ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ɪx
Pov Jisoo
Ni siquiera yo me reconocía.
No sabía de donde había salido tanta valentía; no sabía ni siquiera que decía, es decir, Rosé es muy bonita y todo lo que quieran pero no puedo dejar que esto vaya más allá de una amistad.
¿Por qué le hable así? ¿Por qué la besé? ¿Por qué sigo aquí?.
No me podía permitir enamorarme de ella, no me podía permitirme enamorarme otra vez; siempre será lo mismo.
Aunque Rosé… me ha demostrado que no siempre debe ser así… se preocupa por mí, me pregunta si ya comí, me sana las heridas, me hace reír… ¿por que no puedo sólo permitirme intentarlo?. La quiero como una amiga y de ahí no pasará a mayores… o eso es lo que quiero creer.
Tengo tanto miedo Rosé… miedo de ti, miedo a que me lastimes como ella; miedo a que me trates como ella… miedo a que seas como ella…
Justo en este momento nos encontrábamos viendo una película, ninguna se atrevió a mencionar nada del beso para mi suerte, sé oye infantil pero me obligó a ver Monster high, no me quejo, es buena peli y deja un mensaje muy bonito al parecer.
—Esta serie la veía de niña—dice apartandose de mí para pausar la película y acomodarse en frente mío—Deja un mensaje muy bonito; sonará cursi pero esta serie dice que deberías de amar cada una de tus mounstro-imperfecciones, porqué estas te hacen perfecta.
—¿En serio?—balbuceo.
—Sip... ¿te parece patético no es así?—junta sus dedos con un puchero muy tierno.
—No, al contrario es muy buen mensaje; todos deberían aprenderlo...—susurro.
—¿Estás bien?—pregunta.
—Si, es sólo que… ya tengo que irme.
Intento levantarme pero ella me lo impide; Rosé por favor déjame ir, si me quedo posiblemente te bese y te deje sin esa pijama en un dos por tres.
—Pero ¿a donde?—pregunta—No creo que tus padres te quieran cerca después del desastre que hizo Jennie con la puerta.
—No me importa, no puedo dejar a mi abuela—me excuso.
—No tienes porqué seguir aguantando esto.
Tiene razón.
—¿¡Crees que no lo sé!?—respondo—¡He hecho todo para salir de ese maldito infierno!—suspiro—No lo entenderias...
Nos mantuvimos en silencio; me aterra el hecho de que pude llegar a cagarla con mis palabras, herirla es lo último que quiero, ella no se merece a alguien como yo. Rosé no se merece a una persona rota como yo, ella se merece lo mejor, se merece a alguien que la haga feliz sin importar que, alguien que la acompañe en todo momento y le recuerde siempre lo hermosa y tierna que es. No a un… fenómeno...
Ambas seguíamos en silencio, mantiene su mirada fija en la mía mientras que yo intento evitarla sin éxito. Pienso en mandar todo al carajo y besarla por última vez para luego largarme de su vida y dejar de causarle problemas. Hago amago de levantarme de su cama para largarme pero algo me detiene. Más bien; alguien me detiene.
—Déjame ir…—digo entre dientes.
—No lo haré Jisoo…
No lo duda más y me atrae hacia ella con tanta fuerza que caigo en sus brazos los cuales me retienen en un fuerte y caluroso abrazo; uno sincero. Me abstengo de corresponder pero algo me obliga a hacerlo; ella nota que no correspondo e intenta separarse.
¡Pero al diablo!.
Esta vez soy yo la que no quiere dejarla ir; la abrazo tan fuerte que trato de transmitirle todos mis sentimientos ocultos; si pienso desaparecer de su vida, al menos debe de saber que mi corazón le pertenece.
—Quédate conmigo…—susurra.
¿Han oído eso de que "si amas algo déjalo ir"? Bueno, es lo que pienso hacer ahora mismo.
Me separo lentamente de ella y puedo ver que unas lágrimas se resbalan por sus mejillas, esto es lo que causo, cada cosa que toco lo destruyo… no quiero hacer lo mismo con Rosé.
—No puedo…—susurro en respuesta.
—¿Por qué?.
—Porqué…—fui interrumpida.
La voz de su padre retumba por toda la casa, oigo como sube las escaleras de camino a aquí, donde estoy sola con su hija viendo películas; ¿quien no malpensaria esta escena?. Rosé rápidamente le da play para continuar con la peli que está por acabar así su padre no sospecharia.
—¿Rosie estas aquí?—pregunta entrando a la habitación.
—Hola papá—salta a abrazarlo y dejarle un beso sobre la mejilla como saludo. Es como una niña.
—¿Jisoo que haces aquí?—pregunta—¿Y con quien te peleaste?.
Noto el tono de preocupación en su voz, ¿Como le explico que mis padres son unos hijos de puta que no me acepta sólo por mi condición?.
—Veníamos de la Universidad—relata Rosé—Como somos vecinas veníamos juntas cuando en la avenida cerca del edificio de YG, ¿lo recuerdas?—pregunta y su padre asiente—Bueno, cuando pasábamos por ahí un hombre intentó agarrarme y llevarme con él.
El señor Park no sabe que cara poner ante la confesión de su hija, yo sólo me mantengo en silencio pensando en que tan lista es esta mujer.
—Pero Jisoo se dio cuenta y lo golpeó, el hombre hizo lo mismo y así estuvieron hasta que unos guardias de YG vinieron a ayudarnos, el hombre ya está en la comisaría, sé lo llevaron y luego traje a Jisoo aquí para sanarle las heridas y bueno, luego de eso le invite a ver películas.
Hasta yo estoy sorprendida por esta magnífica historia que creó, ¿Rosé de casualidad no serás tu el amor de mi vida?.
—Vaya, no lo vi así... Jisoo—Me mira—Gracias por cuidar a mi pequeña.
El señor Park coloca una mano en mi hombro dejando varios golpecitos en el de forma amistosa, sonrio para hacer más creíble la historia, más de lo que ya digamos.
—De verás chinchulin, no sé que haría sin mi pequeña ardilla.
Este ríe mientras que Rosé hace un tierno puchero; ¡Basta Chae que no me importará que tu padre este aquí! ¡Te sacaré ese puchero a besos!.
—No fue nada señor Park—respondo después de mil años.
—¿Y esas formalidades? Ay por favor ¡Llámame Dave!—ríe.
—Prefiero Mister increíble—guiño un ojo. Este ríe ante mi respuesta y asiente, ganarme la confianza de mi suegro es bien fácil.
—Sigan en lo suyo; yo estaré abajo haciendo la cena, las llamaré.
Finalmente se retira dejándonos nuevamente a solas.
Bien supongo que no me iré hasta cenar…
••••••••
La cena había sido una maravilla, algo exquisito pero sin sobrepasar al insuperable pollo frito.
Llevábamos conversando muy amenamente e incluso nos atacamos con trozos de pan por culpa del señor Park que hacía todo para molestar a Rosé y así empezar una guerra de comida lo cual acabo con nosotros limpiando el comedor y cubiertos de comida.
Rosé se encontraba duchandose en estos momentos, yo lo había hecho después del causante de semejante desvergue. Ahorita me encontraba en la habitación de Rosé, acostada en la cama esperando a que salga del baño para poder despedirme e irme a casa de Jennie, lo último que quiero ahora es que me pidan pasar la noche con ellos, son buena gente pero sinceramente no creo dormir tranquila con semejante paquete entre las piernas y con mi crush en pijama.
—Chu pensé que estabas con papá—dice saliendo del baño con una toalla enrollada en el cuerpo.
Controlate mini-Jisoo.
—¿No te molesto cierto?—pregunta inocente.
¿Molestarme tú? No mi vida, la que molesta soy yo y te quiero pedir disculpas por ensuciar el aire que respiras.
—La que está molestando soy yo, tranquila vístete en paz yo saldré un momento.
Hago amago de salir pero un brazo me detiene, me jala hacia ella con fuerza y me acorrala entre la pared. Por Dios, Rosé tu no tienes lo que yo por eso no estás nerviosa.
—¿Que haces?—pregunto.
—¿Te molesta acaso?.
¡Ahí te voy San Pedro!.
