EPÍLOGO
La época de invierno era muy rara vez que se presentará en el reino, pues hace algunos años no había regresado aquella temporada hasta hace algunos días.
Las patitas de un lobo estaban en la nieve blanca mientras un lobo gris trataba de buscar con determinación al contrario, aullaba tratando de buscarlo, hasta que por fin siente como otro pequeño lobo chilla. Este todavía no tenía desarrollado su aullido por lo que chillaba casi como un perro pequeño.
Luego apareció otro lobo de color blanco con negro, lamió limpiando a su pequeño cachorro ya que estaba cubierto de nieve, el lobo gris sólo ve como ambos juegan entre la nieve, aunque no se preocupaban de nada porque estaban seguros en aquel bosque sin que nadie los atacara, era un hermoso momento en familia.
De pronto el cachorrito corre con sus pequeñas patitas, y ambos lobos adultos persiguen a su pequeño hijo travieso entre la nieve, era normal que aquella familia en sus formas lobunas salieran a disfrutar la hermosa estación, aunque también les hacía recordar el nacimiento del pequeño lobito negro.
El pequeño lobo negro, corrió hasta llegar a una superficie con mucha nieve, saltando emocionando sin embargo parece cautivado por los copos de nieve.
Un copo de nieve cae en su naricita y el aullido del joven lobo, se hace escuchar.
A la lejanía se acercaba otra manada de lobos, poniendo en alerta a ambos adultos, el lobo omega toma del cuello con su hocico a su pequeño cachorro para llevárselo de ahí, mientras que el lobo alfa mostraba sus colmillos en grande para que nadie se metiera con su manada.
Los lobos contrarios solo se acercaron y no intentaron nada ya que estos también tenían una situación similar, eran dos lobos adultos con otro pequeño cachorro quien estaba escondido debajo de su padre omega, el cachorro era de color blanco a diferencia del hijo de la otra manada.
Ambos alfas no sintieron una pizca de peligro, por lo que el omega suelta a su cachorro quien se acerca al otro lobito blanco y este parece también querer jugar con el, ambos cachorros comienzan a correr entre la nieve, mientras que los padres de ambos vigilan a ambos cachorros.
Que pelicular situación en que el cachorro de color negro, juega con el cachorro de color blanco.
Los copos de nieve eran una de sus cosas favoritas, corría alegremente ahora en su forma humana, hacia bolas de nieve con sus pequeñas manitas y las lanzaba a su papá quien se quejaba por lo veloz que era su hijo en el juego.
—¡Papá pareces tortuga! —se queja el niño, viendo como el alfa también hacía bolas de nieve aunque estas terminaban por deshacerse.
—No soy bueno como tu. —dijo en un comportamiento infantil, el cachorro de seis años se burlaba de cómo este todavía no podía hacer una bola de nieve.
Tardó tanto que hasta el pobre Euijoo prefirió irse con su papá omega quien le mostraba ahora los copos se nieve, hace días el cachorro apenas cumplió aquella edad, y justo ese día nunca faltaba la época invernal, su hijo era tan precioso, cabellos negros y ojos oscuros, pero de una manera hermosa, quizás si era un auténtico pero hermoso eclipse.
Sunghoon miraba feliz a ambos entretenidos con los copos, si regresara al pasado de verdad estaría arrepentido de burlarse de aquel cachorro de mejillas regordetas... Del que solía burlarse, pues quien diría que en unos años iban a terminar juntos con un bello cachorro.
—¿Quieres pedir un deseo? —dijo Sunghoon tomando uno de los copos de nieve, y Sunoo tanto Euijoo voltearon a mirarlo.
Euijoo asintió feliz tomando el copo de nieve. —¿Puede ser cualquier cosa? —y estaba entusiasmado por aquella pregunta.
Sunoo se acercó con una sonrisa algo curioso de las palabras de su esposo, pero al ver la emoción en en su hijo decide seguír aquel juego, ya que el omega no sabía nada sobre los deseos.
Porque en cuanto Kazuha cumplió el de Sunghoon, este perdió el recuerdo de haber dejado el mundo... Y haber revivido, pero no borró el hermoso recuerdo de cuando vio a Euijoo nacer.
—¿Sabes? una vez pedí un deseo. —Euijoo hizo una mueca de confusión, lo que hizo reír a ambos padres. —Pero solo depende de si tu de verdad mereces ese deseo y si de verdad lo necesitas...
—Me he portado bien. —dijo el niño orgulloso pero Sunghoon negó con una sonrisa.
—No depende de lo bien que te has portado, sino de como es tu alma... —Euijoo pareció comprender. —Pero también de lo agradecido que vas a estar cuando se cumpla.
—Pide... Un deseo.... Algo que sea valioso. —pidió Sunoo, aunque el omega sólo estaba siguiendo el juego a Sunghoon.
El pequeño pareció pensar en su deseo, pero no tenía un deseo para el si mismo, las riquezas o el poder eran deseos egoístas, podían cumplirse solo si lo usas de bien, Sunghoon no quiso asustar a su hijo con otra cosa que no le había advertido... Sobre las personas que cometían pecados, al final un cachorro no podría pedir un deseo así ¿o si?
Bastó con solo ver a sus padres para que Euijoo asintiera tiernamente y pidiera un deseo sin decirle a sus padres ya que sería como su deseo de su cumpleaños, ya que el no había pedido nada hace días. Sopló el como de nieve, el cual el viento terminó por llevárselo lejos de ambos.
Euijoo no pidió poder porque en su pequeña cabecita estaba una corona pequeña, así que no tenía porque pedir eso, y mucho menos riquezas... Pero quería que su yo del futuro... Pudiera ser feliz como sus padres.
—¿Pediste algo valioso? —Sunoo repartió besos en las mejillas de su "bebé" y este comenzó a reír asintiendo.
—Yo también pedí algo valioso hace años... —dijo Sunghoon obteniendo la atención de ambos pero más la de Sunoo.
—Aja... ¿Y que pediste? —dijo con algo de burla pero solo el alfa lo toma de la cintura provocándole un sonrojo.
—Que seas mi luna por siempre...
El copo de nieve era llevado por el viento cruzando todo el bosque con rapidez sin necesidad de desvanecerse, llegando hasta en las más lejanas montañas cubiertas por la misma nieve... Donde terminó cayendo en la mano de una mujer.
—¡Mamá! —fue interrumpida al ver a su pequeño hijo de cuatro años correr hacia ella quien sonrió cortarmente.
Aquel pequeño niño lo vio abandonado en las montañas, en su forma lobuna: ella caminaba directamente hacia la misma dirección cuando encontró al lobo pequeño de pelaje blanco, jamás encontró a los padres de este por lo que prefirió cuidarlo ya que sabía que no iban a regresar por el.
Pero el cachorro se aferró a ella hasta decirle aquel hermoso apodo.
—¿Que es lo que pasa? —ella acarició el rostro del pequeño mientras a un tenía con la otra mano un copo de nieve algo que a el le resultó extraño ver.
—¿Que es eso? —señaló el niño hacia la mano de ella, viendo aquel copo que desconocía.
—Es un deseo... ¿Quieres cumplirlo?
—¿Cómo puedo hacer eso?
Kazuha sonrió, el cachorro todavía era inocente para entender, aún así deshizo su deseo entre sus manos como un "deseo cumplido".
Pero lo único que supo responderle al pequeño niño fue algo que más adelante tal vez marcaría su vida.
—El eclipse necesita su otra mitad...
Pero Euijoo solo pidió como deseo tener un amor como el de sus padres, y Kazuha.... Solo hará lo suyo.
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Gracias por leer ^^
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