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Aunque aceptó verse de nuevo en lugar a la misma hora, olvidó un pequeño detalle.

Estaba tan emocionado por su primera experiencia conociendo a alguien de la superficie que no tenía tiempo para recordar que al día siguiente sí tenía clase por la mañana, por lo que no podría llegar a tiempo.

Estaba en su pupitre algo angustiado. No había dormido nada pensando en qué excusa poner para irse en mitad de la clase, por eso las ojeras se hacían notar en su rostro.

Sus largos dedos daban leves golpecitos en la mesa con desespero mientras miraba con impaciencia el reloj situado en la pared, justo encima de donde se ponía Siyeon para dar sus clases.

Ya habían pasado 10 minutos desde la hora acordada, y no sabía si Taehyun ya había llegado o no. Admite que él no es muy puntual, pero no quería darle esa impresión a alguien de la superficie.

Por favor, Poseidón, si existes haz que ocurra algo para poder irme.

-...El Atlántico dejó de lado la idea de invadir territorios y empezó a desarrollarse como civilización, formando lo que hoy en día conocemos como la ciudad de Atlántida, considerada la principal potencia del mar desde que grandes empresas se establecieron allí -explicaba Siyeon.

Por mucho que Beomgyu no quisiera estar ahí en ese preciso momento, no pudo evitar participar en la clase.

Levantó la mano y habló cuando Siyeon le dió la palabra-. Noona, ¿no podría usted ir a trabajar a Atlántida? Seguro que hay muchas escuelas.

Siyeon sonrió con ternura por la propuesta. Le gustaba que el menor siguiera preocupándose por sus intereses aún si ya habían dejado el tema aclarado-. Me temo que no va a ser posible.

-¿Por qué no? Te irás muy lejos y podré quedarme con tu habitación~ -interrumpió Yeonjun.

-Nuestro sistema está más o menos adaptado a las condiciones de la costa. Difícilmente podríamos pasar un día en mar abierto, es demasiado frío para nosotros y las ciudades se encuentran en lugares muy profundos -después de aclarar eso, Siyeon le lanzó el borrador a Yeonjun-. ¡Mi habitación sería para Yubin!

La animada escena donde Yuna los observaba y Beomgyu reía por las quejas Yeonjun al ser golpeado fue interrumpida cuando el mensajero del pueblo marino irrumpió en la clase.

-Señorita Siyeon, el alcalde Jung quiere seguir negociando con usted.

-Oh, pensé que ya habíamos terminado-Siyeon volteó a ver a sus 3 alumnos-. Lo siento chicos, la clase tendrá que posponerse para más tarde.

¡¡Gracias Poseidón, no creo en tí, pero prometo rezarte alguna vez!!

Beomgyu fue el primero en salir apresuradamente del aula-. ¡Hasta luegooo!

-¿A dónde va tan rápido? -pensó Yeonjun en alto, siendo escuchado por Yuna.

-Tal vez tiene novia.

El peliazul frunció el ceño-. Tú eres la única chica de nuestra edad en el pueblo.

-Le gustarán maduritas y se fue con una de 40 -bromeó Siyeon mientras salía del aula-. ¡Que el último recoja y cierre la puerta!

Yeonjun puso una expresión de asco-. No sabía que a Gyu le iba ese rollo. Qué turbio.

Con esas palabras, Yuna solo rodó los ojos y salió rápidamente para no tener que ordenar, algo que Yeonjun notó.

-Shin Yuna, ¿no vas a ayudarme?

-No. Adiós.

Yeonjun se había quedado solo con la pequeña Yubin, que estaba muy concentrada dibujando algo.

Soltó un pequeño grito de frustración al ver la pizarra completamente escrita. Tardará mucho en borrar todo.

-Yubin, hermanita, ¿verdad que tú si vas a ayudar a tu querido Yeonjunnie?

-¡Ño!

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Ese día, Taehyun había amanecido como nunca antes.

