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ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴠ

Pov Rosé.

Me levanté a duras penas de mi cama, había pasado toda la tarde con Lisa y luego fuimos a cenar a casa de unos amigos de papá; por lo menos no fue a casa de los vecinos sino no sabría como aguantar la incomodidad.

Era mi segundo día en la Universidad y ya no tenía ganas de continuar; que ironico. Llegué al baño a rastras estaba demasiado cansada ni siquiera tenía ganas de vivir pero debo hacer el pequeño esfuerzo, no puedo dejar a Lisa sola por hoy después de haber pasado todo el día con ella y haber molestado a su novia en el proceso.

Dejé que el agua recorra mi piel rígida debido a las horas en cama; estaba hecha un desastre pero nada que una buena ducha no solucione.

Me pregunto, ¿a qué se refería Lisa con que Jisoo tuvo una vida muy dura?. ¿Acaso ha hecho cosas malas?.

No puedo concentrarme en pensar que habrá hecho en su pasado con mi padre golpeando la sartén con una cuchara para que me levanté de la cama; es una tradición que tiene cada que nos dormimos tarde o me duermo tarde, papá sabe que como universitaria no duermo muy bien y cumplo un horario estricto, los dos nos esforzamos en salir adelante.

Siempre fuimos el y yo; desde que mamá falleció no tuve a nadie en quien apoyarme más que él y el en mi; Lisa se mudó demasiado pronto a Corea y eso me lastimó, estaba perdiendo al amor de mi vida.

Siempre tuve sentimientos amorosos hacia ella y ella lo sabía pero no me correspondía y las dos preferiamos guardarlo para no fastidiar nuestra muy bonita amistad, y hablo en serio cuando digo que no me correspondió, pues tenemos una buena prueba de que está con Jennie.

Salgo a toda prisa del baño después de una relajante pero no tan relajante con el sonido de la sartén... ducha, había escogido la ropa antes de entrar, me ahorraba bastante tiempo hacer eso así que es un muy buen hábito que tengo.

Bajo lo más rápido que puedo mientras oigo las quejas de papá; todos sobre su trabajo... wow segundo día y ya tiene quejas que intelectual papá.

Me lanza una tostada y la atrapo para estamparla en el plato y untarle mantequilla de maní como todo desayuno nutritivo que existe en el mundo, me sirvo un poco de jugo y hago lo mismo con el vaso de papá para ahorrarle tiempo y palabras y así siga quejándose por la incompetencia de sus compañeros de trabajo.

Corta la llamada después de tres quejas más y golpea el celular por la mesa, es algo habitual y no me molesta, yo hago lo mismo sólo que en vez del celular lo que golpeó son almohadas.

Me mira con algo de angustia y abre la boca tratando de pronunciar algunas palabras, no sé lo que saldrá de su boca pero me está poniendo nerviosa.

-Disculpame hija- dice con un suspiro de por medio. -Te había prometido que cuando lleguemos aquí las cosas cambiarían y con el equipo con el que me tocó trabajar no hace nada más que cagarla y eso retrasa los proyectos y también el pago de los trabajadores.

Entiendo perfectamente lo que dice y lo entiendo a él, nuestro estatus economico no es ni el mejor ni el peor, pero a pesar de saber utilizar el dinero con delicadeza la mayoría se va a las cosas de la Universidad que por cierto son carísimas.

-Sabes también que odio gritarle al teléfono cuando estás presente pero no podía evitarlo, son unos idiotas. -mantiene su puño derecho cerrado como acto dramático.

Tengo al mejor padre del mundo; a pesar de estar frustrado sigue haciendo cosas para hacerme reír y enfrentar el problema con simpatía; el siempre me entendió, me ayudo en todo momento, me escucho y me aconsejó; sin él no sé que será de mi.

-Ya papá no te preocupes- intento tranquilizarlo posando mi mano en su espalda. -Veras que saldremos de esta; y yo te ayudaré a que eso suceda.

Le sonrió y lo abrazo, estoy orgullosa del padre que me tocó y lo diría a los cuatro vientos una y otra vez por que es verdad, el se merece todo lo bueno del mundo y me prometo a mi misma entregárselo, sea el modo que sea.

Después de la charla motivacional que tuvimos y el exquisito desayuno, me salí rumbo a la Universidad; no era tan tarde así que podría caminar y perderme un rato.

No me molesta en lo absoluto, me encanta caminar y más si es acompañada, que buenos momentos cuando caminaba con Lisa en el parque central de Australia.

Suelto un suspiro y cierro la puerta detrás mío; decidida a olvidarme del mundo por un rato me coloco los audífonos cuando de repente unas voces resuenan por la calle.

-¡Maldición mamá y papá! ¡Siempre es la misma mierda con ustedes ya me tienen harta!.- gritaba la castaña golpeando el aire con los brazos a los costados.

-¿¡Si es así por que no te vas!? O mejor dicho ¿¡Por que no te mueres!?.- respondía la voz en el interior de la casa.

-¡Lo haría pero eso sería hacerles un favor, y yo no hago favores!.- responde furiosa y patea un contenedor de basura en frente suyo.

Observo todo detalladamente y con cuidado de que me vea; así que de eso hablaba Lisa con que tenía una vida muy dura. Dios ¿cómo vivían los vecinos aquí con todo ese griterío matutino?.

Decido hacer como que no oí nada y salgo con los audífonos puestos y con la música a bajo volumen por si es que a Jisoo le apetecía hablarme para hacernos compañía en el pequeño recorrido a la Universidad; no es nada especial pero algo es algo.

Y nadie merece estar sólo cuando tu familia está en tu contra.

Pov Jisoo.
[Minutos antes]

Me levanté a duras penas del maldito colchón hecho de piedra que me habían regalado mis padres por mi "cumpleaños" bueno fue para mi cumpleaños diez Y nueve y ahora ya tengo veinticuatro años.

Muchas veces intenté salir de ese infierno y buscarme un apartamento y vivir ahí yo sola con un perrito para hacerme compañía; ya estoy bastante mayorcita lo sé pero mi abuela es la que me retiene en esa casa donde diariamente me recuerdan lo mierda y la maldita asquerosidad que soy.

Bajé las escaleras pero esta vez con aire diferente; había tenido un mal día ayer; las noches son siempre las mismas desde que Seulgi decidió engañarme y hacerme más mierda de lo que ya me habían hecho, no estaba para más mierdas de mis padres.

-Hasta que al fin bajas fenómeno.- se burlaba mi padre.

-Sera mejor que cierres la boca.- digo entre dientes.

-Uy, que miedo me das, ¿que me harás? ¿Golpearme acaso? Si ni un mosquito puedes matar.

Sus burlas le costarían bastante dentro de unos años.

-Te estoy diciendo que cierres la boca.

Golpeo la mesa y con mi respiración agitada trato de mostrarme intimidante.

Mi madre me golpea la cabeza haciendo que pierda la compostura y le planté un puñetazo en la cara; por alguna extraña razón no me sentía mal por haber hecho eso y eso que soy una persona pacífica.

Empiezo a reirme de forma pausada y como algunos lo llamarían "psicópata" pero se sentía demasiado bien lo que había hecho.

-¡Entonces te crees demasiado mayorcita para golpearme; a pesar de todo soy tu madre y debes de respetarme!.- me grita con los ojos llenos de lágrimas y la nariz ensangrentada.

-¡Tu mereces respeto cuando tu eres una de las primeras que no lo merece por la forma en que me tratas!.- contraataco.

-¡Kim Jisoo estas en serios problemas!.- me amenaza mi padre.

-Oh ¿Qué harás? ¿Golpearme también o sólo echarme de la casa? ¡por que me harías un favor!.- hablé sarcasticamente.

Salí de la casa antes de que mi abuela despierte por el griterío, ella me preocupa y no quiero ser una preocupación para ella en estos momentos, es hipertensa y cualquier cosa le hace mal si le afecta de forma negativa.

-¡Vuelve aquí Kim Fenómeno Jisoo y terminemos esto Aquí sin que los demás se enteren!.- grita mi padre.

Odio ese maldito sobrenombre que me haz puesto pero que gran idea me haz dado. Ignoro totalmente a la rubia que se encuentra saliendo de su casa y grito.

-¡Maldición mamá y papá! ¡Siempre es la misma mierda con ustedes ya me tienen harta!.- respondí con fuerza golpeando el aire dejando mis brazos a mis costados.

-¿¡Si es así por que no te vas!? O mejor dicho ¿¡Por qué no te matas!?.- gritó mi madre desde el interior de mi casa.

-¡Lo haría pero eso sería hacerles un favor, y yo no hago favores!.- respondo bastante furiosa.

Pateo el contenedor de basura que está en frente mío y camino de forma violenta, soy capaz de golpear al primer idiota que se me presente.

Ignoro a la chica que está caminando casi a la par mía pero al otro costado de la calle, la golpearía a ella pero eso dejará en claro que soy una mierda de persona cuando en realidad no lo soy.

Tengo una extraña sensación de querer abrazarla y llorar sobre sus hombros para poder desahogarme todo lo que necesito pero yo nunca lloro; sólo Jennie me ha visto llorar y no es muy divertido, Dios, necesito golpear algo con urgencia pero no quiero hacerlo con la rubia que está en frente mío en estos momentos.

Mantuve mis manos en mis bolsillos y tenía la boca cerrada mordiendo nada tratando de calmar mi ira en mi mente y no acabar echándole mierda a la chica que lo único que hizo desde que llegó aquí es tratar de agradarme.

Cruzo la calle sin mirar a los lados, no me importa lo que me pase, si me arrolla un bus le agradecería en vez de denunciarlo.

Rosé me sigue el paso, cuando estoy a punto de reclamarle recuerdo que vamos a la misma Universidad así que me mantengo en silencio.

Era una mañana de mierda y pensé que está chica me fastidiaria más de lo que ya lo han hecho mis padres pero no era así; al contrario me estaba empezando a gustar su compañía silenciosa; ¿acaso ella se preocupaba por mi muy en el fondo?.

Bah, la he tratado bastante mal, ¿por qué debería preocuparse por mi?; sin darme cuenta suelto un suspiro, espero no me haya oído sino tendría que huir.

El camino a la Universidad se me hacia eterno, pareciera que no llegaríamos nunca y mi ira resurgia lentamente; por la ansiedad que me causaba tenerla aquí a mi lado sin decir ninguna palabra.

Nos faltaba sólo unas calles así que podría aguantarla un poco más si es que Jennie o Lisa no nos atajaba en el camino.

Quería saber si de verdad me seguía así que decidí detenerme de repente para "atarme los cordones". La vi alejarse, me estaba siguiendo pero ahora se hizo la que no. Que inteligente Rosé.

Llegamos a la Universidad y me dirigí rápidamente a mi salón no quería interrogatorios de Jennie, no quería ver como Lisa la llenaba de besos y no quería que Jennie sintiera lástima por mi.

Entré al salón y no había nadie para mi suerte; saqué un cuaderno y una pluma y me puse a escribir.

Escribo para descargarme, todo el dolor y frustración se quedan impregnadas en tinta y papel, Jennie me insiste en que debo buscar trabajo de compositora por las magníficas letras que compongo, lo consideré pero no lo hice, no quería que mis padres pillaran mis escritos.

Veo la hora y aún no llega nadie; por un momento pensé en buscar la sala de música pero no quería arriesgarme a encontrarme con alguien random y terminar hablando de cualquier cosa.

Decidí esperar como cualquier otra persona, seguro que Jennie vendrá y me verá aquí; saltará a abrazarme y me dirá que fue a "dormir" a casa de Lisa.

Me gustaría ser Lisa, no por que Jennie me guste pero si me gustaría tener la vida de Lisa; trabaja de fotógrafa y rentó un apartamento para ella misma; actualmente vive sin sus padres y sólo tiene veintidos años; fuera de todo, esa chica me llena de orgullo.

Descanso mi cabeza por el escritorio mirando hacia la ventana admirando la belleza del cielo.

Maratón 2/3.

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