N/a: 𝙢𝙖𝙧𝙖𝙩𝙤𝙣𝙘𝙞𝙩𝙤 𝙥𝙤𝙧𝙦𝙪𝙚 𝙡𝙤 𝙥𝙧𝙤𝙢𝙚𝙩𝙞𝙙𝙤 𝙚𝙨 𝙙𝙚𝙪𝙙𝙖 <3

—¿Ya te quieres ir a tu casa?.— preguntó Beto cuando acabamos el juego, habiamos tardado más de 5 horas en pasarlo

—¿Quieres que me vaya?.— reí y él negó rápidamente

—No, te lo pregunto por la hora, ya es tarde y Juan me dijo que debía llevarte a su casa antes del anochecer.— explicó

—Pero él no es mi papá, no puede decidir a qué hora tengo que regresar a casa.— exclamé cruzandome de brazos

—Sabes que te está cuidando, no seas terca.— pidió y bufé un poco molesta —Llamaré a Juan para preguntarle si pasará por ti o si te llevo.—

Se alejó para que yo no escuchara su llamada, me enojaba un poco que ambos me trataran como una bebé, necesitaba tantita libertad, me sentía asfixiada

Tomé un pequeño papel y una pluma para dejarle un pequeño mensaje a Beto: "Gracias por todo lo de hoy, te llamaré cuando llegue a casa :)"

Dejé todo ahí y salí prácticamente corriendo del departamento, me alejé lo más rápido posible del lugar esperando que no descubriera que me había ido hasta que estuviera lo suficientemente lejos

Caminé por algunas calles, sentía el aire en la cara y realmente sentía una adrenalina enorme, así como si fuera una adolescente huyendo de casa para ir a una fiesta

El cielo empezó a oscurecerse antes de que me diera cuenta y yo seguí caminando, estaba buscando algún taxi pero ninguno pasaba, empezaba a creer que esto había sido mala idea

—Pero miren que tenemos por aquí.— se acercó a mí un señor, detrás de él venían dos de sus amigos —Eres una hermosura.—

Un mal presentimiento albergó mi estómago y las náuseas se hicieron presentes. Empecé a caminar más rápido tratando de ignorar sus voces detrás de mí, eran grotescos

—Solo queremos jugar un poco contigo.— escuché y empecé a correr

Lamentaba no hacerle caso a Beto ni esperar a Juan, ellos me lo habían advertido y por ingenua me escapé.
Los tipos me alcanzaron y tomaron mi brazo con fuerza para jalarme.

—¡Suéltame!.— grité lo más fuerte posible para intentar llamar la atención de alguien pero la calle donde estábamos estaba vacía

—Quisimos hacerlo por las buenas pero no nos dejaste otra opción.— dijo uno de ellos y me cargó para llevarme, yo intenté patearlo y golpearlo pero era imposibles,

Mordí fuertemente su hombro haciendo que me aventara al piso, con la caída me había lastimado la espalda, mi celular había caído a un lado de mí pero antes de que pudiera tomarlo uno de ellos lo levantó y se lo guardó en su bolsillo

—¡Ya estamos cansados!.— gritó el que me había cargado  y sentí que pisó con fuerza mi mano

Grité fuertemente por el dolor que sentía, sentía que me la había roto y ahí supe que había destrozado mi principal herramienta de trabajo

—Ahora serás una chica buena y nos acompañarás si no quieres perder tu otra manita.— murmuró uno jalandome del brazo para levantarme —Tendrás un buen futuro.—

Sentí como me estaban arrastrando y un auto se detuvo frente a nosotros, abrieron la puerta y me subieron

"Si algo te llegara a pasar me moriría, te lo juro" la voz de Juan se hizo presente, el auto empezó a avanzar a una gran velocidad, yo estaba llorando lo más que podía

—Nos vienen siguiendo.— exclamó uno de ellos

—¿La policía?.— preguntó otro pero ví como negó

—Son tres autos.— respondió el conductor viendo al retrovisor y mi llanto seguía —Intentaré perderlos pero alguien callela.—

El señor que tenía a un lado me dió una fuerte cachetada y por el miedo intenté ahogar mi llanto. El auto seguía acelerando cada vez más y yo sabía que si no moría por tremenda paliza que me estaban dando lo haría por un accidente

—Ya perdí a uno.— festejó el conductor

El sonido de algunas patrullas policiales se hicieron presentes haciendo que ellos se sobresaltaran

—¡Lo que nos faltaba!.— dijo el copiloto nervioso —De seguro uno de los que nos están siguiendo llamó a la policía, solo nos estaban distrayendo.—

—Tranquilo no nos alcanzarán.— aseguró el conductor

Segundos después de eso sentí que nos impactamos con algo haciendo que el auto se detuviera. La policía rodeo el auto obligandonos a salir, mis ojos se abrieron como platos al ver que habíamos chocado con el auto de Juan
Busqué con la mirada y los otros dos autos además de los de la policía eran de Barca y Beto, corrí lo mejor que pude a abrazarlos viendo como los policías se llevaban a aquellos señores

—Tuve mucho miedo.— lloré sintiendo el calor que me daba Beto —Perdoname, no debí escapar así.—

A lo lejos miré a Juan salir de su auto, estaba casi destruido, estaba muy lastimada pero no me importó, corrí los metros que nos separaban para abrazarlo

—Tu auto está arruinado.— dije y él rió un poco —Pudiste lastimarte.—

—Mi auto tiene solución y si no pues me compraré otro, por suerte estoy bien.— exclamó abrazándome fuertemente —Te lo dije, me moriría si algo te pasara.—

—No volveré a ser tan necia, te lo prometo.— lloré en su pecho y él acarició mi cabeza

—Tu necedad me gusta, te llevaré al doctor para atender tus heridas.— dijo intentando tomar mi mano pero yo inmediatamente la quité, el dolor era insoportable

Sonrió un poco pero se notaba preocupado, caminamos directamente a dónde nuestros dos amigos estaban, nos llevarían al hospital