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𝐬𝐢𝐱𝐭𝐞𝐞𝐧



[𝟏𝟔] 𝐧𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐫𝐨𝐦𝐩𝐚𝐬 𝐦𝐢 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳ó𝐧

Me deshice del amarre del ojiverde. Nuestras miradas se juntaron por un par de segundos, con la lluvia mojando todavía aún más nuestros cuerpos.

— Te quiero conmigo— suspiré — Pero no voy a competir con nadie por ti. Yo quiero una persona, no un trofeo.

— Y solo te quiero a ti Charlie— apoyó su frente contra la mía y cerró los ojos. Sin poder evitarlo mordí mi labio inferior.

Me daba rabia, rabia al saber que los dos estábamos jodidamente perdidos el uno por el otro. No sabía si esto era a lo que se referían cuando decían que te enamorabas, pero me estaba matando. Sin duda alguna Aiden era un veneno para mi, lo necesitaba, lo necesitaba cerca a cada instante. Después de todo lo que había pasado entre nosotros no podía seguir como si nada, necesitaba más de él.

— Antes de este año, nunca pensé que era precioso el poder mirar a alguien y sonreír sin ninguna razón.

— Aiden yo— comencé a decir, pero él colocó su dedo sobre mis labios, impidiéndome hablar.

—No, déjame hablar— por encima del hombro del castaño vi a mis amigos asustados— No tengo mucho que ofrecerte, tampoco sé cómo mostrarte lo mucho que significas para mi— suspiró mirando al cielo— Solo necesito que confíes en mi y que creas que desde que llegaste, has mejorado mi mundo y me has hecho sonreír como no lo hizo nadie nunca.

—No quiero que me destruyas.

— Y no lo haré, te necesito Charlotte— acarició mi mejilla, uniendo nuestras miradas y volviendo a sentir aquellos cosquilleos por todo mi cuerpo— Nunca he mantenido una relación, pero quiero intentarlo— sollozó. Me partía el alma verlo así, nunca nadie vio a Aiden llorar y mucho menos por una chica— No puedo perderte, no después de saber lo que significa tenerte en mi vida.

Tragué saliva para deshacer el nudo que se había generado en mi garganta. No sabía que decir, a decir verdad yo también quería intentarlo y es que entre más lo conozco, más quiero quedarme con él.

— ¡Lotty mírame!— gritó, retrocediendo un par de centímetros y abriendo sus brazos, dejando que la lluvia se deslizase suavemente por estos — Estoy aquí, diciéndote lo loco que estoy por ti.

Cerré los ojos y suspiré. Desearía poder decir que sí sin remordimientos, pero tener a Aiden en mi vida tenía tantos pros y contras. Él podría hacerme la mujer más feliz, pero a la vez tendría al alcance de su mano el poder de destruirme. El ojiverde mordió su labio inferior, impaciente por mi respuesta.

— Por favor Charlotte.

— Aiden— suspiré— De verdad que yo también quiero intentarlo, pero han pasado tantas cosas.

—Entonce— sus ojos comenzaron a brillar— Hazme el hombre más feliz Miller y se la mujer de mi vida—negué con la cabeza— El amor es solo para valientes.

Nuestras miradas estaban pegadas la una a la otra, sin perder ningún detalle. Siempre pienso varias veces las cosas antes de hacer o decir nada, pero ahora mismo desearía guiarme por lo que mi corazón dice y lanzarme a los brazos del castaño y hacernos feliz, el uno al otro.

— Por favor— sollozó.

Mordí mi labio inferior y acorté los centímetros, estábamos tan cerca que volvía a notar su respiración mezclarse con la mía. Sin pensarlo dos veces me lancé a sus brazos, los cuales no tardaron en rodear mi cintura. Escuché un grito a nuestras espaldas, eran las voces inconfundibles de Hunter y Maggie.

—No sabes lo feliz que soy ahora mismo— dijo y sonreí.

Con el corazón a mil por hora coloqué mi mano en su mentón,  y acariciando su mejilla, estampé mis labios contra los suyos, volviendo a sentir aquel dulce sabor. La lluvia seguía mojando nuestros cuerpos cuando el castaño deslizó sus manos por mi espalda, hasta apretar mis caderas.

