𝐭𝐰𝐨
[2] 𝐮𝐧𝐚 𝐟𝐢𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐚, 𝐮𝐧 𝐜𝐨𝐧𝐣𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨
— Ya me dijo Bradley que al final decidisteis venir a la fiesta — dijo Brandon mientras conducía el coche hacia casa.
— Si— solté— Bueno, más bien él le dio las entradas a Maggie, pero yo no pienso ir.
— ¿Puedo ir yo en su lugar?— preguntó Connor desde la parte trasera, a lo que los dos respondimos con un No rotundo.
Brandon colocó su mano en mi pierna para intentar convencerme.
—Venga Charlie—soltó— Necesitas un respiro y sé que te lo vas a pasar genial.
— Sí, seguro — dije con ironía mientras me cruzaba de brazos— seguro que me lo paso genial con esas animadoras tan majas.
— Oye— empezó a decir— Lo siento, ya hablamos con ellas del tema y no te van a molestar más— suspiré y cogí mi teléfono.
— Está bien Bran, de todas formas gracias por lo de esta mañana. — Él se limitó a sonreír y el resto del viaje a casa fue silencioso.
• • •
— ¡Connor bájale el volumen a ese maldito juego! — grité.
Estaba intentando terminar un trabajo de economía que tenía que entregar mañana, pero el ruidoso de mi hermano pequeño no me dejaba concentrarme.
— ¿Se puede? — preguntó Emily abriendo con cuidado la puerta. Asentí y cerré mi ordenador.
— Me ha dicho Mamá que vas a ir de fiesta este finde— dijo mientras se sentaba en mi cama.
— Supongo — repetí su acción y me senté con ella.
— Oye pues a ver si ligas de una vez amiga — dijo con una sonrisa pícara en su cara— que ya va siendo hora.
Le di un golpe en el hombro y las dos reímos al unísono.
— Bueno, ahora enserio — nos miramos — Las dos sabemos como pueden terminar esas fiestas, si necesitas algo llámame, que para eso soy la hermana mayor.
— Gracias Em— la abracé.
• • •
— Eh— dijo alguien detrás de mi — ch, charlotte.
Me giré para ver que era lo que quería el pesado de Finn Anderson. Él, como siempre, tenía aquella sonrisa dibujada en su rostro.
— ¿A caso tú no atiendes durante las clases?
— No mucho — los dos reímos por lo bajo.
— Charlotte y Finn, cuéntenles a la clase que es lo que les produce tanta risa.
— Lo siento profesor, me estaba pidiendo un bolígrafo.
— Si, claro que si — me susurró en el oído y no pude evitar reír.
— Creo que será mejor que los dos vayáis al despacho del director.
— ¡Oh no, por favor! — dije desesperada — Lo siento muchísimo, no volverá a ocurrir.
— Venga señor Jones, solamente le estaba pidiendo un bolígrafo.
Me giré para agradecérselo y este me guiñó un ojo. El profesor nos dijo que como volviésemos a hacer alguna broma o risa nos expulsaba dos días.
El timbre anunció la hora del almuerzo, fui directa a mi taquilla para dejar los libros y allí me encontré a Hunter.
— Hola princesa —me dijo — ¿Todo bien por el paraíso?
— Si, solo un poco cansada— dije mientras cerraba la taquilla y me apoyaba en ella— no dormí nada por culpa del trabajo de economía.
— Copia y pega Lotty— dijo jugando con la llave de su taquilla— ¿O es que no te he enseñado bien?— los dos reímos.
—Buenas chicos— llegaron Maggie y Jo.
— Genial, ya podemos ir a comer esa deliciosa ensaladilla.
— No querido — Maggie entrelazó su brazo con el de nuestro amigo — hoy toca sopa de pescado, ¡riquísima! — dijo con ironía, mientras que Jojo y yo nos reíamos.
• • •
— ¿A caso es tan difícil preparar unos buenos macarrones?— se quejó Jo mientras intentaba tragar la sopa.