Pudo conciliar el sueño fácilmente gracias al cansancio y el relajante sonido de la naturaleza, por lo que despertó sintiéndose como nuevo.

Esta vez se encontraba con mucha más energía, aunque empezó a dudar si lo ocurrido el día anterior era un sueño o no. Pero al ver la toalla que Soobin le había prestado en la silla supo que todo era real. Sin embargo, lo surrealista que fue el encuentro con ese tal Beomgyu le hacía pensar que no.

Aún así iría a comprobarlo, tenía mucho tiempo libre y no le importaba malgastarlo de esa forma. Por eso salió tranquilamente de la casa después de un buen desayuno hecho por su abuelita. Y aún sin estar completamente seguro sobre la existencia de Beomgyu, compró la pomada que prometió y esperó en el mismo muelle del encuentro.

Los primeros 5 minutos pasaron rápido. Luego empezaron a sentirse eternos a los 10, por lo que comenzó a juguetear con sus propios dedos hasta que ya casi había pasado media hora.

Taehyun empezaba a confirmar que había sido todo un sueño, y un pequeño puchero por la decepción se formó en sus labios. Pero cuando se levantó para irse, una voz lo interrumpió.

-¡¡E-esperaaa!!

Al escucharlo, giró rápidamente, encontrándose a Beomgyu en el agua con la respiración entrecortada, como si hubiera corrido una maratón.

Extrañamente se sintió muy aliviado al ver que Beomgyu sí era real. Se le hacía interesante haber interactuado con alguien tan extraño como él. Al menos ahora a sus futuros gatos podrá contarles sobre "Aquella vez que me encontré a un chico que no salía del agua". La historia de su vida tendría una parte interesante después de todo.

-B-buenos días -saludó Taehyun con timidez. Aunque el día de ayer le llegó a hablar lo suficientemente confiado como para pedir esa segunda reunión (culpa al cansancio de ello), Beomgyu seguía siendo un desconocido para él.

Luego de recuperar un poco el aliento, Beomgyu gritó: -¡Siento mucho la tardanza!

-No te preocupes, acabo de llegar -mintió para que no se sintiera mal.

Con eso, Beomgyu le regaló una gran sonrisa y miró con curiosidad la pequeña cajita que traía Taehyun-. ¿Esa es la cosa que nombraste?

-¿P-pomada? Sí. Es una apta para pieles sensibles que alivia el picor, y es resistente al agua, así que puedes usarla sin problema.

-Wow, pensaste en todo, qué lindo~

Las palabras del mayor avergonzaron mucho a Taehyun, quién intentó voltear discretamente para que el rubio no notara su rubor.

Solo debo ponerle la crema e irme, tú puedes, Taehyun, se alentó a sí mismo para calmarse un poco. Aunque no conoce a Beomgyu, sabe que no es una mala persona, es fácil deducirlo con solo verlo. Por eso pensó que tal vez no debería actuar extremadamente reservado como suele hacer en Seúl.

Con eso en mente, Taehyun se llenó de valor y le tendió la mano. A diferencia de la última vez, Beomgyu la tomó sin cuestionar y sin rasgo de confusión en su rostro. Taehyun no pudo evitar pensar en que parecía un perrito cuando le indicaban que le dieran la patita, y eso le hizo sonreír de manera involuntaria.

Lo acercó un poco más a él y le remangó. Se sintió muy culpable de nuevo al ver que las marcas que había dejado en el brazo de Beomgyu se veían peor que el día anterior.

Soy un bruto, ah...

-Si te duele me avisas -dijo, y Beomgyu asintió. No quería hacerle más daño.

Abrió la pomada y aplicó un poco por la zona afectada, usando la otra mano para expandirla.

Aunque ya lo había notado, ahora que se encuentra más despierto no pudo evitar sorprenderse en silencio por lo suave que era la piel de Beomgyu, además de la palidez, una que no parecía señal de mala salud, si no algo natural. Y con solo tocarla, sabía que era muy delicada. Se sentía muy diferente a la piel normal, daba la sensación de que se podría romper en cualquier momento. Ahora entendía lo que había dicho Beomgyu de que al mínimo toque puede parecer que le golpearon. Por eso intentó ser lo más delicado posible.

Una vez finalizó, alzó la mirada notando como Beomgyu observaba con curiosidad la zona donde le aplicó la crema.

Taehyun se percató que el rubio tenía pestañas largas, y sin querer empezó a buscar inexistentes imperfecciones en Beomgyu. El chico era demasiado lindo para ser real. Incluso con esas grandes ojeras bajo sus hermosos ojos se veía bien.

Taehyun empezaba a pensar que provenía de otro planeta, pero luego recordó que los primos que conoció ayer también eran muy hermosos. Definitivamente la belleza debía ser algo común en esa isla, su abuela no mintió al decir que los jóvenes de ahí son guapos.

Negó frenéticamente con la cabeza para eliminar todos esos pensamientos y le entregó la pomada a Beomgyu-. P-puedes quedártelo, aplícatelo hasta que las marcas desaparezcan.

Beomgyu miró el pequeño bote en sus manitas y alzó la vista para preguntar algo-. Uhm... Taehyun, ¿esto sirve para tratar la piel dañada por químicos?

-P-pues no sabría decirte, depende de qué tan dañada esté la piel.

Beomgyu miró al agua pensativo y algo tímido para luego regresar su atención a Taehyun-. Tengo un ejemplo de cómo es, pero por favor, no digas nada al respecto.

El menor asintió confundido, y lo que pasó después lo dejó aún más confundido a la vez que sorprendido.

Beomgyu había "salido" del agua, sentándose en el borde del muelle pero dejando sus pies en remojo.

Empezó a levantar un poco la camisa holgada que traía, dejando al descubierto parte de su abdomen, y Taehyun apartó la mirada con vergüenza. Soy un adolescente hormonal, Beomgyu, ¡ten piedad!

-Es algo así -dijo el rubio señalando a la parte izquierda de su propia cintura.

Al escuchar que estaba hablando completamente en serio, Taehyun dejó de lado su retorcida mente malpensada y echó un leve vistazo.

Lo que vió le causó pena.

Beomgyu tenía una mancha completamente negra en el lugar señalado. La vergüenza de hace un momento fue reemplazada por preocupación, era la primera vez que veía algo así.

Movido por su curiosidad, se agachó y se acercó un poco al rubio para observarlo bien. El químico que le haya afectado debió ser muy fuerte para dejar la piel en ese negro tan intenso.

Con la atenta mirada del castaño sobre la zona, Beomgyu se bajó la camisa algo avergonzado. Esa mancha era su mayor inseguridad y siempre evitaba mostrarla. Pero en ese momento era necesario, necesitaba algún tratamiento para ello urgentemente.

-N-no sé si la crema p-podría funcionar con... eso. Pero puedes intentarlo -propuso Taehyun tartamudeando. Recién se había percatado de la cercanía.

Beomgyu se desanimó notoriamente y volvió a tirarse al mar.

Su expresión cambió al acordarse de algo. Sacó un billete de su bolsillo y se lo entregó a Taehyun.

-Toma, para pagar la pomada. No tengo ni idea de cuánto costó, espero que sea suficiente -dijo con un tono amable.

Taehyun negó-. No es necesario, se supone que la compré para compensar que gastaras tu tiempo en salvarle la vida a alguien como yo.

Beomgyu frunció el ceño-. ¡Oye, no lo digas así! ¡No considero que salvarte fuera una pérdida de tiempo! -finalizó con un puchero enojado.

El menor se sentía regañado, no sabía qué responder-. L-lo... ¿siento? -soltó.

-Como sea, ¿estás seguro que no lo vas a tomar? -preguntó el rubio refiriéndose al dinero, a lo que Taehyun asintió-. ¡Gracias! -sonrió.

Taehyun hizo una reverencia. Ya había cumplido, no tenía porqué seguir ahí y se pondría muy incómodo si sacara algún otro tema de conversación-. Debo irme ya -avisó y empezó a caminar hacia las escaleras.

-¡Esperaaa! -gritó Beomgyu lo más rápido que pudo mientras alzaba una mano en señal de que no se fuera todavía-. ¡Seamos amigos, veámonos de nuevo! ¡¡Tengo muchas cosas que preguntarte!! -soltó sin filtro alguno y tapó su boca al darse cuenta de sus palabras. Eso estaba mal, ni siquiera debería estar allí, pero sus verdaderos sentimientos hablaron por él.

Taehyun, confundido ante el repentino entusiasmo del mayor, preguntó: -¿Q-qué quieres saber exactamente?

Parece que la pregunta alegró muchísimo a Beomgyu, pues sus ojitos se iluminaron. El rubio ignoró la culpabilidad por romper las normas del pueblo y decidió dejarse llevar por el momento. Por una vez que quisiera ser egoísta no iba a pasar nada.

-¡Todo! Llevo años viviendo en el mar y casi no sé nada sobre la superficie. ¡Quiero que me cuentes de todo un poco!

Taehyun se decepcionó con esa respuesta. Pensó que la curiosidad del mayor era por él, no por cómo es vivir en tierra. Aunque entiende que sea así, después de todo él no se considera una persona interesante.

Aún con esa decepción, aceptó la petición del rubio. Tal vez fue por el gran entusiasmo de este o por sus ojitos insistentes, pero Taehyun no pudo negarle. De todos modos Beomgyu se le hacía una persona agradable, así que aprovechará la situación para dejar un poco la timidez y poder establecer una amistad con él. Lo mismo va para aquellos dos jóvenes que casi lo atropellan.

Durante su estancia en Udo intentará cambiar a mejor, hará un esfuerzo para volverse más confiado y sociable.

Con personas como ellos sería fácil. Y si lo consigue, Hueningkai estará muy orgulloso de él. Tal vez incluso le de algunos cumplidos, ¿quién no querría halagos de la persona que ama?

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Beomgyu abrió la puerta de su hogar apresuradamente-. ¡Mamá!

-Oh, Beommie, hoy llegaste temprano, ¿cancelaron las clases? -preguntó Jisoo con una sonrisa, estaba recogiendo el salón antes de que llegara el menor.

-Algo así -Beomgyu se acercó a ella y le bajó un poco la camisa por la zona del cuello.

Sin decir nada y dejando a la mayor confundida, Beomgyu intentó imitar la delicadeza de Taehyun para poner y extender la pomada por la gran mancha negra que tenía Jisoo en la zona de la clavícula, y repitió lo mismo pero en la otra mancha que tiene bajo el ojo derecho, que es la más preocupante pues le estaba quitando la visión en ese ojo.

-¿Qué es eso? -preguntó la mayor. Lo que sea que le haya puesto Beomgyu le daba una agradable sensación de frescor.

-Cremita. No te puedo garantizar que funcione, pero no perdemos nada por intentarlo -respondió Beomgyu.

Sí, le preguntó a Taehyun si servía solo para usarlo con Jisoo, no con él. La piel infectada de Jisoo era más preocupante que la suya. Temía que se extendiera y que la mayor entrara en un estado crítico, así como la mamá de Yuna, quien tiene ambas piernas infectadas por completo y perdió la movilidad de estas.

No quería que Jisoo sea parte de esos adultos en estado crítico, odiaba pensar en que podría perderla si su infección empeoraba. Después de todo es su única "familia".

-¿De dónde lo sacaste?

-Mmmh, lo encontré entre las piedras del muelle, y al leerlo vi que es para la piel, aunque no estoy seguro si funcione con esto -mintió. No podría decirle que se lo dió alguien de la superficie.

Jisoo abrazó a Beomgyu con cuidado-. ¿Ya te dije que eres un renacuajo adorable?

-¡Me lo repites constantemente! Espero que no me digas renacuajo cuando sea mayor.

-¡Siempre serás un renacuajo para mí!

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