— No quiero que esto se estropee— susurré contra sus labios— No quiero que acabes rompiendo mi corazón.

El ojiverde volvió a apoyar su frente con la mía, con una sonrisa dibujada en la comisura de sus labios.

— Nunca lo haré.

• • •

La profesora de artes escénicas tenía fijada su mirada en el ordenador, mientras que los que cumplíamos castigo estábamos sentados en mesas individuales. Maggie sostenía su cabeza con la ayuda de su mano, intentando no quedarse dormida mientras que Hunter, quien estaba sentado justo detrás, hacía un par de trenzas en el cabello de la rubia.

— ¿Cuanto queda de castigo señorita Young?— preguntó la dulce voz de Jo.

— Deben de quedar unos treinta minutos— sonrió y volvió sus ojos hacia la pantalla.

— Joder— masculló Brandon, quien también tenía que cumplir castigo por haberle roto la nariz a Angus.

Rodeé los ojos y apoyé mi cabeza en la mesa, cerrando mis ojos y rezando para que esta tortura acabase pronto. Llevábamos ahí metidos casi dos horas, iban a ser las seis de la tarde y aún tenía que terminar un par de trabajos para esta semana.

— ¿Donde cenamos esta noche?— preguntó Jojo clavando su mirada en el dúo dinámico.

—¿Fosters?— sugerí y estos asintieron.

Melody nos miró amablemente, debíamos permanecer en silencio. Maldije en bajo y miré fijamente el reloj del aula. Las agujas se movían lentamente, causando una gran angustia en mi. Quería salir ya de allí, necesitaba tomar el aire libre y hacer cosas productivas.

Mi móvil comenzó a vibrar en mi bolsillo trasero y sin que la señorita Young se enterase me escondí detrás de Jojo. Desbloqueé la pantalla y entré en el chat de Aiden, quien me suplicaba que fuese hacia los baños del instituto. Tras unos cuantos mensajes del ojiverde diciéndome que me lo devolvería con mucho chocolate, me dirigí hacia la mesa de la profesora.

— Señorita Young— forcé una sonrisa— Creo que no me ha sentado nada bien la comida de hoy, ¿podría ir al baño?

— Por supuesto Miller, no te preocupes.

— Gracias— susurré.

Cerré la puerta y sonreí victoriosa. Vi a Aiden apoyado en la puerta del baño, con sus brazos cruzados y con una sonrisa picarona dibujada en su rostro.

—Veo que mis habilidades de persuasión con el chocolate han funcionado— dijo y rodeó mi cintura con sus brazos.

— Vas a tener que comprarme mucho chocolate — acaricié su mejilla y deposité un dulce beso en sus labios— ¿Que ocurre?  Tan solo hace un par de horas que nos vimos.

— Siento sonar tóxico, pero es que te echaba de menos— reí y nos adentramos en el baño.

Las grandes manos del castaño me impulsaron, rodeando así su cintura con mis piernas. Comencé a depositar besos en su cuello, mientras que el nos dirigía hacia la pileta, donde me senté.
Mis manos jugaban con su melena, juntando nuestros labios y uniendo nuestras lenguas en un sensual baile. Sentía el latir de mi corazón, como si en cualquier momento fuese a salir disparado de mi pecho, eso es lo que me hacía sentir Aiden.

— Solo tengo un par de minutos Bradley— susurré, mientras mordisqueaba mi oreja— Aiden.

El ojiverde clavó sus dulces ojos en mi rostro, dibujando una gran sonrisa en la comisura de sus labios. Con su mano acarició mi mejilla a la vez que unía de nuevo nuestros labios.

— Mañana no vendré a clase— comenzó a decir mientras arrastraba sus dedos por mi pierna— Estaré todo el día en el hospital, ya sabes.

— Oh— miré fijamente a Aiden, quien tenía la cabeza baja— Entonces me acercaré por la tarde, estoy segura de que a Daphne le encantará tener nueva visita.

— Seguro— sonrió, para luego empezar a jugar con sus dedos— A veces me habla de ti, dice que echa de menos tenerte en casa durante el verano.

