Yeosang conduce en silencio, el motor del taxi ronronea suavemente mientras las luces de la ciudad pasan como destellos a través de la ventana. Sunghoon, sentado en el asiento del pasajero, mira al frente, con la mente llena de pensamientos y el corazón latiendo a un ritmo irregular. El destino está cerca, y con cada kilómetro que recorren, la presión en su pecho crece.

Finalmente, el vehículo se detiene frente a un modesto edificio de apartamentos. No es nada lujoso, pero tiene un aire acogedor, con plantas colgantes en algunos balcones y luces cálidas que iluminan la entrada.

Sunghoon baja del taxi junto a Yeosang, sintiendo un nudo de nerviosismo en el estómago. No es un lugar al que esté acostumbrado, pero eso es irrelevante. Aquí es donde Jake, "su omega", está.

Yeosang lo mira de reojo, como si estuviera evaluando cada uno de sus movimientos. La desconfianza aún permanece, pero la decisión de darle una oportunidad ya ha sido tomada.

Con un gesto silencioso, Yeosang se encamina hacia la entrada del edificio, y Sunghoon lo sigue sin decir una palabra.

—Es aquí —Murmura Yeosang, deteniéndose frente a una puerta del tercer piso.

El pasillo es estrecho, con una simple alfombra que amortigua sus pasos. Sunghoon puede sentir su propio corazón retumbando en sus oídos mientras observa la puerta.

A un lado, una pequeña maceta con flores secas indica que alguien con un toque delicado vive allí. Probablemente, Jake.

Yeosang golpea suavemente la puerta con los nudillos, esperando pacientemente. El silencio en el pasillo es absoluto, como si el mundo entero se hubiese detenido en ese preciso instante. Sunghoon aguanta la respiración, preguntándose qué dirá el omega cuando lo vea. Si lo rechazará, si siquiera le permitirá hablar.

Pasan unos segundos que parecen eternos, hasta que finalmente se escucha el sonido de una cerradura girando. La puerta se abre solo un poco, y ahí está él.

Su rostro se asoma por la abertura, con el cabello un poco desordenado y sus ojos aún marcados por las emociones intensas que ha vivido esa noche.

Cuando sus miradas se encuentran, Sunghoon siente que el mundo se detiene por completo.

El aroma suave de flores silvestres y dulzura invade el aire una vez más, envolviéndolo en una cálida sensación de familiaridad.

Jake lo mira con una mezcla de sorpresa y algo de temor. No esperaba ver a Sunghoon ahí, no después de todo lo que había pasado en la discoteca. Su corazón se acelera, y sus dedos se aferran al borde de la puerta.

—¿Qué... qué haces aquí? —Pregunta Jake, su voz suave, pero con un tono de confusión.

Yeosang se adelanta antes de que Sunghoon pueda responder, su tono firme pero con cierta calidez.

—Jake, escucha. Este alfa vino hasta aquí porque necesita hablar contigo. Dice que hubo un malentendido, algo que viste que no es lo que parece.

Jake desvía la mirada hacia Yeosang, luego vuelve a mirar a Sunghoon.

Está claro que aún está dolido, pero también hay curiosidad en su expresión.

Parte de él quiere escuchar lo que Sunghoon tiene que decir, aunque su orgullo le dice que no debe darle esa oportunidad.

—Por favor, Jake —Interviene Sunghoon, su voz más suave de lo que esperaba—. Solo quiero explicarte lo que pasó. No es lo que tú piensas, pero empecemos por mi nombre, me llamo Park Sunghoon y nunca me había sentido... bueno como me siento ahora que estoy cerca de ti.

Jake duda por un momento, su mente luchando entre el deseo de alejarse y la necesidad de comprender lo que en realidad ocurrió. Al final, abre la puerta por completo, aunque sin moverse de su lugar.

—Tienes cinco minutos —Dice, sus ojos aún llenos de una mezcla de emociones—. Después de eso, te puedes ir.

Sunghoon asiente, agradecido por esa pequeña oportunidad. Da un paso hacia adelante, pero respeta el espacio de Jake, manteniendo una distancia prudente.

—Lo que viste en la discoteca... fue solo una conocida —Empieza Sunghoon, eligiendo sus palabras con cuidado—. Estaba bailando con ella, sí, pero no significaba nada más. En el momento en que te vi, en el momento en que sentí tu presencia... todo cambió para mí.

Jake frunce el ceño, procesando lo que escucha, pero no parece completamente convencido.

—¿Y por qué debería creerte? —Pregunta, su tono aún defensivo—. Tú... —Se detiene, mirando la ropa costosa de Sunghoon y su porte elegante—. Los alfas como tú no suelen fijarse en omegas como yo. No sé por qué estás aquí, pero sé que no durará.

Sunghoon siente el peso de esas palabras, el dolor oculto detrás de ellas. Sabe que la imagen que proyecta puede jugar en su contra, pero este no es el momento para pensar en eso.

—Jake —Dice con seriedad, acercándose un poco más, pero aún respetando su espacio— . No me importa quién seas o de dónde vengas. Te estoy buscando porque... desde el momento en que te vi, sentí que tú eras diferente. Hay algo entre nosotros que no puedo ignorar, y sé que tú también lo sientes.

Jake lo mira, sus ojos brillando con una mezcla de emociones. Parte de él quiere creer en esas palabras, pero otra parte teme ser lastimado.

—Siempre dicen lo mismo —Murmura Jake, sus manos temblando ligeramente—. Pero luego, cuando las cosas se complican, simplemente se van.

Sunghoon niega con la cabeza, acercándose otro paso.

—No me voy a ir, Jake. No esta vez. No quiero que malinterpretes lo que viste. Solo quiero conocerte, y quiero que me des la oportunidad de demostrar que no soy como los demás.

El silencio se apodera de la habitación mientras Jake lo mira, sus pensamientos corriendo a mil por hora. Sunghoon está ahí, frente a él, vulnerable de una manera que jamás habría imaginado. Y, por primera vez en mucho tiempo, Jake siente una chispa de esperanza.

Finalmente, Jake asiente levemente, aún con reservas, pero dispuesto a darle esa oportunidad.

—Está bien —Dice en voz baja—. Te daré esa oportunidad. Pero no me hagas arrepentirme.

Sunghoon siente un alivio inmenso al escuchar esas palabras.

Aunque el camino aún es largo, sabe que ahora tiene una oportunidad para demostrar lo que realmente siente por su omega.

Gracias por leer la historia 🥰