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Capitulo 10

CAPÍTULO DIEZ: Los deseos de Light y Ryuzaki.

“Perdona, no deseo causar dolor, pero, así como tú tienes tus deseos egoístas espero que puedas comprender los míos. Quiero acabar con esta historia abandonada que permanece estática en el vacío.”

Eos recostó su cabeza en la cabecera de su cama mientras soltaba un largo suspiro, sus audifonos a todo volumen le impedían escuchar cualquier otra cosa fuera de sus pensamientos, la letra de la canción inundaba su ser provocando en ella reacciones que solo podría comparar con aquel sentimiento que podía sentir un drogadicto al sucumbir de nuevo ante el placer tortuoso de su droga.

Al abrir los ojos, observó aquel rostro perturbador que la seguía constantemente desde hace un par de años, Kind se encontraba frente a ella mirándola. Corrección, no solo la miraba, la miraba mientras sonreía. Cosa que era mucho más escandaloso teniendo en cuenta las facciones faciales del shinigami

Tenía una amplia sonrisa, una sonrisa que había visto antes, tenía la misma sonrisa que el día que se habían conocido. Sonreía igual que aquel día en el cual la encontró por primera vez , rodeada de aquel caos que ella misma había provocado, sonreía con el mismo entusiasmo de cuando le habló de su plan para Light. Sonreía de la misma manera macabra con la cual había sonreído el día que la escuchó hablar del destino de todos aquellos que la rodeaban.

—Ya está sucediendo —dijo, extasiado—. Estuve allí hace poco, el plan de tu títere está por convertirse en un hecho, ¿no quieres estar allí para verlo recordar?

—Sería sospechoso si así fuera allí, no soy parte del operativo —respondió, cerrando los ojos—, es por eso que compré una microcámara. Llévala puesta, tendremos todo grabado y así podré disfrutar de la función, no es lo suficientemente grande como para que alguien más pueda notarlo si te pones a cierta distancia.

Eos dejó salir un suspiro sonoro, permitiendo que su cabello cayera sobre sus hombros, dejando que el frio la abrazara y disfrutando de aquella sensación.

—Nunca me decepcionas, nos vemos en un rato —Kind tomó la cámara y salió de la habitación.

Cuando Kind se fue, Eos estiró su cuerpo, levantándose. Se paró frente aquel espejo de cuerpo entero que siempre había tenido en su habitación desde que tenía memoria, sin embargo, quien se reflejaba en aquella superficie no era ella, Eos había dejado aquella parte de sí misma encerrada en aquel espejo años atrás. Frente a ella, reflejada, solo se encontraba una pequeña de cabellos cortos y rojizos como el juego. La tristeza consumía a aquella chica, sus ojeras se marcaban y parecía que el respirar era algo doloroso para ella, la persona frente a ella ya no estaba viva.

Aquel espejismo, curiosamente, solo se presentaba en aquel espejo en específico. Era como si realmente se encontrara atrapada en esa superficie, condenada a vivir en soledad para siempre con aquella abrumadora tristeza, sin nadie que la ayudara a salir.

Eos sonrió, burlándose de ella, aunque había cierto vestigio de dolor en su sonrisa burlesca.

—Eres patética —susurró, a la chica reflejada no parecía importarle su comentario, simplemente la miraba—. Debo estar loca para hablarle a un espejo.

Fue allí cuando Eos tomó una manta y tapó aquella superficie reflectora que parecía solo querer revelar las heridas pasadas más profundas de su alma.

Eos se dirigió hacia su escritorio y tomó su teléfono, luego, abrió una pequeña agenda que solía llevar a todas partes y marcó a cierto número que no tardó mucho en contestarle.

No esperaba que me llamaras a esta hora —habló la voz masculina del otro lado de la línea—. Aunque sabes que me tienes siempre a tu disposición, diosa.

Eos colocó un mechón de cabello detrás de su oreja mientras se sentaba en su cama y observaba el paisaje que brindaban las vistas de su ventana.

—¿Recuerdas que dijiste que querías ser mi amigo? —preguntó ella

—¿Cómo olvidarlo? me rechazaste de inmediato y ahora solo me usas para acompañarte a nadar y mostrarte lindos lugares.

Eos soltó una risa juguetona.

—Debo decir que tengo cierto sentimiento de familiaridad contigo y es realmente agradable ir a nadar contigo de vez en cuando. Eres buena compañía.