— Estoy segura de que este verano podremos volver.

— Esperemos que la quimio se lo permita— sonrió cabizbajo.

— Hey— coloqué mis manos sobre sus mofletes e hice que sus ojos se juntasen con los míos— Los médicos están haciendo muy bien su trabajo, ya lo verás. Conseguirán darle más tiempo.

— Eres la mejor— el castaño volvió a unir nuestros labios.

La puerta del baño se abrió dándonos un susto de muerte. Ver la cabellera de Brandon hizo que nuestros corazones volvieran a latir con normalidad.

— Joder casi me matas de un infarto— el moreno se llevó una mano al pecho, para luego saludar a mi mellizo con un choque de manos.

— ¿Que hiciste ahora?— interrumpí, para luego saltar del lavabo y colocarme al lado del ojiverde.

— Nada, es que la señorita Young temía que te hubiese ocurrido algo— rió— Ahora veo que es culpa de este parásito— rodeé los ojos, mientras que los dos amigos inundaban de risas el baño.

— Será mejor que volvamos o me ganaré otra semana más de castigo— sugerí y Brandon asintió— ¿Mañana nos vemos?

— Claro— Aiden volvió a unir nuestros labios por última vez— Hablamos a la noche.

Mi mellizo y yo salimos de aquel lugar y anduvimos por el pasillo. La mirada de Brandon comenzó a incomodarme, sabía que intentaba decirme algo pero no lograba que las palabras saliesen de su boca.

— ¿Qué?— lo frené y me crucé de brazos.

— Nada, nada— aleteó sus brazos y yo uní mis cejas.

— ¡Brandon!

— Es solo que— rodeó los ojos— Más le vale no jugar contigo o le tendré que partir la cara a él también.

Abrí mi boca sorprendida, dándole un golpecito en el antebrazo. Comenzamos a andar hasta llegar al aula de nuevo.
Sonreí inconscientemente al abrir la puerta, puede que aún esté un poco triste por aquellas palabras que me dedicó Brandon en la fiesta de la piscina, pero ver que sigue estando ahí para mi me hace pensar que solo ha sido un pequeño bache.

—Perdón Melody— sonreí al entrar— La cabeza no paraba de darme vueltas y pensaba que iba a vomitar.

— No te preocupes, ¿ahora estás mejor?— asentí y me sonrío de vuelta.

• •

Cerré la pantalla del portátil y lo tiré encima de la cama. Por fin había terminado aquel dichoso trabajo de economía que tanto me había llevado.

Miré la hora en la pantalla de mi móvil, tan sólo las ocho. Tenía una hora para prepararme y conducir hasta el Fosters, donde había quedado con mis amigos. Me senté en el tocador y realicé una trenza que comenzaba por la izquierda y recorría todo mi cabello, dejándola así caer por mi hombro derecho.
Coloqué una poco de rímel en mis pestañas y pinté mis labios con un gloss rojo.

— ¿Se puede?— preguntó Emily, dejándome ver un rostro de su cara por un lado de la puerta entreabierta.

— Si— apoyé la barra labial en el tocador y anduve hasta el armario, donde comencé a buscar una falda larga. Emily corrió hasta la cama y se tiró en esta— ¿Que tal los exámenes finales?

— Bien, mañana tengo el último— notaba como sus ojos estaban clavados en mi.

Conseguí encontrar aquella falda negra con flores que llegaba hasta mis tobillos y que se caracterizaba por un corte en la pierna derecha que alcanzaba a enseñar parte de mi pierna hasta la rodilla. Decidí combinarlo con un top blanco acompañado de una cazadora vaquera.

— ¿Que tal voy?— le pregunté a mi hermana mayor, mientras daba una vuelta frente ella.

— Eres guapísima Lotty— sonrió y provocó un sonrojo en mis mejillas.

— Me lo tomo como un te queda guay.

Cogí el bolso que estaba apoyado en el escritorio y metí dentro algunas cosas necesarias, para luego abrir la puerta del cuarto y andar hasta la planta baja.

— ¿Que tienes una cita con el señorito Bradley? — me siguió escaleras abajo.

