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ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ xɪɪɪ

Eran casi las tres de la mañana y JiSoo seguía sin lograr dormirse, se sentía incomoda al estar en una casa en donde no conce a ninguna y todo por una estúpida tormenta. Aún así, agradeció en parte esto, pues tenía una excusa para no volver al alquiler.

Sintió un ruido hacia la cocina así que solo prefirió ignorarlo, a lo mejor era una de las tantas chicas que allí viven. Cerró sus ojos al oír que esa persona se acercaba hasta ella.

—¿Quieres algo?—susurró—Sé que no estás durmiendo.

JiSoo rió—¿Qué comes que adivinas?.

Chaeryeong se encogió de hombros y se sentó a un lado de la mayor, el silencio se apoderó del ambiente nuevamente y está vez era raramente cómodo.

—Yo...—habló nerviosa la menor—Gracias por no dejarme sola JiSoo.

JiSoo sonrió—No podía dejar que te hagan daño pequeña Chae.

Varios pensamientos sobre aquella rubia inundaron su mente, prefirió no decir nada y solo observar a la nada evitando el tema, como hacía con sus problemas.

Chaer sonrió levemente pero al notar la expresión de la castaña dejó de hacerlo—¿Puedo preguntarte algo?—soltó nerviosa, JiSoo asintió—Por qué... ¿Por qué dijiste que eras un error?.

JiSoo permaneció en silencio. ¿Debía hablarle sobre las cagadas que había cometido los últimos meses?. Esta se excusaba en que quería proteger a Chaer de sí misma y evitaba a toda costa que esta tenga un vínculo con ella, Chaeryeong no era su amiga, por más que la menor lo intentase, solo era una desconocida a la que ayudó, nada más.

—Lo siento—susurró apenada la menor—Creí que podrías decirlo...

Chaeryeong se levantó del suelo para darse camino a su habitación, bueno, no sin antes girar hacia su mayor y hablarle nuevamente—¿Sabes? A veces perdemos muy buenas oportunidades por miedo a lo que pueda pasarnos... sin embargo, hay veces en las que un desconocido puede ayudarte más que un amigo, no te insistiré más JiSoo... por más que quiera ayudarte.

Se dignó a subir las escaleras y dejar a la mayor sola.

JiSoo simplemente no podía creerlo. No quería involucrar a la menor en sus problemas, pero aún así la niña tiene razón, su cobardía le jugaba en contra y evitaba a las personas gracias a su familia.

Recordó a su padre, un hombre cobarde que sólo la maltrataba y lastimaba por quedar bien con su mujer, un hombre gobernado que tenía miedo de enfrentarse al mundo; recordó a su madre, una mujer hipócrita que sólo estaba con el cobarde por el dinero que le daba, sin que este se dé cuenta ya le había puesto los cuernos con más de un hombre, ¿se preguntarán como lo sabe? Bueno, había visto a su madre salir a altas horas de la noche cuando su padre había ido a trabajar al exterior del país. Pero prefirió no decir nada por su bien.

Luego pensó en Jennie; su mejor amiga, la había abandonado en cuanto más la necesitaba, no le importó aquellos años juntas, se quedó al lado de Rosé y Lisa. Pensó en su abuela, el dolor que le había dejado el que se marchase pero la alegría de que por fin estaría bien.

Y Rosé... su pequeña, de verdad que no quería hacerle daño y terminó rompiéndola más de lo que quería, recordó como siempre pasaban tiempo juntas, eran inseparables, hasta el punto en que parecían más que amigas... y es que entre ambas chicas, habría algo más que una amistad, si JiSoo no tuviera el miedo de lastimarse una vez más.

Todo eso la había marcado hasta tal punto de tener miedo de una chica que hasta el momento solo se ha preocupado por ella; Chaeryeong era un amor de persona, e intentaba acercarse a ella y quizá ayudarla, o simplemente escucharla y abrazarla. Suena estúpido, pero eso era todo lo que JiSoo necesitaba en ese entonces.

—A veces los desconocidos nos ayudan más que los amigos...—susurró para sí misma.

Chaeryeong lo intentaba, pero era JiSoo quién la apartaba.

(...)

En otra parte de la cuidad, una joven observaba el lluvioso y estrellado cielo de Seúl con esperanzas de volver a verla.

De ver a aquella chica que desapareció de la nada sin dejar rastro alguno más que esa absurda nota en la que decía que lo hacía por su bien.

