37. Pasteles Rosas parte 17
Autor/a: @feyhunter78

Descripción: Es un fin de semana de tres días, así que sales a bailar, te encuentras con Miguel y Gabi hace su propia investigación.

Realmente no estás seguro de cómo no hiciste la conexión entre Miguel y Spiderman antes.
Tienen la misma complexión, voces similares, hacen la misma inclinación de cabeza y te llaman cariño, junto con algunos otros apodos cariñosos.

"T/N, t/n, tierra a t/n". Janey está agitando su mano frente a tu cara, su bolso en su hombro.
Vuelve a la realidad y pasa las imágenes de las noticias de Spiderman salvando un autobús lleno de personas mayores. "Sí, lo siento, estoy escuchando".

"¿Lo estás? Porque el director Alan acaba de enviarnos un correo electrónico diciendo que se rompió una línea de agua, por lo que la escuela se cancela mañana, y yo estaba tratando de contártelo".

"¿En serio? Entonces, ¿tenemos un fin de semana de tres días?" Dejas tu teléfono, boca abajo, para no tener la tentación de volver a levantarlo y buscar obsesivamente más imágenes de Spiderman.

"Sí, ¿así que estoy pensando en salir esta noche?" Janey sugiere una expresión traviesa en su rostro.

"Oh no, no, ¿vamos a ir a uno de esos clubes extraños donde todas las bebidas no se llaman como realmente son, y el DJ usa una máscara o algo así?"

Janey pone los ojos en broma. "Te llevo a un bar clandestino que es un poco raro-"

"¿Un poco? Janey, la gente estaba teniendo sexo en el suelo".

"Eso no suele ser parte de eso, ¿eso fue realmente extraño?" Janey admite, dándote una sonrisa de disculpa. "Pero aún así, conozco este nuevo club, es realmente genial y no es extraño en absoluto".

Janey es una mentirosa. El club es súper raro. Todos los empleados están vestidos con una extraña tela de lentejuelas, las bebidas son muy baratas, el DJ sigue cambiando las canciones a la mitad y todo el lugar está ubicado en un hospital abandonado.

"Janey, este lugar explota, ¿podemos irnos?" Gritas por encima de la música, tratando de fingir que no te da asco la pareja que se besa en una cama de hospital de hace décadas.

"Es una experiencia, t/n, solo relájate, toma otro trago, si la música no mejora a la medianoche, nos iremos".

Miras tu teléfono, ahora son las once y media, puedes aguantar treinta minutos más.

"Está bien, pero tráete mi bebida y yo guardaré nuestro lugar".

Janey sonríe y te agradece, luego desaparece entre la multitud.

Te balanceas al ritmo de la música, observando a los demás a tu alrededor. Todo el mundo parece divertirse mucho más que tú. Entonces la canción cambia, el bajo es tan fuerte que lo sientes en tu pecho.

Janey regresa y te entrega tu bebida. Ambos chocan sus vasos de plástico y los beben.

"Oh, eso es tan malo, ew, ew, ew, ¿qué diablos había en esa gasolina?" Janey arruga la nariz y tose en el codo.

La tuya también fue bastante mala, pero estás acostumbrado a tomar tragos de mierda de tu tiempo con Todd.

"Vamos a bailar, me gusta esta canción". Dices, extendiendo tus manos hacia Janey y empujándola más hacia la multitud.

Sales del club justo a la medianoche, agradablemente zumbada pero no borracha, y los dos comparten un taxi de regreso a sus apartamentos, con Janey prometiendo que la próxima vez elegirá un lugar mejor.

Te despides con la mano y tomas el ascensor hasta tu apartamento, alisándote el vestido en el reflejo de las puertas. Ajustado, escotado, un color hermoso, te encanta este vestido porque te ves muy bien con él.
Una parte de ti se pregunta qué pensaría Miguel al respecto.

Juegas con la idea de llamar a su puerta, fingiendo que necesitas su ayuda con algo, pero lo piensas mejor. Es medianoche, Gabi definitivamente está dormida, no querrás despertarla accidentalmente y que te vea con un traje de discoteca.

Las puertas del ascensor suenan, sales y te encuentras con Miguel.

Te mira de arriba abajo y luego levanta una ceja.
"¿Salir de noche?"

Intentas tirar sutilmente hacia abajo de tu falda. "Sí, pero fue un poco aburrido, así que nos fuimos temprano".

Sus ojos parpadean detrás de ti. "¿Nosotros?"

