𝐬𝐞𝐯𝐞𝐧
[7] 𝐦𝐚𝐬 𝐟𝐢𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐲 𝐦𝐚𝐬 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐨𝐬
— Es que no entiendo por qué tenemos que tener Mates a primera hora— se quejó Maggie mientras cerraba su taquilla.
— Suerte que escogí griego— Hunter se apoyó en los lockers.
La sirena anunció el comienzo de las clases, mientras que los tres mosqueteros nos quedamos esperando, unos cinco minutos, a que Joshepine se dignase a aparecer por la puerta del instituto.
— ¡Mis disculpas!— gritó sofocada.
Jo agarró de la mano a Hunter y lo tiró hasta llegar al departamento de griego. Maggie y yo nos miramos, sin poder evitar una risa tonta.
Nuestras miradas se juntaron al percatarse de la hora que era— Mierda— nos quejamos al unisono. Corrimos por todo el pasillo hasta ver esa puerta de color grisáceo que tanto odiábamos.
— Abre tú.
— ¿ Por qué yo?
— Oh vamos Lotty, tú por lo menos apruebas su materia— dijo mientras sujetaba sus libros entre los brazos— A mi me odia, aunque sabemos que es mutuo.
— Está bien— reí.
Abrí la puerta para ver a Trinnity apoyada en su mesa, con esa melena que parecía más un matojo que una cabellera. Cabizbaja intenté sacar mis mejores dotes de las clases de interpretación.
— Perdónenos señorita Smith— Maggie se posicionó a mi lado— El coche se nos estropeó y tuvimos que venir corriendo.
— Bueno— se colocó las gafas— La clase empezó hace cinco minutos.
— Sí, lo sabemos— dijimos a unisono, uniendo nuestras miradas.
— Espero que no vuelva a pasar.
Las dos asentimos y corrimos hacia nuestra mesa, entre risas, la cual está situada por el medio del aula.
— Eh ch— escuché detrás de mi— Charlie.
Me giré para ver a Brooke con su melena caoba, una chica que no destaca en el instituto por su popularidad, si no por sus brillantes notas.
— Me han pasado esta nota— hizo un gesto con la cabeza hacia atrás, provocando que mi mirada tropezase con la de Aiden.
— Gracias— sonreí, mientras cogía la nota que me estaba pasando por debajo de la mesa.
Coloqué esta en mi estuche y la abrí con cuidado.
╚𝙏𝙚 𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙤 𝙙𝙚𝙨𝙥𝙪é𝙨 𝙙𝙚𝙡 𝙖𝙡𝙢𝙪𝙚𝙧𝙯𝙤 𝙚𝙣 𝙚𝙡 𝙥𝙧𝙠𝙞𝙣.
— 𝘼.𝘽
Volví a girarme para ver a Aiden con una sonrisa dibujada en su cara. Negué con la cabeza y puse toda mi atención de vuelta en Trinity.
• • •
— Jaque— Hunter puso la mano sobre la mesa del comedor — Mate señorita— Jo unió sus cejas frustrada.
— Eso es trampa— se quejó la castaña — Copiaste en el examen.
— Ahora dilo sin llorar— Hunter le dió un bocado a la hamburguesa.
— ¿Podéis dejar de competir por la mejor nota? — dije entre risas sin quitar la mirada de la mesa del fondo.
— ¿Y tu puedes dejar de comer a Bradley con la mirada?— se burló Jo, quien estaba en frente a mi, y Hunter le siguió la broma.
— Deberías cambiar tus bragas, deben estar un poco húmedas.
— ¡Hunter!— le azoté en la nuca.
— Esa dolió— se rascó la parte dolorida.
Volví mi mirada al grupo del fondo y vi que Aiden también tenía aquellos ojos claros y verdosos apuntando hacia mi, con una sonrisa dibujada en su rostro.
— Maggie— soltó Hunter captando mi atención — ¿Dónde te habías metido?
— No me vais a creer— dijo mientras se sentaba al lado de Jo— He conseguido que nos inviten a la gran fiesta del año.
—¿Pero esa no había sido la de Aiden? — Jo elevó sus cejas, confusa.
— Ni por asomo querida— Maggie negó con la cabeza.
— Venga, sueltalo ya.
— Acercaros — todos aproximamos nuestras cabezas hacia el centro de la mesa— La fiesta de la piscina.
— No me jodas señorita Maggie — Hunter se rió chocando las cinco con esta —Lo has conseguido.
— ¿De que coño habláis? — soltamos Jo y yo desconcertadas.
— Chicas por favor— se quejó Hunter— La fiesta de la piscina.
— No estoy sorda Thompson— solté y este rodeó sus ojos.
— Es la fiesta que organizan todos los años en la piscina del pueblo— susurró Maggie — Solo puedes asistir con la invitación de Chase Brown o Jasmine Martin.
— Y nadie sabe la hora ni el día hasta dos horas antes de que ocurra — le siguió Hunter.
— Y lo mejor de todo es la adrenalina— Maggie nos miró a cada uno — La adrenalina al escapar de los policías.
—Ah no — Jo se levantó de la mesa recogiendo el bolso que estaba apoyado en la silla — No pienso hacer cosas ilegales.
— Venga Joshepine— Maggie se levantó persiguiéndola por todo el comedor.
