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Nada más salir de la zona de recogida de equipaje, Taehyun casi se cae al perder el equilibrio cuando alguien se le abalanzó.
—¡¡TAEEEHYUUUUN~!! —solo con escucharlo supo rápidamente de quién se trataba.
—¿Soobin? —soltó mientras una sonrisita se formaba en sus labios—. Pensé que te vería en el puerto de Udo.
—Bueno, el tío Hobi dijo que vendría a recogerte, y la babosa de Ryujin y yo nos acoplamos.
—Babosa tu mamá —interrumpió la mencionada, apareciendo frente a ellos—. Wow, ¿estás más alto o son cosas mías? —preguntó al ver a Taehyun.
—Nah, es que tú estás más bajita —Ryujin estuvo a punto de darle una patada a su primo, pero se detuvo al escuchar la risita de Taehyun.
—Los extrañé —admitió con una tierna sonrisita. Echaba de menos ver las peleas de esos dos.
—Si hablamos casi todos los días por chat, hombre, no te pongas sentimental que lloro —se quejó Soobin fingiendo el llanto.
—Llorica —murmuró Ryujin, luego miró a Taehyun y se dió cuenta de la mochila que cargaba en la espalda—. Dámela, yo te la llevo —dijo refiriéndose a esta.
Taehyun negó—. No te preocupes, yo puedo.
Soobin le quitó la maleta de cabina y empezó a correr hacia la salida—. ¡Los invitados no deben cargar nada! —exclamó muy alto, recibiendo algunas miradas de la gente alrededor.
Ryujin rodó los ojos—. No parece que tenga 16 años... —le arrebató la mochila a Taehyun—. ¡Pero yo tampoco! —exclamó entre risas y corrió detrás de Soobin.
Taehyun solo pudo sonreír avergonzado por cómo sus amigos llamaron mucho la atención, aunque le gustaba mucho saber que seguían siendo igual de infantiles. Temía un poco que se volvieran como los fríos adolescentes de Seúl a medida que crecían, pero ya ve que no sería así.
Fue con tranquilidad hacia la salida por donde habían ido, y ahí los encontró con la respiración entrecortada.
Al verlos así, quiso ser un buen amigo y les compró botellas de agua en una de las máquinas expendedoras.
—Tengan —dijo mientras le daba una a cada uno.
—Qué manera más extraña de pedirnos matrimonio —bromeó Ryujin.
Soobin tomó la botella con energía—. ¡Acepto! Y me pido ser quien lleve el vestido.
Las mejillas de Taehyun empezaron a teñirse de rojo—. N-no bromeen con eso… —dijo muy avergonzado.
La bocina de un coche llamó la atención de los 3. Era Hoseok—. ¿Suben o se quedarán todo el verano aquí? —preguntó divertido—. Dudo que el aeropuerto tenga playa
—¿Se imaginan? Una playa en medio de los aviones —Soobin sonaba tan serio que Ryujin no pudo evitar reír y seguirle la estupidez.
—¡Ellos también tienen derecho a refrescarse!
Taehyun no desaprovechó la oportunidad de participar en esa extraña conversación—. ¿Por qué suena como una película veraniega de Aviones?
—Cars le supera —respondió el alcalde Hobi mientras abría el maletero para poner el equipaje de Taehyun.
Luego, no tardaron en subirse todos al vehículo.
—Bienvenido de vuelta, un placer verte de nuevo —saludó el adulto ahora con el tranquilo ambiente que se formó.
—Gracias por venir a recogerme —respondió Taehyun intentando ser educado.
—No hay de qué. Me dijo tu madre que estarás todo el verano en Udo. Espero que la pases bien y te lleves a estos renacuajos fuera de mi casa, me hace falta un poco de tranquilidad —dramatizó el mayor.
Ryujin se acercó al oído de Taehyun—. Realmente no puede vivir sin nosotros, pero se hace el duro —susurró, a lo que Taehyun soltó una risita baja.
Aunque del aeropuerto a la estación marítima son más de dos horas en coche, el trayecto se le hizo muy corto, tal vez porque entre todos tuvieron un largo pero divertido debate sobre quién es el mejor personaje de Cars.
Aún recuerda cuando el año pasado estuvo super aburrido en el trayecto, deseando desesperadamente que llegaran a su destino de una maldita vez. En ese caso parecieron siglos mientras que ahora ya habían llegado y él no se dió cuenta hasta que Hoseok estacionó el auto. Y ni siquiera habían terminado el debate.
