Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

「54」

Posé mi vista en la placa de metal dorado que estaba frente a mí y la leí pasivamente. Editora de la "Notes". Mantuve mi vista sobre la placa, mientras que la señora Jeon revisaba las fotografías y asentía en gesto de conformidad.

- Son muy buenas fotografías - dijo y luego me sonrió, mostrándome de nuevo todas esas arruguitas -. Hacen un
muy buen trabajo - abrió su cajón derecho y sacó de allí un recibo. Garabateó en él con un bolígrafo y luego me lo pasó -. Dile a Joy que te selle esto y que te diga dónde cobrarlo.

Miré el papel, era el pago por nuestro trabajo. Las cejas se me elevaron al ver la cantidad.

- Fue un placer trabajar con ustedes - se levantó y yo hice lo mismo, luego me tendió la mano.

- lgualment - le sonreí. Salí de aquella oficina y al salir vi a Yeosang, que apenas venía llegando.

- ¿Ya pasaste? - me preguntó.
Asentí con la cabeza una sola vez y luego me giré hacia Joy.

- Oh, claro - tomó el papel y lo selló y luego de firmarlo también me lo devolvió -. Lo cobras al fondo del otro pasillo - me regaló una sonrisa con sus potentes labios rojos.

- Gracias.- Yeo se acercó y tomó el
papel.

- iVaya! ¿Todo eso es para nosotros? - dijo, mirando la cantidad que nos pagarían.

- La mitad para cada quien - reí, mientras caminábamos hacía el pasillo opuesto -. ¿Por cierto, a dónde fuiste?

- ¿Eh? - conocía esa expresión dee
desentendimiento que ponía cada vez que no quería decir algo. Entonces la incertidumbre me recorrió el cuerpo.

- ¿A dónde fuiste, Yeosang? - lo miré, parando mi caminar.

- Ah... Saludar - se encogió de hombros.

- ¿A saludar a quien? - fruncí el ceño.

- A una persona con la que ya me había topado antes.

- ¿Tiene que ver conmigo? - por un segundo, lo que dura un latido, San pasó por mi pensamiento.

- Esa persona jamás te ha visto - dijo, ya más calmado e hizo que me calmara también -. Anda, ya vamos por nuestro
pago-me instó a seguir caminando hacia el siguiente cubículo.

No sabía por qué, pero la incertidumbre no se iba. Algo me decía que todo eso tenía que ver conmigo. O a lo mejor, de verdad me estaba convirtiendo en un paranoico. No quería hacerme falsas ilusiones en que a lo mejor, San también tuviera que ver en esto: pero era algo ilógico. San estaba muy lejos y Yeosang ni siquiera lo conocía más que en fotos.

Cobramos nuestro dinero y lo repartimos mitad y mitad, luego Yeo me llevó a casa en donde las especulaciones continuaron.
Era un terco, si mi amigo me conocía bien sabría que no me iba a dar muy
fácil por vencido y que no me iba a quedar de brazos cruzados; además
de que era un completo curioso igual que... San.

Era inevitable no traerlo a mi pensamiento, vivía allí día y noche y no podía bloquearlo. Pero todo esto sólo se enredaba con tantos nombres, de por sí, eran ya nombres, de por sí, eran ya suficientes.

La noche llegó rápido, pero no dispersó mis pensamientos. Tenía que separar todas las cosas que se enredaban en mi cabeza y saber en qué se relacionaban una con la otra. San y la canción, Yeosang y su misteriosa desaparición en la mañana, San, Yeosang.

Suspiré y me asomné por la ventana, el cielo oscurecido sostenía un cuarto menguante en lo alto y tuve que pensar en San, una vez más.
¿Dónde estaba? Deseaba tener una señal, un lugar, lo que sea. Quería gue alguien me dijera que lo había visto, que estaba bien, quería saber cualquier cosa. Pensarlo me hacía recordarlo, a poco más de un mes de haber regresado, tenía su recuerdo nítido en mi mente: sus bellos ojos grises brillando con luz propia, su cabello perfectamente peinado y plateado, tan suave como espuma en los dedos, sus
sonrisas tan mágicas y sus labios... deliciosos.

