𝐄𝐋 𝐂𝐈𝐑𝐂𝐎 𝐆𝐀𝐋𝐋𝐘
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Ya era entrada la noche cuando Jisung junto a tres de sus amigos se atravieron a ir por un estúpido reto hacia la estructura abandonada que muchos años atrás se había llamado "El Circo Gally"

La luna estaba en su punto más alto cuando entraron, todos se encontraban atemorizados con las linternas de los celulares prendidas y algún grito guardado en la garganta por cualquier anomalía que vieran o que se imaginaran.

-¿Deberíamos ir a la carpa? -preguntó Bangchan como si nada, dándole una mirada al sitio donde quería ir.

-¿Estas loco? -le preguntó de vuelta Félix a Bangchan que solo se encogió de hombros, iluminando los carritos chocones llenos de óxido y pintura vieja.

-Solo decía. Es mejor que estar aquí afuera y escuchar como si algo te estuviera persiguiendo...

Jisung lo miró en la oscuridad, dándole un golpe en el brazo cuando vio como Felix se pegaba hacia Jeongin, igual de aterrorizado que el menor.

-Dios mío, Chan, cállate. -tomó la mano de Jeongin que solo se apego junto a Felix hacia él, aún apuntando con su linterna cualquier lugar con cautela- Todo estará bien. Seguiremos mirando por aquí y si alguno se quiere ir, nos vamos ¿okey?

-Oh, vamos -se quejó Bangchan por lo bajo- Lo que dije era broma, vamos a ver si en la carpa hay algo mejor que ver que todos estos artefactos rotos y averiados.

Jisung siguió caminado junto a los menores, obsevando con el ceño fruncido como todo parecía tomar un tinte más macabro y frío cada ves que entraban más y más al circo. Dió un respingo cuando vio algo moverse entre la oscuridad y asintió ante las palabras de Bangchan.

Sería mejor estar dentro de algún lugar si pasaba alguna cosa. Aquello podría haber sido algún animal o un vagabundo, y no sabía cual de los dos era peor.

-Iremos a la carpa solo un rato, luego nos iremos.

Todos estuvieron de acuerdo, caminando hacia la carpa más grande que había en el lugar. Jisung muy pocas veces habían escuchado sobre el circo, pero recordó mientras se acercaba y miraba las desgastadas franjas blancas y rojas que cuando era pequeño, su abuela le contaba lo bonito y animado que era el circo cuando aún se encontraba en función, como todos los fines de semana abría sus puertas para que niños y niñas se divirtieran con sus padres. Todo eso hasta que cuatro años luego de su inauguración un entrenador de animales y un payaso que justamente era su compañero en aquel trabajo murieron en un raro accidente que nunca se pudo justificar.

Las malas lenguas decían que el entrenador habia matado al payaso luego de un arranque de ira y que al saber que sería llevado a la cárcel decidió quitarse la vida. Él nunca había ido al circo cuando este aún funcionaba ya que no había nacido pero por las palabras de su abuela podía saber que aquel entrenador no había sido malo y que no había matado al payaso, todo era una mentira que escondía la verdadera historia de todo lo que había pasado y que había generado tanto conflicto que decidieron dar de baja el circo y cerrarlo luego de que meses después encontrarán muerto a dos de los trapecistas y al animador.

-Jisung...

Salió de sus pensamientos al escuchar la voz de Jeongin detrás de él, ni siquiera se habían dado cuenta cuando el menor se había alejado de él al igual que Felix.

-¿Que pasa?

-Ven a ver, encontramos algunos póster de los actos que se hacían aquí. -informó Felix, alumbrando los objetos. Cientos de pósters pegados a las paredes de tela y en el suelo, cada uno con personas diferentes, con trajes diferentes y expresiones diferentes. Pero fue uno que le llamó la atención.

-"Lee Know, entrenador de animales"

Y se escuchó el primer grito, Jeongin de manera inexplicable había desaparecido en la oscuridad sin que nadie se diera cuenta y lo único que había quedado era su grito.

-¡No!

Y luego otro, y el otro.

Todos habían desaparecido en sus narices cuando habia tratado de encontrarlos en la oscuridad aunque sus celulares estuvieran en el suelo debido a la sorpresa y el miedo.

-¡Jeongin! ¡Felix! ¡Chan! ¡No me hagan esto, chicos! ¡Chicos!

-Hola bonito.

La sangre se fue de su rostro cuando escuchó la voz suave de un chico detrás de él y su respiración se volvió irregular cuando sintió la punta de los dedos de alguien por su cuello. Se dió la vuelta temblando y mirando hacia abajo.

-Yo...

-Shh. ¿Que hacías por aquí? ¿Eh, Jisung?

