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𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐕𝐈𝐈

TW // Contenido G!P; Narración explícita +18; Lenguaje Soez/Vulgar.

En este momento, me encontraba en uno de los tantos salones de la parroquia luego del encuentro con el grupo juvenil del movimiento de castidad y pureza.

Me había quedado a solas a terminar de limpiar el salón y prepararlo para el encuentro del siguiente grupo, en eso se resumían mis jueves; y luego del encuentro, a entrar al templo para la misa.

Terminé de acomodar varias sillas a un costado del salón; luego de asegurarme de que estuviera todo en orden, oigo la puerta abrirse, ignoro a la persona pensando que sería algún joven del grupo o las hermanas de la congregación.

Que equivocada estaba...

—¿Lee?—preguntó cerrando la puerta suavemente—¿Qué haces aquí?.

Yo solo decidí ignorarla.

—Lee—insistió—¿Qué haces aquí?.

Y nuevamente volví a ignorarla.

—Oye te ves bien de espaldas—YeJi soltó una risita—Apuesto a que te verías mejor de espaldas a la pared...

Me giré a verla ofendida levantando la mano para darle una cachetada pero ella fue más rápida y me tomó de las muñecas aprisionandome en contra de mi voluntad ante las paredes del salón; en donde una figura de la virgen María era espectadora de lo que sucedería a continuación.

—No pensé que eso captaría tu atención—rió burlona—Dime, ¿Qué haces aquí?—preguntó con dulzura mientras soltaba ligeramente mis muñecas.

Aparté el rostro ante su atenta mirada y me volví a limitar a ignorarla.

—Entiendo—suspiró—Perdón por lo que te hizo tú padre—murmuró—No te merecías ese castigo...

Reí burlona y la miré.

—Me lo merecía—espeté—¡Y todo fue por culpa tuya!.

—Yo solo te acompañé a tu casa—respondió cargandome y así volver a pegarme a la pared—Te protegí de un degenerado y todavía recibo una escopeta en la cabeza por que el señor Lee me odia.

Bajé mi vista al suelo siendo opacado por nuestros cuerpos pegados, el silencio deshaciéndose por la errática respiración de la castaña; y yo, simplemente me siento extrañamente bien ante su tacto.

—No me importa quién haya sido o lo que me haya dicho tu padre Lee—dijo levantando mi rostro con una de sus manos—Yo te quiero a ti.

YeJi sonrió y procedió a besarme con dulzura.

Al principio intentaba separarme, pero era inútil al estar de espaldas a la pared con ella en frente. Al ya no poder hacer nada me dejé llevar por su encanto; sus suaves labios chocando con los míos, mis manos aferradas a sus hombros, mis piernas rodeadas en su cintura y ella sujetandome con fuerza, esa era la imagen que recibía la virgen que estaba sobre la mesa.

Cuando se separó me sentí vacía, necesitaba de ella.

—Dime, ¿Quieres que me vaya?—susurró sobre mis labios y su cálido aliento me embriagaba.

No respondí; solamente la besé. La besé suavemente sintiendo como sonreía en medio de este, sus manos me apretaban el trasero con un toque de fuerza y suavidad que hizo que soltase un jadeo. Volvió a separarse de mi y me observó atentamente, sonrió con dulzura bajándome con cuidado aún juntando nuestros cuerpos; en un momento dado siento un bulto en mi entrepierna a lo que un leve gemido se escapa de mi boca.

—Así de dura me la pones ChaeRyeong—sonrió ladinamente y volvió a besarme—Pero no voy a hacerte nada si no quieres.

Yo no podía hablarle; estaba demasiado confundida. ¡Hwang YeJi tiene pene! ¿¡Qué clase de mujer es esta!?, ¿Será lo mismo que con un chico? ¿Qué tan grande es?. ¿¡Por qué estoy pensando estas cosas en frente de la virgen!?.

YeJi esperaba mi respuesta impaciente, mientras yo intentaba procesar que era lo que tenía en medio de mis piernas, vaya sorpresa.

—Vamos Lee, solo tienes dos opciones—dijo—Si o no.

Tragué saliva nerviosa y me mordí el labio al sentir su bulto aún más pegado a mi entrada; un leve gemido se escapa nuevamente de mi boca y me aferro aún más al cuerpo contrario, la miro a los ojos queriendo responder pero las palabras son inútiles, mis deseos de tenerla dentro mio eran más fuertes que cualquier forma de resistencia que soltaría.

—Y-yo...—tartamudeé.

YeJi esperaba expectante mi respuesta moviendo levemente su pelvis golpeando mi centro haciéndome jadear.

