༺𝟏𝟑༻
Cuando finalmente se mudaron juntos, la convivencia entre Jake y Sunghoon fue como una coreografía natural que ambos ejecutaban sin esfuerzo. El apartamento de Sunghoon, amplio y moderno, se sintió rápidamente como un refugio para ambos. Sin embargo, desde el momento en que Jake cruzó la puerta, la pregunta que había evitado hacerse durante semanas se hizo inevitable: ¿compartirían una habitación?
Sunghoon lo miraba expectante, de pie junto a la puerta del dormitorio principal. La complicidad en su mirada hacía evidente que esperaba una respuesta.
—Puedes elegir —Dice el alfa, en un tono suave pero firme, como si ya hubiera pensado en todas las posibilidades—. Hay otra habitación libre, y no quiero presionarte... Pero quiero que sepas que aquí —Señala su cuarto con una pequeña sonrisa— .Siempre habrá espacio para ti.
Jake siente que su corazón palpita más rápido, abrumado por las emociones. No se trata solo de una decisión sobre habitaciones; es la realidad de compartir una vida, un espacio, y el futuro que ambos quieren construir.
El omega, aún algo tímido, da un paso adelante y deja su maleta en el suelo del dormitorio principal. Observa los muebles perfectamente organizados y la enorme cama que domina la habitación. Sunghoon, sin dejar de observarlo, da un paso más cerca.
—¿Estás seguro? —Pregunta el alfa, su voz impregnada de una mezcla de ternura y respeto—. No quiero que sientas que esto es demasiado rápido.
Jake se vuelve hacia él, su expresión serena pero con un brillo especial en sus ojos.
—Si vamos a hacer esto... —Comienza, su voz baja pero clara—. Prefiero hacerlo bien, Sunghoon. Compartiremos más que una habitación, ¿no? También quiero compartir mi vida contigo.
Sunghoon deja escapar una sonrisa genuina, esa sonrisa rara que mostraba solo cuando estaba realmente feliz. Se acerca y envuelve a Jake en sus brazos, pegándolo contra su pecho.
—No sabes cuánto significa para mí escucharte decir eso.
Jake suspira al sentir el calor familiar del cuerpo de Sunghoon, encajando perfectamente en sus brazos como si siempre hubiera pertenecido allí.
La respiración del alfa se hace más lenta y profunda mientras hunde la nariz en el cuello del omega, dejando que su aroma calme cualquier duda que pudiera haber tenido.
—Entonces... esta será nuestra habitación —Susurra Jake.
—Nuestra habitación y nuestra vida —Añade Sunghoon, presionando un beso en la cabeza de Jake, justo donde su aroma es más fuerte—. No hay lugar donde prefiera estar.
Esa noche, al acostarse juntos por primera vez en la misma cama, no hay necesidad de palabras.
La cercanía, la calidez de sus cuerpos y la suave respiración acompasada lo dicen todo, finalmente, están donde siempre habían pertenecido. Y, mientras Jake se acomoda en el pecho de Sunghoon, sabe que, por fin, había encontrado su hogar.
El primer día viviendo juntos comienza con una luz suave entrando por las ventanas del dormitorio. Jake despierta antes que Sunghoon, pero al intentar levantarse, siente los brazos fuertes del alfa rodearlo, tirando de él hacia su pecho.
—¿A dónde crees que vas tan temprano? —Gruñe Sunghoon, su voz ronca y aún adormilada.
—Tengo que ir a trabajar —Murmura Jake, intentando contener la risa por la forma posesiva casi infantil en que el alfa lo retiene.
—Quédate un poco más... —Sunghoon entierra su rostro en el cuello de Jake, inhalando su aroma, claramente reacio a dejarlo ir—. ¿No puedes tomarte el día libre?
Jake niega suavemente, acariciando los cabellos desordenados de Sunghoon.
—Ya lo hablamos, Hoon. Es solo medio tiempo. Estaré de vuelta en unas horas.
Sunghoon suelta un largo suspiro, pero finalmente afloja el abrazo.
—Está bien... pero te llevo y te recojo. No quiero que vayas solo.
Jake rueda los ojos, divertido por la sobreprotección del alfa, pero al mismo tiempo siente una calidez agradable en su pecho. Aprecia la forma en que Sunghoon demuestra su afecto, aunque fuera a través de pequeños gestos como este.
Más tarde, en la cocina, mientras Jake prepara su desayuno, Sunghoon se instala con su laptop en la mesa. Había decidido trabajar desde casa, así podría vigilar que su omega estuviera bien. Cada vez que Jake se mueve por la cocina, Sunghoon lo sigue con la mirada, como si con solo un segundo de distracción pudiera perderlo.
—Hoon, de verdad, no pasa nada por ir solo —Dice Jake mientras se sirve un poco de café.
—¿Y si pasa algo? —Responde el alfa, con las cejas ligeramente fruncidas.
Jake ríe, tomando un sorbo de su taza.
—¿Qué es lo peor que podría pasar en una cafetería? ¿Que se me caiga una bandeja?
—No es gracioso —Replica Sunghoon, aunque una sonrisa se asomaba en la comisura de sus labios—. ¿Qué tal si alguien intenta coquetear contigo?
Jake deja la taza sobre la mesa y se acerca a él, colocando una mano suave en la mejilla del alfa.
—No tienes que preocuparte por eso. Ya sabes que tengo a alguien —Susurra.
Sunghoon entrecierra los ojos, como si quisiera replicar algo más, pero se deja vencer por la ternura en la voz de Jake.
—Aun así, voy por ti cuando termines —Dice con firmeza—. ¿Qué clase de alfa sería si dejara que mi omega caminara solo?
Jake solo sonríe y le da un beso rápido en la mejilla.
—Está bien, posesivo. Nos vemos en unas horas.
El alfa observa cada uno de sus movimientos hasta que Jake desaparece por la puerta.
A pesar de sus instintos, Sunghoon sabe que debe darle espacio, pero eso no evita que su pecho se encogiera un poco cada vez que Jake se aleja de su lado. Lo único que lo tranquiliza es saber que en unas horas volverá a tenerlo en sus brazos.
Gracias por leer la historia ❤️
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