Suspiré de nuevo y me puse a pensar en Yeosang, ya que si seguía dándole luz verde a los pensamientos de San, se me iría toda la noche y terminaría llorando.
Volví a concentrarne enel asunto de Kang, entonces, recordé lo que le me contestó cuando le pregunté si aquella persona tenía que ver conmigo: "Esa persona jamás te ha visto".

A él no le gustaba mentir a sus amigos, pero cuando no quería decir algo daba una respuesta real pero no acertada. Abrí los ojos de par en par. Entonces aquello sí tenía que ver conmigo, podía apostar a que sí. Pero... ¿de qué
forma? Aquella persona tenía que ver conmigo, pero jamás me había visto.. todo era tan confuso. Volví a mirar la luna

San, San, San.
¿Dónde estás?
¿Estará pensando en mí?

Me reí, no podía siquiera alejar un minuto mis pensamientos de él. Ya debería de saberlo, es como pedirle a un manzano que no produzca ya sus frutos.
Como sea, tarde o temprano tenía que enterarme de lo que mi amigo tramaba; sólo que esperaba que no fuera demasiado tarde.

La luz del contestador parpadeaba cuando llegué a casa. Había estado casi toda la mañana vagabundeando por mi
ciudad en busca de buenas fotografías para tomar. Había tomado sólo tres en casi seis horas. Me acerqué y apreté el botón para oír el mensaje, mientras iba pornun vaso de agua.

"Oh, buenos días joven Jung, o buenas tardes según escuche mi mensaje. Su fotografía nos ha fascinado y queremos que nos muestre toda la colección. Hay algo especial en esa imagen y estaríamos muy honrados en ver su trabajo para si usted quiere, hacer la exposición. Comuníquese en cuanto oiga el mensaje. Ya sabe el teléfono de la compañía, pregunte por el señor Kim.
Que pase buen día, hasta luego."

El pitido que anunciaba el final del mensaje me hizo aterrizar. ¿Cuál fotografía? ¿De qué exposición está hablando? ¿Qué señor Kim? Corrí hasta el teléfono y garabateé el número de esa llamada en un papel, luego lo marqué.
Una voz femenina me contestó al segundo timbre.

- SuJu estudio, ¿en qué puedo servirle?

- Amm... ¿hay allí un señor Kim con quien pueda comunicarme? - pregunté, terriblemente confundido.

- Claro, enseguida.

- Gracias - tamborileé los dedos en la mesita mientras escuchaba la fastidiosa melodía a través de la bocina del teléfono.

- Oficina del señor Kim, ¿en qué puedo ayudarte? - me contestó otra voz más aguda que la primera. Fruncí el ceño. ¿Allí todo mundo contestaba de la misma manera?

- Hola, ¿podría comunicarme con el señor Kim, por favor?

- ¿Quién lo busca?

- Jung Wooyoung.

- Oh, claro. Enseguida - dijo y transfirió la llamada por un lapso de tiempo más corto que el anterior.

- Joven Jung, es usted - dijo la voz de hombre, ronca y amable.

- Eh... sí, pero aún no entiendo quién es usted - musité, con franqueza.

- Bueno, soy el presidente de las exposiciones fotográficas de esta empresa. Kim SiWon.

Los ojos se me abrieron como platos. Kim SiWon, había leído de él hace bastante tiempo; era el "productor" de las exposiciones fotográficas que tuvieron más fama en el país y no sólo allí.

- ¿Joven Jung? - preguntó, ya que me había quedado mudo.

- Estoy aquí - farfullé - Pero aún no entiendo por qué me llamó.

- Pues vimos su fotografía. Nos ha encantado y...

- ¿Qué fotografía? - Io
interrumpí.