—Hazlo—susurré.

YeJi sonrió ladina haciendo un poco más de fuerza en mi centro—¿Hacer qué? ¿Follarte?—preguntó burlona.

Solté un quejido y cerré los ojos—Por favor—logré decir.

Me bajó un instante por lo que la miré confundida—¿Qué haces?.

—Primero debo quitarte esa falda Lee—respondió sonriente—¿O quieres mancharla con tus fluidos?—rió desprendiendo mi falda.

Bajó el cierre, luego la prenda dejándome en ropa interior para ella; sonrió llevando una de sus manos a mi entrepierna acariciándome suavemente encima de la prenda.

—Veo que estás muy mojada—su sonrisa aumentó y tomó una de mis manos llevándola a su entrepierna—¿Sientes esto?—preguntó. Asentí nerviosa en respuesta—Es tuyo, tócame, sin miedo.

Pasé saliva e hice caso a sus palabras; lo toqué con delicadeza sintiendo lo duro que se encontraba su pene, supongo que cuando lo saque estará erecto y listo para introducirlo en mi.

—Veo que te gusta—suspiró—¿Por qué no me ayudas?.

Tomó mi otra mano volviendo a acercarla a su entrepierna; pero en vez de eso, las puso sobre su pantalón ordenandome que lo desabroche. Obedecí dudando de mis decisiones en esta última hora, una vez bajé el cierre YeJi volvió a tomar mi mano poniéndola sobre su pene; suspiraba bajo ante mi tacto e hizo que siguiera acariciandolo por encima de su bóxer.

—Harás que me corra y ni siquiera he empezado—bromeó volviendo a besarme.

Esta vez era yo quién había saltado a ella, volviendo a rodear mis piernas en su cuerpo soltando jadeos al sentir su duro miembro en mi centro.

—Lee; me tienes jodidamente mal—murmuró en medio del beso—Me encantará meterte la polla en tu linda y apretada vagina.

Le mordí el labio haciendo que se separe bruscamente; me mira confundida y frunce el ceño al notar mi expresión aterrada.

—Lo siento—susurra—¿Quieres que lo haga suave?—preguntó mirando fijamente a mis ojos.

Asentí levemente a lo que ella me volvió a besar, esta vez con más suavidad y más cariño que anteriormente; un suave beso intentando erradicar mi miedo a sus acciones.

Bajó sus besos a mi cuello a lo que solo podía jadear en respuesta; la atraía más a mi con mis piernas e intentaba sentir su pene con más desesperación. YeJi se separó sonriente y con una de sus manos sacó su miembro de su bóxer a lo que me sorprendo un poco por la longitud.

—Tranquila, seré suave—soltó con suavidad.

Pasé saliva nerviosa y la miré—¿No me lastimarás?.

YeJi rió levemente para luego acariciar mi mejilla.

—No haré nada que no quieras; por ende, nada para lastimarte—me volvió a sonreír y esta vez me sentí más segura ante sus palabras.

—Pero soy virgen—murmuré.

—¿Y?—respondió—¿Qué tiene de malo que lo seas?. No tengas miedo, déjate llevar Chaer.

Estaba asustada. No puedo negarlo, era la primera vez que había visto un pene, lo peor de todo es que es de una chica, la chica que más odio en la congregación, estoy de sumisa ante ella y solo espero que me meta su estúpido miembro en mi estúpida vagina, que me folle fuerte y que me diga que soy suya. Sin embargo, no puedo decirle eso, ni siquiera puedo pensar de esta manera, ¡Es pecado! Va en contra del noveno mandamiento; ¡No cometerás actos impuros; ChaeRyeong, reacciona!.

Intenté separarme inútilmente, logrando que su pene roce mi entrada y un gemido se escapara de mis labios.

YeJi rió levemente volviendo a pegarme a la pared—Confía en mi Ryeong—murmuró llevando su mano a mi entrada para sacarme las bragas.

Oigo un bufido y luego me suelta a lo que por instinto rodeo su cuello con mis brazos; llevó sus manos a mi prenda soltandola de un tirón. Un fuerte sonrojo me dio en el momento de sentirme expuesta ante ella.

YeJi ríe y me besa suavemente; siento su mano en mi entrada a lo que jadeo en medio del beso, una vez siente mi humedad, introduce lentamente su miembro en mi. Suelto un gemido ahogado logrando que metiera su lengua en mi boca continuando con el beso. Me siento realmente bien con ella dentro mio, no puedo evitar sonreír durante el beso y menos pensar en alguien más que no sea ella.

