Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3 ཻུ⸙͎

Habían pasado ya seis meses. Seis mese y esos estúpidos abogados del demonio eran incapaces de servir al idiota de su ex - marido y entregarles los papeles del divorcio. Ese infeliz no podía ser tan difícil de hallar para darle esos condenados papeles.

Era cierto. No podían entregárselos en el trabajo. Había mucha seguridad y demasiada gente. Además, el maldito tipo que debía entregar los documentos, tenía que explicar por qué se hallaba allí. Hermione dudaba que Ron accediera a ver al sujeto que iba a entregarle los papeles del divorcio.

¡Maldita sea! ¿Por qué no puede Ron hacer las cosas mas fáciles? Ella ya no lo deseaba cerca. De hecho, quería librarse de él. Y esta ridícula actitud de parte del infeliz pelirrojo, de retrasar las cosas, no iba a hacer que ella diera marcha atrás. Por qué no dejaba que las cosas terminaran como debían? No era como si los retrasos que él imponía fueran a evitar que ella vendiera la casa.

Cuando no pudo hacer que se fuera, había hablado con su abogado y supo que como ella había comprado la casa, estaba solo a su nombre, así que podía venderla, de modo que él tendría que irse. Se iba o se arriesgaba a ser arrestrado por invasión de propiedad.

Se había tomado el día libre del trabajo, aprovechando el día que ella sabía, Ron no esaría en casa, y empacó todas sus cosas. Cada libro, cada prenda de vestir, cada objeto que ella había adquirido.

Rentó un espacio para almacenar sus cosas y le pago a unos sujetos para que se encargaran de la mudanza. La casa quedó casi vacía. Lo único que quedaba allí eran la ropa de Ron y toda su porquería de quidditch. Ni siquiera tenía una cama. Ella había sido quien había comprado cada cosa necesaria para la casa.

Casi todo había sido vendido o dejado en el espacio de almacenaje. Los muebles habían dejado un buen dinero que Hermione había utilizado para pagar un poco la deuda que Ron había contraído con Harry. Cierto, no era su deuda, pero Harry era su amigo y ella no quería que hubiera algo asi en medio de su amistad.

Harry se había puesto furioso cuando supo lo que Ron había hecho. Juró que no sabía de las intenciones de su pelirrojo amigo y que si hubiera sabido, no le hubiera dado el dinero. Harry incluso había dicho que no quería que le pagara, pero Hermione había insistido.

Así que Harry había aceptado que ella le pagara, pero solo si ella se iba a vivir con ella se iba a vivir con él y con Ginny a Godrick's Hollow. Por supuesto, Hermione se había negado a tal cosa. Él era un hobre casado y con hijos. Tenían derecho a la intimidad de su familia sin tenerla a ella en el medio.

Harry casi la obligó a quedarse en la casa que Sirius le había dejado y ella, al final, había accedido, pero solo porque los hoteles eran caros. Llevaron el resto de las cosas de Hermione a Grimmauld Place.

Eligió una habitación en suite con baño, que ella misma había dejado relucientes. Gracias a los dioses, Kreacher ya no estaba, así que ella pasó otro día entero limpiando las habitaciones que sabía iba a querer usar. La cocina, la biblioteca, la sala, el pasillo y las escaleras.

Para el fin de la sesión de limpieza, Hermione estaba exhausta, pero tampoco podía vivir en medio de la mugre. Harry había cambiado las contreaseñas de la casa para que Ron no pudiera entrar cada vez que quería. Luego, se asombró por lo bien que se veía la casa. También hizo posible que Hermione se pudiera aparecer en cualquier habitación que quisiera. Harry también se ocupó de que la red Floo funcionara para ella sin que tuviera que estar él para ayudarla.

Ahora, Hermione no tenía cuentas que pagar ya que Harry no se lo iba a permitir, y eso significaba que todo su dinero, menos lo necesario para comida y ropa, estaba a disposición de ella para hacer lo que quisiera. Ella no tenía ni idea de lo que podía hacer con ese dinero.

