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Capítulo 10.

Terminaron de comer. Jimin  agradeció al cielo que su suegra no hiciera más preguntas. Jungkook estaba con su mano en el muslo del omega, acariciándolo distraídamente. Sun Hee tomaba de su bebida mientras los veía detenidamente, poniendo nervioso al castaño.

—¿Cuándo piensas presentártelo a tu padre? —preguntó la mujer.

Jungkook alzó la vista y la miró, luego se encogió de hombros desinteresado.

—Supongo que cuando llegue de su viaje. —contestó mirando hacia la nada.

Para la desgracia de todos, el celular del pelinegro comenzó a sonar. Jimin lo miró al igual que su madre. El alfa se levantó enojado y caminó hacia los baños con la mandíbula apretada. Su madre lo miró con el ceño fruncido y de inmediato supo que se trataba de Jin. Bufó enojada y se dedicó a mirar al omega que tenía enfrente. Jimin por su parte veía con preocupación al alfa, su instinto de omega le gritaba que fuera a abrazarlo para que se calmara, pero no podía hacer eso y dejar sola a su suegra.

—Ese alfa ha estado detrás de Jungkook por mucho tiempo. —dijo Sun Hee, luego miró los ojos del omega, éstos sólo demostraban confusión por no saber de qué está hablando. —Jin es el ex de mi hijo, pero duraron como una semana.

Algo dentro de Jimin se removió, imaginarse a Jungkook  besando o abrazando a otra persona le provocaba una sensación de amargura. Aunque... ¿dijo alfa?

—¿Alfa? —preguntó confuso.

—Seh. Suena estúpido, pero Jin es un alfa y Jungkook también. Estaban juntos. —dijo con asco. —¿Tú haz visto, en pleno siglo veintiuno?

—Nunca había escuchado de dos alfas juntos, tampoco los he visto. —susurró con vergüenza.

—Es porque es ridículo. Por el creador, ¿cómo hacen? Estoy segura de que mi hijo jamás se dejaría tocar por ahí...—dijo refiriéndose al trasero. —Y Jin no tiene pinta de que tampoco le guste recibir amor.

Una risita se le escapó al omega a escuchar eso, Sun Hee rió con él, se sentía bien hacer reír al niño. Jungkook no llegaba, la mujer solo se imaginaba al alfa en los baños maldiciendo a Jin mientras que hacía movimientos con su mano, deseando con todas sus fuerzas tenerlo enfrente para darle un tortazo.

Vio como Jimin no dejaba de observar el camino por donde se fue Jungkook. Sonrió, sus instintos de omega le estaban haciendo debatirse entre ir o no, lo sabía porque a ella le pasaba lo mismo cuando se trataba de Chung Hee. Además, las feromonas del chico estaban llenando el aire.

—Jimin, no te preocupes, Jungkook sabe cómo tratar estas cosas. —sonrió la omega. —Mira, sé que soy un poco pesada a veces, pero quiero que sepas que me alegra saber que tú eres el omega de mi hijo. No sé por qué, pero me aspiras confianza. —habló para distraer un poco al omega.

—Me gusta su hijo. —contestó abochornado. Era la verdad, había algo en Jungkook que le gustaba, aparte de su instinto de omega que le pedía estar cerca del alfa, algo en el mayor le había llamado la atención.

—Y se nota que tú también le gustas. —dijo con una sonrisa. —Jimin, haré una cena en mi casa para que conozcas a Chung Hee, el padre de Jungkook.

Jimin alzó la mirada, si se moría de nervios estando sólo con Sun Hee, no quería saber ni cómo actuaría en frente de otro alfa. Pero tampoco iba a ser un maleducado y poner excusas para rechazarla. Sonrió con las mejillas encendidas y asintió.

—Perfecto. Creo que... debemos de irnos...—dijo viendo hacia atrás para ver si su hijo venía. —¿Jimin? ¿Podrías ir a ver qué pasó con el inútil de mi hijo? No puedo entrar al baño de caballeros.

El omega asintió poniéndose de pie, no había prácticamente nadie en el restaurante, además del personal que trabajaba ahí. Jimin trató de seguir el camino que el alfa había hecho sin perderse en medio de los pasillos y puertas. Una vez que divisó la puerta con el signo de caballeros, se dirigió a paso lento, sus ojos observaron con detalle la madera que tenía enfrente y dedujo que este restaurante era muy costoso. El olor de su alfa le llegó a las fosas nasales.

Apenas puso su mano para poder abrir la puerta, escuchó la voz de Jungkook hablando.

