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𝟘𝟘𝟙

Capítulo uno: Miedo

Verano Pasado

No tengo miedo a afrontarlo,
Te necesito más de lo que quiero❞


Rosé se paró de tope de la habitación, ¿Qué estaba pasando?, su cuerpo entero se encontraba tenso, y estaba totalmente adolorida, tenia chupetones en su cuello, marcas de dedos en sus muñecas.

¿Se había acostado con Jisoo?, negó, maldición se supone que ellas se estaban dando un tiempo, y se supone que por una maldita vez le estaba haciendo caso a las palabras de su novia.

No y no, y por una maldita vez no.

Quitó la sabana que le cubría su cuerpo desnudo, el frio le atravesó al igual que las punzadas de la cruel realidad, miró de reojo  la habitación, el gris se entonaba por todas partes, todo perfectamente ordenado y con color agradable, rose buscó con la mirada su ropa, maldición.

¿Qué le había sucedido?

Sacudió su cabeza, aun llevada por el alcohol, ni por la mayor de las suertes tendría un lindo aspecto, carajo. Vio su ropa doblada delicadamente sobre un taburete y a su bolso rojo sobre el mismo, se sorprendió a sí misma, salió bruscamente de la cama donde yacía sentada y se vistió tan rápido como pudo, maldita sea no encontraba sus bragas, decidió no prestarle tanta atención a ello y siguió con su arduo trabajo, se puso su sujetador rosa pastel y colocó su camisa, y como no encontraba sus bragas y no quiso prestar tanta atención a aquello, vistió sus vaqueros beige y sus zapatillas deportivas.

¿Ahora qué?

Titubeó por unos minutos que hacer ahora, no es que fuese muy factible salir de la habitación como si nada, es decir, te acabaste de pasar una noche de pasión candente con una desconocida — o desconocido en el peor de los casos — y ahora pretendes salir de la habitación como si nada, a veces las personas son muy estúpidas, demasiado estupidas.

¡La ventana!

Rosé tuvo el momento de estupidez más grande del planeta.

¡Porque claro! ¿por que salir por una puerta cuando puedes hacerlo por una ventana?

Avanzó meticulosamente como si cada vello de su cuerpo le estuviera haciendo una mala pasada.

Maldición, no, no, no.

¡¿Cómo vas a salir por la ventana y caer al vacío!?

Carajo, el karma era real, tal vez debería burlarse menos de su amiga Jennie y su amor por las felaciones.

Para mejorar como si el mundo te jodiera tu vida, rosé escuchó la puerta de madera abrirse lentamente.

— Mira —suspiró Rosé desde la ventana— yo no te conozco ni tú me conoces ¿vale? — escupió — yo tengo novia e indirectamente le estoy engañando contigo, solo por favor no le digas a nadie — Rosé volteó su cuerpo, su respiración se volvió entrecortada, ¡no podía ser cierto! — lisa...

Sintió arcadas en su cuerpo, el mundo era tan grande como para que ella tuviera sexo con la hermana mayor de su novia, maldición. ¿Y ahora que se supone que debía hacer?

Como en toda película sintió el mayor deseo de que solo fuera un sueño o una mala pesadilla, pero ahora que se supone que debería hacer, le estaba fallando a jisoo, se estaba fallando a sí misma.

—¿Tú y....yo...lo hicimos?—preguntó, con cierta burla en su voz, ¡pero demonios!, fue un tonta por no darse cuenta de los pequeños detalles, gris, puerta, Lisa.— ¡habla maldición! — exclamó la rubia.

Lisa arrojó una sonrisa, como si el orgullo le atravesara cada centímetro de su cuerpo.

— Vaya Rosie, pensé que lo recordarías.— avanzó lentamente y dando un leve giro a su cabeza —pensé que recordarías como me llamaste ebria a pedirme atención, según decias atencion que Jisoo no te dió, me llamaste aunque yo también estuviera ebria — sonrió fríamente — y lo más importante pensé que recordarías como gritaste mi nombre anoche —llevó su pulgar a su barbilla — pero bueno supongo que me tocará llevarme una decepcion de que la chica se olvida de todo, he escuchado sobre eso, pero esta vez es la primera vez que me sucede — Lisa arrugó su frente.—Ya no hablas Rosie, ¿te quedaste muda?

Rosé sintió temblores por todo su cuerpo, está sería el momento en donde se despertaría del mal sueño, porque esto no debería estarle pasando.

—Yo...—sintió el salado de sus lágrimas por sus labio, y en ese momento se sintió como la novia más patética del mundo —¿Jisoo lo sabe?—preguntó, al menos el secreto estaría mejor si solo fuera de dos — Lisa...