No solo había cancelado su deuda con Harry, aunque él todavía le discutía al respecto, si no que el resto de su dinero había ido a parar a la lata de los ahorros, después de gastarse una buena parte de su cheque comprando. Luego, solo por diversión, la otra mitad en mas ropa. Lindas prendas, no solo ropa para ir a trabajar. Ahora, tenía una linda colección de cosas bonitas para salir a pasear.

Por supuesto, Hermione no había salido con nadie desde que había dejado a Ron. No le parecía correcto hacerlo antes de finalizar el divorcio. Lo que hacía que sintiera todavía mas enfado cada vez que él escapaba de los hombres que querían entregarle los papeles de divorcio. Ella quería salir y encontrarse con un buen hombre. Aunque sea por una o dos noches.

Hermione no había tenido buen sexo en mucho tiempo...bueno, en realidad, nunca lo había tenido. Ron era la única persona con la que había estado, pero había leído al respecto. Había discutido del tema con sus amigas y compañeras de trabajo, y ella lo deseaba. Deseaba esa pasión ardiente y profunda que la consumía. Deseaba ese embriagador éxtasis del que todo el mundo hablaba y quería llenarse de eso también.

Finalmente, decidió tomar el asunto en sus propias manos. Había ido a ver a su abogado y le pregunto si podía entregarle los papeles ella misma. El abogado dijo que si, informándole que los documentos estaban encantados para reconocerlo a él y tomaba efecto una vez que Ron los tocara.

Así que Hermione contrató a alguien para que lo siguiera a donde quiera que fuese. Lo seguía del trabajo a casa, y desde allí, a donde sea que se fuera. Incluso le puso un hechizo para rastrearlo si se aparecía.

Había tomado un mes para ajustarse a la rutina de Ron, pero ahora, Hermione la tenía bien estudiada. Enterarse de lo que estaba haciendo con su tiempo la puso mas furiosa. La pequeña comadreja. Se preguntó si esto había sido parte en lo que se gastaba el dinero mientras todavía estaban juntos.

Ella nunca había creído que fuera posible que se gastara todo el dinero solo en basura de quidditch. Ahora, mientras miraba el edificio al que dudaba entrar, volvió a preguntarse que tan seguido acudía a ese lugar antes de separarse.

El sujeto que había contratado para seguirlo, le había dicho que Ron siempre ocupaba la misma habitación cada vez que venía aquí, así que Hermione sabía exactamente en donde buscarlo. Solo tenía que juntar el coraje necesario para entrar.

Siendo sábado por la noche, sabía que el lugar estaría a reventar. Era un hecho que los fines de semana eran los días mas ocupados para un lugar como ese. El momento en el que la mayoría de la gente no tenía que ir a trabajar y estaba lista para la fiesta.

Volvió a mirar el discreto cartel en la puerta del edificio. Madame Laura. Eso era todo lo que decía. Tomó una gran cantidad de aire y salió de las penumbras en las que se había estado escondiendo.

Lentamente, se aproximó a la puerta, mirando en todas direcciones para asegurarse que nadie la viera. Una vez adentro, trató de avanzar en medio de la apretada muchedumbre, tratando de no ser vista. Con la ropa que traía puesta, nadie pensaría que ella trabajaba allí o trataría de tocarla.

Ya casi había llegado a las escaleras cuand sintió que una mano la tomaba con firmeza y la daba vuelta. Se quedó mirando a la mujer que estaba casi desnuda y que la miraba con una expresión curiosa.

"Linda, que estás haciendo aquí? Se supone que estés escaleras arriba. No puedo creer que la hayas bebido antes de tiempo. Él va a estar muy enfadado. Él no dispone de mucho tiempo y tú estás perdiendo el tiempo aquí mientras él ni siquiera ha llegado aún." Dijo la mujer con un suave acento irlandés.

Hermione se sintió confundida por lo que esta mujer le decía, pero tampoco tuvo chance de preguntarle de que estaba hablando. ¿Acaso sabía Ron que ella estaría allí? ¿Era de eso de lo que esta mujer hablaba?

