiar.
โEn la revelaciรณn o visiรณn que Valerio tiene en medio de su sueรฑo donde se le revela el conquistador de Northlandy cuando รฉl dice la frace de las tres coronas, se hace referencia directa al capรญtulo llamado LAS TRES CORONAS del libro de VALKO: INOCENCIA donde entre lรญneas se deja ver que en un futuro los tres hermanos terminarรญan siendo reyes de la casa Worwickโ
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