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༺𝟎𝟗༻

El momento inevitable llega: Sunghoon tiene que irse.

Aunque una parte de él quiere quedarse para siempre en ese pequeño departamento, rodeado del calor y la calma que solo Jake puede darle, sabe que debe marcharse.

No quiere parecer intrusivo ni dejar que el vínculo recién formado se sienta forzado. Sin embargo, hay algo que debe asegurarse antes de irse: conseguir su primera cita con su omega.

Jake lo acompaña hasta la puerta, sosteniendo su taza de café medio vacía. Ambos permanecen en silencio durante un momento que se siente más largo de lo que es en realidad, como si las palabras se atascasen en sus gargantas.

La cercanía entre ellos es suave, pero cargada de tensión, una expectativa que ninguno de los dos sabe cómo liberar sin romper el frágil equilibrio que habían encontrado.

—¿Jake? —Sunghoon habla finalmente, rompiendo el silencio. Sus ojos lo miran con ternura, pero también con una firme determinación.

—¿Sí? —Responde el omega, alzando la vista hacia él, con una mezcla de curiosidad y timidez.

—Me gustaría invitarte a salir. No quiero que este sea el último momento que compartamos —Dice Sunghoon, con una sonrisa cálida y sincera—. Sé que probablemente te lo han pedido antes, pero yo... quiero hacerlo bien. ¿Aceptas tener una cita conmigo?

Jake parpadea, sorprendido. Una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios, y el ligero sonrojo en sus mejillas lo hace aún más encantador a los ojos del alfa.

—Me encantaría —Murmura, apenas audiblemente.

El corazón de Sunghoon da un vuelco al escuchar esas palabras. Sin embargo, justo cuando el alivio y la alegría se instalan en su pecho, ambos sienten que el deseo de acercarse más es inevitable.

Es un anhelo silencioso, una necesidad que los une, pero ninguno quiere arruinar ese momento apresurándose.

Jake da un pequeño paso hacia él, sus ojos brillando con una mezcla de vulnerabilidad y ternura. Sunghoon, con su elegancia característica, inclina ligeramente la cabeza.

Sus manos encuentran la cintura de Jake, sosteniéndolo con suavidad, como si fuera lo más preciado que había tocado en su vida. El contacto es breve, pero en ese roce ligero, ambos sienten la promesa de algo más grande.

—No quiero que malinterpretes esto —Susurra Sunghoon mientras alza una mano para apartar un mechón rebelde del rostro de Jake. Luego, con toda la delicadeza del mundo, se inclinó hacia él y dejó un beso en su frente.

Jake cierra los ojos al sentir el toque cálido de sus labios, y su cuerpo entero se relaja en los brazos de su alfa.

—Este beso —Explica Sunghoon en voz baja, con una sonrisa que Jake no alcanza a ver— .Es una promesa. No es solo un adiós temporal. Es la forma en la que te digo que cuidaré de ti, Jake. Sin prisas. Sin exigir nada. Porque eres tú y siempre serás tú.

Jake abre los ojos lentamente, conmovido por la sinceridad en las palabras de Sunghoon. No responde de inmediato, pero su mirada lo dice todo: gratitud, ternura y una chispa de esperanza que no había sentido en mucho tiempo.

—Gracias, Sunghoon —Susurra, y aunque sus palabras son simples, están cargadas de significado.

El alfa le dedica una última mirada, grabando en su memoria cada detalle del rostro de Jake antes de dar un paso atrás.

—Nos vemos pronto, omega mío —Dice con una sonrisa antes de salir por la puerta, dejando a Jake con el corazón latiendo tan rápido como el suyo.

Y en esa pequeña despedida, ambos entienden que la espera había valido la pena.

La cita de Sunghoon y Jake comienza en un restaurante acogedor, escondido entre las calles menos transitadas de la ciudad. Sunghoon lo había elegido cuidadosamente, deseando un lugar que permitiera disfrutar de una conversación tranquila sin interrupciones.

Cuando Jake llega, vestido de manera sencilla pero impecable, Sunghoon siente que el aire se detiene.

Cada detalle de Jake, desde su cabello suavemente despeinado hasta su piel acaramelada que brilla bajo las luces cálidas del lugar, lo deslumbra.