La mujer se puso a mirar la ropa que Hermione llevaba puesta. "¿Qué es lo que tienes puesto? Vete a tu habitación y cámbiate. Va a ser mejor que no se le ocurra tener una noche larga o se dará cuenta que la tomaste antes de tiempo. Ahora, ponte lista."

La mujer la dejó ir y le dio un suave empujón hacia las escaleras. Hermione todavía no tenía ni pista de lo que hablaba la mujer, pero si la había ayudado a llegar a las escaleras para poder alcanzar a Ron, no se iba a poner a discutir.

Se apresuró a subir las escaleras, deteniéndose cuando llegó hasta arriba de todo. Había luz suficiente como para distinguir que allí había un pasillo, pero si alguien se paraba frente a ella, no sería posible distinguir el rostro. Solo podía verse el contorno, tal vez un poco mas, pero no podría verle la cara con claridad. ¿Cuál es la idea? ¿Mantener la identidad de los clientes en secreto?

Se tomó un momento para detener el temblor que la acosaba. Sabía lo que encontraría si entraba en esa habitación. Ella no lo amaba, cierto, pero de cualquier manera, no tenía ganas de verlo cogiéndose a una prostituta. Sabía que eso le iba a causar náuseas si lo veía.

Tomó una gran expiración y dio otro paso, sin escuchar el sonido de pasos a sus espaldas. Dio otro paso mas y entonces sintió una gentil mano sobre su hombro que la volteaba una vez mas.

"¿Qué estás haciendo aquí amor? ¿No podías esperar por mi? Bien, porque te necesito mucho esta noche." Dijo la voz, extrañamente familiar.

¿Por qué esa voz le resultaba tan conocida? Pensó ella, pero antes de poder decir una palabra, se encontró contra el duro cuerpo de un hombre. Una mano ascendió y le quitó el cabello de la cara.

"Tan hermosa." Dijo el hombre en tinieblas justo antes que la boca de ese hombre descendiera sobre la de ella.

Hermione quería apartar a ese hombre, de verdad quería. Tuvo la intensión. Quería sacárselo de encima y decirle con firme y clara que ella no era una empleada de ese lugar.

Solo que las palabras se le quedaron atoradas cuando los dientes de ese hombre pidieron suave permiso para entrar en su boca. Un gemido se escapó de ella antes que la lengua de él se entrelazara con la suya. El hombre tenía un sabor limpio y como a hierbas suaves. Algo dulce y delicioso.

Pero no era eso lo que la había dejado incapaz de moverse o hablar. Era la habilidad de ese hombre para besarla. Fue como si el fuego se encendiera abruptamente dentro de ella mientras las manos de él acariciaban su cabello y su lengua hacía magia en su boca.

Eran las mismas manos que se deslizaban ahora sobre su espalda y la acercaban mas contra el duro cuerpo, mientras gemía suavemente contra los labios de Hermione. El hombre comenzó a deslizar sus labios lejos de su boca para llegar al sensible espacio en su cuello, haciendo que ella gimiera y gruñiera con la sensación.

¿Cómo sabía ese hombre que el simple contacto con ese punto de su cuello haría que ella se derritiera contra él? No lo sabía y no le importaba.

Sus propios brazos se enredaron en el cuello del hombre para acercarlo mas a ella. Había pasado tanto tiempo desde que un hombre la había tocado así. Tanto tiempo. Incluso antes de dejar a Ron, que ella no sentía la proximidad de otro ser humano.

Las manos del misterioso hombre se deslizaron hasta su trasero, apretando suavemente para acercarla todavía mas hacia él, mostrándole cuanto la deseaba, Hermione no podía recordar la última vez en la que se sintió deseada. Ciertamente, eso no había ocurrio en años.

La boca de él mordisqueó el lóbulo de su oreja, haciendo que ella gimiera y le clavara las uñas en los hombros. Las manos de él se fueron un poco mas debajo del trasero, para levantarla en sus brazos. Las piernas de ella fueron a envolver la cintura del hombre sin siquiera pensarlo.

