001 ⟋ Old Bird. New Bird.

El hospital estaba lleno hasta las narices. Bueno, aunque eso fue hace cinco segundos antes de que saliera cargando una caja azul con vinilo dentro. Sus brillantes ojos azules observaban la escena desde una cafetería que decía ser italiana, tomando una cucharada de helado de su affogato, y con los residuos de café goteando de sus labios. Limpio sus comisuras con una servilleta, quitándose el poco brillo labial que le quedaba, sonrió. Estaba todo tranquilo, personas coqueteando, hablando de sus planes a futuro, chicos universitarios, citas, y un par de pasos que la llevaron a hundirse en su asiento negando su existencia. 

El pajarito. 

──No ──aseguró bastante sacada de quicio ante la oportunidad de volver a ver esos tonos de blanco, esferitas de colores. Aún no estaba preparada para volver. 

Dick soltó un suspiro, fingiendo agonía.

── ¿Qué me delató? 

Clover se giro a verlo.

──Tu mente gritando: "¡Clover, ponte el traje de navidad!"

── ¿Sorpresa? ──dijo intentando sonar feliz, tal cual un niño con un regalo nuevo.

No funcionó. La respuesta positiva aun se repetía en la cabeza de la rubia, pero su lado negativo ganaría mil veces, no quería ratas voladoras, murciélagos colgando boca abajo, simplemente, paz. ¿Qué tan difícil era aceptar sus eternas vacaciones?

──No me uniré.

Dick emitió un gemido de decepción. No puede culparle, es como su hermano mayor. Incluso,  tal vez, ella lo era, aunque mataba la diferencia de edad. Un intercambio de roles poco beneficioso, era como comer un trozo de pastel de chocolate seco con helado, en algún momento se te pegaría a la garganta y estarías tosiendo como descuidado en pleno invierno. La relación con el protegido de Bruce Wayne al crecer no era tan mala, pero había límites. Entre ellos, no volver a ocupar su puesto en Gotham Hero. Y lo más importante, no sacar a relucir el tema.

Pero obviemos la última parte, ¿okey?

── ¿Por qué no? ──él exige saber.

──Renuncié.

── ¿Puedo decir por favor hasta que aceptes? 

──No.

Dick gruñó. 

──Clov...

──Dickybird...

El farfulló cuando le escuchó llamarlo de ese modo. 

──No soy un pájaro ──se quejó.

──Eres un tierno y dulce pajarito, que me dan ganas de encerrarlo en una jaulita y dejarle sin comer ──Dick la miró con una sonrisa divertida. ──Y hay veces, en las que me dan ganas de mudarme con Bruce para que no me visites. 

Los ojos azules de Clover observaron a Dick, el otro suspira, sin embargo, cuando este se sentaba a su lado, acomodándose en su hombro como si buscara apoyo, realmente se veía como todo menos hermanos. Clover fue rescatada por Batman a los cuatro años, Dick tenía ocho en ese entonces, fue su hermano mayor, y entre ambos, había una hermosa relación de hermandad. Aunque, no todos lo vieran de ese modo.

──Escuché por ahí que estabas siendo investigador.

Los ojos azules de él, lo miraron. 

──Felicito al pájaro que andaba de chismoso.

Clover rio. Y él, resopló.

── ¿Podrías reconsiderar la oferta? 

La rubia se hundió en su asiento.

──Pensé que habías dejado de ser Robin, luego de eso.

Dick frotó sus sienes, todo indicando que tenía jaquecas igual de severas que cuando iban a la secundaria. Clover masajeo con sus dedos su cabeza, moviéndolos con cuidado, emitiendo una luz azul que calmaba sus nervios como si fuera una clase de terapia eléctrica. Sus suspiros se hicieron escuchar, y la gente que se giraba a verlos, pensaron que eran una hermosa pareja, pero la verdad, es que eran dos hermanos agnaticios ayudándose mutuamente. Ahora entendía porque Bruce siempre los ponía como un recurso juvenil. Ya tendría una charla con el viejo murciélago. 

──Gracias, Clov. 

── ¿En qué te has metido esta vez? ──ella le miro.

──Necesito tu ayuda, Phantom ──susurra él. ──Es importante, y equivale a que conozcas a alguien más. 

Clover frunció el ceño. 