—Cuando quieras inicio—dice serena sin que yo pueda evitar morir de emoción.

Su paciencia ante mi era tanta que me gustaba; ¡Al diablo la congregación! ¡Quiero que me folle!.

—H-hazlo—gemí leve y sonreí.

YeJi sonrió de lado comenzando a moverse suavemente.

Daba lentas embestidas llenándome por completo; solo pude gemir en respuesta e intentaba sentirla como podía. Le abría mis piernas y con mis brazos hacía un esfuerzo para no caerme.

—Esto es un poco incómodo—dijo.

Se salió de mi interior y no pude evitar suspirar al sentirme vacía nuevamente; guardó su pene para luego bajarme. Se separó empezando a ordenar unos bancos e inteligentemente, usó las sillas acomodadas para crear una pared que nos cubriese de cualquier intruso. Tomó mi cintura llevandome hasta los bancos, me sentó allí volviendo a sacar su pene para acercarlo a mi rostro.

—Chupa—ordenó sacándose los pantalones junto con su bóxer.

Obedecí. Tímidamente tomé su miembro introduciendolo a mi boca; su longitud cabía perfectamente en mi, puso una de sus manos en mi cabello jalandolo lentamente y volviendo a empujar mi cabeza contra su miembro; tardé en darme cuenta de que ella quería una mamada.

—Joder ChaeRyeong me gusta tu timidez—expresó—Pero me duele el pene mientras que piensas que harás; solo hazlo, no tengas miedo no te haré daño.

¡Joder Hwang YeJi me encantan tus palabras!.

Me separé de ella para recostarme en los bancos alineados; le abrí mis piernas llevando una de mis manos a mi entrada, la miré a los ojos sonriendo notando la confusión en su rostro. Tomé su pene e introducí este lentamente. Ella estaba confundida ante mi cambio de actitud por lo que decidí tentarla.

—¿A ti te duele el pene?—sonreí—A mi me duele la vagina; follame inútil pecadora.

Vi como tensaba su mandíbula colocando una de sus manos en mi cuello; apretó con algo de fuerza levantandome haciendo que quede cerca de su rostro.

—Sé buena chica y respetame—espetó dando una fuerte estocada en mi coño.

Mordí mi labio volviendo a tentarla; estaba muriendo por su atención y ella no me la daba.

—Joder follame—espeté con rabia y me tapé la boca al oír lo que salió de mi.

YeJi sonrió empezando a moverse lento y con fuerza; su pene llenando mi interior por completo, su longitud siendo la exacta para tocar mi punto clave junto a su mano acariciándome el clitoris con suavidad. Curvé mi espalda soltando gemidos ante la ola de placer que inundaba mi cuerpo, abría mis piernas para ella, movía mis caderas intentando sentirla, me sentía completa con ella.

—Más...—gemí cerrando mis ojos ante sus embestidas.

El sonido de nuestros cuerpos chocando junto con mis descontrolados gemidos eran lo único que se oía en el salón; con la figura de la virgen siendo testigo de mi sumisión, YeJi subiendo el ritmo de las embestidas haciéndome gemir sin control.

Vaya que su polla era mi nueva adicción.

—¡YeJi! ¡Ah~ Duele!—gemí levantando la cabeza para verla.

Ella no se detiene mientras yo intentaba cerrar mis piernas desesperadamente. Lágrimas de placer eran las que se escapaban de mis ojos junto a gemidos inentendibles; siento el punto máximo del placer y algo revolverme el estómago.

YeJi aumenta la fuerza de sus embestidas por lo que en un momento dado siento un pequeño dolor.

—Correté ChaeRyeong—ordenó.

Volví a gemir con fuerza y fue entonces que desperté.

Desperté agitada cubriendo mi cuerpo con la sabana mientras observaba asustada a mi alrededor; miré el reloj, las tres am; la hora de la misericordia.

Me levanté rápidamente y tomé el rosario; me arrodillé frente a los santos de mi escritorio y sentí la humedad en mi entrepierna. Maldición.

—Pésame Dios mío y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido—sollocé—Pésame por el infierno que merecí por el cielo que perdí, pero mucho más me pesa porque pecando ofendí—levanté la vista manteniendola sobre la imagen de la virgen María; la misma que me había visto en mis sueños—A un Dios tan bueno y tan grande como vos...

Un acercamiento, unas palabras bastaron para que caiga al pecado. Tener a YeJi cerca mío es una gran prueba que me ha puesto Dios, no pienso defraudarlo.