Estaba perdida en el placer que este hombre creaba. Sus manos y boca dejaban un rastro de fuego por donde quiera que pasaban. Hermione nunca había sentido algo así. Las manos de él regresaron hasta su trasero, sosteniéndola apretadamente contra su cuerpo mientras su boca seguía devorando la de ella.

Él dio un par de pasos y fue a apoyarse contra una pared cercana. Luego, apartó su boca de la de ella. "Dios! Eres tan increíble! No creo que podamos llegar a nuestra habitación." Dijo él, mientras seguía besando su cuello.

Hermione se dio cuenta de pronto que estaba en bazos de un desconocido. Un desconocido que probablemente pensaba que ella trabajaba allí. "Un momento." Jadeó ella mientras él encontraba un nuevo lugar en donde besarla en el cuello.

Él se sonrió. "Por qué?" Preguntó antes de seguir besándola.

¿Por qué? Estaba segura que de que hacía solo un minuto sabía la respuesta a esa pregunta. Buen Dios, ¡este hombre sí que sabía besar! El empezó a mordisquearle el cuello, haciendo que Hermione gimiera a todo volúmen otra vez. El hombre presionó su cuerpo mas fuerte contra el de ella y eso la hizo enfocarse en lo que estaba ocurriendo. Todavía no sabía quien era este hombre...besara bien o no.

"Basta", dijo ella en medio de un suspiro, mientras los dientes de ese hombre encontraban el lóbulo de su oreja. Si no se detenía pronto, Hermione ya no sería capaz de pensar coherentemente.

¿Basta? Nunca le habían dicho eso. ¿Es que acaso es este un nuevo juego o algo por el estilo? Se preguntaba él mientras se aejaba un poco para mirarla a la cara. Estaba enrojecida y se podía sentir un temblor que pasaba a través del cuerpo de la joven. ¿Y desde cuando una ramera se estremece así?

Hermione lo miró a los ojos y gimió. Tal vez la luz no era suficiente para distinguir esas facciones completamente, pero ella conocía muy bien esos brillantes y oscuros ojos. También conocía esa nariz. Hermione tragó saliva que parecía ser arena. "¿Profesor?" Exclamó ella, casi en un grito.

Severus frunció el ceño. ¿Pero qué carajos pasaba aquí? Ellas nunca lo llamaban así. Escuchó que la puerta se abría y desvió brevemente la mirada hacia la brillantez que escapaba de la puerta abierta. Los ojos de Snape se abrieron como platos cuando vio quien había aparecido por la abertura a escasos 2 metros de donde se encontraban ellos. Era Hermione. Una Hermione que llevaba puesto un muy sexy negligee.

Si esa es la Hermione que lo estaba esperando, entonces, quién es, exactamente, la mujer en sus brazos? ¿Quién era esta mujer, que sabía mejor que cualquier otra mujer a la que hubiera saboreado en el pasado? Era el sabor de ella, pero mas fuerte. Era su aroma, llenando su sentido, pero también, era mas fuerte.

La vio querer mover la cabeza en la misma dirección en la que estaba mirando él, pero Severus rápidamente la hizo mirarlo nuevamente. La estaba estudiando con suma atención. Los mismos ojos, pero había algo en ellos que no había visto en años.

Inteligencia. Y deso también, pero lo que predominaba en esa mirada era la cruda inteligencia de la que siempre hacía gala. Una expresión que nunca hallaba en las prostitutas a las que acudía. La mirada que había querido ver por tantos años, estaba allí, justo frente a él. Acompañada de estupor y confusión.

Vio como la prostituta que lucía como Hermione comenzaba a caminar hacia él, pero con absoluta discreción, Severus le hizo una seña para que no se acercara. La mujer asintió y él vio la acción por el rabillo de su ojo, mientras la mujer regresaba a su habitación, cerrando la puerta tras ella.

"¿Hermione?" Preguntó él con gentileza. Ella todavía estaba entre sus brazos y no había intentado zafarse de su cuerpo. Severus se preguntó si estaría en shock o algo así.