── ¿Bruce ya encontró otro pio-pio?

Dick se cruzó de brazos.

── ¿Puedes dejar de llamar a los Robin, pájaros? ──se quejó.

── ¿A caso tú sabías que Robin, es un pájaro? O sea, Dickybird, has sido un pajarito toda tu vida.

La mala mirada de Dick le hizo ver lo cansado que estaba. Le estaba tocando la fibra sensible.

──Shaleen... ──él dijo. 

Clover gruño, enojada.

──Vuelve a decir mi segundo nombre, Richard John Grayson, y te juro que te hare la jaqueca más grande de tu vida.

Dick sonrió con supuesta superioridad. 

──Y ahí estás, ya te extrañaba Clov.

La rubia abrió la boca, y la cerro con indignación. 

──Seguiré sin unirme.

Dick gimió, apretándose el tabique de la nariz.

──No me dejas opción. 

Espera, ¿qué?

── ¡Bájame, maldita sea Dick! ──ella se quejó golpeando su espalda. ── ¡Te denunciaré por secuestro forzoso!

Dick la observó por el espejo del auto, claramente se detuvo a su lado, mientras la soltaba, dejando que la hermosa rubia se sacudiera la ropa, dejando que sus mejillas llenas de aire, rojas como un tomate fueran la evidencia de que lo golpearía. Clover le dio un golpe a la altura de sus costillas, dejándole sin aire, pero ella parecía bastante tranquila.

── ¿Te alegra verme sin aire? ──él jadea. 

──Por cargarme sin mi consentimiento.

Dick suspira agobiado por el dolor.

──Si te sirve de consuelo, el ejercicio te sienta bien.

Clove chasqueo la electricidad de sus dedos.

──No se te ocurra mencionar a mi trasero en esta conversación.

Dick sonríe divertido, y ella amenazo electrocutarlo en silencio. Suspiró alzando las manos. 

──Necesitamos tu ayuda.

── ¿Necesitamos? ──ella forma una o con sus labios, confundida. ── ¿En qué diablos te metiste, Richard?

En eso, sus ojos se derivan mágicamente hacia la figura inconsciente detrás de otro ser humano que llevaba el traje de Robin, alzo su dedo, pero cuando los ojos azules de él la vieron, pudo notar un brillo del cual no estaba interesada en saber que diablos significaba, aunque sus latidos no le dijeran absolutamente lo mismo. Joder, otro pio-pio. Dos en un mismo sitio, quería darse un shock con sus dedos, y no despertar. El estrés parecía burlarse como si fuera una emoción viviente en su cabeza, o incluso tal vez era la ansiedad apretando el botón en la tableta que controlaba su cerebro. 

── ¿Me puedo ir voluntariamente? ── ella miro a Dick, quien negó. ──Bien, iré a provocarme un accidente, hablame cuando me den con las paletas ──dijo ella para irse.

El otro Robin sonreía divertido ante el intercambio.

── ¿Son parientes? ──preguntó sin tapujos. 

Clover alzo una ceja. 

──Agnaticiamente, si. Temporalmente, también como no me explique que ocurre aquí ──dijo ella, Dick lo descarto como si fuera nada. ──Más te vale que sea bueno, o...

──Jason Todd ──se presentó el otro extendiendo la mano. 

Dick frunció el ceño. 

──El es el nuevo Robin.

Clover lo miro.

── ¿Me llamaste por tus celos? ──la rubia miro al castaño, quien gruño negando. ── ¿Entonces? ──reclamó.

──Él necesita ayuda ──dijo señalando al policía inconsciente. 

──Entonces márcale al 9-1-1, finge ser el payaso de mierda, y cuelga.

──Pero pensé que...

──Dick, ¿me trajiste hasta aquí para presentarme a alguien, ver un policía que seguro lo noquearon entre los dos, y ahora quieres que yo lo salve de una migraña que no se olvida más? ──Clover suspira. ──Mi día comenzaba bien, Grayson. 

Dick sonrío a medias. 

──Por eso te quiero, eres mi dulce hermanita.

Clover gruño, y Jason pareció sonreír ante las reacciones de la hermosa rubia.

──Un día de estos, me darán ganas de inyectarte la eutanasia, meterte en un cajón y fingir que te rendiste de la vida, Grayson.