Miro a los ojos de la virgen, ella vió cada una de mis acciones, con lágrimas en los ojos le pedí disculpas, no quería condenarme por culpa de un pecado tan ofensivo como el que cometí en mis sueños, no sólo ataqué a una divinidad, sino que dejé que una mujer me toque y me trate como lo debería de hacer un hombre.

Pero... YeJi tenía pene ¿No es un pecado como tal o si?... ¡No importa! ¡Tuve sexo con ella en frente de la virgen María!.

Seguí rezando y sollozando esta vez con más fuerza e inclusive llegué a temblar a causa del miedo. Una vez acabé, miré el reloj nuevamente; eran casi las cuatro de la mañana, esta vez me había extendido con el rezo, me levanté yendo al baño a darme una ducha.

Me quité las prendas y por mera curiosidad, tomé mis bragas y las examiné un momento. Las palabras de YeJi en mis sueños me golpearon al sentir mis propios fluidos con mis dedos.

—"Veo que estás muy mojada; ¿debería iniciar ya?".

Por Dios, su voz se oía tan sexy.

¡Detente ChaeRyeong! ¡Acabas de rezar y pedir perdón por tus pecados, controlate!.

Me dí un golpe en la cabeza y luego la sacudí intentando disipar esos pensamientos; abrí la ducha metiéndome a esta con cuidado. Tomé el jabón frotandolo con ambas manos para luego empezar a desplazarlo por mi cuerpo.

Pasé delicadamente por mis brazos, mi cuello, mis pechos; hasta que bajé a mi entrepierna, tenía miedo de tocarme ahí, por más normal que sea estaba aterrada.

Apagué la ducha quedándome completamente quieta observando mi cuerpo a través del espejo, mis ojos recorrían cada parte que YeJi besó en mis sueños, cada parte que tocó con suma delicadeza, cada parte que dejó una huella en mí. Me sentía sucia, no por el hecho de haber soñado de esta manera; sino que me había dejado que me cogiese una mujer, siendo yo una mujer, estoy hecha para complacer al hombre y servirlo a él; no para gemir el nombre de una mujer y complacerla a ella.

Una lágrima se escapó de mis ojos al ver la figura de YeJi detrás mío a través del espejo. Puso su mano sobre mi hombro murmurando unas palabras, las lágrimas caían a montones por mis mejillas, su rostro denotaba la decepción, solo quería sentirme segura para volver a mi casa y terminé fantaseando con la maldita pecadora.

—"Nunca te haría daño ChaeRyeong"—oigo su voz en mi cabeza. Sé que lo dice en serio, pero una parte mía, esa parte está aterrada, no quiere creer en las mentiras que me decía la castaña—"Te cuidaré incluso en las sombras".

Me arrodillé en la ducha comenzando a sollozar nuevamente, YeJi ya se había ido, estaba sola pidiendo auxilio pero nadie en la congregación entendería lo que en este momento, me encuentro sintiendo.

La mañana había llegado; las luces de la ciudad eran apagadas al ser opacadas por los suaves rayos del sol.

YeJi abrió su ventana, hacía tres días que su madre no volvía, pero no podría hacer nada sin pruebas que delatasen al hombre.

Había quedado en encontrarse con Lia antes del encuentro del grupo de "Te elegí para más", un grupo de la iglesia conformado por jóvenes activos con diferentes visiones y misiones dentro de la iglesia. ChaeRyeong también formaba parte de este grupo. YeJi soltó una risita al recordar lo que sucedió la noche anterior.

Cerró la puerta con llave y salió de la casa colocándose una chaqueta de cuero; se acomodó el pelo comenzando a andar al lugar citado.

Caminó sin prisa poniendo sus manos en sus bolsillos; suspirando bajo, sintiendo el viento golpearle el rostro. Observaba atentamente a sus pisadas, sus latidos eran audibles al igual que los pasos de la persona de atrás suyo, la ignoró; solo eso pudo hacer mientras se debatía entre ir al encuentro o faltar e ir a follarse a RyuJin. ¿Por qué? No lo sabía, simplemente necesitaba desahogarse.

Soltó un bufido al llegar hasta el parque, buscó a su amiga con la vista y sonrió al encontrarla junto a YeDam y Yoshinori, ese chico se había vuelto parte del equipo en tan solo horas, pero aún así, YeDam y YeJi, desconfiaban de él.

—Hasta que llegas—la saludó YeDam—El encuentro está por iniciar.

—Son las once de la mañana ¿No podemos cambiar el horario para las catorce o algo así?—se quejó YeJi acomodándose el pelo.

—Tal vez—Yoshinori rió—Oye... ¿La invitaste?.

El tono de Yoshi confundió a la castaña, se giró bruscamente encontrándose con ChaeRyeong.

