
𝟏𝟖.
❝*¹⁸. ᵗᵉⁿ ᶜᵘⁱᵈᵃᵈᵒ ᶜᵒⁿ ˡᵒ ᵠᵘᵉ ʲᵘᵉᵍᵃˢ, ᵍᵃᵛⁱʳᵃ
𝑩𝒂𝒓𝒄𝒆𝒍𝒐𝒏𝒂, 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒏̃𝒂
𝟐𝟎/𝟏𝟎/𝟐𝟐
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AÍDA
Fuimos a mi casa. Ali ya llevaba lo que se quería poner en su mochila.
Me duché rápidamente. A Alicia no le hacía falta porque ya venía duchada de su casa, lo hizo antes del partido.
Al salir de la ducha me puse un vestido gris, que tenía una especie de brillantina que hacía que resaltara. Me dejé mi pelo suelto y me maquillé, tampoco mucho.
—Ostia, tía. Estás guapísima. —me alagó Ali al salir ya arreglada del baño.
—Tú más. —dije sonriente.
Ali iba con un vestido de mangas largas dorado con unos tacones negros. El dorado le quedaba muy bien en contraste con sus ojos verdes.
—Te tengo que sacar una foto. —dijo ella, y acto seguido cogió mi móvil.
Yo asentí y me puse en la pared blanca de mi cuarto, que tenía una especie de serpentinas de decoración.
¡Flash! ¡Flash! ¡Flash! Sonó el teléfono.
Me había sacado un total de tres fotos.
—Han quedado muy bien. —dije viéndolas.
—¡Sí! Pero bueno, vámonos ya que son casi las doce —habló la peli-negra, saliendo de mi cuarto.
Cogí mi bolso y un abrigo de pelo negro y salí. Todavía no era invierno, pero hacia frío, así que mientras estuviera en la calle me pondría el abrigo.
Íbamos en el coche de Ali. Por el camino subí una de las fotos, que de verdad me encantó.
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@aidagalle
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@aidagalle I'm pretty and I know it #party #curlyhair #Barcelona
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Llegamos a la casa de Pedri. Tocamos la puerta, la música se escuchaba desde afuera. Era una casa grande y se notaba que de alguien con dinero.
Una chica morena fue la que nos abrió.
—¡Hola! ¿Ustedes sois Alicia y Aída? Me ha dicho Gavi que tenían que venir. —nos preguntó, apoyándose en la puerta.
Las dos asentimos rápidamente.
—¡Pues pasar! Soy Sira, la novia de Ferran. —dijo ella, sonriente.
Ali y yo pasamos dentro de la casa, haciendo que Sira cerrara la puerta tras nosotros.
—Podéis dejar los abrigos ahí, aquí ni hace frío. —dijo la morena riendo, señalando un bonito perchero a la entrada.
Nosotras le hicimos caso y ahí dejamos nuestras cosas.
—Gusto conocerte —hablé yo—. Yo soy Aída y ella es Alicia.
—El gusto es mío, guapas. Entrar, hay gente y no solo los del equipo, amigos de los chicos también. —nos informó.
Las tres nos adentramos a la gran casa, que estaba llena de luces y hasta DJ tenía.
—¡Voy a por bebidas! —exclamó Sira, retirándose.
—Joder, qué ambiente. —habló Ali, mirando hacia todas las direcciones.
—Sí. —reí.
—¡Vamos a bailar! —exclamó mi amiga empujandome hacía «la pista» de baile.
No puse retenimientos. Empecé a mover mi cuerpo al lado de mi amiga, la cual sonreía como loca. Sira vino poco después y nos dio unas bebidas, lo que parecían cubatas.
Pasó tiempo, seguía bailando y todavía no me había terminado el vaso. De repente sentí unas manos agarrarme la cintura y un cuerpo pegarse por la parte de atrás de mi cuerpo.
Me giré para saber de quién se trataba, ya que me recordaba a la vez que Pablo se me apareció de este mismo modo en la discoteca aquel día.
Efectivamente, era Pablo.
—Siempre tienes que aparecer de esta forma, ¿no? —le dije con incredulidad.
Él soltó una carcajada.
—Me alegro de que estés aquí. —dijo, cambiando de tema.
—Lo estoy pasando bien. —confesé.
—Hay buen ambiente.
Yo seguía bailando, aunque no tan movida, y él seguía con las manos en mi cintura. Se acercó a mi oído y habló.
—¿Te he dicho lo bien que se te ve este vestido? —me preguntó, acariciando la tela de este.
—¿Solo con este? —le devolví la pregunta. ¿Él quiere jugar? Juguemos.
A este punto ya no sabía dónde estaba Ali.
—Mejor no me hagas hablar.
Y de repente empezó a dejar besos húmedos por mi cuello. No pude evitar que se me erizara la piel. Coloqué mi mano en su nunca acariciando su pelo, haciendo que él forzará su agarre en mis caderas.
Sonriendo, lo separé de mi cuello y le hablé al oído.
—Ten cuidado con lo que juegas, Gavira. No hagas que me salga caro.
Y sin más me fui. Tal vez fue el alcohol el que me hizo valiente para decirle esas palabrss, y el que me hizo atrevida por aguantar sus besos húmedos en mi cuello.
Para qué negar cuando sí me gustó.
Él quería jugar, y por lo visto, aunque me cueste admitirlo, yo también quería. Pero no se lo iba a servir en bandeja de plata, no se lo iba a dejar así de fácil.
¡Lo siento por este capítulo no tan largo!
Atte: Ari la anónima ᕕ( ᐛ )ᕗ
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