El sabia que estaba jugando con fuego, ¿pero desde cuanto el dejó de jugar con fuego?, desde que nació tenía un rol que jugar, ser un soldado, ser el chico dorado, ser el salvador, y ahora sabía que ese juego jamás terminó, desde que llegó se dio cuanta que aquí, había dos bandos.

Verde y negro.

Aquellos que apoyanban la idea de tener a Aegon como Rey, y los que apoyanban a la verdadera heredera, pero ahora todos deberán doblar rodilla ante el nuevo herdero, el cual será Jacaerys.

Pero ahora el mayor problema era Otto Hightower, aquel hombre que obligó a su hija de tan solo quince años a casarse con un hombre que podría ser su padre, y todo para tener su sangre en el trono.

El fue el causante de una maldita rivalidad, manipuló a su hija, y ella a sus hijos.

Quien diría que el dinero haría hablar de más a algunos empleados.

Pero Harry sabía que este juego ya no era como un ajedrez, no, esto es un maldito juego de tronos, y el sabia que ninguno iba a ganar.

Llevo la copa de vino a su boca mientras miraba divertido, como ellos se estaban incomodando.

Aegon, Aemond, Helaena, Jacaerys, Lucerys, Baela y Rhaena, todos reunidos en su habitación, era de noche, pero esto valía la pena.

— Hay que dejar el odio de lado por esta noche — dijo Harry mirándolos y ellos lo miraron.

—¿Que estas tramando Hadriel? — dijo Aemond tenso y mirando de reojo a Lucerys.

El ojiverde verde soltó un suspiro mientras dejaba de copa de lado, los miro a todos y la sonrisa de Helaena lo animo a continuar.

— Solo quiero la paz — dice con voz tranquila — Quiero que todos ustedes se disculpen por el bien del futuro de su casa — la seriedad y la frialdad que uso hizo que todos se tensaran, nadie sabía que decir y solo podían mirarse entre ellos, Harry al ver eso decidió continuar —  Ustedes saben que hay dos bandos, los negros y los verdes, y saben que son peones en este juego — les dice.

Silencio, todos quedaron en silencio.

—¿A que te refieres? — pregunto Baela con seriedad, desconfieba de el, por que según su padre el llego a quitarle el trono a Jacaerys.

El Potter sonrío al ver la descondieza de la morena, pero la ignoro y miro a sus tíos, en especial a Aemond.

—¿Ustedes en verdad odian a sus sobrinos? — les pregunto con seriedad.

Los hijos del rey se quedaron en silencio, Aegon se quedó pensado, Helaena negó mientras le daba una sonrisa a sus sobrinos.

—El me quito un ojo — Aemond acuso mientras miraba a Lucerys.

— Yo también lo haría si amenazas a mi hermano con una maldita pietra — Harry lo miro con obviedad — Pero yo estoy hablando, de que si odian a mis hermanos, ¿o los odian para complacer a su abuelo? — sabía que dio en el clavo, por que se quedo en silencio.

Harry volvió a sonreír y miro a sus hermanos y primas.

— Respondiendo a tu pregunta, princesa Baela — dice mirando a la morena — A lo que me refiero es que tenemos que poner fin a un juego que poco a poco esta comenzando — eso llamo la atención de todos.

Todos se miraron entre ellos, para depsues asentir entre ellos y mirar a Harry.

—Entonces, ¿cual es el plan Hadriel? —dice Helaena mirando a su amado.

El ojiverde solo sonríe con astucia, cosa que asustó un poco a los presentes.

Rheanyra Targaryen, primera con el nombre, hija de Viserys Targaryen y Aemma Arryn, ella se encontraba en su habitación sentada junto a la ventana mientras acariciaba su abultado, estaba perdida en sus pensamientos, pensado en todo lo que acaba de pasar en todo este tiempo..

En su vida había cometido el peor error que una persona podía cometer, abandono un bebé, por que ella sentía miedo, pero más miedo sentía en que su padre la viera con decepción y le quitara su título de Heredera.

Pero a pesar de todo, ella le había llorado aquel niño, le pedía perdón mientras lloraba.

Después de años, ese niño volvió, volvió siendo la copia exacta de Criston, y ella se dio cuanta, qué si había decidido quedarse con el, no lo amaría, no podría mirarlo a los ojos y ella sabía que el viviría con la ignorancia, el odio de su parte.

Ella no sería capaz de amarlo, pero podría soportarlo.

El toque de la puerta hizo que brincara levemente, haciendo que saliera de sus pensamientos.

—Adelante— dijo mientras se acomodaba en aquella comida silla.

Las puertas de su habitación y ahí entro el dueño de su pensamientos, esos ojos verdes esmeraldas qué la miraban con indiferencia y frialdad.

—¿Me mando llamar princesa? — hasta su voz era fría he indiferente.

Rheanyra se le quedó mirando por un momento, piel bronceada, ojos verdes, estaba más alto que cuando vino, ya no tenía aquellos cristales en los ojos, y su cicatriz ahora solo era una pequeña mancha blanca en su frente.

—Quisiera hablar contigo —dijo mientras le hacía una seña para que tome asiento, pero el ojiverde se quedó quieto, Rheanyra se sintió incomoda.

— Y de que quiere hablar conmigo, princesa — Harry la miraba desde arriba, por dentro estaba nervioso, por que desde que llegó, ella hasta ahora quiere saber de él.

— Se que he cometido un gran error al dejarte de lado —comenzó a decirle, estaba nervosa — Pero al fin de cuentas soy tu madre y tu mi hijo... — fue interrumpída.

— Soy hijo de Lily Potter — dijo Harry con frialdad — No tuyo, tu me abandonaste, ella no, ella dio su vida por mi, ella dejo todo por mi y tu no, me dejaste a mi para no perder todo — la miro con enojo y frialdad, para irse sin más.

Rheanyra sintió como las lágrimas bajaban por sus mejillas, mientras miraba por donde se fue, aquel chico que abandono.

984 palabras

Que rabia esa Rheanyra, ya no es nada en la vida de Harry, en realidad jamás lo fue.

Harry

Helarry