Roseanne estaba inmersa en sus pensamientos intentando olvidar todo de una vez, pues estaba empezando a salir con Suzy, quien solo la ha tratado con cariño desde que la conoció.

Se sintió patética al recordar como fue que quedó perdidamente enamorada de aquella castaña tan rápidamente, simplemente no se explicaba que hacía a JiSoo tan especial como para que le gustase con tanto fervor.

Era feliz con JiSoo, la trataba bien, siempre intentaba hacerla reír, la sacaba a pasear, la visitaba a su casa y se llevaba muy bien con su padre. ¿Quién diría que todo eso no le importaría y saldría corriendo como una cobarde?.

Por que eso era JiSoo, una cobarde que no quería saltar junto con ella. Roseanne lo había hecho, había arriesgado con esperanzas de ganar y no solo terminó perdiendo, también que salió rota por haber confiado en ella.

Dirigió su mirada hacia la ventana de la habitación de su mayor; sigue intacta, aún la recuerda recostada en la cama haciendo garabatos en sus cuadernos a la par que giraba hacia su habitación esperando verla.

Roseanne se imaginaba lejos de este lugar junto con JiSoo mientras vivían el absurdo sueño adolescente que todos alguna vez tuvieron.

Por más que intentaba negarlo sabía que era inútil, y pensar con claridad no puede debido a los recuerdos que tiene con ella.

Como olvidar aquella vez; en la que se quedó con ella toda la noche bailando y cantando canciones randoms. Aún podía escuchar a JiSoo cantándole al oído aquella dulce melodía...

"Me haces sentir especial... Por más que el mundo me aplaste... Y me ataquen las palabras hirientes... Yo sonrio otra vez por que estás conmigo... Eso haces... me haces sentir especial..."

Y allí estaba otra vez imaginando que la tenía detrás suyo abrazándola, mientras colocaba su mentón sobre su hombro, le cantaba al oído y dejaba cortos besos en el cachete.

Le dolía pensar eso pues no tenía a JiSoo consigo, estaba sola esperando a que llegase sonriente a la puerta de su casa y le dijiese que todo fue una estupidez y no volvería a hacerlo, por que ambas sabían que entre las dos, había algo tan fuerte que JiSoo no quería aceptar.

—Rosie...—susurró su padre entrando a la habitación—Sé que te no te gusta que entré así pero...—suspiró—¿Estás bien?.

Rosé se abrazó más a sus piernas mientras intentaba ocultar su rostro entre estas—No papá...—susurró en respuesta—Nunca lo he estado...

El hombre se acercó hasta su hija y la abrazó.

Roseanne se apegó más a él recordando como era cuando niña, aún se sentía como en casa, aún siente cerca a su madre.

El amor que su padre le dio era incomparable, estaba orgullosa de ese hombre; aquel que perdió a su mujer pero a pesar de todo siguió adelante por su hija, Roseanne sabía el dolor que sentía su padre y todo lo que había luchado para salir adelante, odiaba sentirse miserable por una cosa tan pequeña como el no ser correspondido, sentía que estaba fallando a su padre quién lo ha dado todo para verla sonreír.

—Sé lo duro que es...—susurró el hombre mientras acariciaba el pelo de su hija—Sientes que te falta algo pero a la vez no y te lastimas por pensar en que pudiste hacer mucho más por esa persona.

Esta miró incrédula a su padre.

—Rosie... tengo cuarenta y cuatro años, sé como se siente.

La recién nombrada solo se mantuvo en silencio, se sentía una miserable.

—Lo siento...—susurró.

—¿Por qué lo sientes pequeña?—preguntó incrédulo su padre.

—¡Por todo!—exclamó—¡Por solo traerte problemas cuando lo único que hiciste fue darme cosas buenas papá!—expresó con dolor—¡Por aguantar a la idiota que tienes de hija!.

El hombre trato de acercarse pero la rubia solo se alejó más.

—Rosie hija...—habló, pero fue interrumpido rápidamente.

—No sé como lo haces papá...—soltó apenada–Sé que esperabas muchas cosas de mi... que me case, forme una familia y tenga un esposo que me haga feliz...—expresó—Sin embargo solo... te traje problemas por que me gusta otra idiota igual que yo.

Ahora era el mayor el que estaba en silencio.

—Rosie...—susurró su padre—Cuando tu madre partió... prometí que te amaría y protegería de cualquiera que intentará lastimarte...—dijo mirando a su hija—Pero no pude hacer nada respecto a esa cobarde...