Hermione tragó saliva. "¿Profesor Snape?" Preguntó ella otra vez, sabiendo que sonaba estúpida. Obviamente era él. Había sido él quien la había besado. Él la había tocado. ¡Oh, Dios! Pensó ella y las mejillas se le pusieron de un rojo furioso y caliente.

Él vio como ella se enrojecía todavía mas, incluso con la escasa iluminación. Esa era otra cosa que añoraba ver. No la había visto enrojecerse de esa manera desde que era estudiante.

Severus Snape aclaró la repentinamente seca garganta. Tenía a Hermione de erdad en sus brazos. Había besado y acariciado a la mujer con la que había estado soñando por años. A la verdadera. Y era mucho, mucho mejor que la copia. Siempre había pensado que la poción la copiaba exactamente, pero ahora sabía que no era así. Era algo muy cercano a lo real, pero no perfecta como ella era. Ella era muchísimo mejor que la copia.

Como ella seguía sin decir nada y solo lo miraba, él se dio cuenta que estaba esperando que dijera algo. "Hermione, ¿qué estás haviendo aquí?" Preguntó él.

Ella se sonrojó todavía mas. "Yo...yo...podría preguntarle lo mismo a usted, ¿sabe?"

Él se sonrió. La había extañado tanto, tanto durante todos esos años. Había extrañado conversar con ella. "Supongo que si. Pero yo pregunté primero."

Ella parecía querer tragarse la lengua. "de acuerdo...vine a buscar a...alguien."

Severus alzó una ceja, disfrutando tenerla en los brazos, preguntándose cuanto tiempo iban a estar en esa posición hasta que ella se diera cuenta y le pidiera que la bajara. Pero por ahora, ella estaba distraída, y él esperaba que siquiera de esa manera por un buen rato.

"¿Alguien? Todos aquí buscan a alguien. Nunca pensé que visitaras lugares como estos." Dijo él con esa sedosa voz que hizo que Hermione se estremeciera con renovados bríos. Él se dio cuenta y suprimió otra sonrisa.

Ella se lamió los secos labios atrayendo la mirada de su ex - profesor y haciéndola sonrojarse nuevamente. "Yo...yo..no suelo venir a estos lugares. En realidad, estoy aquí buscando a un cliente. Tengo que darle algo."

El se tragó las ganas de besarla nuevamente cuando vio a esa dulce lengua deslizarse sobre los hinchados labios. "¿Y no puedes esperar? Al menos hasta que esten ambos en un lugar mas...¿digamos..apropiado?"

Severus necesitaba moverla, pero temía atraer su atención y hacerla notar que todavía la sostenía entre sus brazos. Su erección se presionaba contra la entrepierna de ella con la fuerza de la necesidad de llegar hasta donde desesperadamente deseaba ir. Se movió con lentitud, tratando de no moverla demasiado para que no notara la posición en la que se encontraban.

Ella exhaló y percibió un leve movimiento a su alrededor. Recordó de repente que todavía se hallaba en brazos de su ex - profesor, pero no podía encontrar el deseo de apartarse de él. Se sentía tan bien estar así, con el cuerpo presionado contra el de Severus. Nunca lo hubiera pensado, pero así era. Mientras disfrutaba de la cercanía de él, volvió a hablar.

"No, no puede esperar. Debo verlo ahora mismo." Dijo ella con suavidad, sabiendo que necesitaba apartarse de él para poder hacer lo que habia venido a llevar a cabo.

Él seguía mirándola, con los ojos clavados en los de ella. Ahora tenía la chance de decírselo. Este era el momento por el que tanto había esperado. Necesitaba decirle. ¿Es este, de verdad, el mejor momento? ¿Aquí, en un burdel? ¿Con los hombres cogiéndose a las prostitutas por las que pagaron?

