𝐨𝐧𝐞
[1] 𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨 𝐢𝐧𝐯𝐢𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐨 𝐧𝐢𝐧𝐠𝐮𝐧𝐚
— Mamá puedes decirle a Charlie que se de prisa —decía Brandon mientras ordenaba los libros en su mochila—Tengo examen a primera hora.
Abby, la jefa de esta familia, se acercó a mi y me dio un beso en la frente.
— Venga cariño, intenta comer más deprisa.
Yo giré la silla en la que estaba sentada mientras comía otra tortita de chocolate y le guiñé el ojo a mi mellizo.
— Mami, mami — gritaba Addison bajando las escaleras — se me olvidaba decirte que esta tarde voy a comer a casa de Kyla.
— ¿ Y a quien le pediste permiso señorita? — está se cruzó de brazos, Brandon y yo observábamos la escena expectantes.
— A papá — se rió — bueno, luego nos vemos que llegamos tarde a clase.
Addison salió de casa corriendo para montarse en el Kia de Brandon. Nos despedimos de nuestros padres con un buena mañana papá y mamá, y nada más salir de casa le pregunté a mi hermano si me dejaba conducir a mi. Pero su respuesta fue simple, No, hacía ya unos meses que había aprobado el examen de conducir pero mi familia solo me dejaba conducir el ford antiguo, algo que me daba vergüenza dado al cochazo que le habían regalado a Brandon.
— Brandon, llegará el día en el que compartiremos el coche — le dije mientras me sentaba en la parte del copiloto.
— Si, pero mientras yo tenga el poder voy a aprovecharlo.
— ¡No es justo! — me crucé de brazos— Tenemos la misma edad, no deberías ser tu el privilegiado.
— Te recuerdo que soy mayor que tú.
— ¡Por un par de minutos!
Addison y Connor se rieron desde la parte de atrás del Kio, yo me limité a fulminarlos con la mirada.
— Está bien — dije y puse la radio.
• • •
— ¿Escuchaste lo de la gran fiesta? — me preguntó Jo mientras las dos colocábamos nuestra bandeja de almuerzo sobre la mesa del comedor.
Joshepine Blake, también conocida como Jo, es mi mejor amiga desde que éramos pequeñas. Somos de esas pocas amistades que sobreviven al instituto, y aquí estamos, en nuestro último año.
— No, ¿de que fiesta hablas? — la ensaladilla de hoy estaba asquerosa y no pude evitar hacer una mueca que causó una risa tonta en mi amiga.
— De la fiesta de 18 años de Aiden Bradley — susurró — dicen que solo puedes entrar con invitación y que va a ser la mejor fiesta de todo el año.
— Que guay — dije con sarcasmo mientras jugaba con mi comida, no tenía ganas de seguir comiendo aquella ensaladilla.
— Lotty por favor, tenemos que conseguir que nos invite— me puso aquellos ojos de cordero, sabía lo que pretendía.
— ¡Oh no!, Jo no pienso pedirle entradas para esa estúpida fiesta de Bradley.
—Por favor, sois amigos, lo tienes súper facil.
—Éramos— corregí— Y eso fue cuando yo tenía siete años.
Miré a mi amiga, mientras esta ponía sus manos encima de las mias, estaba perdida, iba a hacerlo quisiese o no.
— Está bien, lo haré. — Jo se alegró, se levantó de su asiento y me abrazó súper fuerte.
Visualicé a mi hermano y a su pandilla al fondo del comedor, como no, rodeado de animadoras.
— Míralos, allí los tienes— me dice— deberías aprovechar ahora — le miré sorprendida, negué con la cabeza e intenté seguir comiendo la ensaladilla— Venga Lotty, ahora o nunca.
— ¿De que habláis? — preguntó Hunter mientras se sentaba con nosotras.
Hunter Thompson, un adolescente un poco peculiar. Nosotros tres podríamos ser llamados el trio de oro, inseparables o alguna mierda de esa. Pero aún falta una más en este grupo, Maggie Mitchell, la que hace que este grupo siga en pie, se podría considerar una líder.
— Lotty va a pedirle entradas a Bradley para su fiesta — le comentó Jo.
— No jodas Charlotte, sería genial.
— Ves, consíguenos cuatro entradas y lo pasaremos genial.
