Pov Rosé.

Ya había pasado un mes desde que me mudé a Seúl, el semestre se me ha ido de maravilla a pesar de las castañas.

Lisa había decidido descansar un poco de la toxicidad de Jennie y le pidió un tiempo para recuperar su paz mental; obvio no es nada fácil para ella, hay veces en las que me llama a altas horas de la noche diciéndome que la extraña.

En cambio la castaña se las pasa diciendo que es mi culpa el que Lisa le pida tiempo, siempre está diciendo que yo me quiero quedar con Lisa cuando fue ella quien decidió por si misma.

En mi caso, por fin acepté la realidad, me gusta Jisoo. Todo este mes traté de ignorar mis sentimientos pero cada vez eran más y más fuertes, no resistí más y cedí.

Cada que veo a Jisoo por la ventana me hace mal ver como la suele pasar en su casa.

Su abuela había venido a visitar a mi papá y "sin querer", escuché su conversación "de adultos". La señora Kim dice que Jisoo tiene problemas de ira y odia a todo el mundo por todo lo que le ha pasado, y es que precisamente unos días antes los padres de Jisoo habían echado las cosas de Jisoo a la calle.

La señora Kim, o como yo la llamo amistosamente "Mamá Kim", constantemente ha estado detrás de Jisoo, la ha cuidado y defendido de sus padres a pesar de ser hipertensa; admitió que Jisoo había intentado escapar de ese lugar pero ella la detenía, no quería perder a su nieta.

Fue en un momento en el que me escuchó tocando la guitarra y cantando mi canción favorita que se acercó más a mi para preguntarme si estaba enamorada. Al principio se lo negué pero ella ya sabía que sí, ¿curioso no?, Apenas me conoce pero ya puede leer mis pensamientos.

Es verdad que hay alguien que me gusta, no pensé hasta ese momento en que pensé en ella que lo acepté.

Jisoo me gusta.

Pero tengo miedo; miedo de que me utilice como saco de boxeo, miedo de que me haga mierda y me abandoné.

Dejo escapar un suspiro y miro por la ventana hacía la casa de mi vecina, esta sentada observando la lluvia haciendo algo en su cuaderno; me siento en la cama y me dispongo a observar la lluvia caer tan delicadamente.

Miro hacia el cielo preguntándome que será de mi vida en ocho años; ¿tendré una familia? ¿terminaré mi carrera? ¿seguiré con vida?.

Dejo escapar una lágrima al recordar a mi mamá, aquella mujer tan llena de energía, tan simpática y extrovertida; siempre al pendiente de mi padre y de mi, a veces me gustaría retroceder en el tiempo y volver a abrazarla.

Abrazo mis piernas y me lanzo a llorar desconsoladamente, agradezco que mi padre esté en el trabajo a estas horas, aprovecho mejor para llorar sin que me pregunte.

Por primera vez en todo este tiempo me siento sola.

Suelto jadeos y me sorbo la nariz para tratar de calmarme, observó a la casa de mi vecina y la veo a ella.

Mantiene su mirada fija en mí, debo admitir que me gusta y a la vez me asusta. Veo como hace garabatos en su hoja y lo descubre para que yo pueda saber que es lo que había puesto.

El escrito "you're good?", Se deja ver en el blanco papel; quiero mentirle, quiero decirle que si estoy bien pero su mirada está fija en mis ojos y a pesar de la poca distancia que nos separa, ella se da cuenta de que no estoy bien.

Vuelve a levantar el papel esta vez con otro escrito, "Do you want me to go?". (Quieres que vaya?)

No lo resisto más, no puedo mentirle, mis ojos me delatan y ella lo sabe.

La veo, poniéndose sus zapatos y alejarse de la ventana, vendrá, lo sé.

Sale de su casa y la veo cruzar la calle sin ningún tipo de miedo, estoy aterrada pero a la vez la quiero a mi lado.