Roseanne río.

—Hija, no te sientas mal por ser quién eres... por eso es que estoy orgulloso de ti mi amor, por que eres tú sin miedo, y no sabes lo feliz que me hace saber que no te dejas vencer por problemas de la vida—soltó entusiasmado—Eres mi pequeña hija Rosie... mi pequeña princesita... ¿O ya olvidaste los buenos momentos que pasamos cuando eras niña?... cuando peleábamos con dragones y escabalamos montañas gigantes de chocolate, cuando viajábamos juntos en el coche escuchando tus canciones favoritas... o el momento más importante para ti... cuando descubriste tu pasión por la música...

Roseanne se encontraba aguantando las ganas de llorar, no estaba lista para oír esas palabras por parte del hombre que la crió.

—Sé que en aquella personalidad de niña grande, aún se encuentra mi pequeña Chaeyoung, aquella que con su gran corazón hacia que el mundo la quisiese, aquella que nunca necesito de un príncipe por que tenía a su caballero de brillante armadura para defenderla de los monstruos que acechaban su castillo—ahora era su padre el que soltaba lágrimas—Chae, por más que el tiempo pase tú seguirás siendo mi princesita, mi tesoro más preciado... la verdad no sé que haría si me llegases a faltar un día hija mía... yo no he fallado como padre al criarte, estoy orgulloso de haberte inculcado valores y haberte educado de tal manera que no permites que otras personas te falten el respeto... estoy orgulloso de ti Roseanne...

—Me h-harás l-llorar p-papá...—soltó la rubia.

—¿Crees que yo no lloro? Déjate de tonterías y ven a darle un abrazo a tu padre—soltó divertido.

Roseanne obedeció y apenas sintió los brazos de su progenitor rodearla rompió en llanto; no sabía cuanto necesitaba de su padre hasta que este se acercó a ella.

—Gracias por todo papá...—soltó entre sollozos.

—Hija, haré todo con con de verte feliz, eres mi única hija y por eso quiero lo mejor para ti... y no sabes lo emocionado que estoy por conocer a tu novia.

—Suzy no es mi novia papá...—Soltó la menor secándose las lágrimas.

—Pero te trata como tal—respondió el hombre imitando la acción de su contraria—No tengas miedo esta vez, y si no funciona, es por que simplemente no era la persona correcta, así es la vida mi amor...

—Aquella "persona correcta" huyó como una cobarde—Espetó.

—No la culpes por sus decisiones hija—soltó sereno—Sabes que su familia no ha hecho más que causarle problemas y la única forma de librarse de ellos es huyendo... te lastimó si pero... fue su forma de protegerte de sí misma...—expresó.

—Igual es una cobarde—habló Roseanne cruzándose de brazos.

—Ahí esta la niña que recuerdo—el mayor río.

—Papá... a veces quisiera que JiSoo tenga un caballero de brillante armadura para que la proteja de todos sus demonios, así como tu conmigo...

El mayor lo rumoreó un momento—No digo seas tú por que no es correcto que luches sola contra los demonios de otra persona, pero si sería correcto que ambas lucharan juntas contra los demonios de ambas, cada una tiene una batalla diferente, si solo una pelea, pronto se cansará y ya no aguantará...

—Entonces...

—JiSoo cree que sola vencerá sus batallas pero no piensa en qué la atacarán por todas partes, puede librarse de una pero al rato meterse en otra, no hay punto medio; lo mismo contigo, por eso siempre es bueno contar con ayuda...—el mayor sonrió—Espero haberte ayudado hija.

—Me ayudaste más de lo que debías papá—la menor sonrió—Gracias en serio.

—Cuando necesites algo solo dímelo hija, no te lo guardes todo para ti; a veces es bueno pedir ayuda.

Roseanne abrazó a su padre una última vez para que este luego abandone su habitación.

Apenas salió su padre Roseanne agarró el teléfono y marcó rápidamente al número de Lisa.

Al tercer pitido contesto.

—¿Qué carajos quieres Rosé?—Espetó a través de la línea.

—Perdona pero ya es hora de levantarse ¿no crees?—soltó sarcástica.

—Son las cinco treinta de la mañana y es sábado Rosé, maldita sea.

—Ya ya, como sea—interrumpió la rubia—Necesito tu ayuda.

—Te escucho idiota.

—Necesito que me ayudes a encontrar a JiSoo.


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