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Todo era demasiado atroz pues sus padres los habían obligado a ser una presentación, ya que era costumbre en el reino como futuros reyes, la inseguridad del alfa había aumentado, y por si fuera poco, su padre había mantenido a Sunghoon lejos para entrenarlo ya que ahora era un alfa responsable y comprometido.
Y Soobin tenía de la misma manera a Sunoo, sin que ambos pudieran hablar de la situación que los estaba preocupando.
Todos iban a reconocer a los futuros reyes, pero corrían el riesgo de que Sunoo pudiera ser reconocido por alguien y terminaran en una situación complicada.
—Padre, no veo la necesidad de presentaros como reyes, igualmente cuando nos casemos ellos se darán cuenta. —Sunghoon ya estaba listo para aquella presentación en el pueblo, intentando de varias maneras que Choi pudiera cambiar de opinión al respecto.
El rey para tranquilizarlo le había dicho que sólo el pueblo era quien estaría presente en la celebración, pues Sunghoon y Sunoo negaron querer estar enfrente de miles de reyes y reinas con las cuales no tenía sentido que asistieran a una celebración de un reino que no era de su interés, así que dudaba un poco del porque aquellos dos no estaba muy cómodos en presentarse en persona, al principio pensó qué era el omega quién estaba muy tímido respecto a ello, pero después decidió escuchar a Soobin diciendo que exactamente ambos estaban raros, por imprudencia mando a sus mejores hombres a investigar sobre la familia de "Hyunsoo" pero era casi imposible ya que habían muchos con ese nombre, y supondría que este tenía algo escondido porque ni su apellido se atrevió a decir.
—Es necesario porque siento que ustedes dos están escondiendo algo, y no entiendo cual es el problema de que te presentes junto a tu omega. —el rey siendo un alfa duro había por primera vez hablado de manera clara y seria delante de su hijo.
Sin embargo, ninguno se sentía inferior al otro, a pesar del aura que comenzaba a emprender cada uno.
—Si te hace feliz, me presentaré como quieras, de igual manera no tengo nada de esconder. —Sunghoon reta a su padre, si algo pasaba o alguien los descubría él se casaría lo más pronto posible y ya nadie podría separarlos, así él quedándose con el trono de una vez, pensando que las cosas serían fáciles.
—Me enorgullece escucharte, espero que cuando tengas tus propios hijos puedas entender lo importante que es esto.
—Hablas como si supieras el futuro.
—Es porque lo sé, cuando yo tenía tu edad yo también elegí a mi omega, así naciste tú. —le dió una leve palmada a su hijo en la espalda, estaba ansioso por aquella presentación que se haría en aquel día.
El guardia hizo un llamado, el carruaje real estaba listo para llevarlos al pueblo, y ambos salieron junto a los caballeros reales, Sunghoon buscaba por todos lados con la mirada a Sunoo o a su padre Soobin y se le hacía extraño que ellos vayan a estar solos, un presentimiento de que algo no estaba bien le había invadido y de pronto vió a su padre parar de golpe.
Las puertas se abrieron y sus ojos abrieron de golpe al ver que los guardias tenían a Sunoo sujetado como si fuera un prisionero, al parecer Sunghoon le había puesto una trampa haciéndole creer a su hijo que ese día iban a presentarse, cuando sólo lo estaban preparando para la ejecución.
Sunoo estaba asustado en medio de aquellos hombres que lo intimidaban, Sunghoon no entendía lo que estaba pasando si al día anterior todos se estaban preocupado por los preparativos de la boda al igual que sus padres, el rey sonrió con malicia mirando a Sunoo tan sumiso que ni siquiera podía hablar para defenderse.
—Esto es una broma de mal gusto, padre. Libera a mi omega.
—Sé que él es el príncipe Kang desaparecido. —Soobin sonrió levemente, Sunghoon por fin se iba a deshacer de ese omega cualquiera, que ahora había venido al reino a fingir ser un omega de nombre Hyunsoo, patético.
