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Beomgyu le explicó brevemente a Yeonjun sobre cómo conoció a Taehyun, sin mencionar el detallito de que se volverían a ver. Confiaba en el mayor, pero no piensa decirle nada hasta lograr ser lo suficientemente cercano con Taehyun como para presentárselo y convencerlo de que es una buena persona.
Luego de ese día, pasó un mes un tanto ajetreado en el pueblo marino hasta que el colegio del mar finalmente cerró, y las preparaciones para la reforma comenzaron.
Tardaron mucho en finalizar, pues no solo eran pocas personas trabajando en ello, sino que en invierno el frío les imposibilitaba trabajar correctamente. Fue en abril del año siguiente cuando finalmente inauguraron el primer hospital en el pueblo marino, haciendo que ahora el contacto con la superficie sea única y exclusivamente para obtener el material médico necesario.
Desgraciadamente, la madre de Yuna no sobrevivió hasta entonces, pereciendo una noche mientras dormía por consecuencia de la intoxicación.
Al Yuna quedar completamente sola, tanto Beomgyu como Yeonjun hicieron de todo para convencer a alguna de sus madres de acogerla, y es así como al final fue Jisoo quien accedió cuando se enteró de lo ocurrido. Ahora la menor vive con ella y Beomgyu, formando una pequeña familia entre los tres. Aunque Jisoo solía estar un poco ausente por tener que ir constantemente al hospital a hacerse análisis, pero al menos Yuna no se quedaba sola porque Beomgyu seguía ahí, haciéndole compañía y animándola cada vez que lloraba la pérdida de su progenitora. Como él también había perdido a su madre biológica, se le hizo fácil compartir emociones, y gracias a eso Yuna empezó a tenerle más confianza.
Y aunque por fuera se veía feliz convenciendo a la adolescente de que puede considerar a Jisoo como una madre, la verdad es que estaba algo asustado por la salud de la mayor.
Aquella pomada que Taehyun le había dado no sirvió para curar su piel intoxicada, pero sí alivió el dolor que Jisoo sentía por ello. Aún así, las manchas negras se seguían esparciendo por su piel hasta el punto de que la que tenía en el ojo ahora estaba llegando a su ojo sano, y de ahí que necesitara mucha atención médica. Cada vez que se iba al hospital, Beomgyu temía que la única persona a la que puede llamar mamá tuviera el mismo final trágico que la progenitora de Yuna. No sabría qué hacer si eso llegara a ocurrir, pero por ahora intenta mantenerse positivo.
Por otro lado, en Seúl, Taehyun se encontraba mucho más animado desde que llegó de Udo. Tanto que llamó la atención de todos a su alrededor, quienes se preguntaban qué diablos había pasado con el usual Taehyun inexpresivo y de pocas palabras. Porque esa es otra, nunca perdió el contacto con Soobin y Ryujin gracias al chat grupal que habían creado, y más de una vez hacían llamadas donde sin querer Taehyun mostraba qué tan hablador podía ser.
Hueningkai se había enterado de todo cuando él se lo comentó con lujo de detalles, respetando la norma de Udo de no hablar sobre la gente del mar, y el menor se alegró mucho, especialmente porque al fin logró hacer amigos con los que se siente cómodo.
—Ese viaje te sentó bien después de todo —dijo para luego comerse una papita. Se reunieron en casa de Taehyun para jugar videojuegos durante toda la tarde, es algo que solían hacer todos los sábados.
—Sip. Estoy deseando que llegue el verano para volver.
—¿Ya tienes ganas de abandonarme? —bromeó Hueningkai.
—Jamás, no podría vivir sin ver tu linda carita~ —aunque sonaba broma, para Taehyun era una realidad. Lo echaba de menos si pasaba 2 o 3 días sin verlo.
A veces su enamoramiento llegaba a ser muy obvio, pero como ellos suelen bromear mucho de esa forma no le importaba que fuera notorio. Si alguna vez Hueningkai llegara a tomárselo en serio y le cuestiona qué tanta verdad hay en todas las veces que literalmente se le confiesa, puede usar la carta de estar bromeando.