Las vi desaparecer por la puerta del comedor, pero mi intuición me decía que esa discusión no iba a parar hasta que Jo accediese.
— Pues se ve que ahora somos criminales — le dije a Hunter mientras miraba mi reloj.
— Solo diversión Charlie— suspiró — Diversión.
• • •
Cerré la puerta de mi taquilla y miré la hora en mi reloj. Las tres y media, a esta hora todos los alumnos deberían estar de camino a sus casas.
Fui corriendo hacia la puerta principal con una sonrisa, la abrí y allí lo vi, de espaldas y apoyado en la puerta de su coche. Su pelo brillaba con los rayos del sol, mientras que aquella camiseta sin mangas hacía relucir sus brazos.
— Aiden— susurré.Bradley se dió la vuelta y enseguida una sonrisa se dibujo en su rostro.
— Pensé que no ibas a venir.
— Bueno solo me atrasé unos minutos — sonreí.
— ¿Estas lista?— me preguntó mientras abría la puerta del copiloto.
— ¿Lista para qué?
— Te va a encantar— arrancó el coche y los dos reímos.
• • •
— ¡Dennys! — dije entusiasmada. Me bajé del coche, observando como Aiden acariciaba su nuca.
— Siempre veníamos aqui de pequeños — nuestras miradas se juntaron— Es de los mejores sitios de Dearborn.
Entramos en la hamburguesería y una chica en patines nos acompañó hasta la mesa.
— Algunas veces venimos los chicos a cenar — dijo mientras cada uno miraba su carta.
— Está bien no perder costumbres.
— Queridos— nos saludó una dependienta que rozaría los cincuenta años — ¿qué vais a querer?
— Yo no tengo mucha hambre — Aiden cogió mi carta y junto a la suya se la entregó a la camarera— Ponme una hamburguesa especial con mayonesa, patatas grandes y un batido de fresa.
— Sin apetito— bromeó la señora y no pude evitar reir— ¿ Y tú guapa?
— Yo tengo mucha hambre así que ponme un Nestea por favor— las dos reímos.
— Perfecto— anotó los pedidos en la pequeña libreta y se fue directa a la cocina.
• • •
— No me robes la comida— se quejó Aiden. Hice caso omiso a sus palabras y cogí una patata de su plato para llevarla a mi boca— Me las pagarás pequeña Miller— dijo y los dos reímos
— Tienes que aprender a compartir Bradley — sus ojos se clavaron en mi con un rostro neutro — ¿Qué ?
— No me llames así— soltó comiendo otra patata, con una sonrisa en su rostro — Me gusta que me llames Aiden.
— Me vuelves loca— dije mientras veía como la camarera se acercaba a nuestra mesa con el batido. La señora lo depositó y le dimos las gracias.
— ¿Por qué?— me preguntó. Aiden colocó dos pajitas en el vaso para compartir el batido.
— Nunca sé realmente lo que quieres— di un sorbo— Dios está riquísimo, se me había olvidado el sabor de esta fantasía— El ojiverde rió.
— Lo siento por ser tan indescifrable.
— Un defecto de los Bradley, ¿no? — los dos reímos.
• • •
Miré el reloj y vi que eran casi las seis de la tarde. Aiden estaba en la barra intentando que algún trabajador le atendiese y así poder cobrarle. Cogí mi telefono y le envié un mensaje a mis padres diciéndoles que estaba de camino a casa.
— Bien preciosa— Bradley se acercó hacia la mesa— ¿ Nos vamos?
— Si— dije sonrojada.
Aiden me abrió la puerta del local y se lo agradecí. Nos montamos en el Jeep y nos dirigimos hacia nuestra urbanización. Durante todo el trayecto estuvimos riéndonos de antiguas anécdotas, y sobre todo de las estupideces que a veces Bradley hacía.
El castaño estacionó el coche en frente a mi casa.
— Me ha encantado pasar la tarde contigo— dijo sin apartar la mirada.
—A mi también, ha estado guay— sonreí.
— ¡Hey tortolos!— una voz gritó desde fuera.
Los dos bajamos del coche. Vimos a Brandon y Cedric tumbados en las hamacas del jardín principal de la casa del moreno.
— Bueno — dije evitando las bromas que gritaba mi hermano desde el jardín de los Wilson— Espero repetir pronto.
— Yo tambien Lotty.
Sonreí como una tonta y corrí a refugiarme en casa.
• • •
— Adelante— dije en cuanto escuché que alguien llamaba a la puerta de mi habitación.
Cerré la tapa del ordenador y me recoloqué en la cama.
— Charlie— sonreí al ver que era Emily—Me ha dicho un pajarito que hoy has tenido una cita— mi hermana mayor se acomodó junto a mi en la cama.
— No ha sido una cita— reí— Más bien una tarde de amigos— Emily me miró picarona, con sus ojos saltones.
— ¿Y ha sido una tarde de amigos con el amigo guapo del otro día?— reí por su pregunta— Con el mismísimo Aiden Bradley.
— Enserio Em— dije mientras nos acomodábamos— Cuando tenga mi primera cita, tú serás la primera en saberlo.
Emily me abrazó y podía notar su sonrisa calurosa aunque no la estuviese viendo.
— ¿ Vemos una película ?— sugirió.
— ¡Noche de hermanas!— gritamos al unísono.
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