Hermione se movió un poco sobre él. Lo justo y necesario para sentir el endurecido miembro contra su entrepierna. Los ojos de ella se agrandaron por una breve fracción de tiempo, pero él llegó a verlo. También pudo ver que ella no sentía repulsión, solo sorpresa. ¿Es que acaso no sabe esta mujer lo hermosa que es? ¿Lo muy deseable que es? Severus se negaba a creer tal cosa.

Ella tragó con nerviosismo, aguantando las repentinas ganas de atraerlo mas hacia ella. De acercar sus labios contra los de ella. Había pasado tanto tiempo, y el breve contacto con el cuerpo de este hombre la hizo recordar todo el tiempo que había pasado. Pero esto no estaba bien. Él era su antiguo profesor. Él estaba aquí para verse con otra mujer.

¿A quién vino a ver? ¿Como se vería? ¿La había confundido a ella con la mujer con la que iba a verse? Ella se movió de nuevo. "¿Profesor? Creo que debería bajarme." Dijo ella con suavidad.

Severus quería rehusarse, tomarla en sus brazos y llevársela hasta la cama mas cercana que pudiera hallar. Pero sabía que no podía. Dudaba que ella se lo permitiera. Pero me dejó besarla. Ella se veía sorprendida de verlo, así que no sabía que era él cuando se besaron. Ella se había dejado besar por quien pensaba era un completo extraño.

Snape suspiró. ¿A quién tratas de engañar? ¡Ella no te deseaba a ti! ¡Nunca podría! Él no sabía el porqué ella estaba allí o por qué lo había dejado besarla, but seguramente no había querido besarlo a él.

Lentamente, la bajo, mientras los cuerpos se frotaban uno contra el otro, hasta que los pies de ella tocaron el suelo suavemente. Severus no la dejó ir inmediatamente y ella no intentó alejarse de él. Todavía se estaban mirando a los ojos y eso le inspiraba curiosidad a Severus.

¿Qué es lo que está esperando? ¿Por qué no se está alejando? Incapaz de detenerse, apartó un mechón del cabello de ella lejos de su bello rostro. Luego, se inclinó y la besó dulcemente en los labios una vez mas.

Cuando sus labios tocaron los de ella nuevamente, Hermione sintió que el calor regresaba a su cuerpo con avidez. Eso la impactó. Este era su profesor. ¿Era el hombre que tanto la odiaba, no? ¿Por qué razón querría besarla? ¿Y mas importante, por qué ella lo estaba dejando besarla?

Cuando los labios de Severus se deslizaron sobre los suyos otra vez, ella dejó que todas sus preguntas se quedaran sin respuesta y lo besó también, pero fue él quien no dejó que el beso se hiciese mas profundo, si no que lo mantuvo suave y gentil.

Solo duró un par de segundos, hasta que él se alejó de ella. Tenía una intensa expresión en los ojos mientras la miraba. Abrió la boca para hablar, pero escuchó que una puerta se abría y miró en dirección del ruido. Lo que vio lo dejó pasmado. ¿Ron Weasley estaba aquí? ¿El esposo de Hermione salió de esa habitación, obviamente después de haberse acostado con la prostituta que sefuramente estaba dentro?

Sus ojos regresaron con Hermione y vio la mirada que le echó a su marido, sin embargo, no vio sorpresa en los ojos de la hermosa mujer. Para nada. ¿Ella lo sabía? ¿Es él a quién tenía que ver? Se preguntaba Severus, sin dejar de mirarla.

Sintió que la pequeña mano de ella lo empujaba un poco, con suavidad, pero lo suficiente como para que ella pudiera pasar. Ella se quedó parada allí, observando al pelirrojo que se estaba aproximando a donde estaban ellos, totalmente ajeno a los dos que los observaban.

Hermione sonrió, pero no era una sonrisa de felicidad. Era la satisfacción impresa en su rostro y tenía un dejo de furia también. Miró como Ron se aproximaba. Sabía que era él por la forma de caminar. Todavía caminaba como n hombre de las cavernas, a donde sea que fuera.