—¿Qué haces aquí?—espetó alejándose de ella lentamente.

—¿Puedo acompañarlos?—murmuró ChaeRyeong con la vista al suelo.

Yoshinori rió ante esto—Que poca moral... La odias y luego le pides que te acompañe.

ChaeRyeong apretó su falda con fuerza al oír las palabras del peligris.

—Yo, no quiero... Lastimarlos—sollozó incrementando el agarre en su prenda.

Yoshi volvió a reír—¿De verdad crees que caeremos Chaer?.

En ese instante los cuatro observaban atenta a la pelinegra que se aguantaba las lágrimas; el peligris tenía razón, no tenía vergüenza para meterla en problemas y luego pedirle que la acompañase como si nada le pasase.

—Lo siento...—susurró.

Yoshi solo la ignoró—Guárdate tus disculpas Chaer—dijo dándose vuelta—YeJi, ¿vienes?—se detuvo de espaldas a la castaña.

—Adelantense—respondió YeJi—Tengo asuntos que atender—sonrió.

Yoshi rió inclinando levemente la cabeza; se alejó de ambas chicas yendo junto a YeDam y Lia.

YeJi giró a ver a ChaeRyeong y sonrió.

—Ya está bien, Yoshi es así—explicó serenamente—Pero tiene razón, que poca moral.

—Lo siento—volvió a susurrar ChaeRyeong.

—Ya olvídalo, ¿Qué es lo que quieres?. Siempre que estás cerca mío termino o amenazada de muerte o recibiendo puñetazos—se quejó—Y tú, recibes un castigo inmerecido porque el idiota de tu padre cree que voy a condenarte.

ChaeRyeong no respondió.

—Mejor vete Lee; no voy a acompañarte... No esta vez—murmuró.

ChaeRyeong mantuvo la cabeza gacha, lentamente caminó por el sendero, soltando lágrimas que no quería, YeJi tenía razón, ella era una hipócrita.

Decía odiarla, la marginaba, le hacía la vida imposible dentro de la iglesia, fuera de su casa, la trataba mal, la insultaba; y luego se acercaba a ella como si nada, pidiéndole que la acompañase para sentirse segura, porqué en el fondo, ChaeRyeong la deseaba. Deseaba conocer todos los secretos de la mayor, deseaba saber todo de ella, deseaba ayudarla con la pesada carga que tenía de sustentar a su familia, quería ayudarla como una amiga, eso era lo que quería.

Caminaba despacio hasta que se topó con un grupo de chicos conversando en frente de ella; los ignoró y pasó nerviosa por el sitio.

Uno de los chicos le silvó captando su atención, logrando que se quedase paralizada en medio del camino.

—¿Quieres que te acompañe linda?—preguntó uno de los chicos.

ChaeRyeong se mantuvo en silencio.

—Vamos; no te haremos daño—el grupo entero empezó a reír causándole más inseguridad a la pelinegra.

Se detuvo al oír los pasos del chico acercarse a ella, se quedó estática esperando lo que tuviese que pasar para largarse de ahí de una vez, odiaba eso de los hombres.

—Caballeros—una voz interrumpía al chico que la intentaba llevar consigo, aquella voz alivió a ChaeRyeong—¿Acaso no notan la incomodidad de la chica?—espetó.

El chico que estaba cerca de la pelinegra se apartó con miedo de ella; vió los ojos amenazantes de la más alta haciendo una mueca.

—¿E-es tu chica?—preguntó asustado.

YeJi ladeó la cabeza y sonrió—Por supuesto—respondió—No quiero que vuelvas a acercarte a ella ¿Quedó claro?—espetó.

El chico asintió aterrado y se separó de la pelinegra rápidamente.

YeJi sonrió acercándose a ChaeRyeong, puso su mano en la cintura contraria atrayendola hacia si; caminó con ella hasta salir de aquel lugar. ChaeRyeong no podía pedir nada más, se sentía bien ante el tacto de la más alta.

—Sólo espero que no me agredan nuevamente Chaer—murmuró YeJi—No quiero causarte problemas.

ChaeRyeong apartó la vista un instante; observó atenta a los lados esperando a que nadie la viese, se atrevió a saltar por una vez y dejó un corto beso en la mejilla de la castaña.

—No soluciona nada, pero espero que me perdones—ChaeRyeong sonrió—Te veo luego—se despidió con la mano dejando a YeJi totalmente confundida.


No voy a negar que me re divertí escribiendo esto XD
en fin, fumense las 3565 palabras y no me molesten q ando salvando el semestre 🥰🤚🏻

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