❝*²⁵. ᵖᵃᵇˡᵒ ᵖᵃ́ᵉᶻ ᵍᵃᵛⁱʳᵃ, ᵍᵃᵛⁱ

𝑩𝒂𝒓𝒄𝒆𝒍𝒐𝒏𝒂, 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒏̃𝒂
𝟎𝟖/𝟏𝟏/𝟐𝟐

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AÍDA

Me planté frente al espejo y delicadamente pasé el brillo de labios sabor fresa por mis labios. Ya estaba lista.

Hoy había partido contra el Osasuna. Como no tenía que trabajar decidí ir a verlo junto a Ali, que no tardó en aceptar la propuesta cuando se la propuse.

Estoy feliz, contenta. La operación de mi hermana había sido todo un éxito. Marlie ya estaba cogiendo los nutrientes y energía suficientes y estaba ganando peso.

Mi móvil comenzó reproducir mi tono de llamada indicando una llamada entrante: era Ali.

—¡Chica! Sal, que ya estoy. —me informó, alegré.

—Perfecto, ya salgo.

Cogí mi bolso y sin más demora salí de mi departamento. Como me había dicho Ali, allí estaba, esperándome en su coche negro.

—Me encanta que te hayas hecho del Barça. —habló sonriente cuando subí y emprendimos camino.

—Trabajo allí, era de esperarse. —dije con sorna.

—También puede ser por cierta persona que juega ahí...

—Puede ser... —le seguí el juego haciendo que soltara una carcajada.

—¿Ya sois pareja? —preguntó sin despegar la mirada de la carretera.

—No —negué—, todavía no me lo ha pedido.

—¿Y a qué espera? Yo solo digo que si él no te lo pide a ti, tú se lo debes de pedir a él. —dijo, encogiéndose de hombros.

—Tú sabes que ya lo habría hecho, pero el otro día me dijo una cosa y pues por ello sigo esperando. —le expliqué.

—¿Qué te dijo?

—Pues le dije que no éramos novios oficialmente y básicamente me dijo: «Por ahora. Tú espérate». Y pues aquí estoy. —le conté.

—Quién sabe, a lo mejor te está preparando algo y todo.

—Pues eso es lo que quiero ver.

Poco después llegamos al Camp Nou, rebosado de gente a estas alturas.

Nos sentamos en nuestros respectivos asientos, que eran los que estaban delante del todo a unos pocos metros de los jugadores.

El partido dio comienzo. Por desgracia, comenzó con un gol del Osasuna en el minuto seis. Pero después, en el minuto cuarenta y ocho, Pedri metió el gol del empate.

Mi amiga y yo chillamos junto a la audición, que la gran parte era de nuestro mismo equipo.

—¡Pedri, te quiero! —gritó mi amiga más alto de lo normal, haciendo que Pedri, el cual no estaba muy lejos, se girase hacia nosotras, nos sonriera y nos saludara.

Mi amiga soltó un mini chillido y se escondió detrás mía.

—¡Qué vergüenza! —exclamó.

—Hija mía, estamos a pocos metros de él ¿Cómo no se va a dar cuenta con el chillido que has pegado? —le cuestioné, riendo.

—La emoción, supongo. Yo que sé, déjame.

Reí ante su vergüenza. Después de otro gol de Raphinha, el partido finalizó, quedando dos a uno a favor del Barça.

—Felicidades, guapo. —le dije a Pablo cuando tuve la oportunidad de acercarme a él.

—Gracias, rizos —me agradeció, añadiendo un beso en la mejilla—. Quiero comentarte una cosa.

—Dime.

—Quiero que vengas dentro de tres días a mi casa.

Crucé mis brazos sonriente.

—¿Y eso a qué se debe?

—Se debe a que es el día donde Luis Enrique dará la lista de los convocados para el mundial, entonces quedaremos mis compañeros de nacionalidad española a ver si tenemos suerte, aunque no creo que me elija.

—Va, me apunto. —acepté.

Él sonrió instantáneamente y juntos empezamos a caminar.

—¿Te imaginas que te escoge? —le pregunté, esperanzada.

—No me ilusiones, anda.