—Bien, será la última vez Jin, ¿escuchaste? la Última. —el omega se detuvo. ¿Jungkook... le estaba dando una oportunidad al otro alfa?

Detuvo sus movimientos y tragó saliva, estaba confundido, pues... se supone que él era el omega del mayor, y éste por su parte, le había dicho que era su alfa.

Maldijo lo primero que se le vino a la cabeza cuando la puerta del baño se abrió revelando la presencia del alfa. Jungkook lo miró con el ceño fruncido y Jimin lo miró a los ojos, su rostro delataba tristeza.

—¿Jimin? —susurró el alfa. Las feromonas de decepción le habían llegado a la nariz y como no había nadie más que ellos, supo que se trataba del pelirubio. —¿Paso algo, amor?

Jimin bajó la mirada. Jungkook realmente confundido iba a volver a hablar pero un pensamiento le llegó a la cabeza.

—¿Estabas espiándome? —dijo en un tono fuerte. Jimin sintió temor y sus mejillas se encendieron. Miró al alfa para decir algo pero lo único que se encontró fue con los ojos de Jungkook entrecerrados mirándolo.

No supo en qué momento el alfa lo tomó con fuerza de la mano y lo metió dentro de los sanitarios. Pegó al omega contra la pared, acorralándolo entre su cuerpo. A todo esto, Jimin sentía el corazón latir como si hubiera corrido sin parar.

—¿Estabas espiándome? —volvió a repetir, Jimin lo miró con pavor en los ojos y negó lentamente. Jungkook lo tomó de las mejillas e hizo que su cuello quedara expuesto, metió su nariz en éste y olfateó el aroma del omega.

—Dilo. —demandó pero sólo logró que Jimin comenzara a respirar agitadamente. —Di, lo. —volvió a ordenar enojado.

—Alfa...

—Espiar es malo Jimin, que no se vuelva a repetir, no quiero llegar a castigarte. —el omega sintió los labios del alfa rozarle su sensible clavícula. —Dime por qué me estabas espiando.

—Y-Yo venía... a ver qué te pasó... tú madre y-ya quiere volver...—Jungkook lo miró a los ojos, Jimin bajó la mirada al no soportar esos oceánicos ojos.

—Vámonos. —se limitó a decir el alfa, tomó a su omega de la mano y salieron de ahí.

A los pocos segundos Sun Hee miró como su hijo venía hacia la mesa, sonrió cuando divisó su mano entrelazada con la del omega. Jungkook relajó levemente su ceño. La omega se levantó dejando los billetes antes de encaminarse hacia la salida con los dos varones por detrás.

—Ya era hora Jungkook, ¿los espaguetis te cayeron mal o Jin no dejaba de molestar? —dijo con molestia.

Al escuchar el nombre del otro alfa, Jimin apretó su mano que tenía entrelazada con la del pelinegro. Jungkook lo miró unos largos segundos y el pelirubio desvió su mirada. Sí, el omega no conocía ni al tal Jin y ya lo odiaba. Quería ser el omega de Jungkook, quería a Jungkook sólo para él, sonaba como un capricho pero tenía un alfa, y lo había tratado bonito, algo que nunca había experimentado antes.

El camino de vuelta pasó más que todo con una charla entre el alfa y su madre. Jungkook aún mantenía sus dedos entrelazados. Jimin pensaba que quizás el pelinegro estaba molesto con él, y eso para su instinto de omega lo mataba. Miró con los ojos suplicantes a Jungkook para que le dirigiera una mirada tranquilizadora que le dijera que no estaba molesto con él. Pero Jungkook no hizo nada más que seguir hablando con su madre. El omega pensó en hacer algo, así que a los pocos segundos se encontraba acercándose a Jungkook y reposando su cabeza en el hombro de éste. La calma lo invadió cuando sintió la propia cabeza del alfa recostarse en la suya. Luego tomó la barbilla del omega para poder girar su rostro y depositarle un beso en los labios.

—Luego hablamos de lo que pasó. Creo que el sábado te explicaré todo cuando tengamos nuestra cita. —sonrió el alfa mostrando una hilera de dientes que el omega admiró.

—¿No estás molesto? —preguntó inocente. Gracias al cielo Sun Hee venía hablando con el chofer sobre el tráfico o las noticias.

—Si me pones esa cara, jamás podría estarlo. —el mayor dejó otro beso en sus labios.

—Jungkook...—el alfa lo miró atento.

Desgraciadamente ya estaban enfrente de la empresa.

Y el omega no pudo decirle que le gustaba.

Jimin es una ternurita :3

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