Solté un Vale seco y me dirigí hacia mi hermano y sus amigos. Estos estaban ligando con las animadoras como de costumbre, Brandon siempre ha sido un chico que le gusta conservar su físico en buen estado y estar en la cúspide de la popularidad, a diferencia de mi que siempre ha querido pasar desapercibida.
— Hey — dije sin ganas y mi hermano me devolvió el saludo — ¿que tal el examen de hoy?
— Bien — en la cara de Brandon se veía desconcierto, y no me extraña, nunca nos hemos dirigido la palabra en el instituto — Oye dime, ¿que necesitas?
Suspiré, joder no están difícil, pero no me salen las palabras.
— Bueno, me preguntaba si Bradley me podría dar tres entradas para su fiesta — Aiden quitó su mirada de la animadora que estaba sentada en sus piernas y me escaneó de arriba a abajo, nos conocíamos desde pequeños pero claro el orgullo de chico malo de instituto siempre debe estar presente.
— ¿No sois cuatro en tu grupito? — Me preguntó Aiden.
— Si, pero yo no tengo la intención de ir — dije y volví mi mirada a mi hermano — ¿Entonces?
— No es mi fiesta Charlie, es él quien decide.
Suspiré e hice una sonrisa forzada. Mis amigos iban a tener que devolverme esto con un gran favor. El ojiverde le hizo un amago a la chica para que se apartara y esta se sentó a su lado.
— ¿Por qué no ibas a querer venir a una fiesta? — me preguntó mientras jugaba con el anillo de su dedo, pero mantenía la mirada clavada en mi.
— Oh venga Aiden, dale las malditas entradas ya que nos está molestando su presencia— soltó la animadora de pelo oscuro.
Aquella respuesta me sorprendió bastante, sabía de costumbre que las animadoras solo se relacionaban con jugadores de fútbol y entre ellas, pero este nivel de poco respeto no me lo esperaba.
— Clarisa creo que es mejor que os vayáis — dijo mi hermano, refiriéndose a ella y las animadoras.
Ellas indignadas lo hicieron, dejándome sola con Brandon y los amigos de este. Giré mi cabeza para ver a mis amigos en aquella mesa solitaria, estos al igual que yo estaban desconcertados.
— ¿Me acaba de llamar Aiden? — le preguntó sarcástico a Brandon. Este asintió y al igual que mi mellizo los dos reímos — Pues bien Charlie, o venís los cuatro o no te doy entradas.
— Genial, pues no iremos — dije y Bradley se sorprendió, no debía ser la respuesta que se esperaba. Harta de la situación me fui de allí.
—¿Y bien?— preguntaron los dos a unísono.
— No me han dado las entradas— dije y seguí comiendo la ensaladilla.
Hunter y Jo se miraron sorprendidos, pero prefirieron seguir comiendo y no darle más vueltas.
• • •
El timbre del instituto anunciaba el final de clases de esta mañana. Mi última materia había sido Historia del arte, una de las cuales compartía con Hunter.
— Joder el profesor es un pesado — dijo mientras colocaba los libros en su taquilla, la cual estaba al lado de la mía.
— Ya te digo — le contesté— No me gusta nada como explica.
— Ni a mi.
Unos brazos nos acurrucaban a Hunter y a mi, acompañado de una dulce voz.
— Bueno chicos — dijo Maggie — Me debéis una muy grande— nosotros dos nos giramos y sonreímos, esta mujer siempre nos sorprende.
— A ver, muéstranos, cuál es el plan de fiesta de este finde— dijo él.
—La fiesta de Aiden Bradley— soltó mientras olía con chulería cuatro entradas.
Hunter la abrazó muy fuerte mientras gritaba de alegría, a diferencia de mi que simplemente cerraba mi taquilla.
— Hey cariño — dijo Maggie mientras me tocaba el hombro — ¿y ese poco entusiasmo?
— Veras, te agradezco el esfuerzo y que gastaras el dinero en nosotros pero conmigo no cuentes— solté— yo no voy a ir.
— Ay chica, que pocas ganas le pones — dijo mientras reía con Hunter— Además me las dio el propio Bradley, dijo que tú le habías pedido para nosotros.
Hunter, confuso, intentó decirme algo pero vi que mi hermano me había llamado cuatro veces.
— Chicos, lo siento, me tengo que ir — dije mientras corría hacia la puerta — ¡Lo hablamos a la noche por videollamada!
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