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𝑩𝒂𝒓𝒄𝒆𝒍𝒐𝒏𝒂, 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒏̃𝒂
𝟏𝟏/𝟏𝟏/𝟐𝟐

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AÍDA

Me paré frente al portón blanco y con mis nudillos toqué repetidas veces. Pasados unos segundos, la puerta se abrió dejando ver al guapo castaño.

—¡Rizos! —exclamó alegré, abrazándome.

Yo sonreí correspondiéndole el abrazo.

—Hola, Gavira.

—Venga, que eres la única que falta.

Ambos nos adentramos a la bella casa. Nos dirigimos hacia el salón, y como anteriormente me dijo Pablo, todo los jugadores de nacionalidad española del Barça se encontraban allí.

—Hola. —saludé al llegar.

Todos se levantaron a saludarme, y al finalizar, nos sentamos. Me senté al lado de Sira —que también estaba presente acompañando a su novio— y de Pablo.

—¡Qué bien que estés aquí! —me dijo la morena sentada a mi lado.

—Gracias. Igualmente, me alegro que estés aquí. —le respondí amablemente.

—No sé si lo sabes, pero mi padre es Luis Enrique. —me contó, cruzando su brazo con el mío.

—¿De verdad? —dije, abriendo aún más los ojos—. No lo sabía. ¿Entonces sabes quiénes son los convocados?

Ella negó moviendo la cabeza.

—No, no me quiso decir nada.

—Pues a ver qué pasa.

Nos dispusimos a ver el vídeo de la convocatoria atentamente. Se notaba en el aire la tensión y emoción del momento.

Luis Enrique dio a anunciar a los tres porteros de la selección. Sólo conocía a uno, a Unai Simón; recuerdo que también defendía la portería en la última Eurocopa.

Después dio a anunciar a los defensas. Entre ellos estaban Eric García y Jordi Alba, los cuales saltaron alegremente emocionados.

A continuación Luis Enrique empezó a mencionar a los centrocampista. Pablo se tensó al lado mía, él era centrocampista y sé que aunque él dijera que pensaba que no lo iban a escoger tenía esperanza en ser escogido.

"Sergio Busquets" habló Luis Enrique. Sergio, que también se encontraba presente, sonrió feliz y todos lo felicitamos.

"Pablo Páez Gavira, Gavi" Y ante esas palabras no pude hacer más que abrir los ojos como platos y girarme a ver a Pablo, que se veía en estado de shock.

—Pablo, que te han seleccionado. Tu primer mundial. —hablé contenta.

Él sin decir palabra me abrazó fuertemente. Los demás soltaron felicitaciones.

—Toma ya esos dieciocho años. —habló Busquets, dándole palmaditas en la espalda.

Él separándose del abrazo rió.

"Pedri González" habló Luis Enrique después de mencionar a Marcos Llorente.

—¡Vamos! —exclamó el mismo dándole un abrazo a Pablo. También era su primer mundial.

Felicité a Pedri con un abrazo, el cual me correspondió cálidamente con un «gracias».

Luis Enrique después se dignó a mencionar a los delanteros. Entre ellos Ansu Fati y Ferran Torres.

Sira se abalanzó a los brazos de su novio nada más enterarse.

Después de eso, abrimos champán y celebramos por lo convocados.

—Felicidades, Pablo. Me alegro mucho por ti. —le dije después de darle un sorbo a mi copa de champán.

—Me alegrarías más si me acompañaras. —soltó sin más.

—¿Qué? —pregunté aturdida.

—Que me acompañes a Qatar, que me veas jugar. —dijo más concretamente.

—Acepto, iré contigo. —dije sin pensarlo.

Quería ir a ver tanto como sus logros, como sus posibles derrotas. Estaba muy feliz por Pablo y me encantaba ver esa sonrisa suya plasmada en sus labios. Él me fascinaba.

¡No puedo creer que a esta historia le falte un capítulo y el epílogo! Parece que fue ayer cuando la empecé a escribir, hablando de la idea que se me había ocurrido con mi amiga.

Quiero que sepan que después de terminarla, por aquí, os daré información sobre la siguiente historia que por mayoría, y también por pensamiento propio, será de Pedri. Ya tengo una idea en mente de la nueva historia de Pedri que espero que os guste tanto como esta❤

Atte: Ari la anónima ᕕ( ᐛ )ᕗ