— También puedes traer tu propia comida — sugerí.
— No, demasiado trabajo— los cuatro reímos.
—Lotty, hay alguien que no te quita el ojo de encima— dijo Maggie, quien estaba sentada a mi lado.
— ¿Que dices?— ella señalo al grupito de mi hermano; era Finn.
Fui yo la primera en apartar la mirada, no sabría decir si me incomodaba o me gustaba.
— Tonterías— dije— será mejor que vayamos yendo a clase— me levanté y tiré la bandeja a la papelera.
— ¡Pero si aún quedan veinte minutos! — me gritó Hunter, pero yo ya había alcanzado la puerta del comedor y como de costumbre mis amigos siguieron mis pasos.
• • •
— Tengo el conjunto perfecto en mi mente— dijo Maggie.
Mis amigas me habían convencido para ir por la tarde de compras para un nuevo conjunto, ya sabes lo que dicen siempre; fiesta nueva conjunto nuevo.
— Me encanta esta tarde de chicas — dijo Jo mientras comía un helado de fresa.
— Si, hacia tanto que no salíamos las tres.
— Bueno chicas no estamos para ñoñerías — nos frenó Maggie — Hemos venido de shopping, ¡ Yo digo de empezar por Brandy Melville!
— Estas obsesionada con esa tienda — dijo Jo, y las dos reímos.
Maggie nos cogió de las manos y nos arrastró hacia aquella tienda, no creo que fuésemos a encontrar nada de fiesta allí pero lo hicimos por matar el gusanillo de nuestra amiga.
— Que rabia— dijo Maggie cuando salimos de allí— pensé que encontraría el conjunto perfecto.
—¿Tú crees?— dijimos Jo y yo al unísono riéndonos.
Íbamos directas a Urban Outfiters, cuando vi a las animadoras comprando un helado al lado de la tienda.
— Chicas vayamos rápido — dije y ellas me siguieron sin darle mucha importancia.
• • •
— ¿Creéis que habrá pelea en la fiesta? — preguntó Maggie mientras se probaba un vestido azul por encima.
— Supongo, siempre las hay — dijo Jo mirando tops para probarse.
— Oye Lotty — captó mi atención — Estas muy callada señorita.
— Si, lo siento— dije riéndome— Es que aún no tengo claro de si voy a ir a la fiesta o no.
— Pues claro que vas a venir Charlie— Maggie se cruzó de brazos.
— Venga no nos vengas con bromitas— dijo Jo — Tienes que venir, si o si, no será lo mismo sin ti.
— Chicas sabéis que la fiesta va a ser genial conmigo o sin mi.
—Sh Calla — dijo Maggie— Mira este vestido rojo, estoy segura de que te quedará genial.
—Seguro que si— dijo una voz a mis espaldas.
—Joder Brandon— solté— Que susto —coloqué mis manos en el corazón como si este fuese a caerse del susto y mis extremidades fueran las únicas en impedirlo— ¿Qué haces tú aquí?
Jo no paraba de comerse a Brandon con la mirada y Maggie le pegó una patada, no pude evitar reírme.
— Nada, vine a acompañar a Bradley a comprarse ropa para su fiesta.
— Oh — dijimos las tres a unísono.Un silencio incómodo se creó entre nosotros cuatro.
— Bueno nos vemos mañana en la fiesta — se despidió— Y a ti en casa.
Me giré sobre mis talones y vi que Jo no le quitaba los ojos de encima a mi hermano, por lo que chasqueé mis dedos para despertarla de aquel trance.
— Deja de mirarle el culo a mi hermano por favor— Maggie rió.
— ¿Y bueno?— preguntó Jo, ¿nos vas a dar el gusto de vértelo puesto?
La verdad el vestido corto era precioso, de un color rojo y ajustado, con las mangas largas y transparentes.
— No chicas, no voy a ir a la fiesta así que sigamos buscando para vosotras.
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