Severus la observó comenzar a caminar hacia el torpe pelirrojo quien todavía no parecía estar consciente de sus alrededores. Sacó su varita. No estaba seguro de lo que estaba ocurriendo, pero si Hermione lo necesitaba de alguna manera, estaría listo para asistirla. O si estaba a punto de hacer algo estúpido, él podría detenerla antes de ser lanzada a Azkaban.

"Ron." Dijo Hermione.

Ron alzó la cabeza, dos pasos antes de que chocaran. "Mione?" Preguntó sin poder creerlo. "¿Qué estás haciendo aquí?"

Hermione le dedicço una gentil sonrisa, sabiendo que eso lo tranquilizaría y así fue. Vio como él se relajaba casi instantáneamente. "Ron, necesitamos hablar. ¿Podemos?"

Ron sonrió. Siempre supo que a la larga ella volvería. "Claro, Mione. Claro que podemos hablar. Vayamos a otro lado para poder conersar tranquilos. Este no es un lugar para ti."

Ella le permitió tomarla del brazo, para la sorpresa de Severus. Luego,hizo una pausa y se miró los zapatos. "Oh, mierda. ¿Puedes sostenerme esto por un momento? Tengo que atar mis zapatos." Dijo Hermione, entregándole un sobre a Ron.

Severus miró los zapatos de ella confundido. Sus zapatos ni siquiera tenían cordones. Pero lo que menos podía entender era como ella podía irse tan tranquila con él cuando no hacía ni diez minutos que el idiota pelirrojo habia estado cogiéndose a una prostituta.

Ron sonrió. "Claro Mione." Tomó el sobre que ella le tendió y sintió la magia que se entrelazaba con él. Frunció el ceño. "¿Mione, pero que carajos...? Acabo de sentir..." No tuvo que terminar.

Hermione se puso de pie nuevamente y se le rió en la cara. "¡Ron, eres un idiota de primera!" Las palabras de la mujer sorprendieron a los dos hombres presentes. "Me divorcio de ti y te acabo de notificar. ¡Que tengas una buena vida, estúpido infeliz!"

Hermione se dio la vuelta, ignorando la sorprendida y enfurecida mirada que Ron le lanzó mientras se quedaba allí parado, boqueando como pescado. Pero ella si vio la sorprendida mirada de Severus. Se aproximó a él, con los pensamientos todavía confusos en lo que a él concernía.

Se detuvo justo frente a él. "Tengo que irme, pero deberíamos salir a beber unos tragos y charlar. Envíame una lechuza. Estoy viviendo en Grimmauld Place ahora. Avísame cuando puedes o cuando te gustaría verme. Tenemos mucho de que hablar y mucho para ponernos al corriente. Hace milenios que no nos vemos."

Ella necesitaba tiempo para acomodar sus pensamientos sobre el beso que habían compartido. . Todavía no sabía por qué había reaccionado a él de esa manera. ¿Es que estaba tan desesperada o tenía algo que ver con el enamoramiento que había tenido por él cuando era estudiante? Nadie sabía que habia sentido eso por el Maestro de Pociones, ni siquiera Ginny. Había sido su secreto. Uno de esos sueños que ella nunca hubiera creído que se fuera a cumplir. ¿Y ahora? ¿Y si así fuera, qué haría al respecto?

Sin respuestas para sus preguntas, las dejó asi por el momento. A pesar de todo, se acercó a su ex - profesor y lo besó rápidamente en la mejilla. Notando su expresión de completa sorpresa, le obsequió una pequeña sonrisa antes de dirigirse velozmente hacia las escaleras y saliendo del lugar a toda marcha, dejando a ambos hombres y mirándola irse.

¿Qué demonios acaba de pasar? Se preguntó Severus. Miró a Ron, viendo que no se había movido, pero que todavía sostenía el sobre que ella le había dado. Sonrió con malicia y salió, él también, del lugar.

Hermione todavía demostraba lo inteligente que era. También estaba llena de sorpresas. Pronto le enviaría una lechuza. El tiempo de aguardar se había terminado. Esta era su oportunidad y tenía toda la intención de tomarla. La deseaba y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para tenerla. Las copias ya no eran suficientes.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro