ㅡSomos bastante afortunadas. ㅡNayeon reposa su cabeza en el hombro de Jeongyeon.

Es uno de esos bastante inusuales momentos de paz y tranquilidad que la pareja puede disfrutar, lo normal para ellas es conseguir la máxima intimidad de sus almas mientras se burlan de la estupidez de la otra.

Cómo cualquier otro par de almas gemelas lo haría.

ㅡRealmente lo somos, ㅡconmovida, Jeongyeon deja un beso en la frente de su mayor. ㅡno todos los días puedes conseguir y aceptar al amor de tu vida en la persona más insoportable del mundo.

ㅡY nos encontramos la billetera de Tzuyu en el patio.

El tren de pensamientos y emociones de Nayeon y Jeongyeon parece ir en direcciones completamente opuestas.

ㅡ¿Que?-

ㅡSupongo que se le habrá caído cuando Sana le hizo lap dance anoche, así que la billetera se puede considerar extraviada y no tenemos porque regresarla. ㅡpara Nayeon es algo simple y justo si toma en consideración los sinsabores que ha tenido a causa de la taiwanesa.

Sin embargo, el cambio repentino de ternura a completa indiferencia de Jeongyeon es señal de que no piensan igual. ㅡ¡Tiene el dinero suficiente para cubrir lo que nos falta para la boda. En efectivo!

Bien dice el dicho, Dios los cría y el Diablo los junta. El enojo de Jeongyeon se va como sal y agua.

ㅡSacale los billetes y regrésale las tarjetas, dile que alguien llamó diciendo que se había encontrado la billetera pero que no tenía dinero adentro.