— No— dije mientras me miraba en el espejo de la entrada y re colocaba un poco la falda — Voy a cenar con mis amigos.

— ¿A que hora vas a llegar?

— ¿Qué te pasa Em?— abrí despacio la puerta principal— ¿Falta mamá y papá una noche y ya te encargas de tomar las riendas?

— Ay déjate de tonterías, solo quiero saber si te debo esperar despierta o no— empezó a reírse.

— ¡Tal vez duerma fuera!— grité y corrí por el jardín, hasta llegar al Kia— ¡Avisa a Brandon de que cogí su coche!

— ¡Como se entere te matará!— gritó desde la entrada.

— ¡Correré ese riesgo!

• • •

— Buenas noches— saludó Hunter al camarero que atendía a la barra— Habíamos encargado unas pizzas para llevar.

— Buenas noches, ¿podría decirme el nombre de la reserva?

— Creo que lo reservé a mi nombre, Hunter.

— Oh si, ya veo— observó en la pantalla del ordenador— Dos de pepperoni y una de barbacoa, ¿todas familiares?

— Correcto— dio unos golpecitos en la mesa y el camarero rió.

— Enseguida os las traemos, podéis esperar en aquellos asientos.

Corrí a sentarme junto a Jo, quien no podía sostenerse en pie, aquella chica estaba realmente cansada.

— Espero no dormirme en la playa.

— Ojalá lo hagas— se burló Maggie — Así tendré más pizza para mi.

— Eres idiota— las tres reímos— Llevo durmiendo fatal toda la semana, todo por los exámenes.

— Y no hablemos de los trabajos de historia— asentí.

Hunter apareció en nuestro campo de visión con tres cajas de cartón y sus cejas unidas.

— ¿Podéis dejar de hablar de los estudios?— nos abrió la puerta del local y nos dejó pasar a las tres chicas primero— Vamos a tener una noche tranquila y fiestera.

— Esas dos palabras no combinan muy bien juntas—dijo Mags mientras cruzaba por el campo y el resto le seguíamos. Jo y yo nos reímos por el comentario de la rubia.

Caminamos durante unos diez minutos por la hierba hasta llegar a la playa. Estaba totalmente desierta, con suerte si tendríamos una velada tranquila. Los cuatro corrimos por toda la arena, disfrutando de los últimos rayos de sol y del viento pagando en nuestro cuerpo.

Parecía una noche de verano; el sol desaparecía  poco a poco de nuestra vista,el olor del mar entrando en nuestros orificios nasales, el tacto de la arena al rozar con nuestra piel... Rápidamente extendimos las toallas en círculo y nos repartimos un par de trozos de pizza.

— Quedan pocas semanas para el baile de navidad— soltó Maggie mientras se limpiaba un trozo de pepperoni, el cual sobresalía por la comisura del labio— Iremos juntos, ¿no?

— Si, por supuesto— Jo sonrió.

—Bueno, la señorita Miller ha de ir con su novio— las palabras de Hunter hicieron que me atragantase— Ya es oficial, ahora sois novios, ¿cierto?

— Si perdón, es solo que aún no me lo ha pedido.

— No creo que tarde mucho en hacerlo—la castaña me guiñó un ojo.

Maggie apoyó su porción en la toalla y se levantó con rapidez, haciendo un gesto raro con sus manos.

— Ya me lo puedo imaginar— dibujo la forma de un arcoíris— Bradley enamoradizo con miles de pancartas y millones de miradas posadas en Charlotte Miller— se le escapó una risa tonta— Nah, en verdad lo más probable es que te lo pida por mensaje— se volvió a sentar y abrí mi boca sorprendida.

Cogí un par de pequeñas piedras que formaban parte de la arena y se las lancé, cayendo directamente en la parte inferior de su pierna.

—Eres tonta— los cuatro amigos reímos— Supongo que está claro que vamos juntos, no creo que me lo pida, sería una tontería.

—No es ninguna tontería Lotty— se sobresaltó el moreno— Aunque ahora seáis novios tiene que seguir cuidando y valorando lo que tiene.

Sonreí en forma de respuesta y seguimos cenando.

• • •

Hunter y Maggie comenzaron a correr por toda la playa, mientras que la castaña y yo disfrutábamos de los últimos trozos de pizza.

— Jojo— capté la atención de la ojiazul, quien mantenía su mirada en el dúo dinámico — ¿Has hablado algo con Brandon?

— ¿Que?— unió nuestros ojos.

— Ya sabes por donde voy— suspiré— No hemos vuelto a hablar de ello.

Joshepine clavó la mirada en el mar, sin decir una palabra. Respiró hondo, supongo que pensativa, dejando que el aire hiciese que su pelo volara.

— ¿Me estás preguntando si lo he superado?— jugueteó con su cabello— Sinceramente Lotty, no lo sé.

Un silencio nos inundó, no sabía como comenzar estar conversación. Sabía que mi amiga estaba rota por dentro, era necesario tratar de hablar este tema, sino sería mucho peor para la castaña. Le di un tiempo para que encajase las palabras en su cabeza y sus emociones.

— A veces el amor que sientes hacia una persona no es correspondido— suspiró— Duele, pero no puedes hacer que las personas gusten de ti— miré atentamente a mi amiga, debía dejarla expresar sus sentimientos, esperar a que terminase de decirme como realmente se estaba sintiendo— ¿Alguna vez has sentido que no hay nadie que te ame? Es que siento como que tal vez estoy destinada a estar sola.

— Eso no es cierto Jo.

— No, espera— levantó su dedo índice y tragó saliva— Quiero ser amada, quiero volver a sentir lo que él me hizo sentir— suspiró— Pero es que sé que no voy a volver a encontrar a alguien como él y por más que lo intente no logro sacarlo de mi cabeza.

— Las cosas no son así, encontrarás a alguien mejor, porque te mereces a alguien que esté siempre para ti, alguien para quien seas su prioridad— apoyé el trozo de pizza en la caja de cartón y puse toda mi atención en la ojiazul— Te volverás a enamorar, e incluso a lo mejor te volverán a romper el corazón. Pero después de tanto sufrimiento encontrarás a esa persona, a la que de verdad sepa valorar lo que tiene.

— No puedes imaginar cuánto duele Charlotte, tú tienes a Aiden, pero tal vez yo nunca encuentre a nadie.

— Si lo harás.

— No, ¡No lo sabes!— unas lágrimas comenzaron a correr por las mejillas de la castaña. Rápidamente rodee a la ojiazul con mis brazos, abrazándola aún más fuerte— ¿Por qué duele tanto? Se supone que el amor no duele.

— No puedes dejar que esto te consuma Joshepine, te mereces a alguien mejor.

— Lo sé joder, pero no puedo dejar que mis sentimientos se esfumen como si nada, por más que lo intente.

Respiré hondo y dejé que Jo escondiese su rostro en mi hombro. Miré a Maggie y Hunter quienes se adentraban en el mar, probablemente consumidos por las risas, mientras que el corazón de la ojiazul seguía rompiéndose en pedazos.

— Jojo, escúchame— esta siguió con su cabeza apoyada, pero muy atenta a mis palabras— Te mereces que te quieran, así con todo lo que tienes y con todo lo que eres. Te mereces que te miren y te digan: me gustas así con todo tu universo. Incluso cuando hay cosas que no entiendo, o no me gusten, o que yo haría de forma diferente, así te acepto —suspiré— Eso es lo que te mereces y si Brandon no supo valorar eso cuando pudo él se lo pierde. Sé que ahora mismo estás palabras duelen, pero por desgracia es la realidad y aunque te destroce, nunca lo superarás sino comienzas a verlo.

La castaña no dijo nada, volvió a formar otro silencio entre las dos. Yo solo quería ayudar a mi amiga, pero no sabía como. Nunca había experimentado el amor, por lo menos hasta que Aiden me lo enseñó.

— ¿Sabes? Una vez leí que algunas personas están destinadas a enamorarse, pero no a estar juntas.

— Eso es una chorrada— bufó, mientras apoyaba su cabeza encima de mis piernas y comenzaba a jugar con su larga melena— No tiene sentido, si están enamoradas pues que sean novios.

— Si tiene sentido Jojo, piénsalo— suspiré— Tú piénsalo.

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