—¡Claro que no!— exasperó. — oye podré ser una bastarda sin corazón pero no soy una mala hermana, aunque claro, no es que con el hecho de acostarme contigo no haya sido un total parasito, pero de igual manera, será nuestro secreto.— Lisa se recostó en su cama.— yo no diré nada si no dices nada Rosie. — puchereó. — cambia esa cara, no es como si hubieras roto tú mandamiento de castidad hasta el matrimonio.

Tragó saliva fuertemente, al menos ella no dirá nada, pero es que...maldición, todo se resumía al daño que le hizo a su relación, no es fácil tirar a la borda de un precipicio una relación de dos años y medio por un arrebato, pero ¿qué se supone que haría?, la decepción la inundó, estaba siendo fácil. Y si Jisoo lo supiera, ¿Que era lo que pensaría de ella?. Todas las situaciones que jamás pensó que pudiera pasar en su relación se resumían en esta, engañó a su novia con Lisa, su hermana mayor.

¡Bien por la vida!.

— Carajo deja de pensarlo mucho, si ustedes se aman de verdad ella te va a perdonar, al igual que a mí, es que ella no puede escoger el día que nos embriaguemos — Titubeó desde su cama.

—No estás siendo factible, Lisa —le respondió.— ¿Donde está mi teléfono?

—En la mesa de noche cargándose, y te recomiendo que no salgas, Jisoo está abajo con mis padres desayunando, o al menos que le quieras explicar como demonios estabas en mi departamento y que estabas haciendo anoche —reprochó.— quédate aquí.

Rosé junto sus labios, dió un largo suspiro, al menos no estaba llorándole a jisoo para que volviera con ella.

Los errores se cometían y solo a veces los pequeños detalles son como la teoría del aleteo de una mariposa, un pequeño acto desata una tormenta en donde más de un corazón se rompe.

Se sentó en el taburete, reprimiéndose a sí misma, algo se estaba rompieren dentro de ella y dudaba mucho el que Jisoo le reponga su corazón.

El cálido recuerdo de felicidad se desvanecía como las gotas de la lluvia en un oscuro marco roto. Rosé mantuvo su vista fija en la taza de osito que Jisoo le regaló para su tercer mes de noviazgo. Todo iba de mal en peor, odiaba mentirle sí, pero si le decía la verdad todo sería diferente, todo en su relación daría un giro brusco, un giro del cual ella no es capaz de salir bien, todo una ruleta de la cual ella no quiere ser parte. Pero se supone que no debe ser egoísta, no puede serlo, no puede ser una egoísta por preferir mantener su relación antes de caer en el abismo con la chica de cual ella está totalmente enamorada.

Y todo se resumía en la confianza.

Limpió sus lágrimas. Aparte de liarse con su relación amorosa, tiene una cantidad de trabajos pendientes por culpa de sus arrebatos.

— Posie ¿ya tienes el vestuario de Irene? — preguntó Mina, su mejor amiga.— Tierra llamando a RosiePosie.

— Mierda, perdón, yo..— se disculpó.—¿A qué hora tiene Irene el cambio de vestuario? —habló.— Según yo, es en media hora..perdona..yo...

— ¡Hey!, tranquila yo me encargó del vestuario, tú ve al recibidor a por su novia.

—¿Seulgi?, ¡no ni en broma me acerco a ella! —sonrió tímidamente.

Mina se cruzó de brazos.

— Sé que está para comérsela de un bocado, pero Irene tiene cambio de vestuario en media hora y solo le quedan unos cuantos minutos, quiere aprovechar que ella está disponible.—mofó.— además quien sabe, tal vez ellas quieran mucha intimidaad —alargó la palabra, provocando un notable sonrojo a Rosé.— Venga cambia esa cara de culo que tienes, después me hablas bien de lo que te sucede, no me gusta verte así. — puchereó — ve a hacer tu trabajo, anda.

Rosé asintió, todo esto se estaba poniendo difícil para ella, había tanto que decir que a veces todo se limitaba a solo sonreír falsamente siempre, y eso es lo mas complicado de todo. Arrugó su entrecejo y se dispuso a arreglar diferentes cosa que le disponían su trabajo. Pasó aproximadamente media hora de la cual no pudo pensar más allá de lo que ella creía era correcto, tanto como para ella y su relación con Jisoo. Solo se disponía a ser una descarada mentirosa.