—Insisto en que Mate es icónico —siguió hablando Ryujin de camino al puerto.
Soobin soltó un bufido—. ¿Una chatarra desgastada? No gracias.
—No acepto la opinión de un clasista que prefiere un coche lujoso.
—Empezamos hablando de aviones en playas y ahora estoy descubriendo que mis amigos son cochesexuales —murmuró Taehyun muy divertido.
Hoseok solo se dedicó a admirar con ternura y diversión la amistad de esos tres. En parte le daba nostalgia, él solía tener amigos muy agradables en su juventud, pero casi todos hicieron sus vidas fuera de Udo y se sentía un poco solitario.
Dejando eso de lado, todos entraron al puerto. Como los trabajadores reconocieron rápidamente al alcalde, los dejaron pasar al ferry exclusivo de Udo sin necesidad de firmar nada, y cuándo subieron Taehyun se percató de algo.
—¿No se lleva el auto? —preguntó al ver que no había ningún lugar para vehículos. El año anterior no se dió cuenta por estar entretenido viendo el paisaje, además de que el coche que usaron sus padres era alquilado. Pero el que condujo Hobi sí parecía ser de él, y se veía muy costoso como para dejarlo abandonado en Jeju.
—Aunque hay carreretas, la verdad es que en Udo apenas se usan los vehículos —respondió Soobin.
Taehyun miró con confusión al alcalde en busca de alguna explicación. Aunque el pueblo no es muy grande, había algunas tiendas y hogares que se encuentran un poco lejos. ¿La gente caminaba tanto? O si iban en bicicleta, ¿no se cansaban de tanto pedalear?
—Bueno, ya te habrás dado cuenta de que somos muy estrictos con el tema de cuidar el medio ambiente —empezó a explicar Hoseok, y Taehyun asintió—. ¿Me creerías si te dijera que antes la isla parecía un basurero tóxico?
Taehyun se asomó por la barandilla del ferry, viendo como cada vez se acercaban más a Udo, que seguía igual de impecable que la última vez que la vió. ¿Un lugar tan colorido y lindo como ese siendo un basurero? Imposible.
—No puedo imaginarlo...
—¿Verdad? Todos nos encargamos de convertir la isla en un lugar agradable. Ya no solo por lo malo que es la contaminación, sino por la salud de los residentes. En aquel entonces el aire era bastante tóxico y debíamos llevar mascarillas, aunque eso no evitó que algunos tuvieran problemas respiratorios… —hizo una pausa al recordar cuan duro trabajó el pueblo para solucionar todo rápidamente—. Por eso el uso de vehículos casi nulo, solo se permiten autobuses y taxis eléctricos, y ambos con servicios gratuitos.
—¿Gratuitos?
—Realmente se podría decir que les pagan con comida. La gente allí está tan agradecida de ellos que muchas veces les dan parte de lo que sacan en las cosechas, o incluso productos de las tiendas.
Taehyun volvió a mirar a la isla, ya casi llegaban—. Debo admitir que hicieron un gran trabajo, la isla es muy linda —soltó sin pensar.
El alcalde se emocionó mucho con esas palabras—. Taehyun... Estoy por adoptarte, quédate con nosotros y no le decimos nada a Sakura —bromeó.
—Concuerdo. Yo digo que hay que patear a Soobin fuera de casa —interrumpió Ryujin. El mencionado estaba ocupado comiendo unas papitas que le dió Suji, así que no se enteraba mucho de la conversación.
Taehyun rió, pero luego siguió mirando atentamente a la isla mientras pensaba un poco sobre la conversación, e inconscientemente bajó la mirada hacia el mar, el cuál seguía tan cristalino como lo recordaba.
Ahí quiso preguntar algo—. Mm... Hoseok, dices que Udo antes parecía un basurero tóxico, ¿eso también afectó a la gente del mar?
El semblante animado del mayor cambió a uno más serio. Este volteó a ver a su hija y sobrino, quienes ahora le miraban expectantes por la respuesta.
—Es complicado de explicar... —respondió con simpleza—. Oh, miren, ya llegamos —intentó cambiar de tema.
—Qué aguafiestas que eres… —se quejó Soobin con un exagerado puchero para luego ser el primero en bajar del ferry, y Ryujin lo siguió.
Antes de que Taehyun fuera detrás de ellos, Hoseok lo detuvo para comentarle algo rápido—. El pueblo marino sí se vió muy afectado, diría que incluso mucho más que nosotros —respondió algo dolido—. Aún no deberían saber sobre el tema, pero te lo digo porque recuerdo que dijiste haber conocido a alguien de allí. Te pido por favor que lo trates bien, ellos han pasado por mucho.