Y es que Hueningkai no sabe que Taehyun es homosexual. Aunque el menor no repudie a la gente de ese colectivo porque su hermana mayor es abiertamente lesbiana, siente que nunca podría decírselo. Taehyun tenía miedo de que se separara de él por ello, que le disgustara su enamoramiento y que la amistad se fuera a la mierda por su culpa.
—Yo sí podría vivir sin verte —volvió a bromear el menor, esta vez soltando una linda risita que solo enamoraba más a Taehyun—. Oh, perdimos —dijo soltando el mando de la consola al ver el Game Over en la pantalla.
Y así, el año pasó volando, con Taehyun sobreviviendo a su estresante vida escolar basada en estudiar duro para sacar buenas notas y Beomgyu buscando entretenerse con cualquier cosa, entre ellas el perseguir peces fingiendo que es una orca hambrienta.
Ahora Taehyun tenía 15, y llevaba tiempo investigando por su cuenta sobre la vida marina viendo muchos documentales al respecto. No había absolutamente nada de personas que viven en el mar, confirmando de nuevo que la gente marina es tan secreta que es algo que únicamente Udo conoce. Aunque no descarta la idea de que hayan más personas en el mundo que sepan de su existencia. Quizás lo ocultaban por temas morales, o tal vez para que la gente no se escandalice. Si muchos hacían escándalo con vídeos de baja calidad y dudosa procedencia donde supuestamente mostraban sirenas reales, se hace una idea de qué tan mediático puede llegar a ser confirmar la existencia de humanos que viven bajo el agua. Seguramente los hostigarían e invadirían por completo el pueblo marino para realizar una profunda investigación. Con solo imaginar a Beomgyu asustado al ver tantos aparatos extraños como los que salen en los documentales sobre el mar se prometió nunca hablar de su existencia fuera de Udo.
Dejando eso de lado, también intentó averiguar qué pudo causar la mancha que Beomgyu tenía en la cintura para poder encontrar una cura, pero fracasó en el intento. Ninguna de las que veía en internet o en libros se acercaba lo más mínimo a como era la de Beomgyu. Quizás es una marca de nacimiento que no le gusta, pensó.
Al final abandonó ese tema para dedicar su tiempo a recolectar información e imágenes de la superficie para Beomgyu. Cuando Taehyun prometía algo lo cumplía a su manera, siendo el chico detallista y perfeccionista que es. Incluso había comprado una carpeta para guardar todo. Tal vez se esforzó mucho por alguien que apenas conocía, pero estaba muy entusiasmado, no todos los días te encuentras con un chico del mar.
Y con ello solo quedaban unos pocos días para que empezaran las vacaciones de verano, haciendo que Taehyun estuviera notablemente animado. Por fin volvería a Udo, y ya contaba con que Soobin y Ryujin estarían en el puerto para recibirlo. Sin embargo, surgió un pequeño imprevisto que le hizo dudar de si llegaría a ir o no.
—Lo mejor será que el señor Kang quede ingresado hasta que se recupere —informó el doctor.
A diferencia de Taehyun, cuándo Kang Jungkook llegó de Udo, su salud mental y física empezaron a decaer lentamente, tan lento que nadie se dió cuenta de ello hasta que un día Sakura llegó a casa después de recoger a Taehyun del instituto y ambos se encontraron al mayor inconsciente en el suelo de la cocina.
Miyawaki estaba tan abrumada por la situación que al llamar a emergencias, estar en la ambulancia y luego en la sala de espera del hospital no pudo dejar de sujetar fuertemente la mano de Taehyun. Ambos estaban extremadamente preocupados por lo que le habría ocurrido al mayor, y eso les afectaba emocionalmente, imaginando las peores situaciones posibles. Aún así, Taehyun intentó mantenerse fuerte para que su madre pudiera apoyarse en él.
