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—Le he quemado su Jersey... Y se ha comprado el pijo seis. —comentó pensativo mientras sacaba la pequeña paleta de su interior bucal—. Lo bañé en polvo pica pica y le di varios golpes en varias ocasiones... Aún así no conseguí nada de lo que pensé, creí que con eso se hartaría, pero no...
Ambos amigos estaban fuera de la casa del rubio, mirando como Hoseok recién llegaba de la universidad y veía serio a su hermano mayor.
—Voy a destrozarle el coche... —murmuró serio y hasta cierto punto, calmado, mientras veía al castaño llegar enojado—. Lo tengo preparado, voy a ir esta noche.
Hoseok llegó hacia los dos amigos que estaban justo en la entrada, y comenzó a cuestionar a YoonGi del por qué no había ido a la institución y a su trabajo, los mayores no dudaron en contarle la verdad, diciéndole como YoonGi había experimentado la ruptura de alma que tuvo al momento de estar en la entrada de la universidad y guardar el anillo de compromiso que compró para Taehyung.
El menor de los tres comprendió lo que estaba pasando su hermano y no reclamó nada más, pero le sorprendió el hecho que el rubio le haya contado que tenía planeado destrozar el auto de Jungkook sólo porque una chica le había aconsejado hacer eso.
Aún se le hacía imposible pensar que una chica totalmente desconocida que conoció en el parque en el que habían estado le dió aquella idea, más por el hecho de que la chica traía lentes.
“Los que tienen lentes son los más locos”, le había dicho su padre cuando era pequeño, y como se lo creyó, ahora estaba preocupado porque su hermano le había hecho caso a aquella chica de lentes y pecas.
Aún así, decidió apoyarlo y solo entraron los tres al hogar, siendo recibidos por la señora Min y el señor Jung, quienes se alegraron de ver a SeokJin.
Los cinco se sentaron a comer y tuvieron una amena plática familiar, obviamente, los amigos ocultaron el hecho de que YoonGi no asistió a clases y al trabajo.
Después de haber acabado todos los platillos que la señora Min preparó, YoonGi subió a su habitación y tomó un bate de béisbol con el que solía jugar cuando era un apenas adolescente, lo guardó en su mochila junto con un encendedor y tinner, para después mirar a su amigo y hermano.
Los tres salieron de casa con la barata excusa de que saldrían a despejarse un poco, y se encaminaron a la casa de Jeon. Unas cuantas calles antes de llegar a la zona rica de la ciudad, dejaron a YoonGi solo y le dijeron que lo esperarían ahí mientras le daban ánimos y esperaban que lo que dijo aquella chica funcionara.
El rubio se adentró a aquella zona rica, la cual conocía apenas, pues pudo ver unas cuantas casas cuando asistieron a la fiesta de Jungkook, por lo que después de caminar unos cuantos minutos más, pudo reconocer la residencia del mencionado.
Ya oscurecía y al parecer la casa estaba sola, sólo estaba una habitación ocupada, lo podía ver porque esta estaba iluminada y la luz traspasaba la cortina que cubría la ventana que daba hacia la calle. Suspiró y se animó a sí mismo para no arrepentirse de lo que estaba a punto de hacer.
Dejó su mochila en el suelo y sacó el bate de este, para después tomarlo con fuerza y recordar todo lo que le había hecho llegar hasta ese lugar. Recordó cuando Taehyung lo dejó sin explicación, recordó cuando los vio besarse en el estacionamiento de la escuela y el parque, recordó todo lo que le había hecho a Jeon y recordó todo lo que había vivido con Kim, hasta llegar al recuerdo de él guardando el anillo de compromiso que le iba a dar al castaño a su quinto aniversario, el cual nunca llegó.
Con todo eso en mente, tomó un suspiro y cerró los ojos, aún algo indeciso. Abrió los ojos y fue hacia la gran puerta de rejas sosteniendo su mochila, para después saltar esta e ir había el auto blanco de Jungkook y volver a dejar su mochila en el suelo. Se posicionó frente a este y sostuvo el bate, dando el primer golpe en el parabrisas, viendo y escuchando como este re rompía en miles de pedazos.
Hacer eso, le había calmado en sobremanera, por lo que con una pequeña sonrisa, bajó en bate y lo posicionó en la defensa, para volver a golpear en aquel lugar, y simplemente, perder el control y la razón de todo, golpeado constantemente el Ford por todos lados, dejando abolladuras y rayones, rompiendo los cristales y espejos, haciendo una fuerza el auto.
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Era algo raro verlo leer un libro, porque aunque sus padres fueran de bastos conocimientos, el prefería jugar videojuegos, estar en fiestas o salir a pasear con Taehyung, porque le importaba una mierda la universidad. Sólo quería graduarse en artes escénicas y con eso sería feliz, aunque sus padres deseaban que hubiese estudiado contaduría.
Hablando de sus padres, los desalmados salieron a pasear por la ciudad porque al fin habían tomado una pequeñas vacaciones, dándoles el día libre a todos los empleados, dejándolo completamente solo en aquella enorme casa.
Hace ya un tiempo que no leía algún libro, desde preparatoria para ser exactos, pero Demian de Hermann Hesse había tomado su total interés, por lo que llevaba un buen rato leyendo el relato de aquel escritor alemán.
No fue que paró su lectura cuando escuchó como alguien golpeaba varias veces algo metálico. Algo extrañado, cerró su libro y se levantó de su cama, abandonando su habitación para ir a donde provenía aquel ruido.
Hubo un momento en el que los golpes cesaron, aún así, pudo distinguir desde donde provenían los sonidos, por lo que algo a prisa pero cauteloso, fue hacia el gran patio delantero.
Se horrorizó al ver a Min YoonGi sentado en cuclillas con un bate de béisbol arriba de la delantera de su auto, mismo que estaba totalmente destrozado.
—¡No, Jessica! —gritó el nombre de su auto mientras corría hacia este, para después parar al cer ver como YoonGi comenzaba a pararse—. ¡¿Qué putas hiciste?!
YoonGi, totalmente calmado a diferencia de Jungkook, le miro, contenido todo lo que había estado guardando por tanto tiempo, para después explotar en cuestión de segundos.
—No te reirás nunca más de mí... —murmuró levemente tranquilo, para después explotar— ¡Tú me quitaste lo que más quería! —gritó con todas las pocas fuerzas que le quedaban para después bajarse del auto y tomar un encendedor del bolsillo de su pantalón—. Y volverá conmigo..., volverá algún día.
Finalmente, YoonGi soltó el encendedor en el auto, provocando que este se prendiera en llamas de manera automática, pues este estaba totalmente empapado del líquido inflamable. El pálido fue por su mochila y el bate, para después simplemente irse con toda la calma del mundo.
Jungkook aún estaba anonadado. ¿Cómo Min YoonGi se atrevió a eso? Nunca le había ocurrido algo como aquello, y ahora en verdad temía por su vida, porque sabía que YoonGi era capaz de hacer lo que sea por las personas que más ama.
Necesitaba hablar con Taehyung con urgencia, y decirle toda la verdad.
BrenditaahCaseres darme una segunda idea sobre el auto de Kook, capítulo dedicado a ti. ♡
Bueno mi gente, he aquí un capítulo más de esta cagada historia. Lamento si no cumplí sus espectativas con la narración de esta parte y si tardé demasiado en actualizar. :(
Si ven alguna falta ortográfica, no duden en decírmelo. UwU
—Sully. 🌙
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