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𝐟𝐢𝐯𝐞








[5] 𝐫𝐮𝐦𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐲 𝐦𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫𝐚𝐬, ¿𝐨 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬?



— ¡Arriba!  — gritó una voz.

Mi cuerpo, sin ser consciente de la hora que era, cayó de la cama. Golpeando mi cabeza contra el suelo.

— Joder — mascullé.

— Venga Lotty son ya las dos de la tarde — dijo la dulce voz de Joshepine.

Abrí los ojos, viendo como la morena estaba apoyada en el marco de mi puerta, bebiendo de aquella taza llena de café.

— Podías haberme despertado con más cariño — dije mientras entraba al baño y me limpiaba la cara, quitando las legañas de mis ojos.

— Es lo que hay querida— encogió sus hombros— ¡Date prisa!

Gritó mientras bajaba las escaleras corriendo. Rodé los ojos y seguí sus pasos hasta la cocina, donde se encontraba toda mi familia.

— Buenos días dormilona— me besó la frente mi madre.

— Esta vez te ganó Brandon—  dijo mi padre con un tono burlón, mientras yo me sentaba en la banqueta.

Vi a mi hermano al otro lado de la isla central, con una sonrisa dibujada en su cara y levantando sus dedos con el símbolo de paz. Le devolví la sonrisa.

— ¿Qué tal la fiesta de anoche? — nos preguntó mamá mientras me servía el desayuno.

— Bien— me limité a decir, recordando todos los sucesos que ocurrieron hace un par de horas atrás. 

— ¿Es que no hubo ningún ligue? — preguntó picarona.

— Abby, deja a la niña vivir su adolescencia — soltó mi padre mientras leía el periódico.

— Bueno, la verdad — comencé a decir y clavé mi mirada en Joshepine, causando que las mejillas de esta se tornaran a un rojo pasión.

— Muchas gracias por el desayuno Abby — se apresuró a decir mi amiga, agarrando mi mano con todas sus fuerzas y arrastrándome fuera de la cocina — ¡Ha estado riquísimo! — gritó desde las escaleras.

— Pero yo no he disfrutado del mío — me quejé mientras entrábamos en mi habitación, de nuevo, con una tortita en mi mano derecha.

— No volverás a disfrutar de esas tortitas si mencionas lo de ayer— me miró con esos ojos saltones.

— ¿Qué hay de malo?— pregunté mientras me tiraba en la cama— Llevas pillada de Brandon mucho tiempo y por fin ha ocurrido algo.

— Tú hermano me dijo que lo de ayer fue solo un lío tonto— su expresión facial mostraba tristeza, e incluso con su dulce voz podía notar la decepción.

— Pues que hijo de puta— solté, mientras pasaba mi mano por los hombros de mi amiga, abrazándole fuerte.

— No, si tiene razón— comenzó a decir, con un tono carraspeado— Fui yo la que se hizo estupidas  ilusiones, simplemente nos liamos, bailamos y lo pasamos bien.

Notaba como el corazón de mi amiga iba a cien por hora, incluso como intentaba que sus lágrimas no salieran disparadas por sus ojos.

— Jo— susurré — Todos creíamos que eso iba a acabar de otra forma, por mucho que sea mi hermano no tiene el derecho a jugar contigo de esa manera.

— Bueno— empezó a jugar con sus pulseras — Al fin y al cabo ese grupito de populares nunca se juntaría con gente como nosotras.

Aquellas palabras me sumergieron en un mar de sentimientos y recuerdos. Ayer, hace un par de horas, tan solo dos chicos de ese grupito, como decía mi amiga, habían jugado conmigo también.

Jo me abrazó, intentando no llorar. Sé que lleva enamorada de mi hermano desde hace muchos años, y aunque intenta no mostrar demasiado sus sentimientos sé con certeza que esto de verdad le ha hecho daño.

— Está bien Jo, desahógate— le dije mientras esta escondía su cabeza entre mis piernas y comenzaba a llorar.

• • •

— Que rápido se me ha pasado el fin de semana — comentaba Maggie mientras intentaba que no se le cayesen los libros de entre las manos por todo el pasillo.

— ¡La fiesta del sábado fue una pasada!— le seguía Hunter mientras los cuatro caminábamos por el instituto, buscando nuestras taquillas.

Miré a Jo, quien tenía la cabeza cabizbaja.

— Las he visto mejores— Maggie dibujó una sonrisa picarona en su rostro.

— Bueno— interrumpí al dúo dinámico, intentando desviar el tema de aquella dichosa fiesta— ¿Tenéis algún plan preparado para este finde?

— ¡No me jodas Hunter! — gritó Maggie mientras abría su taquilla y guardaba los libros.

— Júramelo— soltó el chico de tez oscura, causando una risa tonta en Jo — Charlotte Miller se nos ha hecho una fiestera total.

— Callaros— dije entre risas, para luego dirigirnos hacía el pabellón.

Educación física era la única asignatura que compartíamos los cuatro, así que por lo menos tendríamos la oportunidad de quejarnos de aquella prueba de resistencia juntos.

• • •

La mañana transcurrió rápida, tanto que la clase de economía tan aburrida se me pasó volando. Eso sí, con las miradas de Finn acechando.

— Dicen que hoy han hecho espaguetis para el almuerzo— anunció emocionada Jo mientras ella, Maggie y yo caminábamos por el pasillo.

— Estará asqueroso como siempre— reí, pero a la morena no le faltaba razón. La comida del instituto no es que estuviese muy rica.

Esperamos, con la bandeja en nuestras manos, a que aquella señora tan agradable nos sirviese la comida como cada día.

— Lotty, tú siempre con animadores — dijo Maggie, mientras nos sentábamos en una mesa.

Una vez apoyé la bandeja en aquel tablero, giré la cabeza hacía donde mi amiga estaba señalando con el dedo, visualizando el grupo de mi hermano. Parece ser que a Finn Anderson no le bastaba con incomodarme en la clase de economía sino que también ahora lo tenía que hacer a la hora de la comida.

Ninguno de los dos había apartado la mirada, hasta que una animadora se sentó a su lado y empezó a coquetear con él, jugando así con su pelo. Ahí aparté yo la mirada, sintiendo un hormigueo en la zona del estómago.

— Estos chicos no saben controlar su polla — soltó Maggie, metiendo un bocado grande de espaguetis en la boca.

— Por favor, aprende a comer — se quejó Jo, y las tres reímos.

— Chicas — Hunter apareció con la cara descompuesta, como si hubiese visto un fantasma— ¿Habéis escuchado lo que se va diciendo por ahi?

— No, ¿ De que hablas ? — preguntó Jo.

— Se dice que Daisy Harris podría estar preñada.

Aquel nombre iluminó mi cerebro por completo, Daisy. Había escuchado ese nombre en la fiesta del sabado, y si mi memoria no fallaba se trataba de aquella chica con demasiado alcohol en su cuerpo.

— No jodas— susurró Maggie— ¿ Y quién es el padre?

— Bueno — suspiró Hunter.

— Venga, suéltalo ya.

El moreno clavó su mirada en mi, con aquellos ojos que trasmitían pena y dolor.

— Lotty, lo siento — empezó a decir, sabía como seguía esto — Dicen que fue tu hermano.

Me quedé impactada durante unos segundos, con las manos de Jo acariciando mi hombro.

— Solo son rumores Lotty — intentó animarme.

Pero haciendo oídos sordos a mis amigos, me levanté de aquella mesa y fui directa hacia el dichoso grupo de mi hermano, el cual se encontraba al fondo del comedor, junto al gran ventanal.

— ¡Brandon Miller! — grité captando la atención de los adolescentes.

Al llegar a donde ellos se encontraban, apoyé mis manos en la mesa, haciendo que todos allí clavaran sus miradas en mí.

— ¿Qué ocurre hermanita? — dijo con una dulce voz.

— No me vengas con esas estúpido.

— Charlotte, cálmate — Finn intentó tocar mi mano, pero enseguida la aparté.

— Y tú manten tu boca cerrada — le señalé.

— La niña está rebelde — soltó Aiden, quien tenía sus pies encima de la mesa.

— No pensabas así la otra noche— le devolví con una sonrisa vacilona. Este se quedó callado y siguió hablando con la chica que tenía al lado.

— Callad todos— dijo mi hermano, supongo que harto del dramatismo — ¿Qué coño te ocurre Charlie?

— No sé dímelo tú, ¿Será niño o niña?.

Brandon negó con la cabeza y rápidamente agarró mi mano, demasiado fuerte, y me arrastró hasta los baños de chicos.

— Brandon— me quejé, mientras caminábamos por los pasillos— Me estás haciendo daño en la mano— este se giró y se dio cuenta de la gran fuerza que estaba ejerciendo sobre mi.

— Lo siento— se disculpó, cerrando detrás de él la puerta de los lavabos— Oye, escúchame, no sé como cojones te has enterado de esto, pero Daisy va a abortar esta tarde.

— Así que es verdad— solté sorprendida y un poco decepcionada.

— Ni si quiera sé si el feto que lleva dentro es mío, ella dice que si— suspiró y frotó su cara con las manos— pero esa tía esta cada día con uno distinto— durante un par de segundos se hizo un silencio— Mira, fue hace una par de semanas, un error— comenzó a decir mientras se agarraba del pelo— El condón debió romperse y ella no paraba de vomitar.

— Dios mio— me apoyé en la encimera del lavabo — ¡Es que no puedes mantener tu miembro fuera de los agujeros ni un puto dia!

— Joder Lotty no tienes ni puta idea de esto— soltó con la respiración agitada— Soy yo el que podría ser padre a los 17, arruinando dos vidas.

No le dí importancia a la forma en que me acababa de decir eso, así que desvié el tema hacia el aborto de esta.

— Deberías acompañarla— me senté en el suelo— No es algo fácil y agradecerá tu apoyo, sea o no tu bebé.

— Si, supongo— copió mi acción y apoyé mi cabeza en su hombro.

— Solo es un gran bache que tenéis que solucionar.

— Por favor— juntamos nuestras miradas — No se lo digas a mamá, ni a nadie.

— Brandon, el rumor está por toda la escuela.

— Lo sé joder— se levantó otra vez— Tú solo — respiró— no lo cuentes, ¿vale?— miré a mi hermano incrédula por su actitud y asentí.
— Prométemelo Charlie— se agachó, doblando sus rodillas, provocando que nuestras miradas estuviesen a la misma altura.

— Si, no te preocupes.

— Dilo.

— Lo prometo Brandon.

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