La voz estaba más cerca de él, de su oído, haciendo que se removiera y tratara de salir de aquel toque. El extraño se resistió, envolviendo su cuello con la mano.

-¿Como sabes...?

El extraño sonrió, mordiendo el lóbulo de su oreja. Soltó un jadeo por la sorpresa. ¿Que estaba pasando?

-Esos amigos tuyos lo susurraban cada tanto, ¿crees que no los escuché desde que entraron al circo? Sé todo lo que entra a este lugar y me interesa... -sentía la sonrisa del extraño en su cuello expuesto, además de la presión en él- Por esa razón algunas cosas nunca regresan.

-¿D-Donde estan mis amigos? -preguntó con los labios temblando cuando sintió la mano dejar su cuello y moverse hasta su barbilla, donde dejó sus dedos hasta alzarla y lograr que se mirarán con la poca luz de la luna que entraba por los orificios de la carpa- ¿Q-Que les hiciste?

-¿Yo? -la ironía se hizo presente en las palabras del chico- Nada. Llamaron la atención de los que quedaron aquí, eso es todo.

Jisung no sabía que hacer, no sabía que decir, estaba paralizado en su sitio observando al chico en frente de él sonreír de manera aterradora. Las luces que antes se encontraban maltratadas y rotas de pronto se encendieron y dejaron aturdido a Jisung que retrocedió mirando a Lee Know con miedo y sorpresa.

-¿A donde vas?

Preguntó Lee Know con voz demandante, acercándose nuevamente para atraerlo de su cintura con fuerza. Jisung jadeó, sintiendo un bulto restregarse contra sus pantalones. Tragó saliva, de ahí no saldría vivo de ninguna manera.

El aire se volvía asfixiante.

-Y te lo dije, Jisung. Eres de mi propiedad. -el chico de cabello morado sonrió, acariciando parte de la cintura del menor.

Se fue acercando con cuidado a sus labios, mirando cada vez las expresiones de terror, sorpresa, expectativa... Y exitacion. Lee Know sonrió, la apariencia que tenía antes de morir parecía que nunca fallaba.

Y en un segundo se lanzó a sus labios, apretando el agarre en la cintura de Jisung que solo levantó los brazos y los colocó en su pecho con el gesto de querer separarlo, pero era solo eso, un gesto. Por que Jisung respondió con fuerza al beso, gimiendo cada vez que sus lenguas se tocaban y sus crecientes erecciones se encontraban a pesar de la ropa que aún los separaba.

-L-Lee Know... ¡ah!

El nombrado fue bajando el pantalón del menor mientras se encontraba distraído en los besos, tomandolo por sorpresa cuando dos de sus dedos rozaron su entrada y entraron de golpe causando un gran gemido que le hizo arquearse hacia Lee Know. Los dedos entraron y salieron en embestidas que lo hicieron morder su labio inferior y gemir, dejando su cuerpo exitado descansar sobre el pecho del otro.

-Me perteneces, Jisung. En esta y en todas la vidas siempre será así. Tu eres mío y yo soy tuyo. -Le susurró, sacando sus dedos de la entrada de Jisung para bajar sus propios pantalones junto a sus boxer- Mi bonito niño.

Jisung perdido en su exitacion tomó de los hombros a Lee Know, recordando de manera extraña su cara en algún lugar que no le tomó importancia, siendo guiado hasta el suelo donde al fin se sento en el regazo del pelimorado cuando este se sentó contra la pared.

-Soy tuyo. En esta y en otras vidas, Minho. -jisung sonrió, hipnotizado con todas las sensaciones, recordando mientras lo besaba algunos flashback de alguna vida en el circo, una vida lejana. Donde él se vestía de un lindo payaso de colores morados a juego con el animador, donde escondían su relación del mundo para que nadie los dañara, para que fuera un secreto entre ambos que nadie pudiera romper. Un inocente amor que habia crecido luego de mucho tiempo.

Jisung se sentó de golpe en el miembro de Minho y gimió con fuerza, llevando su cabeza hacia atrás y poniendo por un momento sus ojos en blanco, sintió las manos de Minho apretar sus muslos y nalgas, y jadeó, bajando la mirada para verlo sonreír de lado entre las luces.

Un recuerdo rápido pasó por sus ojos, algo tan efímero que pensó que no era real hasta que sintió las primeras estocadas, las sensaciones, los jadeos, los gemidos roncos de Minho y de nuevo, su mirada. En su otra vida tambien habían disfrutado, aunque hubiera sido por muy poco tiempo.

-E-Estaremos juntos, Minho. -soltó en medio de besos desenfrenados y embestidas duras y rápidas- y si luego muero de nuevo, te buscare en el infierno hasta encontrarte.

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