Taehyun asintió al comprender que se refería a Beomgyu—. No se preocupe por eso señor, ese chico me cayó muy bien. Nunca trataría mal a alguien que me agrada… O más bien, nunca trataría mal a nadie, en general.
El mayor sonrió—. Eres un buen chico, ahora entiendo porqué esos dos diablillos se encariñaron mucho contigo —finalizó para bajar las escaleras y encontrarse con esos diablillos en cuestión.
—¿Les pesa el culo? Son muy lentoos~ —bromeó Soobin.
—Ustedes ayuden a Taehyun a llevar su equipaje a casa de la abuela Kang —ordenó Hobi ignorando la broma de su sobrino—. Yo debo volver al ayuntamiento.
—Lo íbamos a hacer aunque no lo pidieras~ —dijo Ryujin mientras empezaba a caminar con la mochila de Taehyun.
Soobin tomó la maleta de ruedas—. ¡Venga, una carrera hasta allí! —exclamó y empezó a correr—. ¡¡Él último paga los churros durante una semana!!
—¡No pienso pagarte los churros! —gritó Ryujin, quién también empezó a correr.
El alcalde suspiró cansado—. La energía de esos mocosos es envidiable... —Taehyun asintió de acuerdo con su comentario—. Bueno, Taehyun, si necesitas cualquier cosa ya sabes donde encontrarme. Cuídate y saluda a tu abuela de mi parte —dijo con amabilidad para luego irse a pasos rápidos por el camino contrario.
Taehyun se había quedado solo, y lo primero que hizo fue tomar una gran bocanada de aire. Era tan refrescante que de verdad es incapaz de imaginar qué tan contaminado estaba antiguamente.
Bien, llegaré a casa de abuela, ordeno mis cosas e iré directamente al acuario, planeó en su mente y empezó a caminar tranquilamente por donde fueron sus amigos.
Sin embargo, se dió cuenta de que sus planes eran mucho más fácil decirlos que hacerlos. Llegó a la casa; pasó un ratito agradable hablando con su abuelita; se despidió de Soobin y Ryujin porque estos debían volver para almorzar; se tomó unos minutos para sacar las cosas de las maletas y ordenarlas; y ahora llegaba la parte difícil.
Estaba frente a las escaleras del acuario, pensando si debía bajar o no mientras preguntas como "¿Me recordará?", "¿Estará ahí?" y "¿Y si veo a cualquier otro y me pregunta quién demonios soy?" rondaban por su cabeza. Estaba tan nervioso que podía asemejar ese momento con el inicio de los exámenes finales.
Y no era para menos, hace tiempo que no veía a Beomgyu, un chico con el que ha perdido el contacto durante 365 días.
Con los primos era distinto. Si bien no lograron conocerse mucho la primera vez que vino a Udo, estuvieron hablando constantemente, y Taehyun ya puede decir que los conoce como la palma de su mano. En cambio Beomgyu… Lo único que sabe de él es que es un año mayor, muy lindo y vive en el agua.
Definitivamente aprovecharía el verano para saber más de ese chico del mar, pero primero debía tomar el valor suficiente para bajar esas malditas escaleras sin que su vergüenza por ver a alguien medio desconocido le haga arrepentirse.
Tú puedes, Taehyun. Se intentó animar a sí mismo. Suspiró con pesadez y utilizó la poca valentía que tenía para bajar las escaleras y llegar hasta el cristal donde podía ver parte del pueblo marino.
Recordando las palabras de Hoseok, se fijó un poco más en cada detalle que podía alcanzar a ver. Por lo que le dijeron los adultos sabía que ahí vivía más gente además de Beomgyu, pero el lugar estaba completamente desolado, aunque se veía igual de cuidado que el pueblo de la superficie. Claro que desde ese cristal no se logra percibir todas las edificaciones destrozadas. Tampoco veía ningún animal, tan solo uno o dos peces nadando por los columpios y ya.
—¡Buh!
Taehyun brincó un poco del susto. Estaba tan concentrado viendo el lugar que no se percató de Beomgyu se encontraba a uno de los lados. El mayor lo había notado y quiso asustarle apareciendo abruptamente delante de él.
—Lo siento, vi la oportunidad y la aproveché~ —se disculpó entre risas—. ¡¡Taehyun, bienvenido de vuelta Udo!! —exclamó el rubio bastante emocionado por verlo de nuevo.
