「16」
Miré a Mingi,temeroso y con labios trémulos,pero entonces me percaté de que Mingi no me miraba a mí,sino que su mirada se posaba lejos,observando un punto dijo.
—¿Es ese San?—preguntó,mirando a lo lejos.
Seguí el transcurso de su mirada y pude visualizar a unos tantos metros,entre la gente que pasaba de un lado para otro,un cuerpo que me quitaba el aliento.Caí en la cuenta de que mis pensamientos habían funcionado mal y Mingi que no se refería a lo que yo había creído,sino que musito el nombre de San porque a lo lejos lo vio.
—Creo que sí—musité—¿Qué hace aquí?
—A lo mejor salió a pasear,como nosotros.Hablémosle—sugirió.
Me tomó de la mano y me arrastró varios metros entre la gente hasta llegar a las espaldas de San,la perfecta y bien trabajada espalda de San,que no dejaba de lucir aún con la camisa que traía encima.Parecía como si buscase a alguien,ya que asomaba su cabeza sobre la de los demás.
—San—musitó Mingi,haciendo que el interpelado pegará un brinco.
Se giró a mirarnos y abrió los ojos como platos.
—Perdón,no quería asustarte—dijo el bello ángel.
—No,no hay problema—tartamudeó y luego colocó su mirada en el entrelazo de dedos entre Min y yo,su rostro dejo la expresión de nerviosismo y paso a una con un ceño fruncido.
—¿Estás con alguien?—porque se nos ocurrió que sería buena idea que anduviera con nosotros,digo,si quieres—dijo Mingi.
—¿Eh?—subió la mirada—Ah,sí,claro.
—Bien—sonrió—Vayamos para allá—señaló hacia la izquierda—Hay lugares que seguro que te gustarán—me dijo.
Seguí a Mingi,aún atado a su mano y San a mí lado.Mi corazón cantaba emocionado y palpitaba extraño,con alguna clase de latidos que yo desconocía,pero que sin embargo me llenaban de placer.
—Qué casualidad haberte encontrado,San—musitó Mingi.
—Ah,vine porque...—se quedó en silencio,repentinamente nervioso—porque...quería salir un rato—dijo.
—Nosotros igual,además de que Wooyoung aprovecha para sacar estupendas fotografías,¿verdad?—me sonrió.
Le devolví la sonrisa,porque la voz se me había ido y sólo podía escuchar los escandalosos latidos de mi corazón producidos por el perfume que San desprendía en cada paso que daba.
—Por cierto,San,no entiendo aún qué quieres decirme—me dijo Mingi—No contestaste mi pregunta.
—¿Qué pregunta?—dije,con voz medio baja.
—¿En quién te fijaste y por qué es prohibido?—inquirió.
Abrí los ojos de par en par, casi se me salían de las órbitas.Y San,quién estaba mirado,encaminando su paso con el mío,nos miró rápidamente,íntegramente atento.
—Eh...en...—tartamudeé.Las miradas de ambos se posaban en mí y la de San ni siquiera parpadeaba.
—¿En quién?—volvió a preguntar Mingi.
Lo fulminé con la mirada queriendo taparle la boca en ese instante,las manos comenzaron a sudarme ante la posibilidad de quedar en evidencia.
—En...mi amigo.Que dejé en Corea—inventé.
—¿Qué clase de amigo? Cualquiera podría enamorarse de un amigo—inquirió.
—Enamoramiento no,Min—especifiqué de nuevo.San sólo se mantenía en silencio,pero atento—Y es un amigo...cercano...y...—me estrujaba los sesos para poder seguir poniéndole palabras a mis mentiras—y...a una amiga también le gusta,entonces...
—Tuenes miedo de perder la amistad de tu amiga por haberte fijado en el mismo chico que ella—completó.
—¡Exacto!
—Bueno y,¿quién se fijó primero en el chico?
—Ella—musité,con pesar.
—Pero tú ya te fuiste de Corea,ya no importa,¿o sí?—Dijo San,quien había estado como una estatua hasta ahora.
—Eh...—murmuré.
—Igual yo creo que lo hubieras hablado con tu amiga,en vez de especular tú solo las cosas y castigarte a tí mismo—interrumpió Mingi—Digo,no era su novio y ella no era tu mejor amiga—se encogió de hombros
Me solté a reír y ambos me miraron.
Si Mingi supiera a quien me refería siquiera haya dicho lo último.
—¿Qué es tan gracioso?—preguntó San.
—Nada,sólo que...nada—manoteé con la mano restándole importancia.
—¡Mira,Woo!—me dijo Mingi—¿Ese lugar no te parece ideal para una fotografía?—apuntó hacia un edificio al lado de un canal que se extendía magnífico por el este.
—Qué buen gusto tienes,Min—concordé—Creo que le tomaré una.
Saqué con la mano libre la cámara de mi mochila y luego me quedé en silencio y sin actuar,tímido porque Mingi aún mantenía su mano atada a la mía.
—Mingi,creo que Wooyoung necesita sus dos manos—farfulló San.
—Oh,claro.Discúlpame—enrojeció un poco y soltó mi mano a la que inmediatamente me pegó el aire gélido del medio día.