Mientras el omega camina hacia él, captura más de una mirada a su paso. Sunghoon lo nota.

Un camarero se queda mirándolo un poco más de lo necesario y una pareja sentada cerca intercambia miradas de admiración. El alfa siente cómo un nudo se forma en su pecho. No estaba acostumbrado a sentir celos, pero algo en la forma en que otros lo observan despierta en él un impulso primitivo.

—Perdón por la demora —Dice Jake con una sonrisa tímida al llegar a la mesa.

—No llegaste tarde —Responde Sunghoon, devolviéndole la sonrisa. Sin poder evitarlo, sus ojos recorren cada línea del rostro de Jake. ¿Cómo puede alguien ser tan hermoso sin siquiera intentarlo?

El camarero se acerca a tomar su orden, pero Sunghoon no puede evitar notar la forma en que el joven se dirige a Jake con una sonrisa demasiado amplia.

—¿Y para usted, señor? —Pregunta el camarero, dirigiéndose exclusivamente a Jake.

Sunghoon entrecierra los ojos, su mandíbula apretándose levemente. Sin embargo, respira profundo, recordándose que no podía reaccionar de manera irracional.

—Para los dos, un vino blanco y una entrada para compartir —Interrumpe Sunghoon con tono firme pero educado, dejando claro que él está allí, que Jake no está solo.

Jake lo mira de reojo, divertido por la repentina tensión que nota en el alfa. No necesita ser un genio para entender lo que está sucediendo: Sunghoon está celoso.

La idea le causa una mezcla de ternura y asombro. ¿De verdad él, un alfa de pura sangre, se siente inseguro por mí?

—¿Todo bien? —Pregunta Jake, ladeando la cabeza con esa expresión inocente que hace que Sunghoon se sienta completamente indefenso.

—Sí, claro —Miente Sunghoon, aunque sus ojos revelan otra cosa. Su mirada oscura no se aparta del camarero hasta que este se retira.

Una vez solos, el ambiente entre ellos se relaja.

Hablan sobre sus vidas, intercambiando anécdotas con una naturalidad que solo los destinados pueden experimentar.

Jake le comenta sobre sus múltiples trabajos de medio tiempo, mencionando entre risas cómo esa misma noche trabajaría como camarero en un bar local.

—No sé cómo haces para mantener tanta energía —Comenta Sunghoon, impresionado—. Todo lo que haces... No sé, es increíble.

Jake se encoge de hombros, restándole importancia, pero su sonrisa modesta hace que el corazón de Sunghoon se acelere. El alfa no puede dejar de pensar en lo especial que es Jake, y cada detalle que descubre sobre él aumenta su atracción.

Mientras cenan, más de una mirada indiscreta se posa en el omega, pero esta vez, Sunghoon no se molesta en disimular. Coloca una mano sobre la mesa y la acerca lo suficiente a la de Jake, rozando ligeramente sus dedos.

—Lo siento si parezco un poco... protector —Confiesa Sunghoon, con una sonrisa nerviosa.

Jake parpadea, sorprendido.
—¿Protector? —Repite, aunque en su voz había más diversión que reproche.

—Es solo que... —Sunghoon se pasa una mano por el cabello, buscando las palabras adecuadas—. Cuando te veo, y veo cómo los demás te miran... no puedo evitarlo. Eres... tan hermoso. No solo por fuera, sino por todo lo que eres. Quiero que el mundo lo sepa, pero al mismo tiempo, quiero que seas solo mío.

Jake lo observa en silencio durante unos segundos, sintiendo cómo las palabras de Sunghoon se instalan en su corazón. El alfa habla con tanta sinceridad que es imposible no sentirse conmovido.

—Nunca pensé que escuchar algo así podría hacerme tan feliz —Susurra Jake finalmente, entrelazando sus dedos con los de Sunghoon por primera vez.

Sunghoon se queda sin aliento ante el gesto. La calidez de la mano de Jake contra la suya es un simple toque, pero contiene todo lo que necesitan. En ese instante, sabe que no importan los obstáculos que pudieran enfrentar. Jake es su omega destinado, y hará todo lo necesario para proteger ese vínculo.

Y mientras las luces del restaurante brillan a su alrededor, ambos entienden que esa cita es solo el principio de algo mucho más profundo.



Gracias por leer la historia ❤️

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