Escucho el timbre y bajo rápidamente a abrirle, no lleva nada más que unos pantalones de chándal y una chaqueta negra que la cubre de la lluvia, la hago pasar para que no pesque un resfriado y cierro la puerta.

Ella se quita los zapatos y la chaqueta y las deja en el suelo.

-Hola...- dice golpeando sus manos por sus muslos.

-Hola...- respondo tímida.

-¿Estás bien?.- pregunta.

Oh vamos, si ya lo viste con tus propios ojos ¿por que vuelves a preguntar?.

Me mantengo en silencio tragandome las lágrimas, con un gran nudo en la garganta.

Ya no resisto más y me lanzo a llorar en sus brazos.

Muy precipitado lo sé, pero ¿que más puedo hacer?, tengo a la persona que me gusta en frente mío preguntándome si estoy bien, para colmo se ve demasiado bien con ese conjunto de entre casa.

Me acaricia el cabello y sisea para tratar de tranquilizarme; sigo llorando, extraño mucho a mi madre y en el trayecto aprovechó para llorar por todo el estrés que me ha causado la Universidad estos últimos días.

-¿Quieres ver una película?.- dice.

-Crei que eras una mierda a la hora de consolar personas.- respondo limpiando mis lágrimas.

-Si, pero Jennie ha estado llorando durante todo este mes y ya estoy acostumbrada.

Se separa de mi y se me queda viendo, sus ojos son tan hermosos que me pierdo en ellos a los cinco segundos, no negaré que tengo ganas de besar sus labios, quiero saber a qué saben y principalmente, si me perteneceran por siempre.

-¿Quieres que preparé palomitas?.- dice, haciendo que la tensión entre ambas desaparezca.

Yo sólo asiento nerviosamente.

No es la primera vez que viene a mi casa pero si la primera vez que estamos juntas las dos... solas.

Hemos pasado muy buenos momentos juntas; aún recuerdo esa vez que nos mandaron a una fiesta en la Universidad, estábamos pasando un divertido momento hasta que unos degenerados intentaron pasarse de listos con nosotras.

Lisa se dio cuenta de sus intenciones, avisó a Jisoo y ambas le rompieron una silla a esos chicos. Se oye como chiste pero es verdad; mediante eso se armó una batalla campal a la cuál salimos intactas... no puedo decir lo mismo de Lisa y Jisoo.

Esa noche Lisa se llevó a Jennie en su coche mientras que Jisoo y yo decidimos caminar, en la medianoche caminos por el parque y nos hicimos más cercanas.

-Las palomitas ya están, espero que hayas puesto una película que valga la pena.- se burla.

-¿Qué tiene de malo Monster High?.- me quejo -¡No quiero ver transformers, es bastante aburrido!.

-Misma basura, diferente basurero.- dice en tono burlista.

-¡Largo de mi casa!.

Ella suelta una carcajada la cual me contagia; es hermosa y no voy a negarlo.

Se acerca con el tazón de palomitas en mano y se dirige hacia la televisión para buscar una película que a ambas nos guste.

Después de discutir de cual película deberíamos ver, nos decidimos por Barbie Escuela de princesas. Si, fue mi elección.

Nos acomodamos en el sofá y nos dispusimos a disfrutar de la peli.

****

La película había acabado y mi padre aún no llegaba, no me gustaría que llegase y malpenasara la escena por que estábamos demasiado juntas como para que se crea la típica excusa de "estábamos viendo películas".

-¿Tu padre no llegará aún?.- pregunta agarrando un puñado de palomitas.

-No lo sé; y ya me preocupa...- respondo desanimada.

Cada que llueve temo por la vida de mi padre; cualquier cosa puede pasarle con la carretera completamente mojada.

-Creo que ya debo irme.- dice levantándose.

De la nada la puerta se abre.

-¡Rosie ya llegué y alguien vino a visitarte!.- gritaba mi padre acercándose a la sala.