"Janey y yo"

Se relaja visiblemente y estira los brazos detrás de la cabeza. "No puedo dormir, pensé en ir a correr".

Tus ojos beben en la curva de sus brazos, la flexión de sus músculos a través de las largas mangas de su ajustada camisa gris.

Lo deseas tanto, tanto que empiezas a abrir la boca para decir algo que culparás al alcohol que inunda tu sistema, luego recuerdas la cara de Gabi. Cómo se aferraba a ti llorando, qué miedo tenía de que nunca regresaras.

No puedes arruinar esto, no puedes lanzarte contra Miguel solo porque es amable, inteligente, guapo, un buen padre y come coño como un puto campeón.
Tienes que ser inteligente con esto, no solo tú y él, sino tú, él y Gabi. Y nunca harás nada para lastimar a Gabi, y estás seguro de que tampoco lo haría Miguel.

"Eso es muy malo, espero que te canse". Dices, obligándote a mirarlo a los ojos y estabilizar tu respiración.

"¿Y qué hay de ti? ¿Estás listo para correr?" Su voz baja, y sabes exactamente lo que está preguntando.

"No puedo." Dices incluso mientras gritas internamente, las partes de tu cerebro alimentadas por la lujuria te maldicen de seis maneras hasta el domingo. "Estoy tan agotada y he estado bebiendo que no sería una buena idea".

Miguel te escanea una vez más, luego asiente. "Tómate un Advil antes de irte a la cama, te haré el desayuno, te veo a las diez".

Te amortigua por un momento. ¿Te está invitando a salir?

"Si quieres, sin presión". ¿Él retrocede, frotándose la nuca, su expresión tímida y nerviosa?

¿Miguel O'Hara está nervioso?

Te acercas a él y pasas tus labios pintados por su mejilla, dejando una huella perfecta de tus labios, el rosa de tu lápiz labial complementando su piel bronceada. "Me gustaría eso. Te veré a las diez".

Luego te deslizas en tu apartamento, te dejas caer en tu sofá y gritas en la almohada más cercana.

"¿Lyla?"

"¿Sí, Gaby?" Lyla aparece en la habitación, su forma atenuada para que coincida con la poca luz de su habitación.

"¿Papá está aquí?"

"Parece que está en el pasillo con t/n, ¿quieres que le diga que estás despierto?" Ahora está sentada al lado de la cama de Gabi, con una mirada de preocupación en su rostro.

Gabi se pone de espaldas y contempla el resplandor de las estrellas oscuras en el techo. "No, está bien."

Lyla tararea en respuesta. "¿Algo más pequeña?"

"¿Puedes ver si la Sra. T/N es soltera?"

"Claro, un segundo".

Gabi abraza a su oso con más fuerza mientras espera.

"Lo es, y parece... oh, ya sabes, tal vez tu padre debería contarte estas cosas".

"Lyla, vamos, pensé que eras genial". Gabi hace un puchero, se sienta en su cama y mira fijamente los movimientos de Lyla.

"Ugh, está bien, pero prométeme que le dirás a tu padre que te enteraste de esto en las noticias o algo así".

"Lo prometo." Gabi dice, frotándose los ojos, el sueño ya tirando de ella, llamándola de regreso a la tierra de los sueños.

"Todd Jameson, veintiséis años, encontrado muerto en el río Brooklyn. Aparentemente, estaba bastante arañado, pero probablemente fue por las cosas que había en el río". Lyla se muerde el labio y continúa. "De todos modos, en otras noticias, se reventó una tubería de agua en tu escuela, ¡así que tienes un fin de semana de tres días! Eso es súper emocionante, felicidades, chico".

"No hay clases mañana, yay". Gabi bosteza y se recuesta, acurrucándose más cerca de Oso.

"Sí, no hay escuela, así que solo duerme un poco, ¿de acuerdo? No pienses en nada más que en lo que te vas a divertir con tu papá en este fin de semana de tres días". insiste Lyla, su tono suave mientras Gabi se queda dormida.

"Prométeme que le dirás a Papá que la Sra. T/N está soltera". Gabi insiste, luchando contra el sueño como un tejón de miel salvaje.

"Lo haré, lo prometo. Ahora duerme, fin de semana de tres días".

"Fin de semana de tres días". Gabi susurra, con la cabeza gacha y su respiración igualándose mientras Lyla se disipa de la habitación.

Miguel consulta su reloj para ver un mensaje de Lyla.

No podrías haber sido más sutil con su muerte, ¿verdad?

Se ríe y se pone su traje. Parece que necesita deshacerse de un cuerpo.