Con delicadeza, la pelirroja caminó hacia su librero y tomó una libreta de color blanco y titulo negro, “death note” decia la portada de la libreta que ella habia tomado. Se dirigió a su escritorio, tomando uno de sus lápices y comenzó a escribir en aquella libreta, su caligrafía inmaculada y elegante se reveló en aquella hojas, siendo solo opacada por las escandalosas palabras escritas en ella.

Agradezco el cumplido, sobre todo porque es de tu parte, aunque supongo que esa no es la razón para tu llamada, ¿estoy en lo cierto?

—Siempre eres bastante perceptivo, es una de las tantas cualidades buenas en ti —susurró mientras escribía—, supongo que es por ello que quiero hacerle honor al apodo que me diste el día que nos conocimos y por el cual me has llamado desde entonces.

Una risa grave y masculina se escuchó desde el otro lado de la línea.

Me intrigas, ¿acaso te disfrazaras de diosa y me bendecirás con tu presencia en mi vida? —bromeó, provocando que una sonrisa se depositara en los labios rosados de la pelirroja.

—¿Puedes guardar un secreto? —preguntó Eos, poniendo un punto final y alejándose un poco de la libreta y observando lo que estaba escrito en ella—, si lo haces, entonces podemos estar relacionados tú y yo.

Eos miró el reloj y cerró los ojos, cierta sensación placentera se depositó en su ser luego de ver como la hora escrita se marcaba en el aparato.

—¿Seremos amigos? —preguntó él. Ella sonrió con ligera malicia.

—Seremos muchas cosas, Mikami.

Light se encontraba sentado al principio de las escaleras, mirando directamente la puerta de entrada al cuartel, mientras Ryuzaki se encontraba sentado en la planta baja ojeando la libreta que había adquirido recientemente tras la captura del presunto Kira dentro del grupo Yotsuba.

—Dime, Light, eres libre de irte —comenzó a hablar L—. ¿por qué sigues aquí en el cuartel? incluso cuando Misa viene de visita apenas sales un par de minutos afuera ¿Sabes que ahora puedes tener una relación con ella.

—puede esperar hasta que resolvamos este caso —respondió—. No estoy de humor para el amor ni para nada más. ¿Insinuas que es una molestia que yo esté aquí?

L miró a Light por un momento, luego miró las cámaras, observando cómo una mujer de cabellos rojizos se encontraba camino a entrar al cuartel.

—No.

Light sonrió ligeramente al ver una figura femenina al entrar al lugar en donde se encontraba él y L.

—Hola, Akugami —dijo Light mientras se levantaba y caminaba hasta llegar donde se encontraba, con un tono que dejaría helado a cualquiera, pero no a Eos, ella no se dejaría intimidar por él.

El rostro de Light había perdido todo rastro de juvenilidad adquirido al momento de perder sus recuerdos, ahora solo había una brutalidad peligrosa y refinada en la forma en la que se comportaba, sus ojos eran como los de un lobo; frío y salvaje.

La letalidad era palpable, sin embargo, Eos no se quedaba atrás. Mientras la miraba, Light se sintió seguro de que ella podría inclinarse hacia adelante y cortarle la garganta mientras lo miraba a los ojos. Eso despertó cierta emoción de excitación en él.

Él era Kira de nuevo.

Ambos se miraron el uno al otro con precisión y fuerza implacable.

—Yagami —dijo ella, con voz suave, casi como un susurro venenoso. Una amenaza silenciosa o una invitación secreta.

Light se estremeció, entreabriendo los labios y observando los de ella con lascivia, recordando la última noche que habían pasado juntos y el cómo se había arrepentido de no haber repetido lo sucedido en aquella noche. 

Los fantasmas de aquella noche lo torturaban, sentía que si sucumbia a ellos se convertiría en un animal guiado por la lujuria, era como si el fantasma de la desnuedez de Eos se aferrara a su espalda y le susurrara dulcemente todas aquella blasfemias que podrían hacer juntos su tan solo Light cediera a sus deseos más primitivos.

—Eos, que bueno tenerte por aquí —interrumpió L, posicionándose entre los dos.

Light frunció el ceño, observando cómo Eos miraba a Ryuzaki con una sonrisa.

—También me da gusto verte, Ryuzaki, acabo de tener una clase asi que decidi pasarme a visitar —susurró en el oído de L para luego plantar un beso en su mejilla y apartarse ambos hombres para sentarse en el sillon. 

Eos miró la libreta en la mesita de cristal frente al sofá, había visto a Rem pero la ignoraba, sentía la presencia del shinigami a sus espaldas.