Nos ve a Jisoo y a mi en el sofá, al principio me aterro por que cualquier cosa puede estar pasando por su cabeza pero cuando se acercó a chocar los puños con Jisoo me relaje bastante.

-La cuidaste ¿no, chinchulin?.- dijo chistoso.

¿¡Chinchulin!? ¿¡Es en serio!?.

-Por supuesto que si Mister increíble.

¿Desde cuando mi padre se lleva tan bien con su futura nuera?.

-Dave ya dejé las cosas en la cocina como me dijiste.- Lisa se unió a nuestra conversación. -Hola Chu.

Ambas se saludan con el puñito, parecieran todos unos adolescentes.

-Me tengo que ir, hasta mañana Pasta.

Se despide de mi con un abrazo y de mis nuevos visitantes; recoge sus cosas del suelo y sale de la casa con extremo cuidado.

Mi padre y Lisa se encuentran conversando animadamente sobre cosas randoms, nunca entendía sus conversaciones por eso prefería no unirme.

Una vez almacenado toda la comida nos sentamos a ver películas en netflix, esta vez repitiendo el mismo procedimiento que hice con Jisoo pero esta vez con Lisa.

Recosté mi cabeza sobre su hombro y empecé a cerrar los ojos lentamente; me estaba quedando dormida.

****

Desperté en mi cama y con Lisa a mi lado, está llevaba sólo una simple camiseta y sus boxers, me aterre por un momento pero recordé que ella no es capaz de hacer eso y menos en la misma casa en la que está mi padre que es capaz de cortarle el amiguito.

-Jen...- dice una adormilada Lisa. -Jen...

Extraña a Jennie lo noto en su mirada, aparenta ser fuerte pero ella la necesita y no creo que sea capaz de aguantar verla mañana.

Le cubro el torso con la manta y le aparto el flequillo para poder admirarla un momento; siempre fue asi de bonita.

Depósito un tierno beso en su frente y la abrazo, como cuando éramos niñas.

-Ya te atrape ardilla humana.- dice soltando una risita.

En estos momentos agradezco que las luces estén apagadas así no nota mi sonrojo.

-Por que mejor no me cuentas que pasó entre Jisoo y tu esta tarde.

Lisa se acomoda en la cama y hace señas para que me coloque a su lado y así lo hago, me acurruco más en ella y no puedo evitar soltar un suspiro. ¿Como es que Jennie esté desaprovechando a esta mujer?.

-Ya Simón, dime que han hecho.

-No hicimos nada, te lo juro.- respondo ya apenada.

-Si claro y Jennie no es tóxica.

Le proporcionó un golpe amistoso antes de continuar con mi relato.

-Y ya; sólo eso; no hubo nada de otro mundo.- digo.

-Menos mal, recuerda que soy capaz de matar a Jisoo si se pasa contigo.- responde.

-Lo sé, y gracias por tus cuidados de hermana mayor pero ya estoy bastante mayorcita como para que me trates como a una niña ¿No crees?.- dejo golpecitos en su nariz.

-Tu puedes tener cuarenta y tantos años y seguirás siendo una niña para mi Roseanne.

-No seré tu niña para siempre LaLisa.

-Por eso prefiero aprovechar cada segundo a tu lado.

-Awwww no tienes a quien decírselo y me lo dices a mi, que tierno... ya te hace falta Jennie.- me burlo.

-Y a ti Jisoo para que dejes de molestarme.

-Tampoco te enfades; Jennie se lo merecía y lo sabes.

-Admito que si... y ya te extrañaba; durante todos estos años, me alegro de no haberte olvidado.

-Yo también te extrañe, demasiado, lloré mucho el día en que te marchaste.

-Lo sé, me hubiera gustado quedarme pero no era mi decisión.

-Tranquila, lo peor ya paso...

-Si...

Ambas soltamos un suspiro y nos mantuvimos en silencio.

-Extrañas a Jennie ¿no es así?.- digo.

-Cada segundo...- suspira. -No hay un sólo momento en el que no piense en ella.