Todos los empleados, caballeros e incluso algunos campesinos estaban presentes, estaban mirando a Sunoo con rabia, no era bueno saber que un Kang había venido al reino Choi, y menos la idea de que estaba a punto de ser rey sólo con casarse con un Choi, era una maldición que ambos enemigos se unieran en uno, la prioridad era ser el mejor reino, no dejar de lado la descendencia que había en cada reino.
Choi no iba a ser piadoso, todos piensan que el príncipe había caído por los encantos de aquel omega y que fue engañado para que este le cediera el trono en un futuro, creyendo que la víctima era Sunghoon en todo el "plan" de Sunoo.
Yeonjun tomó la espada que le habían cedido uno de los caballeros, yendo hacia Sunoo con la intención de que el traidor muriera.
—Yo sabía que él era el príncipe del reino Kang. —dice Sunghoon deteniendo los pasos de su padre quien ahora lo miró neutro, Soobin estaba ahora asustado de que Yeonjun no hiciera una tontería con su hijo.
Nunca antes habían visto al rey tan enojado de su hijo del cual se supondría que era el orgullo de todo el reino.
—¿Sabes que eso también es traición? —le pregunta Yeonjun enojado, no sería capaz de matar a su hijo, a su único heredero y al cual cuidó por largos años hasta que se convirtiera en un verdadero alfa.
Cada quien era una persona egoísta pensando solo en el bien del reino que en la vida de dos seres humanos que estaban destinados a amarse sin que estos se dieran cuenta, ambos lobos estaban protegiéndose entre sí a pesar de lo poco que llevaban, Yeonjun seguía cuestionado si debía o no matar a ambos, a uno lo odiaba pero al otro lo vió nacer.
Era difícil la situación pero las escrituras tenían aquella demanda, nadie en el reino debía traicionar a su familia y Sunghoon lo sabía, no lo iba a perdonar cuando vió a los caballeros del reino Kang invadir su reino para preguntar del príncipe perdido, fue fácil saber qué se trataban del mismo chico, cuando estos le describieron las características pero más cuando dijeron qué él tenía una peculiar marca en forma de media luna en su cuello donde iba a ser marcado algún día y Hyunsoo o más bien Sunoo tenía la misma marca.
Soobin había estado sorprendido cuando la vió, pues también su hijo tenía la misma característica sólo que la de un medio sol, pero se guardaron aquel secreto, pues sólo iban a dificultar las cosas entre ambos jóvenes.
—Simplemente deja esta tontería, o vas a terminar matando a tu propia sangre. —era sorprendente la tranquilidad que tenía Sunghoon.
Al principio estaba intranquilo porque los descubrieran pero quién diría que sería demasiado pronto, apenas habían llegado ahí ambos fingiendo ser pareja y después ya estaban a punto de matarlos por traición. Él tenía más curiosidad si la filosa hoja de aquella espada iba atravesar su garganta, si su padre era capaz de hacerlo y si los campesinos estaban de acuerdo en que el único heredero al trono terminara muerto.
—Entonces no te molestaría que tu futuro hermano tomará tu lugar. —menciona Yeonjun con una sonrisa, todos los presentes miran a Soobin quien agacha la cabeza.
Los empleados felicitaron al rey omega pero otros estaban incómodos como lo era Sunghoon y Sunoo, Yeonjun como si se estuviera burlando de su hijo, tomó a Soobin y le acarició el vientre, obviamente el omega adulto estaba mucho más triste por su hijo Sunghoon, mirándolo con preocupación ya que su expresión era de enojo al saber que sus padres también le habían ocultado aquello.
—Veo lo mucho que atesoran su reino... Si es así, puedes matarme, padre. —Sunghoon solo se mantuvo quieto esperando a que Yeonjun diera el primer paso.
Pero jamás lo hizo porque había ido contra Sunoo, Sunghoon le había quitado la espada a unos de los guardias, evitando que Sunoo pudiera ser lastimado, el sonido de las hojas afiladas se escuchaban chocar entre ellas, Yeonjun tiene experiencia al igual que Sunghoon, los dos peleaban por Sunoo, el adulto quería matarlo y el contrario quería salvarlo.