Me la saco de encima y me encierro en el baño, no saldré de aquí hasta que esta se haya vestido y no levanté ningún mal pensamiento y lo más importante. ¡QUÉ CALME A SUS HORMONAS QUE AÚN NO HEMOS TOCADO EL TEMA!.
Escucho como ríe a carcajadas al otro lado de la puerta mientras tanto yo lucho internamente por calmar a mini-Jisoo que por obvias razones quería acción.
—Ya puedes salir Chu; ya tengo ropa.
¡Oh gracias Dios mío!.
Abro la puerta para salir riendo como idiota mientras la regaño por su actitud—No vuelvas a hacer eso sí no quieres que te arranque la toalla y te lo haga incluso con tu padre en otra habitación—amenazo.
Ella ríe. ¿¡Pero esta chica me quiere volver loca o que!?.
—Deberíamos dormir—dice—son casi las doce.
Ella se acomoda en su cama mientras que yo echo una mantita al piso y me acomodo allí.
—¿Qué haces ahí?—pregunta divertida Roseanne.
—Dormir—respondo cortante.
—Ven aquí conmigo, es más cómodo—dice.
—¿Si voy dejarás de romperme los huevos?—Me burló.
—Los huevos si pero el corazón jamás.
Auch.
Me levanto de mala gana y me acuesto junto a ella lamentando haber nacido, Rosé se mantiene con una sonrisa mientras que se acomoda más en mí. Ahora más que nunca debo controlarme. Cierro los ojos lentamente para despejar mi mente y dormirme de una buena vez.
•••••••
Son las tres de la mañana y me encuentro despierta, oigo pequeños ronquidos provenientes de Rosé, hago lo imposible por levantarme sin despertarla, me quedo quieta observandola detalladamente, quiero grabar cada parte de su bello rostro, memorizar cada línea y lo más importante, contenerme de besarla.
Es tan pacífica cuando duerme por sus ronquidos asumo que ha de estar en su octavo sueño, me levanto de la cama y tomo un lápiz y papel, le dejaré una nota de despedida.
Salgo de la habitación para salir de esta cada y dirigirme a mi casa, debo hablar con mi abuela antes de huir.
Sigilosamente entro y voy hasta la recámara de mi abuela.
—Abuela despierta—susurro acariciando su rostro en el proceso.
Despierta desorientada y me mira—¿Jisoo?.
—Shhhh—siseo—abuela, debo irme.
—Mi niña...
Veo la decepción en su rostro pero no me queda otra opción, debo hacerlo.
—Perdóname abuela pero debo irme, si sigo aquí sólo seguiré sufriendo y ni podré ser feliz.
—Lo sé pequeña... por eso no te retendre.
Me abraza con tanta fuerza que siento que el aire me falta pero no me importa, si este será el último que valga la pena.
—Te amo abuela; por favor no les digas donde estaré.
—Te lo prometo Jisoo, sal de este lugar cuanto antes.
Me sonríe y vuelve a abrazarme.
Esta vez ya nada me detendrá, saldré de este lugar pero a la vez me siento mal; mal por abandonar a Rosé.
Me encuentro ahora en la calle bajo la luz de la luna, observando la ventana de mi vecina que sé que duerme muy plácidamente. Aceptaré la oferta de Lisa hasta que pueda conseguir un trabajo y pagarme un apartamento para mi y no causarle molestias a ella también.
He tomado una decisión, no pienso fastidiar la vida de Rosé, no pienso meterme en su vida por obvias razones, ella se merece lo mejor, se merece a alguien que la ame con tanta intensidad, a alguien que la llene de cariño y aporte cosas positivas en su vida.
Ella no se merece a alguien roto como yo, que sólo hiere a los demás por su forma de ser, que destruye todo cuanto toca, que no sabe amar, que piensa que el amor es un castigo y no existe… Ella no se merece a un fenómeno…
Con lágrimas en los ojos, me despido de mi amada Park Roseanne... la persona que ha tratado ver más allá de mi corazón roto, la persona más maravillosa que en mi vida ha llegado.
''Desearía no saber a donde vamos los enamorados rotos.
Si estuviera hecha a prueba de balas, te amaría en negro y azul.
Te daria todo mi amor si tuviera un... corazón de diamante."
Gracias por comentar y apoyar esta historia pichulas, los quiero <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro