Dos días habían pasado y estábamos en un vuelo directo a casa, habían pasado aproximadamente 10 horas desde que salimos así que solo faltaban 1 o 2 horas para aterrizar

—¿Estás despierta?.— preguntó Juan casi en susurro

Gracias a las ventanas nos podíamos dar cuenta que aún era de noche

—Recien desperté.— respondí con una pequeña sonrisa

—Aun falta un rato para aterrizar.— dijo algo que evidentemente ya sabía

—Ya se pero no creo poder dormir de nuevo.— exclamé —Se me quitó el sueño.—

—Yo tampoco creo poder dormir.— avisó —Te amo.—

Me tomó por sorpresa pero aún así no pude evitar sentirme tan feliz, ya era costumbre escucharlo decir esa fabulosa frase pero aún lo sentía como el primer día

—Yo también te amo.— hablé viendo como se formaba una gran sonrisa en su rostro

—Nunca me sentí tan pleno, encontré todo lo que siempre busqué en ti.— dijo —Eres mi familia, mi estabilidad, mi compañera de vida.—

—Aun no puedo creer que el chico de las estrellas y yo estemos así en este momento.— reí un poco

—¿Así como?.— preguntó confundido pero conservando aquella hermosa sonrisa

—Comprometidos, viajando, conociendo lugares, participando en eventos.— empecé a enumerar las cosas —Amandonos.—

Juan tomó mi mano y yo recargué mi cabeza sobre su hombro

—Siento que en cualquier momento podrían poner un letrero que dijera "y vivieron felices para siempre".— dije y él rió —Es en serio, todo ya es tan pacífico.—

—Aun nos faltan muchas cosas antes de un "vivieron felices para siempre".— indicó —Aun tenemos que planear la boda, tenemos que acabar el vestido, tienes que diseñar la merchandising del Rubius.—

Ah sí, el hermoso vestido que hace dos noches habíamos empezado a diseñar juntos, yo lo dibujaba mientras le explicaba a Juan como debía ser el diseño mientras él me daba ideas de detalles que podíamos agregar

—El novio no debería ver el vestido antes de la boda.— dije burlona

—Que antigüo sonó eso.— se quejó

—No es antigüo, es tradicional.— me defendí —Mientras más tradicional más bonito.—

Un silencio albergó el ambiente, estábamos en el avión y cualquiera podía escuchar nuestra conversación pero ¿Qué importaba?

—Está bien, solo veré el dibujo porque ya empecé a agarrarle cariño al diseño.— exclamó y reí —En unos años seré mejor diseñador que tú.—

Su amor por el diseño se basaba en darme ideas mientras me veía dibujar

—No creo que puedas superarme.— sonreí algo arrogante —Pero si algún día llegas a hacerlo tendré que convertirme en streamer.—

—Podría imaginarte como streamer, agradeciendo cada sub o bits con tu hermosa sonrisa y ojos brillantes.— halagó —Pero para ser sinceros no creo que puedas resistirlo, ahora puedo recordar que nunca te gusto estar conmigo en directo porque no aguantabas estar frente a la cámara más de 10 minutos.—

Me separé para verlo mejor, no traía puestos sus lentes así que tenía mejor vista de sus hermosos ojos

—¿No crees que pueda resistirlo pero te crees capaz de poder diseñar algo?.— pregunté y él asintío con una sonrisa burlona —Se me ocurrió una pequeña apuesta.—

—Una semana.— dijo como si supiera lo que iba a proponer —Prenderás directo en mi canal durante 7 horas, así como yo lo hago.—

—Y tu tendrás que diseñar algo, lo que tú quieras.— exclamé —Pueden ser incluso unos calcetines pero tienes que hacer todo el proceso, el dibujo, la elección de la tela y la confección.—

—Haré los calcetines más hermosos que hayas visto en tu vida, incluso mejor que los que tú harías.— habló retador

Sonreí y ofrecí mi mano, él la tomó para cerrar la apuesta

—Aquí también debe existir un perdedor y un castigo.— dije

—Estoy totalmente de acuerdo.— accedió —Si tu no aguantas las 7 horas durante estos 7 días tendrás que aceptar que el pastel de la vida tenga figuras de algunos superhéroes.—

Reí, esto había sido un tema que ya habíamos hablado, le había dicho que generalmente los pasteles de boda solo tenían las figuritas de los novios, me parecía tierno que aún siguiera intentando obtener eso

—Bueno pero si tú no puedes diseñar cualquier cosa que sea funcional tendrás que aceptar ensayar una coreografía para bailar juntos en la boda.— dije y él pareció pensarlo

Juan no era muy fan del baile y aunque le insistí no estaba de acuerdo en bailar una pequeña coreografía además del vals

—Me parece justo.— aceptó por fin

Miré la ventana, ya estaba amaneciendo y faltaba menos para llegar a nuestra casa