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Yelena hablaba en el apartamento del mejor amigo de su hermana con Steve y Natasha. Estaba demasiado contenta ya que, ahora en adelante iba a tener a sus personas favoritas en un mismo edificio.
Natasha no deja de reírse de la necedad e impaciencia de Yelena por la llegada de sus amigas al apartamento del frente al número cinco. Observaba el reloj demasiadas veces.
—Yelena, te vas a quebrar el cuello si sigues así. —advierte Natasha.
—Es que estoy muy emocionada, hermana. —responde con euforia.
—Lo sé. ¿Quieren tomar café mientras esperamos al colapso de Yelena? —pregunta Natasha y todos responde que si.
Yelena corre después de revisar su teléfono hacia la puerta y la abre de golpe, se escucharon gritos desde afuera y todos salieron corriendo detrás de la rubia loca.
Habían tres chicas con varias maletas afuera de la puerta del apartamento cinco y Yelena corre abrazar a una en específico.
—Kora, al fin llegan. Esta debe ser tu hermana Mila. —Yelena abraza a la más pequeña y luego a Samara.
—Solo no nos vemos desde hace dos meses, que terminaron las clases. No seas exagerada. —Kora sonríe y por fin sale a recibir a las nuevas inquilinas James Barnes. Cabe aclarar que este se encontraba bañando para salir a tomar un trago con sus colegas.
—¿Qué fueron esos gritos? —preguntó desconcertado y observó a las nuevas. En eso llega Cookie la dueña de los apartamentos con llaves.
—Según lo que me dijo tú mamá y la mamá de Samara, la más responsable eres tú, Kora. Así que, te entrego las llaves a ti. —sonríe la viejita de cabellos blancos.
—Muchas gracias, prometo cuidar bien del apartamento. Al igual que mis hermanas. —responde con una sonrisa y James observa en silencio.
—¿¡Que están esperando para entrar!? Yo misma ordene los muebles. —grita Yelena con alegría.
—Ya me imagino el cochinero. —responde Samara con una sonrisa burlona.
—No seas grosera, Samara. Muchas gracias Yelena. —ahora regaña Kora.
—No te he presentado a mi hermana, chicas ella es mi hermana Natasha, el rubio es Steve, el de traje es Tony y la pelirroja es Wanda. —las tres chicas dieron un beso a la mejilla a cada uno.
—¿Y yo dormí contigo? —pregunta James y Yelena se burla.
—En mi defensa, tú te estabas bañando y pues, ni modo que las lleve a donde estás. —las chicas se rieron excepto Kora y lo miro con incomodidad.
—Yelena, no le faltes el respeto a tus mayores. —Kora defiende a James sin ni siquiera saber su nombre.
—Bueno, él es James y tal vez con Steve sea tu profesor. —Kora abrió los ojos como platos cuando escuchó eso.
—Con mucha más razón tienes que tratarlo con respeto al igual que yo. —responde Kora y gira su cuerpo para abrir la puerta del apartamento.
James queda desconcertado por la actitud de ella y fascinado a la vez. ¿En serio era tan correcta? ¿Solo era así con los que no son conocidos?
—Me parecen unas chicas muy adorables que Yelena tortura. —habla Steve.
—Ni que lo digas. —responde James y los demás asiente.
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