27. Pasteles Rosas parte 11
Autor/a: @feyhunter78

Descripción: Pasas algún tiempo informando, enseñando y aguantando a los padres.

"¿Hiciste qué?" Janey grita y se tapa la boca con la mano mientras relatas los acontecimientos del sábado por la noche.

"Puede que Spiderman me haya comido o no... y lo haya llamado por el nombre del Sr. O'Hara".

Te quejas, escondiendo tu rostro entre tus manos.
"He estado allí." Melissa comenta, "aunque no con Spiderman, con mi exmarido".

Los ojos de Janey estaban muy abiertos y sacudió la cabeza con incredulidad. "Chica, ¿qué? ¿Cómo? ¿Qué hay de tu novio?"

Cierras los ojos, gimiendo al recordar la culpa que sentiste cuando regresaste a tu apartamento con las piernas temblorosas, pasando junto a un Todd aún inconsciente antes de encerrarte en tu habitación y tratar de olvidar lo que pasó en el techo.

"Él no sabe, obviamente, Spiderman es como su héroe favorito, lo aplastará". Dices, pasándote las manos por la cara.

"Siento que la parte del engaño lo aplastará más, pero ya sabes, ¿soy solo yo?" Melissa te da palmaditas en el hombro mientras sale de la sala de profesores. "Mantén la barbilla en alto, chico, no vale la pena el estrés de todos modos".

Te hundes en el sofá. "Uf, Janey, ¿qué debo hacer? Y, Dios mío, ¿cómo se supone que debo mirar al Sr. O'Hara a los ojos?"

Sientes que los cojines del sofá se hunden y Janey te abraza. "Todo estará bien, solo necesitas averiguar tus próximos pasos. Terminemos hoy, luego preocúpate por lo que le vas a decir a Todd".

Asientes y le devuelves el abrazo. "Está bien, sí, tienes razón, solo me concentraré en enseñar y luego resolveré el resto".

Caminas hacia tu salón de clases, alisándote la falda, respirando profundamente por la nariz mientras tratas de calmarte.

Todd se había ido cuando te despertaste el domingo y te habías dado un baño relajante, pasando las puntas de los dedos suavemente sobre las extrañas marcas en tus muslos. No habías sentido ningún dolor esa noche. Honestamente, no sentías nada más que un placer cegador, tu respiración se hacía más pesada solo con pensar en la forma en que su lengua y sus dedos se curvaban dentro de ti, la forma en que su voz ronca se hacía más profunda cuando hablaba español. No te habías sentido tan bien desde tu primer sueño húmedo con Miguel-

"¡Y Spiderman tiene garras y colmillos! ¡Los vi en las noticias!" Captas un breve fragmento de conversación cuando pasas por un salón de clases abierto, y tu mente da vueltas, tus pasos tartamudos te mantienen junto a la puerta.

Eso es lo que son esas marcas.

"Escuché que sus colmillos tienen veneno que paraliza a cualquiera que muerde". Uno de los chicos dice, la emoción clara en su tono. Spiderman es un héroe, el héroe de la ciudad. Derrotó a todos los villanos que ascendieron al poder hasta que no quedó ninguno. Ahora pasa su tiempo protegiendo al civil promedio, como tú...

¿Paralizar? El pensamiento persiste por un momento, tu mente da vueltas, destellos de imágenes, Spiderman te muerde el muslo, tu cuerpo se bloquea, libre para que él juegue como desee. Las chicas buenas toman la polla. ¿Te follaría así? Arregla tus miembros como él deseaba, juega con tu cuerpo, extrayendo orgasmo tras orgasmo de ti, mientras te acuestas flexible debajo de él.

Sería tan bueno no tener que preocuparse por eso. Entregarme a sus manos, dejar que joda cada pensamiento en tu mente, inclinado sobre ti, su aliento en tu piel, su voz profunda susurrando, qué buena chica, tomas mi polla tan bien, querida.

"Sra. T/N, perdí mi diente". La boca de Dahlia está sangrando y sostiene orgullosamente su diente en la mano.

"Oh, oh Dios mío, eso es tan emocionante, vayamos a la enfermera y limpie todo". Sonríes a Dahlia, desterrando todos los pensamientos de Spiderman de tu mente.

Ahora no era el momento de estar cachondo, tenías un trabajo que hacer.

Una vez que resolviste la situación de los dientes de Dahlia, la llevaste de regreso al salón de clases y comenzaste a escribir la fecha en la pizarra y el horario del día.

No es inusual que Dahlia esté aquí un poco temprano. Tu sabes que sus padres trabajan y les dijo que estaría bien que la dejaran temprano y esperaran a que comenzara la escuela en su salón de clases.

Claro, puede significar que puedes pasar menos tiempo en la sala de profesores antes de que comience la clase, pero sabes lo difícil que es para los padres que trabajan, y Dahlia es una buena niña. Ella siempre viene con alguna historia loca que contarte, o trata de adelantarse en su próxima lectura asignada.

"Sra. T/N, ¿puedo preguntarle algo?" La voz de Dahlia es tranquila, algo a lo que no estás acostumbrado. Es una chica segura de sí misma con un ingenio rápido y no tiene problemas para asegurarse de que la escuchen.

Dejas tu marcador de exposición y te arrodillas junto a su escritorio. "Por supuesto, cariño, puedes preguntarme cualquier cosa".

Se frota los ojos, ya empezando a sollozar, y tu corazón se rompe. "Simplemente no entiendo esto". Saca la tarea de matemáticas de ayer y la coloca en su escritorio.