Le sonreí y apunté el lente de la cámara hacia el monumento y saqué la fotografía.
—¿Un fiore per il ragazzo?—musitó alguien detrás de mí.
Me giré y obtuve la imagen de una señora con un canasto de rosas rojas que le hablaba a San,mientras que Mingi estaba distraído mirando las palomas.
San me miró y luego me sonrió.
Entonces miró de nuevo a la señora.
—¿Quanto costa una?—preguntó.
—Un euro—dijo la señora.
—Dammi uno.
Ella le acercó la canasta y San escogió una rosa entre el puño y luego,sacó del bolsillo de su pantalón una moneda.
—Ecco—le dio la moneda y le sonrió.
—Grazie bel giovane—dijo la señora y luego me sonrió a mí para después alejarse e ir a ofrecerla sus flores al resto de gente.
No había aprendido aún italiano,pero me estaba familiarizando con las palabras y pude entender la conversación entre San y la vendedora.Ella le había ofrecido una rosa,él le había comprado una.Simple.Seguro que era para Seonghwa.
—Toma.
Pero me la ofreció a mí y me dejó en blanco.
—¿Qué?—musité torpemente.
—Es para tí—dijo,como si hubiese adivinado mi pensamiento anterior.
—Gracias—tomé la flor entre mis manos y sentí que el rubor corría por mis mejillas,pintándolas,así que desvié mi rostro y miré a Mingi,quién aún seguía entretenido observando el centenar de palomas que volaban en el cielo y otras que caminaban por el suelo de la plaza.
Alcé mi cámara y tomé una fotografía de su perfil justo en el momento exacto en el que las palomas volaron.Una fotografía maravillosa.
Mingi me miró.
—Hey,pudiste haberme avisado—me dijo y yo reí.
—No,creo que saliste más lindo así.
Él se sonrojó de nuevo,y luego bajó la mirada percibiendo así la flor en mi mano.
—¿Y esa rosa?—preguntó.
—Se la di yo—dijo San,con más orgullo del necesario.
—Rayos,entonces yo tendré que comprarte un ramo entero—bromeó.
—Lo haces para parecer una competencia,Min—dije,queriendo seguirle la broma,pero lo cierto es que dos hermosos ángeles estaban cortejeándome y el tono casual en mi voz no era muy espléndido.
—Claro que no es una competencia—dijo él—Yo no estoy compitiendo con nadie,San no es un jugador,él ya tiene dueño—bromeó Mingi,palmeándole la espalda a San.
Él sonrió,pero a esa sonrisa le hacía falta...¿alegría?
—Me haces sentir como un trofeo—dije,haciendo un mohín.
—Non un trofeo.Tu sel un príncipe bel e mi piace essere il vostro cavaliere—musitó.
El rostro de San se enfureció y su ceño se frunció antes las palabras de Mingi.
¿Pero qué había dicho?
—Dilo en coreano—le farfulló San.
—No,mi vergogno.
—¿Qual è il punto a flirtare con lui? Non capise—el rostro de San se volvía serio y su voz no tenía ese tono amable.
—Perché so che gli piace l'accento italiano—Mingi se encogió de hombros.
—Non vedo il punto—San se cruzó de brazos y me miró.
No sabía cuál era mi expresión,pero hasta sentía un signo de interrogación dibujado por encima de mi cabeza.
Odiaba no entender nada.
—Nam dice que eres un bello príncipe y que a él le gustaría ser tú caballero—me dijo,pero parecía molesto.
—¡Stai zitto!—protestó Mingi,enrojeciendo por completo.
Lo miré,enternecido.
—Qué lindo eres,Min.Gracias—dije,y él enrojeció más.Sin embargo,San permanecía de brazos cruzados y con rostro duro.
La fierecilla apareció de pronto,bailando de alegría porqje creía que lo que San tenía eran vemos y aunque no quiera aceptarlo,a mí también me gustaba la idea.
La tarde había llegado y el sol a había ocultado ya en algún punto del cielo cuando volvimos al departamento.Había sido increíble haber pasado todo un día con San cuando no estaba en mis planes.
Me sentía mal de haber usado a Mingi en varias ocasiones para sacarle ese rostro aduño y un ceño fruncido a San.Pero más allá de la culpa,se sentía bien.
—¡Ah! Fue un día magnífico el de hoy—dijo Mingi,riendo complacido.
—Lo fue—concorde—Muchas gracias Min.
Besé su mejilla ligeramente coloreada por una bella pincelada rosa y crucé los dedos porque el ceño fruncido de San apareciera en su bello rostro.Le miré por el rabillo del ojo y lo vi con más manos en sus bolsillos y la mirada baja,como si quisiera evitar ver.La fierecilla se decepcionó.
—Hasta luego—le dije.
—Hasta luego,príncipe—rió,tímido,luego dio la vuelta y se introdujo al departamento de su tía.
Miré a San quien ahora esbozaba una linda sonrisa.
¿No le había afectado en nada mi patético intento por ponerle celoso?
🖇️30042020
➸Las traducciones de cuando hablan en italiano están en los comentarios
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