—¡Podemos unirnos con los Kang y tener sus territorios si me lo permites!
—¡Jamás! ¡Tú estás desterrado a este reino! —Yeonjun tiene una mirada de enojo, Soobin quería ir junto a su hijo pero los guardias lo toman evitando que se acercara a él.
Sunghoon no tiene otra alternativa más que huir de ahí, no sin antes de llevarse a Sunoo, no le importó tener que atravesar la espada contra los guardias, pues ahora no solo los Choi estaban ahí para matarlo, sino que los Kang habían llegado a los pocos segundos tratando de matar al alfa y recuperar al omega. Sunghoon subió a Sunoo al corcel y después él subió. El corcel no dudó en correr.
Al salir de aquella escena, Sunoo mira a la distancia, su padre estaba ahí para declarar la guerra a los Choi.
Una guerra donde ambos estaban involucrados.
El corcel corrió directo al bosque haciendo que los guardias de ambos reinos perdieran el rastro a la pareja, Sunghoon no iba a detenerse pues ahora estaban más que en peligro, los Choi supieron de la existencia de Sunoo en sus tierras y los Kang también supieron en qué tierras estaba su hijo, los Choi creían que el omega había engañado a Sunghoon para ceder al trono y que trajera desgracias cuando fuera el rey, pero los Kang pensaban que el alfa había raptado a Sunoo para hacerlos presa fácil utilizando al mismo como debilidad.
Por ello ambos ahora iban a pelear pensando en que la única víctima eran los suyos.
Sullyoon había visto todo eso desde la lejanía, como ahora ambos reinos tenían un odio incrementado, por otro lado, ella no tuvo más que seguir a la pareja a toda velocidad, se acababa el tiempo en que ella debía hacer aquel eclipse, tenía que protegerlos a toda costa.
Sunghoon escuchó la voz femenina alentarle hacia una dirección, él no dudó en seguirla pues ella misma lo había llevado hacia el omega el cual también parecía escucharla, Sullyoon los estaba guiando al lado contrario donde los guardias estaban buscándolos.
No tardaron en llegar a un lugar silencioso, donde había una cabaña alejada, pero donde el mismo río guiaba con su brillo, el bajó del corcel y ayudó a Sunoo hacerlo, el alfa había esperado a que la chica estuviera ahí pero no lo estaba, sólo con Sunoo.
—Yo... También la escuché.
—No estoy de humor para hablar contigo, estamos en una situación de muerte y tenemos que sobrevivir. —dice Sunghoon, sus dientes comienzan a picar junto a sus encías.
Sunoo no entiende nada, pero su aroma a moras junto al de naranja de Sunghoon está incrementado, como si le doliera la cabeza a Sunghoon solo mira fijamente a Sunoo, quien está confundido por su comportamiento, pero también se siente ansioso por alguna razón.
—¿Cómo es que mi padre descubrió que eras el príncipe Kang? —cuestiona, estaba furioso por saber la tonta razón de porqué lo habían descubierto, pues Sunoo no le iba a decir a nadie corriendo su vida en riesgo.
El espera una respuesta, esperaba escucharlo, pero Sunoo no dijo nada, él pensó que se estaba burlando de él pero no lo fue cuando sus manos llevaron a quitarse el hanbok de la parte de arriba, era algo indebido que un omega enseñara parte de su cuerpo, por ello Sunoo estaba avergonzado de hacerlo, entonces la parte de su cuello cual los omegas consideraban especial ahí estaba una marca de media luna, Sunghoon solo cayó de rodillas, ¿por qué todo el mundo lo odiaba?
—Al momento de nacer no traía nada, mi marca se formó cuando entré en celo y supe que era un omega, mi padre lo consideró con una bendición de la misma diosa. —dijo, para cubrir nuevamente aquella parte delicada, ahora quería esperar una respuesta de Sunghoon, y el alfa hizo lo mismo que el omega.
El miraba curioso cómo el alfa estaba haciendo lo mismo que él, ahora también mostrando la misma marca pero de un medio sol, y Sunoo quedó completamente helado.