El frío le carcomió la poca dignidad que en cierto punto estaba dispuesta a perder. Bajó los escalones, y gotas de agua le cayeron en el cuerpo. Las lluvias constantes en Seúl ya eran bastante comunes para el inicio de temporada de invierno.

Soltó un largo respiro mientras se disponía a dejar la basura del staff de su jefa.

Y como si el mundo estuviera en su contra, vió a la chica que más amaba en el mundo, esperando bajó la lluvia con un pequeño ramo de rosas amarillas. Rosé reguló su respiración mientras sentía como todo lo que ella nunca quiso le estaba pasando frente a sus ojos.

— Jisoo... —susurró a medida que avanzaba, el frío invernal le golpeó la cara, pero eso era lo menos importante en estos momentos. — yo...

— No podía estar tanto tiempo alejada de ti, no podía y esa idea me atormentó estas semanas. Yo te amo Rosie, yo... — Jisoo no pudo terminar la frase, sintió como la chica de sus sueños le rodeó para un cálido abrazo.

— Yo te extrañé con cada latido de mi corazón. —respondió Rosé con las mejillas carmesí y su rebelde cabello esparcido por su rostro.

— Se supone que ya estamos bien, ¿verdad? — preguntó, rodeó su cintura con sus cálidas manos y besó la coronilla de su cabeza, en un gesto dulce.

Rosé asintió, y levemente bajó su rostro, la culpa, si, ese es un feo sentimiento que te saca lo peor que puedas imaginar, si sentirse como una mentirosa es lo más feo que exista y más cuando le mientes a la persona que amas...sí, rosé odiaba esa terrible esa sensación.

— Tienes que entrar, te vas a resfriar, ven — le tomó dulcemente la mano, y la chica a gusto correspondió y en su más profundo ser sintió como si las cosas otra vez estuvieran encajando.

— Tengo tanto que contarte, tengo..

— Calla y entra, después me lo dices todo, ahora solo hay tiempo para secarte.— Rosé advirtió, tomó el cuello de la chaqueta y le metió a dentro. —Quédate aquí y por ningún motivo salgas, traeré unas toallas.

Jisoo asintió como buena novia que era, pero si que algo muy en el fondo le estaba a diciendo que algo no estaba bien y que la chica de sus sueños le estaba ocultando algo, ¿Pero que debe hacer? si ya la tiene, Para que arriesgar todo lo que ellos construyeron por solo suposiciones, porque solo eran eso, suposiciones.

[...]


Jisoo soltó una respiración aguda mientras estaba subiendo las escaleras al departamento de lisa, si odiaba ser tan distraída y sí odiaba sentirse tan torpe en situaciones que como adulta responsable tienes que estar pendiente.

Abrió la puerta con la llave que esta le dió hace un buen tiempo. Miró si lisa se encontraba allí.

— Lisa, ¿no estás aquí?— gritó desde el living. Sintió el aire acondicionado en su cara, bueno si es que no estaba aquí seguramente estaría con su novia jennie.

Esperó un buen momento rescostada en una columna. Tarareaba una canción que cumpuso para Rosé hace dos meses. Preferio irse por un momento ya que no récordo el que lisa se demorara tanto haciendo quien sabe de cosas.

— Venga que por fin apareces — Jisoo habló viendo como su hermana llegaba vestida con un traje negro. Lisa siempre que tenia oportunidad vestia con traje, ella los prefería antes que los vestidos, ya que según decia le iban mas y eran más cómodos de usar. Sin embargo, eso no evitaba el que siguiese usándolos en muy pocas y elegibles ocasiones.

— Es mi casa, me demoro lo que yo quiera — respondió con cierto fastidio.— ¿se puede saber a qué vienes?

— Bueno pues parece que dejé unas cosas aquí cuando estábamos en el desayuno de ayer. — dijo Jisoo— ¿podrías dármelas?

— Eh, mira en el cajón de arriba, ahí dejo cosas que no son mías ni de Jennie.

La menor asintió llevando consigo su cuerpo a la parte de arriba. Buscó el cargador de su móvil, le agarró mientras se detuvo viendo unas bragas rosas, parecidas enormemente a las de Rosé. Aquello le pareció extraño Jisoo, pero no podían ser las de ella, no podían ser las bragas de su novia ya que hay millones de bragas rosadas y era posible, en el hipotético caso, que sólo fuese una coincidencia más.

Solo es una coincidencia, pensó, Rosé no le haría eso, ella no jugaría con sus sentimientos y no le haría sentir mal, ni muchos menos la engañaria con su hermana, por que claro, rosé no es asi.

Ella no le haría ese tipo de cosas, Rosé la ama, siempre la amó.

"No todo es lo que parece"

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