- Un joven vino el día de ayer mostrándonos una fotografiía que usted tomó en su viaje a Venecia, Italia, según nos contó él muchacho.
El corazón comenzó a latir debajo de mi pecho. Todo estaba cobrando sentido de pronto.

- A decir verdad, la fotografía es muy buena y pensamos que una exposición con ese tipo de fotografías sería magnífico, pero antes queremos ver todas.

- Ah...

- Si se pregunta cómo conseguimos su teléfono y su nombre, pues déjeme decirle que tiene un amigo muy... insistente - soltó una risita gutural.

Me quedé en silencio por un momento, sintiendo cómo encajaban todas las piezas del asunto de Yeosang. ÉI había tomado una de mis fotos ayer, y ese mismo día la había llevado con Kim SiWon - una persona que jamás me había visto pero que tenía que ver conmigo - para que me diera la oportunidad de una exposición de arte, de fotografías. Por eso no quería decirme, por eso esa mirada misteriosa cuando vio el sobre... mataría a Yeosang.

- Es usted muy callado. - bromeó soltando otra risita.

- Lo siento. Disculpe, esa foto no debió de salir de mi casa, es un error - farfullé,
¿cómo iba a hacer una exposición de todas las fotografías que tenía de San? Ni que estuviera loco.

- ¿Por qué no viene y lo hablamos? Y traiga las demás fotografías. Es una oportunidad excelente, ¿la va a dejar pasar? - me tentó.

Me mordí el labio inferior, vacilante.

- ¿Jung? - insistió.

- Llego en una hora, ¿le parece? - dije, dándome por vencido.

- Perfecto. Hasta pronto, entonces.

Trunqué la llamada de manera brusca y me llevé las manos a la cara. Ahora además de "roba novios" me volvería una asesino. Kang Yeosang me las pagaría, pero antes tenía que recuperar mi foto. Me dirigí al estante de libros y tomé el sobre de fotos, lo introduje en mi  mochila y salí directo a aquel edificio en el que había estado ayer.

Mientras iba, pensaba en la posibilidad de aceptar la oferta de Kim. Exponer mis fotograffas en un salón inmenso, mientras ofrecían aperitivos elegantes a la gente que admiraba mi trabajo era el deseo que tenía desde que empecé a dedicarme a la fotografía; el deseo de todo fotógrafo profesional que dispara
su lente para encontrar la belleza en este mundo.

Pero existía otro lado de la moneda. La parte oscura del sueño. No podía exhibirle a medio mundo mi... mi... ¡ni siquiera sabía qué era! Simplemente no podía exponer esas fotos. ¿Qué pensaría Seonghwa si se enterara? Si hubiese una remota posibilidad de perdón, seguro desaparecería. O San

A lo mejor creería que lo había utilizado. Ya no podía ser más malo de lo que ya
me sentía, ya no soportaría que me catalogaran así. Caminando, hice un poco más de una hora y cuando llegué, inmediatamente recordé la ubicación de su oficina, a donde Yeo había ido el día anterior. Me dirigí hasta allá y le sonreí a la señorita tras el escritorio. Una muchacha menuda como de unos dieciocho años.

- Hola, soy Jung Wooyoung, vengo a ver al señor Kim. - anuncié.

- Wooyoung, claro. Permíteme - me sonrió, descolgó la bocina del teléfono y en un susurro parloteó algo que no pude entender; luego colgó y me sonrió

- Pasa, te está esperando.

- Gracias - le devolví la sonrisa de manera fugaz y luego entré a la oficina. Al instante, el olor a pino fresco me rozó la nariz, haciéndome arrugarla levemente.

271O2O2O

sé que Wattpad no es una obligación, pero me sabe muy mal estar tanto sin actualizar :(((

anyways, MIL GRACIAS POR LOS 7K ªªªª

vamos llegando al final, pero aún queda y espero que lo estén disfrutando <3

Si hay errores díganme, escribo de noche y capaz meto cosas que no son

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro