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Diez años después...

Durante aquellos diez años habían pasado cosas realmente extrañas en el reino Kang, que para la familia Choi era demasiado tétrico; Sunghoon se había presentando como alfa, una mentalidad dura como la de uno, una inteligencia bastante severa que un príncipe debería de tener, cabellos rubios bastantes llamativos, una actitud agradable pero a la vez madura, no era de esperarse que todos en el reino admiraban el buen trabajo que hizo el rey en educarlo para convertirse en uno, y esperaban a que este llevara al pueblo en un buen camino para vencer a los Kang.

Sin embargo, el problema era más extraño cuando los Kang dejaron de involucrarse con cualquier reino, dejaron de asistir a fiestas celebres de los reinos, poniendo en cuenta en que jamás dieron una declaración de la jerarquía en que se había transformado su único heredero, pensando en que quizás el príncipe Kang podría estar muerto o incluso los reyes planeaban algo que perjudicaría a los Choi, Sunghoon no había visto a Sunoo desde aquella vez en el bosque hace diez años, para su mala suerte tenía que estar prevenido por si las dudas algo llegaba a pasar durante estos años, tenía buen entrenamiento pero no sabía lo peor que le podía pasar.

Su padre era un amante de las desgracias de los otros reinos, pero ahora estaba más preocupado por el estado de los Kang con sus ausencias, sólo había visto el rey Taehyun en algunas ocasiones pero ni siquiera su omega e hijo habían estado presentes con el.

—Ese idiota debe de haber planeado algo para vencerte hijo, recuerda que si lo ves debes acabarlo. —dijo Yeonjun bastante serio en aquella habitación donde los únicos que estaban ahí eran la familia.

—¿Kang Sunoo? —preguntó Sunghoon con tanta ironía.

—Así es, al parecer nadie sabe de él desde su presentación en jerarquía, lo cual sospecho mucho de ellos que quieran ocultarlo.

—Tal vez están protegiendo a su único príncipe. —responde Soobin no tan centrado en la situación, pues él estaba al tanto del reino Kang que había logrado escuchar que los reyes sólo querían proteger a su hijo, pero verdaderamente se desconocían esas razones, sólo los empleados tenían la certeza de lo que pasaba dentro del castillo mismo, pero el pueblo sólo creaban rumores y ningún reino ni siquiera los aliados de Kang eran capaces de saber que pasaba con el príncipe.

—Sólo falta un año para comprometer a cada hijo alfa de los reinos y Taehyun todavía no se digna a presentar a su hijo, es como si sintiera vergüenza de él. —para Yeonjun así como a cualquier reino era importante matrimoniar a los hijos, ya sean con omegas de clase baja o de clase alta, Sunghoon no era de esperarse que ya tenía candidatos para ello, pero eso era una festividad que se celebraba en cada reino sabiendo que tendrán a más herederos para reinar.

—¿Por qué debería de importarme ese Kang? No es de mi interés saber lo que le pase, mientras más esté desaparecido mejor. —sus padres lo miran desconcertados, en todas las generaciones siempre se veía con gran odio y estaban pendientes del enemigo, su hijo estaba siendo bastante desinteresado, pues el rubio confiaba mucho en sus habilidades para llevar a la ruina a los otros mientras que el triunfa en ello, había retado a Sunoo a ganarle pero ni eso el mocoso había podido hacer, ahora sólo se escondía para ser protegido y a Sunghoon le gustaba eso, era como si tuviera las cosas más fáciles de lo que creía.

—No te confíes en que ese Sunoo no pueda ganarte, si el es astuto podría arruinarte, y yo no quiero un hijo de perdedor. —en los primeros años de vida de Sunghoon, había sido dulce y un padre amoroso con su hijo pero si seguía exigiéndole a Sunghoon este terminaría siendo lo que siempre soñó para el futuro del reino, y estaba seguro de que iba a conseguirlo.

Soobin le parecía más que una tontería ver como el padre de su hijo se interesaba más por una tonta rivalidad, si tal vez hubiera abandonado a Choi y a su hijo desde el principio, nada de ello lo estuviera viendo, pero sólo había decidido quedarse por Sunghoon, no se imaginaba que si su hijo ahora está heredando la actitud de Yeonjun, estaría de peor forma si el no estuviera presente, a veces le dolía ver a su hijo ser tan... Insensible. Sunghoon era poco amigable con los demás menos con Yeonjun, su hijo se estaba transformando en lo que más odiaba y eso se lo había advertido la mujer de aquella noche hace veinte años.

—¡Soy mejor que él, no me compares que para eso estuve entrenando! —exclama enojado, le irritaba escuchar las mismas advertencias de debilidad que su padre le daba, él no era un alfa débil, él nació para triunfar no para perder, solo no veía con importancia pelear con Sunoo ya que este ni siquiera podía depender de si mismo si seguía protegiéndose en su reino dentro de esas murallas de piedra que lo resguardan del peligro.

—No cariño, no te enfades.

—¡Tú no te metas! No soporto tampoco tus palabras. —gruñe hacia Soobin, causándole enojo al azabache por tal grosería.

—¡Sunghoon! ¿Es así como te crié? —dice enojado Yeonjun, mientras Soobin solo se mantiene bastante dolido por la actitud de este.

Sunghoon no parece afectarle mirar a su padre omega en tal estado, ni menos retar al alfa mayor, el sólo sonrió asintiendo a la pregunta dicha, pero no duró tanto cuando su padre le iba a reclamar, y él solamente se fue desapareciendo en la vista de la pareja saliendo de aquella habitación como si nada hubiera pasado, el rubio solo quería despejarse después de aquella plática, tenía bastante madurez lo suficiente para no discutir los típicos temas que siempre le proponían resolver.

No escuchó ningún grito por parte de sus padres cuando salió por lo cual lo dió como entendido el fin de la discusión, ningún sirviente lo miraba con rareza, pues todos se mantenían en su lugar trabajado ignorando los gritos que había hecho el jóven en la habitación, Sunghoon siguió su camino hasta llegar a la salida, los guardias no lo detuvieron pues ya era casi normal ver al príncipe salir, a Sunghoon le gustaba irse solo sin compañía, habían algunas ocasiones en las que prefería irse con su amigo Heeseung príncipe del reino Lee, los dos se deshacían de su estrés dando un paseo por el bosque, el príncipe ni siquiera dió la orden cuando los sirvientes que ya sabían lo que haría después llevando su corcel, todos eran demasiado sumisos sabiendo la actitud demandante del alfa jóven, así que debían ser respetuosos y complacientes de cualquier manera.

—Jóven príncipe, ¿regresará tarde? —pregunta uno de los sirvientes inclinándose en forma de respeto a su superior.

—Eso no le incumbe. —responde siendo tan seco subiendo al corcel para marcharse dejando a los sirvientes petrificados.

Se alejó el alfa sintiendo la misma libertad apoderarse en su cuerpo, apenas llevaba unas horas encerrado en aquel castillo sin nada relevante que hacer, incluso debía disfrutar lo poco que le quedaba de aquel bosque antes de que pudiera tomar el puesto de rey, su vida no era tan divertida siendo un príncipe pues siempre tenía que aprender cosas que no le gustaban, era por ello que siempre saciaba su enojo con sus padres, Yeonjun le enseñaba todo sobre su jerarquía y del reino, mientras que Soobin era una persona más compleja y comprensivo con él, nadie que no fuera Heeseung conocía perfectamente al rubio maduro.

Dentro del bosque sentía aquella tranquilidad, como si todo lo del reino desapareciera, en varios años había ido al bosque y una de las primeras de esas fue cuando vió a Sunoo en sus tierras caminar junto a un plebeyo. Desde ahí había obtenido su total atención ante aquel bosque, sin embargo, jamás volvió a ver a su enemigo de cabellos azules pisar por el lugar, ni siquiera en las de donde pertenecía el.

Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar las ramas crujir cerca de el, mirando con total atención logro captar a una mujer de cabellos negros y labios rosas mirarlo con sorpresa, la mujer no parecía cualquiera campesina pues su ropa se veía más que de la realeza dudoso quería acercarse a preguntar.

Ella antes de que el dijera una palabra, corrió con gran velocidad entre los árboles, y su lobo comenzó a rasguñar pidiendo que sugiera tras de ella con tanta insistencia, a lo cual hizo caso haciendo que el corcel corriera detrás de la bella dama, sorprendentemente ella corría demasiado rápido a pesar de que las ramas no parecían hacerle algún daño, ni siquiera se limitaba a mirar atrás para ver si el príncipe la alcanzaba, Sunghoon desconocía las razones por las cuales su lobo quería seguir a la joven, no debía crear conclusiones tan rápido, quizás ella era parte de un reino que invadía su territorio en busca de información para dársela a otros, entre más se acercaba a ella poco le importaba en qué lugar estaba, todavía cruzaba por árboles para poderla atrapar.

—¡Señorita, le ordeno que pare! —aunque le gritara aún tras de ella, esta se hacía de oídos sordos.

De un momento a los pocos segundos ella se desvió en otro camino rápidamente, y Sunghoon no dudó en seguirla, pudo ver como la mujer le mostró una sonrisa burlona desapareciendo entre los árboles, el corcel se detuvo y el rubio ya no había podido alcanzarla ni siquiera vió como ella había desaparecido tan repentinamente,. Despertó en un trance cuando se dió cuenta al mismo tiempo de que estaba dentro del territorio Kang, la mitad del bosque que les pertenecía a sus enemigos, y un aroma bastante atractivo que desprendía el bosque de la parte Kang, habían cruzado territorio enemigo sin darse cuenta de ello, la mujer tal vez le había hecho una trampa para que el cayera con sus enemigos.

Pero aunque ella estuviera desaparecida de su vista su lobo estaba inquieto, iba a retomar camino de regreso, tenía que olvidar que había caído en la trampa de esa mujer, pero antes aquel mismo aroma adictivo se fue haciendo más presente y más cerca del área donde se encontraba, su lobo comenzaba a chillar emocionado, y pensó que tal vez aquella hermosa dama aparecería frente a él para hacerle cara de todo el asunto, pero su sorpresa fue ver a un chico de cabellos azules acercándose, era él.

Cuándo el contrario se había acercado lo bastante cerca, su mirada se posó en el rubio con una mirada asustada, entonces Sunghoon lo comprendía todo.

Su enemigo era un omega.

Aquellas palabras que le había prometido Sunoo que sería un alfa y lo vencería, todas esas esperas que estaba teniendo con paciencia fueron arrebatadas, todos pensaban que él se había vuelto un alfa, y que por ello en cualquier momento atacaría, su padre quería matar a un omega no a un alfa como creía, si su padre hubiera hecho público de que su único heredero era un omega, lo más seguro es que todos intentarían hacerle daño para así más fácil quitarle el poder a los Kang.

—Eres un omega. —fue lo primero que dijo Sunghoon ya bastante sorprendido con ello.

El peliazul estaba asustado y el rubio desconocía las razones de ello, parecía como un pequeño conejo mientras que Sunghoon era el lobo, arrinconado con ganas de escapar para salvarse.

—¡Callate! —su suave voz demandó con temor, el pobre solo esperaría a que este le dijera a su reino que era un omega, o que se burlara de él, pero eso nunca pasó.

Sunghoon bajó de su corcel para acercarse a Sunoo, con una mirada bastante seria y a la vez burlona, ¿en serio iba a compartir con un omega? Las expectativas de su padre habían sido ciertas después de todo.

—Que desafortunado que tengas un aroma tan atrayente pero tengas que ser mi enemigo.

—De todas formas no podré ser tu enemigo por mi condición, cuando le digas a todos que soy un omega seguramente querrán desterrarme junto a mi padre. —Sunoo sabía las exigencias de los reinos, cuando supieran que él era una omega, lo más razonable sería desterrar al hijo omega junto con su padre omega ya que ambos no eran de utilidad y Taehyun tendría que conseguir otro omega para procrear desde cero un hijo que sea alfa, pero su padre siempre los tenía protegiendo desde que se presentó y desde ese día nada volvió a ser igual para ambos, apenas había podido escapar con la seguridad de que nadie lo reconociera y así no darle más vergüenzas a sus padres, pero grave error cuando Sunghoon se cruzó en su camino de la nada.

—No soy tan malo como piensas, todavía tienes oportunidad de ganarme. —no era amable con él, pero le hacía demasiado extraño que su lobo seguía pendiente por el de cabellos azules, no estaba preocupado de ello después de saber que su triunfo sería más fácil.

—¿No le dirás a nadie de mi condición?

— No, pero solo si regresas a tu reino.

—¿Cómo supiste que estoy...?

—Dudo que tu padre te deje salir en esas condiciones de que alguien sepa que eres omega y con tal solo verte me doy cuenta de que estuviste encerrado por un buen tiempo. —sus palabras fueron tan ciertas, además si miraba la cabeza de Sunoo no estaba aquella corona que lo hacía representar como príncipe, mientras que Sunghoon la usaba sólo cuando estaba dentro del castillo.

—Ya perdí la guerra, ¿feliz? no seré más un estorbo en tus planes, eres un alfa y yo soy un omega, así que déjame irme. —nuevamente quiso irse usando el gorro de su capa para irse oculto así nadie lo reconociera en el pueblo.

Sunghoon lo detuvo antes de irse, no podía dejar ir al omega en esa condición menos cuando su lobo imploraba por recibirlo, estaba mal que ayudara a su enemigo pero también tenía que utilizarlo, de otra forma jamás obtendrá el poder, el no quería casarse así que usaría a Sunoo a su favor con tal de ocultar su secreto, además sus padres ni siquiera reconocerán al peliazul de ello, incluso podría amenazar a los Kang para que se rindieran con sólo usar a su único hijo.

—Seré muy breve, no puedo dejarte ir así, además puedo revelar tu secreto si lo haces.

—¿Qué quieres? —Sunoo vuelve a mirarlo con seriedad.

—No es nada difícil, si quieres que oculte tu secreto tienes que hacerme un favor.

—Si es humillarme o algo peor, piérdete. —y de nuevo es retenido por Sunghoon cuando intentaba irse.

—No, sólo tienes que venir conmigo, es sencillo porque así podré protegerte.

—Esto es tan extraño, ¿qué te hace pensar que te aceptaré?

—Tal vez sea la razón por la cual mi lobo implora protegerte.

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