Taehyun suspiró con un gratificante alivio, y las comisuras de sus labios se elevaron un poco. Sí me recuerda.
—¡Cumpliste tu promesa! Como ha pasado mucho tiempo pensé que te habías olvidado de mí, ¡gracias por volver! —siguió el rubio, y acabó con una gran sonrisa.
Taehyun rió—. Tiene gracia, yo pensé que tú me habrías olvidado a mí —admitió divertido. No sabe cómo logró hablarle tan casual, pero se auto agradece por ello, así no se siente tan nervioso.
—Imposible. Estuve esperando pacientemente tu llegada, tuve que preguntar a mi noona qué día empezaban las vacaciones de verano en la superficie, ¡hasta lo marqué en mi calendario! Pero no estaba muy seguro si llegarías ayer, hoy, mañana o cualquier día de estos, por eso llevo tiempo pasando por aquí de vez en cuándo por si acaso —confesó sin filtro alguno.
Un leve rubor apareció en las mejillas de Taehyun. Podría decirse que era la primera vez que alguien lo esperaba con tanto entusiasmo, y eso le hacía sentir un tanto especial.
—Esta vez vas a estar más tiempo, ¿no? ¿Qué te parece si empezamos de nuevo? —preguntó Beomgyu.
—¿Empezar de nuevo?
—¡Sí! Mira, justo así: Hola, me llamo Choi Beomgyu, un gusto conocerte~ —se presentó y puso una de sus manos en el cristal.
Taehyun entendió y también apoyó la mano en el cristal, justo en el mismo lugar donde Beomgyu—. Kang Taehyun. Espero que nos llevemos bien durante el verano —dijo amablemente con una cálida sonrisa.
—Seguro que sí. ¡Yo espero que tengamos muchos recuerdos lindos y divertidos! —exclamó el mayor con una gran sonrisa.
Taehyun se fijó en la diferencia de tamaño entre su mano y la de Beomgyu. Se le hacía muy tierno que el contrario siguiera estancado en esa apariencia de pre adolescente, apenas ha cambiado desde la última vez que lo vió, simplemente su cabello lucía un poco más voluminoso.
—No has crecido nada —dijo divertido.
Beomgyu hizo un puchero—. Es un efecto visual del agua, en realidad soy muy grande, he crecido muucho.
—Sí, claro~
—¡Es la verdad! —refunfuñó, y Taehyun rió.
—Oh, por cierto, recolecté mucha información e imágenes sobre la superficie para poder enseñártelas. No lo traje porque no sabía si te vería, pero para la próxima lo traigo.
Beomgyu se apoyó con entusiasmo en el cristal—. ¿De verdad hiciste eso por mí?
Por alguna razón esa pregunta le avergonzó un poco—. Sí. Perdón, me había emocionado —respondió mientras se rascaba la nuca con timidez.
—¡No te disculpes! Te doy gracias de corazón por eso, ¡prometo también enseñarte muchas cosas sobre el mar! Pero deberíamos buscar otro lugar para vernos, es molesto hablar con un cristal en medio.
—Podría mirar por la isla a ver si encuentro algún sitio cerca del mar dónde podamos estar.
—Mmmmh, tendría que estar un poco escondido para que nadie me pille nadando cerca de la superficie... ¿Sería algo así como nuestra guarida secreta? —preguntó el mayor con brillitos en los ojos.
—Dicho así, suena divertido. Pero si es muy arriesgado, prefiero que sigamos aquí, no quiero que te regañen por mi culpa.
Beomgyu volvió a hacer un puchero—. Yo me haré responsable de mis actoos~. Además, también me pueden regañar muy feo si me ven aquí hablando contigo, y como estamos literalmente en medio del pueblo me pueden ver en cualquier momento.
—Ahora se siente como que estamos haciendo algo ilegal…
—¡Somos criminales! —bromeó Beomgyu, a lo que Taehyun rió bajo—. Kang Taehyun, ¿te gustaría ser mi compañero criminal y cometer el crimen de ser amigos en secreto?
El menor sonrió por la propuesta—. Ahh, si lo dices así es difícil declinar... Buscaré un lugar super secreto para montar nuestra organización de criminales —le siguió el juego.
—¡¡Sí!! ¡Esto es una victoria para Choi Beomgyu, el criminal más temido de todos los mares!
Temido por exceso de ternura, pensó Taehyun.
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