Está arrugado, lleno de arañazos y marcas de borrador, y tu corazón se rompe aún más cuando ves las caritas tristes que ha dibujado en lugar de respuestas.

"Oh, cariño, está bien, las matemáticas son difíciles". Le frotas la espalda reconfortantemente y alisas el papel. "¿Por qué no me dices dónde tienes problemas y lo revisamos juntas?"

Dahlia solloza pero asiente y comienza a señalar dónde se está atascando.

Lo revisas con ella, explicando paso a paso, desglosándolo, para que entienda el proceso.

Pronto lo entiende, aunque todavía tropieza, los sietes son especialmente difíciles para ella y puedes sentir que se frustra de nuevo. Después de su tercera respuesta incorrecta, tira su lápiz y entierra su cara en sus brazos, las mariposas en sus trenzas golpean contra el escritorio. "No puedo hacerlo, soy un estupida".

"No, no, no, no eres estúpida, Dahlia, eres tan, tan inteligente, solo lo estás pasando mal. Está bien, Sra. T/N, también es mala en matemáticas".

Ella te mira. "¿En realidad?"

Sonríes y cruzas los brazos sobre su escritorio antes de apoyar la barbilla en ellos, de modo que tus ojos estén al mismo nivel que los de ella. "Sí, tuve problemas con las matemáticas todo el tiempo que estuve en la escuela. Todavía tengo problemas con eso, pero está bien porque sé que soy inteligente en otros aspectos, como la lectura y la historia".

"Me gusta leer." Ella murmura, su pequeña mano agarrando la manga de tu blusa, buscando consuelo sin palabras.

"Y eres muy bueno en eso, siempre le digo a tu mamá y a tu papá lo bien que lees y cómo ayudas a tus compañeros de clase cuando tienen dificultades".

"Me gusta ayudar".

"Y creo que esa es una de las muchas cosas que te hacen especial, así que no seas malo contigo mismo solo porque las matemáticas son un poco difíciles. Eres una chica muy inteligente, solo tienes que dedicar un poco más de tiempo a las matemáticas". , y eso está bien".

Se limpia la nariz con la manga y asiente. "Está bien, señorita T/N, gracias".

Aprietas su antebrazo y luego te pones de pie. "Por supuesto, cariño, siempre estaré aquí para ti".

Son las seis y diez, la mamá de Tommy llega tarde. Das golpecitos con el pie contra el linóleo, observando la puerta mientras la esperas, con el estómago revuelto por los nervios.

Todd estaba haciendo estallar tu teléfono, y ni siquiera podías soportar mirarlo, demasiado nervioso para siquiera leer, así que deslizaste tu teléfono en el cajón de tu escritorio.

"¿Sra. T/N?" La voz de una mujer llamó tu atención, y de repente quien asumiste que era la Sra. Tompson estaba sentada frente a ti.

"Sra. Tompson, sí, hola, muchas gracias por venir". Le das la mano para que te la estreche, pero ella solo la mira y luego se cruza de brazos, recostándose en la silla.

"¿Dijiste que Tommy ha tenido algunos problemas con los otros niños?" Ella dice, sus ojos revoloteando a través del tablero, sin interés.

"Bueno, en realidad... él ha sido el problema. Es disruptivo y sé que no está tratando de ser malo o irrespetuoso, pero sus acciones están irritando a sus compañeros de clase y no quiero que termine ahuyentando a sus amigos". ."

Ella te miró, sus labios apretados en una línea apretada. "Entonces, ¿qué vas a hacer al respecto?"

Parpadeas. "¿Perdón?"

"Eres su maestra, ¿no puedes simplemente obligar a los niños a llevarse bien?"

Tomas una respiración profunda. "Señora, no puedo obligar a los niños a llevarse bien, ellos tienen sus propias mentes y opiniones, todo lo que puedo hacer es ayudar a aliviar la tensión, pero todo lo que he intentado no funciona. Por eso quería hablar con Yo-"

"Entonces, ¿estás diciendo que esto es mi culpa?" Ella espeta, sentándose en la silla.

"No, no, quería hablar contigo para que podamos trabajar juntos y encontrar una solución para Tommy. Realmente creo que tal vez podría beneficiarse de algunas pruebas, muestra muchos signos de TDAH, que no es una cosa mala-"

"Mi hijo no es un bicho raro; no necesita pruebas". Ella entrecerró los ojos hacia ti, la ira se filtraba en su voz.

"No, él no es un bicho raro, es un buen chico, solo creo que podría necesitar un poco de ayuda adicional, y-" Sacas los folletos y se los das- "si trabajamos juntos, realmente creo que él podría prosperar en clase." Ella toma los folletos, los hojea y luego los arroja de nuevo a su escritorio.

"Obviamente, no puedes manejar a tus estudiantes, y solo quieres que se droguen, para que no tengas que hacer ningún trabajo real".

"Señora Tompson, le aseguro que ese no es el caso". Levantas las manos, pacificando.

No era así como se suponía que debía ir, habías investigado, comenzaste con calma y reiteraste que Tommy era un buen chico. Solo querías darle un poco de apoyo extra.

Ella se pone de pie, rodando los ojos, su voz fría. "Iré con el director para sacar a Tommy de tu clase, no necesita ser arrastrado por una maestra mediocre que obviamente no se preocupa por sus alumnos".

"Sra. Tompson-" La llamas, pero se ha ido, el sonido de sus tacones se aleja cada vez más.