Después de salir de la consulta donde el médico les informó dónde sería hospitalizado su padre, Sakura suspiró tras pensar en qué debía hacer y llegar a una rápida conclusión.
—Tae, cariño, parece que esta vez tendrás que ir solo a Udo —dijo fingiendo una sonrisa.
—¿Qué? No voy a ir, no pienso dejarte sola. ¿Y si a papá empeora? Tengo que estar aquí contigo por si eso pasa —soltó alarmado.
Sakura abrazó a su hijo con ternura. Era consciente de las ganas que tenía Taehyun por ir a la isla, y ahora estaba abandonando esa oportunidad por ella. Taehyun es un buen chico, pero no permitiría eso.
—Bebé, debes disfrutar de tu juventud. Papá estará bien, verás cómo en menos de lo que canta un gallo vuelve a casa para hacer sus deliciosos postres~ —intentó sonar convincente. Ella era muy consciente de la verdadera situación de Jungkook, y en parte sospechaba que algo así llegaría a pasar, pero no pensó que fuera tan pronto.
Lo menos que quiere ahora es que Taehyun deje de disfrutar su propia vida para andar con más preocupaciones. Lo había visto llorar y frustrarse mucho en los exámenes finales, así que le daba pena que se haya esforzado tanto para ahora quedarse y seguir estresado por la situación de su padre.
Por eso lo mandaría a Udo, lo alejaría del problema para que él pudiera darse su merecido descanso mientras ella intentará solucionar todo en su ausencia. Así el menor no tendría por qué sufrir, ¿verdad?
—Pero... —calló al ver la mirada triste y suplicante de su madre.
—Por favor. Hablaré con la abuela y Hobi para que te cuiden. Te lo vas a pasar bien con tus amigos y podrás ver de nuevo al chico del mar —dijo intentando convencerlo. Se sintió un poco mal por usar a Beomgyu para tratar de manipularlo un poco. Sabe que Taehyun no tenía manera de contactar con él, por lo que pasó a ser la razón principal por la que quiere ir a Udo.
Taehyun bajó la cabeza y asintió algo dolido—. Está bien... Pero debes mantener el contacto conmigo e informarme del estado de papá, sea algo positivo o negativo.
—Ten por seguro que lo haré.
Horas después de esa charla, Sakura compró el billete para el viaje de Taehyun y éste preparó sus maletas aún dudoso. Quería ir, por supuesto que quería ir, estuvo esperando un año para ello, pero a la vez siente que debe quedarse con su madre para hacerle compañía ahora que va a estar un tiempo sola. Sin embargo, el que la mayor siguiera sonriendo y actuando como normalmente hacía le transmitía tanta confianza y tranquilidad que sus dudas desaparecieron un poco. Con esa actitud entendió que su madre probablemente estaría bien, aunque en el fondo lo sentía como una falsa sensación de paz, pero la emoción por volver a ver a sus amigos le hizo restarle importancia.
Y así llegó el tan esperado día. Sakura llevó a Taehyun al aeropuerto, donde tuvo que rellenar algo de papeleo para permitir al menor de edad viajar solo. Fue divertido ver la mirada de sorpresa del chico que la atendió, pues físicamente Taehyun parece mayor, pero seguía siendo un bebé en plena adolescencia.
—Mándame un mensaje cuándo llegues —dijo Sakura con una gran sonrisa.
—¡Lo haré nada más aterrizar el avión! —respondió el menor bastante animado. Se despidió de su madre con un beso en la mejilla y siguió a la azafata que le asignaron.
Desde que Taehyun desapareció de su vista, ella cambió su linda expresión animada a una algo seria y deprimente. Estaba alegre por su hijo, pero no puede negar que fingía felicidad para no preocuparlo.
Una vez el avión despegó, rápidamente regresó al coche y condujo hasta el hospital donde estaba su marido, firmando en recepción para poder verlo.