L, quien no tardó mucho en sentarse a su lado y ofrecerle dulces, intentó focalizar la atención de Eos en la libreta. Quería que ella preguntara algo sobre aquel objeto con un título de portada demasiado bizarro y definitivamente literal.

—Por más que lo intentes, Ryuzaki, no te preguntaré sobre ese objeto —declaró, dejando al azabache en evidencia, Light sonrió—. Ese título solo me hace inferir que tiene algo que ver con el caso y, reitero, no quiero tener nada que ver con ello.

—Supongo que mis esfuerzos no servirán de nada —djio L, observando detenidamente como Light se sentaba en el sillón frente a ellos y los observaba—. Supongo que deseas cambiar la conversación hacia algo que no tenga que ver con Kira.

—Estás en lo correcto.

L sonrió amistosamente, mirando a Light por el rabillo del ojo.

—¿Qué tal si hablamos sobre Light? —sugirió.

Eos sonrió ante la descarada sugerencia de doble sentido propuesta por L, con ello le quedaba más que claro que aquel detective no era estupido y que seguía sospechando de Light, aquello provocó emoción en la pelirroja.

—¿Qué sucede con Light? —preguntó, plasmando una sonrisa gatuna mientras observaba al castaño fruncir el ceño.

—Si, ¿qué sucede con Light? —repitió el castaño.

—Parece ser que quiere estar con Misa, pero no está de humor para el amor —susurró en el oído de Eos.

Ella tapó su boca con sorpresa fingida.

—¿Con Misa? recórcholis, creí que tenía oportunidad —se burló, acto seguido, tanto ella como L soltaron pequeñas risitas mientras se reían.

—Muy graciosos.

Eos sonrió mirando a Ryuzaki.

—Oye, ya que todo esto está terminando, creí que tú y yo podriamos tener una cita —dijo ella, sonriendo ligeramente mientras tomaba el pastel de fresa, extendiendo la fruta de color rojo hacia el azabache—. Te daré la fresa si aceptas.

Tanto Light como L se quedaron petrificados ante la propuesta de Eos. Esperaban todo de ella menos eso.

—¿Me estás invitando a salir?

—¿Lo estás invitando a salir? —dijeron ambos al unísono con incredulidad.

La pelirroja se encogió de hombros:— No sé por qué hacen tanto escándalo, Ryuzaki es atractivo e inteligente, eso, entre otras cosas, es lo que busco en un hombre —dijo, sonriente, rozando los labios de ryuzaki con aquella fresa que aún sostenía en sus manos— ¿Qué dices?

L mordió la fresa y tragó como pudo, aún estupefacto por la declaración.

—¿L es atractivo? —preguntó Light con el ceño fruncido.

—Así es, además, no frunce el ceño tanto como tú. Probablemente no tendrá tantas arrugas como tú en un par de años —dijo ella, levantándose de su asiento y acercándose a Light para intentar remover aquel ceño fruncido con sus dedos—. Tienes un lindo rostro, Light, uno que podría admirar por un largo tiempo. No lo arruines.

Ella tomó entre sus dedos el mentón de Light, obligándolo a mirarla a aquellos penetrantes ojos en los que él podría perderse fácilmente, acercó sus rostro y rozando sus labios dijo:— No querrás que aparte la vista de ti, Yagami —advirtió en un susurró antes de volver a sentarse a un lado del aún sorprendido Ryuzaki.

Ryuzaki se sonrojó un poco cuando ella se acercó a él casi tanto como se había acercado a Light hace unos momentos.

—¿Qué dices, gran detective, aceptas tener una cita con una simple mortal? 

—Eres todo menos simple. Solo un genio podría estar al nivel de alguien como tú —respondió, con su tono usual de voz, para luego desviar la mirada—. Supongo que no estaría mal salir de la rutina de vez en cuando.

Eos sonrió ampliamente, extendiendo su dedo meñique hacia L quien, en un principio lo miró con incredulidad, sin embargo, no tardó mucho en entrelazar aquel delgado y pequeño dedo con el suyo, sellando su promesa.

—Entonces es una promesa, mañana tendremos nuestra primera cita, Ryuzaki.

Light observó la escena con oscuridad en sus ojos, el odio emanaba en su mirada, su sed de sangre había aumentado y por alguna razón su odio por L también lo había hecho.

Última palabra escrita: 21:22

Hoy hubo doble capítulo para compensar el tiempo sin publicar.

Espero les haya gustado, el siguiente capítulo (el 11) será el último capítulo de la primera parte de este fanfic, ya estamos cerca de conocer el pasado de Eos.

Espero que hoy pongan muchos comentarios.

Gracias por leer

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