—¿Es coincidencia? —no acepta que Sunoo pueda ser la otra mitad.
Había escuchado leyendas viejas de aquella misma diosa que escuchaba diariamente cuando era pequeño, la diosa siempre tenía maneras especiales para que las parejas futuras pudieran encontrarse de aquella manera y estos rápidamente sabrían que estaban hechos el uno para el otro, y según aquel acto haría que aquellas almas pudieran reencontrarse de nuevo en otra vida como un juramento de amor.
Todo eso, ninguna cosa sucedía, tal vez aquella diosa se estaba burlando del alfa por haber escogido a Sunoo como su pareja y él no podía creerlo.
—No lo sé, los dos estamos iguales, necesitamos comprobarlo de una manera. —las palabras de Sunoo hacen que él reaccione.
Lo único que piensa es en sus colmillos que empiezan a picar, lo cual toma una señal, solo toma a Sunoo acorralandolo contra un árbol.
El de cabellos azules no estaba asustado, de hecho estaba atento de la manera en que sus dudas iban a ser comprobadas, y entonces Sunghoon vuelve a quitar la prenda que cubría su cuerpo, sus colmillos son encajados en la piel del omega, y la sangre no tarda en escurrir, Sunghoon al finalizar de aquel experimento sólo lame la herida que ahora formaba un lazo entre ellos dos reduciendo el dolor.
Increíblemente nada pasaba, ambos seguían iguales.
—Maldición... Esto no funciona.
—Es porque no estamos enamorados.
La guerra entre ambos reinos se estaban aproximando, y todo por sus tontos hijos quienes habían traicionando al reino y ahora querían resolver las cosas declarando un buen ganador.
Taehyun miraba retador a Yeonjun y viceversa.
—Deberías buscar a tu hijo, después de todo tu omega no es fértil como el mío y tu hijo es un omega así que despídete de tus tierras. —Yeonjun estaba decidido, iba a pelear para arrebatarle todo a Kang, y por fin obtener un reino completo sin la necesidad de que su hijo gobernara, ahora con Soobin en cinta podía esperar otros veinte años para que el futuro alfa ocupara su lugar.
—No dejaré que gobiernes, primero gobierna mi primo Yeosang en mi reino, que tu. —dice Taehyun, si Sunoo no aparecía para casarlo con un alfa y que pudiera gobernar, aquel alfa de nombre Yeosang quedaría con el puesto, de igual forma el era un Kang que quería derrotar a los Choi.
Soobin y Beomgyu no peleaban entre ellos, mientras sus alfas lo hacían ellos se consolaban esperando a que sus hijos aparecieran, a pesar de la rivalidad Soobin también era un Kang pero no pertenecía al reino enemigo, no desde que sus padres lo habían vendido al reino Choi.
Ellos estaban alejados de aquellos alfas que sólo se decían palabras hirientes, los guardias protegían a su rey de cada lado.
—Son tan idiotas, jamás piensan en sus hijos. —dijo Soobin llamando la atención de Beomgyu quien estaba a su lado, su olor a leche había hecho descifrar al contrario que en verdad aquel rubio estaba en espera de un segundo heredero.
—Mi esposo al menos está enojado con mi hijo por ser omega, pero ¿qué tal el tuyo? —Beomgyu no quería causar problemas, pero era más que obvio que Choi era un alfa demasiado incompetente.
—Me has leído la mente, pienso en lo mismo, ni siquiera yo estaba preparado para un segundo cachorro, ahora lo que más me importa es que también mi hijo esté bien. —Soobin estaba siendo castigado al igual que Beomgyu, los dos pagaron el mismo precio y en un futuro seguramente ambos reinos estarían unidos por las nuevas desgracias que pasarán.
—No tengo rencor al omega del enemigo de mi esposo, te admiro porque eres padre como yo. —Beomgyu a los ojos del rubio también era una persona admirable, quién diría que al menos dos omegas estaban unidos en esto.
—Yo también te admiro Beomgyu.
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