Antes de entrar a la habitación, pidió un balde de agua fría y un paño. Y una vez dentro, ella sacó del bolso un pequeño bote de sal para echar bastante en el agua y revolverlo un poco.
Miró a su marido. Este parecía estar perdido en sus propios pensamientos, y aprovechó esa tranquilidad para pasar el paño mojado por sus brazos, viendo como la pálida piel de este absorbía el agua al momento.
—Los médicos no saben tu condición, así que vendré todos los días para cuidarte —murmuró bajito, pero lo suficientemente audible para que el hombre la escuchara, quien volteó a mirarla con culpabilidad nada más notar su presencia.
—Lo siento —sus ojos empezaban a cristalizarse—. Perdóname por ser débil.
—Hey, amor —Sakura tomó la mano de Jungkook y dió suaves caricias en el dorso—. Soy muy consciente de que has pasado por mucho, y entiendo que tienes demonios internos con los que debes lidiar. Pero por favor, nunca los guardes para tí solo, desahógate siempre que quieras, te ayudaré en todo lo que haga falta —hizo una pausa para volver a mojar los brazos del hombre—. Saldremos juntos de esta y podrás seguir adelante, vas a estar presente cuando nuestro bebé crezca y se vuelva un adulto ejemplar —se forzó a sí misma a sonreír. Sabía que sus palabras no ayudarían mucho, pero hacía todo lo que podía.
Jungkook apartó la mirada para que su esposa no le viera llorar. Se sentía muy mal por hacer que la mujer se preocupara tanto por él. Se suponía que debía dejar todo el pasado de lado para poder seguir su vida y hacerla feliz. Pero no podía, y la verdad es que nunca pudo a pesar de tener la ayuda de alguien tan atenta como su esposa.
No era la primera vez que recaía, los recuerdos se repiten constantemente en su memoria, y cuando pensaba que finalmente se habían ido, a los pocos días estos volvían para atormentarle de nuevo.
Se estaba volviendo loco por ello, quería urgentemente que todo se detuviera de una vez, necesitaba tener la mente en blanco o buscar la forma de olvidar esa parte de su vida. Y así fue como Jungkook se deprimió hasta el punto de dejar de cuidar su piel, dando como resultado que esta se secara hasta agrietarse, causándole dificultades respiratorias.
Los médicos solo pudieron intuir que se trataba de un leve problema problema en la piel y en los pulmones. De hecho, realmente no tenían una idea exacta de qué le ocurría, pero lo ingresaron para vigilar un poco su estado y proporcionarle respiración artificial de ser necesario.
Pero Sakura, sabiendo que su esposo es alguien proveniente del mar, era consciente de que realmente es la escasez de agua lo que lo dejó en ese estado, por lo que la respiración artificial es completamente innecesaria, aunque por obvias razones no podría informarles de ello.
El caso es que fue el mismo Jungkook quién dejó de remojarse de manera voluntaria para acabar así de mal, y a Sakura le asustaba pensar que pudo tratarse de un intento de suicidio.
Estuvo tan concentrada en Taehyun que no se había percatado de lo que ocurría con su marido, y ahora que lo puede observar mejor está viendo que llegó a un fuerte nivel de sequedad donde las grietas que se habían formado en su piel eran algo preocupantes. Normalmente se quitan cuando las moja, pero en este caso estaban tan secas que ni el agua con sal parecía devolver esas zonas a su estado original.
A partir de ahora vigilará más a su marido. Si vuelve a descuidarse y su piel se sigue agrietando así morirá tarde o temprano, por eso se encargará de hidratarlo diariamente con agua salada para evitar ese final. Aún tenían una larga vida por delante, y Sakura no piensa permitir que Jungkook se pierda ese hermoso futuro con un Taehyunnie adulto invitándoles a su hogar.
Su deseo más personal era poder tomar la mano de su esposo mientras observaban a Taehyun independiente, feliz y —tal vez— casado para poder presumir con orgullo que ese es el hijo que criaron con todo su amor.
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